1 ESCUELA PREPARATORIA OFICIAL No. 68 CICLO ESCOLAR 2015-2016 TURNO VESPERTINO MATERIALES DE FILOSOFÍA 1.4.1. SOCRATES Y LA MAYÉUTICA: (470-399 a.C.) Filósofo griego que influyó notablemente en la filosofía occidental mediante los escritos de su alumno Platón. Nació en Atenas, hijo del escultor Sofronisco y de la partera Fenarete. Recibió la educación elemental en literatura, música y gimnástica. Más tarde, él mismo se familiarizó con la retórica y la dialéctica de los Sofistas, la especulación de los filósofos jonios y la cultura general de la Atenas de Pericles. Al principio, Sócrates siguió los pasos de su padre, de acuerdo a la tradición, y esculpió un grupo de estatuas llamado "las tres Gracias", la cual permaneció en la entrada de la Acrópolis hasta el segundo siglo a. C. Sirvió como miembro de la infantería en la guerra del Peloponeso contra Esparta, mostrando gran coraje y amor por su patria. Sócrates creyó siempre en la superioridad de la argumentación sobre los escritos y, por lo mismo, dedicó la mayor parte de su vida madura a litigar y dialogar en las plazas públicas con cualquiera que quisiera ponerlo a prueba, preguntarle algo, o simplemente escucharlo. En cuanto a su apariencia física, se dice que era feo y corto de estatura, pero con gran carácter, sabiduría y personalidad. Gozó de la vida inmensamente y adquirió gran popularidad social gracias a su ingenio, ironía y agudo sentido del humor, lo que no quiere decir que haya sido un sujeto burlón o cínico. Fue y es el primer mártir de la filosofía y, como dijo Platón: "fue el mejor de los hombres de cuantos hemos conocido en nuestro tiempo; y por otra parte, el más sabio, y el más justo de todos los hombres" (Fedón o del Alma). SOCRATES Y LOS SOFISTAS En la época de Sócrates proliferaba un movimiento de personas que se hacían llamar “sabios” () y que cobraban por instruír a la gente. Al principio estos “sabios” o Sofistas enseñaban la verdad, pero al paso del tiempo, el dinero los corrompió y trasgiversaron la educación, de tal manera que ya no enseñaron la verdad, sino su verdad. Por eso, muchas veces eran contratados para defender las causas más injustas y ganarlas, demostrando la inocencia inexistente. Muchas veces, Sócrates fue tomado por sofista, pero nada más lejos de la realidad. Mientras que los sofistas afirmaban el Relativismo, tanto intelectual como ético, Sócrates siempre defendió la universalidad de la naturaleza de los entes, lo que expresó con su teoría del concepto. Por eso, se dice que una de las aportaciones socráticas más importantes es la doctrina del Concepto, que representa la esencia universal del ente, doctrina que influirá la futura ciencia Lógica desarrollada por Aristóteles. Por lo anterior, Sócrates dedicó toda su vida a defender la verdad y a demostrar el engaño sofista, lo cual entre otras cosas- le costó la vida. 2 EL RELATIVISMO SOFISTA Los principales autores sofistas fueron Protágoras, Calicles y Gorgias. Su Relativismo intelectual se puede resumir en las siguientes tesis: 1. La verdad es relativa. No existen las verdades absolutas. 2. Cada quien tiene su verdad, porque la verdad es particular. 3. Cada quien entiende la verdad a su modo. Hay tantas verdades como personas. Como Sócrates, nosotros refutamos dichas tesis con los siguientes argumentos: 1. Si “No hay verdades absolutas” es verdad, entonces la proposición “no hay verdades absolutas” es una verdad absoluta, porque “absoluto” en este caso significa que no admite ninguna excepción. Ahora bien, si la proposición “no hay verdades absolutas” es una verdad absoluta, entonces, al menos, hay una verdad absoluta, y, si existe una verdad absoluta, entonces ya no es cierto que no hay verdades absolutas, por lo que se demuestra la falsedad de la primera tesis sofista. 