CREACION DE VALOR PÚBLICO Jackeline Castañeda del Castillo Octubre 2009 La ola de incentivos públicos, para reanimar la economía en el mundo, en el 2009 planteó la intervención, la regulación y el estímulo económico. Más que discutir si estas medidas son o no políticas socialdemócratas o de capitalismo refundado, lo que hay que plantearse es si estas medidas aportan valor público. Es decir, un sello de confianza en la presencia pública, que reconoce la capacidad de las administraciones de orientar su trabajo hacia lo que más le importa a la ciudadanía en mejora de la calidad de vida, a la par de ser más efectivos en la provisión de servicios públicos, o contar con una mejor capacidad de respuesta. Si las administraciones públicas tienen la voluntad y capacidad para acomodar sus objetivos a las preferencias ciudadanas entregando el valor público requerido, la gente estará dispuesta a pagar por él con dinero, con el voto, u ofreciendo su tiempo para colaborar con el gobierno. En general estas ideas las tenemos bastante claras, pero, no basta con ideas, necesitamos capacidades. La administración pública- es un arte porque requiere un importante conjunto de talentos especialmente dotados en pro de una creación de colaboración multisectorial e intergubernamental que es trascendental para el gobierno del vivir civilizado de hoy. Y hoy esto pasa por una dinámica en que las fronteras tradicionales entre Administración/Estado, mercado y sociedad, van siendo cada vez más difusas, y esto si bien añade complejidad, también aporta sinergias. Muchas voces de las distintas áreas del saber han de pronunciarse sobre la nueva manera de pensar y hacer El principal modelo de análisis para la creación de valor público planteado por Mark Moore (1997). El cual plantea que para lograr valor público es necesario: Contar con apoyo en términos políticos, es decir, obtener autoridad y recursos financieros para lograr que la institución pueda funcionar adecuadamente; Cuantificar los costos de funcionamiento de la Política Públicas Definir claramente los procesos internos que hacen a la esencia de las instituciones para cumplir con su mandato e identificar los factores que permitan alcanzar resultados de excelencia en las tres dimensiones. La Creación de Valor Público es un proceso que concluye con la obtención de resultados producto del mandato legal y social para atender las demandas y necesidades de los usuarios para quienes se trabaja, logrando así crear valor público. Mark Moore, señala que la creación de valor público consiste en generar el máximo valor posible para la población a partir de los recursos financieros, humanos, físicos y tecnológicos existentes en la institución, basándose en la imaginación gerencial, a fin de cumplir con los propósitos establecidos en los mandatos y con la máxima eficacia y eficiencia. Desde esta perspectiva, los directivos públicos son considerados como exploradores que intentan descubrir, definir y crear valor público. Se plantea, además, la necesidad de poseer un espíritu emprendedor en los directivos públicos, el cual “En lugar de ver las nuevas demandas como un problema... las considera como una oportunidad para servir al ciudadano con calidad...” (Moore, 1998, p. 43), Una entidad para Crear Valor públicos debe lograr integrar tres dimensiones: Dimensión Sustantiva Dimensión Política Dimensión Administrativa El planteamiento propositivo de Moore para el sector público, conocido como triángulo estratégico, explica la necesidad de equilibrar tres dimensiones interdependientes para generar valor público (Moore, 1998, p. 116): La estrategia debe ser valiosa en términos sustantivos. La institución debe generar valor para los clientes a un costo bajo, es decir la estrategia debe permitir la generación de valor público a partir de lograr credibilidad institucional. La estrategia debe ser legítima y sostenible políticamente. La institución debe atraer continuamente autoridad y dinero del entorno político autorizador al cual el directivo público debe rendir cuentas. La estrategia debe ser operativa y administrativamente viable. Las actividades autorizadas pueden realizarse a través de la organización existente con el apoyo de otras instituciones que pueden ser inducidas a contribuir al objetivo organizativo. II Las políticas públicas como proceso de decisión complejo. Las políticas públicas no son leyes, ni planes, ni directivas, ni actas de acuerdos. Estos son sólo instrumentos en los que se expresan políticas públicas, decisiones destinadas a generar resultados valiosos para el ciudadano y la comunidad. Las políticas públicas aparecen como procesos decisionales complejos (Lindblom), una red compleja de fuerzas que conduce a la autoridad a la toma de decisiones (Subirats). Esta visión quiebra la vieja discusión de qué es primero, la política o las políticas públicas (Wildavsky). También quiebra la irreal disociación entre decisiones técnicas y políticas. Enfatiza más bien los procesos y argumentaciones que conducen a que dicha decisión sea tomada (Majone). 2.1 Necesidad de enfatizar en los arreglos institucionales: Las políticas públicas son naturalmente tanto parte de la solución como del problema, por acción o inacciòn: El Estado democrático de derecho, los conflictos se resuelven a través de los canales institucionalizados. El conflicto podría ser la manifestación e impulso de la decisión pública y no tendría por qué llegar a ser violento. Instrumento de prevención de los conflictos, un instrumento para lograr la paz social. No se trata solamente de un problema de contenidos, sino de las formas y estructuras institucionales sobre los que se toman decisiones sobre dichos contenidos, y cómo se definen estos últimos. Es necesario revisar e impulsar los sistemas de representación, la descentralización, los mecanismos de coordinación y colaboración, la participación ciudadana, así como los remedios a través de la Rendición de Cuentas, balances y la tutela jurisdiccional. 2.2 Desarrollo de capacidades para la decisión pública: una mirada a las prácticas de gestión y la construcción de criterios para la decisión pública. Se trata de la necesidad de aplicar un enfoque gerencial y estratégico al análisis de las políticas públicas que complemente el análisis de las estructuras: a. Identificar, comprender y analizar las “prácticas” que conducen a la decisión pública, tanto como generar herramientas para planificar, programar y contar con una visión estratégica en las políticas públicas; así como diseñar e implementar mejor la participación y deliberación pública, tanto como la coordinación y colaboración multisectorial e intergubernamental b. Definir principios básicos que guíen la decisión, vale decir, los derechos y libertades contenidos en la Constitución y los instrumentos internacionales. c. Se trata de un enfoque de derechos, instrumento metodológico para la decisión pública y criterio ético, pues tiene como centro al ciudadano “ la gente primero” d. Repolitizar el debate y sacarlo de la mera exposición técnica reducida al e. análisis costo-beneficio o a la eficiencia en el uso de los recursos. Bibliografía MARK H. MOORE, Gestión Estratégica y creación de Valor Público en el sector Público MOLINA, Carlos Gerardo. Modelo de formación de políticas y programas sociales. Notas de clase. Washington, D.C.: Banco Interamericano de Desarrollo: Instituto Interamericano para el Desarrollo Social (INDES), 2000. LINDBLOM, Charles, El proceso de elaboración de Políticas Públicas, México, Editorial Miguel Ángel Porrua y Ministerio para la Administración Pública, 1991. MAJONE, Giandoménico, “La factibilidad de las políticas sociales”, en La hechura de la política, Vol. 1, México, Miguel Ángel Porrúa, 1993. BARDACH, Eugene, Los ocho pasos para el análisis de políticas públicas. Un manual para la práctica, Cide-Porrúa, México DF. 1998.