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Nutr Hosp. 2010;25(1):127-128
ISSN 0212-1611 • CODEN NUHOEQ
S.V.R. 318
DOI:10.3305/nh.2010.25.1.4634
Crítica de libros
Francis D. Moore, cirujano, maestro y líder
Francis D. Moore, surgeon, teacher and leader
Culebras JM. Editorial: Sever Cuesta. Valladolid.
Año de edición: 2008. ISBN: 978-84-691-2185-6. Disponible en Google Books (versión electrónica).
En prenda de respeto, admiración y amistad quiero,
con estas líneas, reseñar el libro escrito por el Dr. Jesús
Manuel Culebras Fernández (de quien he recibido un
ejemplar autografiado) con sus recuerdos íntimos de
quien fuera, en vida, no solo un distinguido y hábil
cirujano, sino, además, un nutricionista fecundo, y un
austero (y a la vez paternal) profesor.
El Dr. Francis Daniels Moore representa la quintaesencia de una galería de próceres de la Cirugía y la
Nutrición artificial, entre los que se encuentran también Jonathan Rhoads, John M. Kinney, George F.
Cahill Jr., Paul R. Cannon y Charles E. Alexander,
quienes encabezaron la primera revolución teórica,
práctica y tecnológica en estas 2 ciencias. El Dr.
Moore, junto con sus colegas en el “Peter Bent Brighan
Hospital” de la ciudad de Massachussets (antecesor del
hoy Hospital de Mujeres y de Brigham), creó, con su
intuición, conocimientos, experiencias y aportes el
núcleo de las especialidades que hoy conocemos por
los nombres de Nutrición clínica y hospitalaria, Nutrición artificial y Apoyo nutricional.
Nos debe preocupar a todos indagar en los orígenes de nuestras respectivas especialidades de formación y desempeño. Hoy muchas cosas nos parecen
transparentes e inamovibles, como si siempre hubieran pertenecido a nuestro mundo. Esta falsa sensación de seguridad, sin embargo, nos impide comprender cuán primitivo era nuestro conocimiento de
la respuesta metabólica al trauma, la agresión térmica, y el acto quirúrgico; o del vínculo estado de
salud-estado nutricional, y las interacciones estado
nutricional-respuesta inmune, entre tantos otros predictores de la respuesta última del paciente a la intervención médico-quirúrgica, y que pueden determinar
el éxito/fracaso de la misma.
Fue un cirujano, el Dr. Hiram O. Studley, quien
señaló que la pérdida del 20% (o más) del peso regular del enfermo podía incrementar el riesgo de complicaciones post-quirúrgicas, incluida la muerte.
Pero le cupo el mérito al Dr. Moore de revelar las
razones para ello, en su ya clásico “The body cell
mass and its supporting environment”, publicado en
el año 1963, y donde avanzó un concepto de tejido
magro que ha sido universalmente aceptado. Armado de este conocimiento, fruto de arduas investigaciones conducidas en el Departamento de Cirugía del
hospital de pertenencia, el Dr. Moore fue aún más
lejos, al diseñar toda una estrategia de intervención
nutricional y metabólica, cuyos fundamentos siguen
vigentes en la actualidad, y que sirvieron para que el
Dr. Rhoads, y su discípulo, el también Dr. Stanley
Dudrick, elaboraran los originarios conceptos de la
“Hiperalimentación parenteral” y el “Intestino artificial”.
El libro reseñado aquí, que es definitiva la trascripción del discurso de ingreso del Dr. Culebras Fernández como académico de número de la Real Academia
de Cirugía de Valladolid, no es tanto una biografía
acabada del Dr. Moore1 (aún cuando expone el entorno en que se crió, educó, formó y trabajó) como una
1
La ficha biográfica del Dr. Francis Daniels Moore puede consultarse en la página de la Sociedad Cubana de Nutrición Clínica y
Metabolismo: http://www.nutricionclinica.sld.cu/Patrimonio/FrancisMoore.htm. Fecha de última visita: Lunes, 28 de Septiembre del
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recolección de recuerdos de la singular relación que
sostuvieron estos 2 médicos unidos por la Medicina y
la Cirugía, pero separados por muchas cosas: la distancia geográfica, la cultura, el lenguaje, el entorno
socio-económico y laboral, los sistemas prevalecientes de valores, opiniones y principios; la edad, e incluso la Historia. Recién terminada la Residencia en
Cirugía, el Dr. Culebras Fernández pidió, y fue aceptado, como residente del antes mencionado “Peter
Bent Brigham Hospital”, donde permaneció entre
1974-1976. Como todos los jóvenes de su generación,
el Dr. Culebras Fernández se encontraba viviendo un
momento particularmente intenso tras la muerte del
dictador Francisco Franco y Bahamonde, la restauración de la continuidad monárquica con el ascenso al
trono real del entonces Príncipe Juan Carlos de Borbón, y la apertura democrática. El Dr. Moore, que
había cumplido recién los 60 años (hoy le hubiéramos
llamado un sujeto de la tercera edad), vivía rodeado
de la aureola de los adelantados, disfrutaba de los privilegios de una educación elitista y aristocrática, y
trabajaba en una ciudad que rezumaba historia por los
rojos ladrillos de sus vetustas edificaciones, con autoridad, convocatoria y poder de mando. Con este trasfondo como premisa, emociona entonces leer cómo se
fue construyendo una relación de trabajo profesional
y científico primero, y afectiva después, entre 2 seres
tan distintos en orígenes, crianza y cultura2, y que culminó en el establecimiento de un lazo familiar estrecho e imperecedero, solo interrumpido con la muerte
del Dr. Moore, por suicidio, en el 2001, ante la pers2
El Dr. Culebras Fernández también aprovecha la oportunidad
para recordar a sus padres: médico y enfermera, respectivamente, y
veteranos de la Guerra Civil Española (1936-1939).
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pectiva de una ancianidad discapacitada por agraviantes enfermedades.
Pero este libro, pequeño en su tamaño y escueto en
sus páginas, a semejanza del carácter austero y rústico de su autor (lo que pudiera revelar, o bien la fuerza
del espíritu castellano, o una innata timidez) nos permite asomarnos a la dinámica de trabajo de un gran
centro quirúrgico, donde las labores asistenciales,
docentes, investigativas e innovativas se suceden
armónica e integralmente, a un ritmo vertiginoso. El
mismo cirujano que ejecuta una pancreatectomía en
un enfermo, lo asiste en la Unidad de Cuidados críticos, diseña y evalúa el esquema de apoyo nutricional,
ofrece consultas, organiza discusiones de casos y
reuniones científicas, investiga en una línea de interés departamental tanto en seres humanos como animales de experimentación, escribe y publica los
resultados de su labor, asiste a congresos dentro y
fuera de su país, y estudia continua e incansablemente; todo ello de la forma más natural y coherente del
mundo; sin que se renuncie a una vida familiar, a
pasar un rato agradable con amigos y colegas, disfrutar de los placeres mundanos de una vida que se desliza veloz.
Un apasionado de la Historia como yo no podría
haber recibido un regalo tan hermoso. Luego, el lector
interesado tendrá que esperar por la disponibilidad de
este libro en versión digital, aguardar por una edición
cubana del original, o escribirle al autor para que, en
dependencia de los ejemplares que haya recibido como
cortesía de la compañía editora, le remita su propia y
única copia autografiada.
Sergio Santana Porben
La Habana. Cuba
Crítica de libros
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