2. Si cada quién tiene su verdad, y si la verdad es particular, entonces todas las verdades son verdaderas, aún si ellas dos son proposiciones contradictorias. Si, por ejemplo, digo: 2+2=4 y tú dices que 2+2=5, como cada quien tiene su verdad, entonces los dos tenemos la razón, lo cual es un absurdo que ocasionaría el caos en las ideas y en el lenguaje, y la ciencia sería imposible. Además, mi verdad destruiría tu verdad, lo que nos llevaría a la negación de la verdad misma. Pero, si no existe la verdad, ¿cómo saber que yo tengo la verdad, o que tú tienes la verdad? Entonces, es preciso admitir la necesidad de la verdad, pues, si no existe la verdad, ni siquiera puedo saber si sé o no sé, y el qué de este supuesto saber, lo que demuestra la falsedad de la segunda tesis sofista. 3. Si cada quién entiende la verdad a su modo, entonces hay muchas verdades, pero la práctica nos indica que la verdad es una, como lo demuestra el siguiente ejemplo: la verdad significa la concordancia del juicio con la realidad (HESSEN, 22), entonces, si yo digo: todo triángulo tiene tres lados, mi juicio significa que en la realidad los triángulos tienen tres lados, me guste o no, esté de acuerdo o no. Por lo tanto, si existe esta concordancia, no tiene sentido limitarla a un número determinado de individuos, pues de otra manera tendríamos que admitir que solamente para los europeos o para los mexicanos o para los ignorantes o para los científicos los triángulos tienen tres lados y para los demás tienen dos o cuatro, lo cual sería un absurdo más. Por lo tanto, o el juicio es falso y no es válido para nadie o el juicio es verdadero y es válido para todos. De donde se concluye que la verdad, o es una y universal, o no es verdad; con lo que se demuestra la falsedad de la tercera tesis sofista. APLICACIÓN DE ESTOS ARGUMENTOS A LA ETICA 1. La primera proposición sofista decía: "no hay verdades absolutas". Bueno, aplicando esto a la ética, la primera proposición sería "no hay normas absolutas". Si el principio moral "no hay normas absolutas" es cierto, entonces dicho principio ya es una norma absoluta, por lo que podemos inferir que, al menos, existe una norma absoluta. Como veremos después, en ética todas las normas son absolutas en el sentido de que son válidas para todo sujeto moral 3 y en cuanto que siempre son verdaderas, pues las normas éticas son científicas, es decir, basadas en la razón y en la naturaleza humana. 2. La segunda proposición sofista decía: "cada quien tiene su verdad, porque la verdad es particular". Si aplicamos este principio a la ética, quedaría así: "cada quien tiene su moral, porque la moral es particular". Por lógica, la correcta interpretación de este principio significa que cada quien entiende el bien a su modo, desde su muy personal punto de vista. Sin embargo, si cada quien entiende el bien a su modo, entonces llegaríamos a la conclusión de que, si para mí robar es bueno, entonces robar es bueno, aunque los otros digan que es malo; si para mí matar es bueno, entonces matar es bueno, aunque se opongan los demás; si para mí tomar drogas, o consumir alcohol, o fumar es bueno, entonces es bueno y los demás no tienen por qué decir lo contrario. Pero, ¿qué tal si otro piensa como yo y me roba?, ¿qué tal si otro piensa como yo y me mata? Entonces ¡parece que ya no es tan bueno como afirmaba antes! Y, ¿si alguien le da drogas a mis hijos?…etc. Lo que nos lleva a una sola conclusión: el bien no puede estar sujeto a mi capricho o a mi estado de ánimo o a mi ignorancia. Debe haber un criterio único, debe haber un solo bien que todos entendamos por igual. 3. La tercera proposición sofista decía: "cada quien entiende la verdad a su modo, porque hay tantas verdades como personas". En ética, el principio diría: "cada quien entiende el bien a su modo, porque hay tantos bienes como personas". Como veremos más adelante, la moral es múltiple, pero la ética es una. Es decir, la vivencia de los principios éticos varía, porque cada quien los vive de acuerdo a su modo de ser y de sentir; pero lo que no puede variar son dichos principios éticos, porque entonces ocurriría lo que anotábamos en el número anterior. Entonces, es correcto decir que cada quien tiene su moral ( = la interpretación de los principios morales), pero lo que no es correcto es decir que cada quien tiene su ética ( = los principios éticos), porque equivaldría a decir que cada persona inventa la ciencia ética, lo cual es falso. EL METODO SOCRATICO Tiene dos partes: la ironía y la mayéutica. Con la primera parte, Sócrates trataba de demostrar la falsedad de la tesis de su interlocutor, muchas veces poniéndolo en rídiculo, mientras que con la segunda trataba de que su propio adversario llegara por sí mismo a la verdad, como se puede constatar en la lectura de los Diálogos de su discípulo Platón. ETICA La ética socrática está basada en la virtud. Para él el verdadero sabio es el hombre virtuoso, ya que sólo a través de la virtud se llega a la felicidad. Por eso, adoptó como principio propio el lema del oráculo de Delfos: “conócete a ti mismo”. La virtud por excelencia que Sócrates afirma es la Prudencia. En griego “prudente” se dice , que significa “prudente, sensato, juicioso, cordura”. Este vocablo, a su vez se deriva del verbo que quiere decir “ser sensato, tener juicio”, lo que da la palabra , que se traduce como “razón, juicio, sabiduría”. Por eso, ser prudente es lo mismo que ser sabio, ser justo y sensato, es decir, virtuoso, capaz de autocontrol. A este punto, recordemos que en griego virtud es , que significa “virtud, mérito, calidad sobresaliente, fuerza, agilidad, valor, honor”. Entonces, para Sócrates, el hombre virtuoso es aquel que sobresale en su calidad 4 humana, es aquel que no se deja llevar por las pasiones, es, en una palabra, el hombre excelente en sus ideas y en sus actos. Por esta doctrina y por haber sido congruente en su vida con la misma, se suele decir que Sócrates es el fundador de la ética como ciencia porque fue el primero que dió fundamento racional y universal a los principios y conceptos morales. INTELECTUALISMO MORAL Sin embargo, su pasión por la virtud lo llevó a sostener una noción ingenua de la humanidad según la cual, si bien, todo ser humano es bueno por naturaleza, es necesario que aprenda la virtud. Por lo tanto, si un hombre es malo, no lo es por malicia sino por ignorancia. Y por ello, en vez de cárceles, hay que establecer escuelas, pues basta con que el “malo” estudie la virtud para que se convierta en “bueno”. En teoría así debería de ser, pero vemos que la práctica lo desmiente. A esta doctrina se le llama intelectualismo moral, y es un tipo de determinismo que estudiaremos más adelante. EJERCICIOS: I. Responde con tus propias palabras las siguientes preguntas: 1. Escribe los rasgos fundamentales de la vida de Sócrates: 2. Explica en qué consiste el Relativismo Moral: 3. ¿Crees que actualmente vivimos un Relativismo moral? Sí o no y por qué: 4. ¿Qué enseñanza nos deja Sócrates con su vida y su doctrina? 5. ¿En qué consiste el intelectualismo moral de Sócrates? II. Lee los siguientes textos: La Apología de Sócrates (1-19), El Critón (21-29), El Fedón (429-432), El Menón (221-228) y El Gorgias (169-204). Las páginas corresponden a la edición de Porrúa, colección "Sepan cuántos…" No. 13 de los Diálogos de Platón. Basándote en estas lecturas, responde los siguientes puntos: 1. Bajo qué cargos se condenó a Sócrates: 2. Con qué argumentos le demostró Sócrates su contradicción a Melito: 3. Después de escuchar su sentencia, qué le dijo a los que lo condenaron a muerte: 4. Por qué Sócrates no siguió el consejo de su amigo Critón: 5. Cómo fue la muerte de Sócrates: 6. Qué opinaba Sócrates de los sofistas: