PROTOCOLO DE FIEBRE EXANTEMÁTICA MEDITERRÁNEA INTRODUCCIÓN: La Fiebre exantemática Mediterránea o fiebre botonosa es una rickettsiosis causada por Rickettsia conorii y transmitida habitualmente por garrapatas infectadas. Las rickettsias son cocobacilos gram-negativos que tienen la peculiaridad de ser parásitos intracelulares obligados. Cada una de las rickettsias patógenas para el ser humano tiene la facultad de multiplicarse en una o más especies de artrópodos, así como en animales y seres humanos. La infección por rickettsias da lugar a una afectación del endotelio de los capilares y pequeños vasos, produciendo la destrucción de las células endoteliales, trombosis y hemorragias. El período de incubación de la enfermedad varía entre 5 y 7 días. El cuadro clínico se caracteriza por la presencia de una lesión inicial (mancha negra), fiebre de varios días a dos semanas de duración, y un eritema maculopapular generalizado que aparece hacia el quinto día y suele afectar a palmas y plantas. La duración de la enfermedad suele ser variable, desde unos días hasta dos semanas. La evolución suele ser benigna y el pronóstico bueno, salvo en personas de edad avanzada y con enfermedades crónicas. El reservorio principal son las garrapatas infectadas, que transmiten la infección a su descendencia por vía transovárica. Los perros, algunos roedores y los piojos también pueden ser reservorios ocasionales. Las infecciones en los animales suelen ser subclínicas. La transmisión al hombre se produce por la picadura de una garrapata infectada (en la zona del Mediterráneo por picadura de Rhipicephalus sanguineus, la garrapata del perro). La garrapata permanece infectante durante toda su vida, que por lo general es de 18 meses. No se transmite de persona a persona. La enfermedad afecta principalmente al continente africano, a la India y a las partes de Europa y del Oriente Medio adyacentes a los mares Mediterráneo, Negro y Caspio. Los factores climáticos, socioeconómicos y asociados al vector influyen en su distribución. La mayor parte de los casos en la cuenca del Mediterráneo ocurren en verano, coincidiendo con la mayor actividad de las garrapatas. Desde 1982, es una enfermedad de notificación obligatoria en nuestro país, y las zonas con mayor incidencia son Melilla, Ceuta, Castilla-La Mancha, Extremadura y Andalucía. DEFINICIÓN CLÍNICA DE CASO: Enfermedad caracterizada por un comienzo brusco con fiebre y artromialgias y posterior aparición entre el 3º y 5º día de una erupción maculopapulosa no pruriginosa que generalmente afecta a palmas de las manos y plantas de los pies. A menudo aparece, desde el inicio de la enfermedad, una lesión primaria en piel, en el lugar de la picadura de la garrapata, con aspecto de una pequeña úlcera de unos 2 a 5 mm de diámetro con un centro oscuro y una aureola roja, acompañada de linfadenopatía regional. CRITERIO DIAGNÓSTICO DE LABORATORIO: – Aislamiento del agente causal en cultivo celular. – Detección de rickettsias en tejidos cutáneos mediante inmunofluorescencia directa. – Detección de IgM por inmunofluorescencia indirecta. – Seroconversión por inmunofluorescencia indirecta o fijación del complemento (o aumento de 4 veces el título de Ac en dos muestras de suero del paciente extraídas en fase aguda y convaleciente). 183 CLASIFICACIÓN DE CASOS: Caso Sospechoso/Probable: Compatible con la definición clínica de caso. Caso Confirmado: Cumple la definición clínica de caso y está confirmado por laboratorio. MODO DE VIGILANCIA: Toda sospecha de caso de fiebre exantemática mediterranéa deberá ser notificada semanalmente de forma numérica e individualizada. Para la declaración de caso puede usarse la ficha epidemiológica de enfermedades de baja incidencia. Además, en el curso de la investigación se cumplimentará la encuesta nacional específica que figura en el protocolo de esta enfermedad. MÉTODOS DE CONTROL: MEDIDAS PREVENTIVAS: Se centrarán en: 1. Educar a la población respecto al modo de transmisión por medio de garrapatas y las formas de protección personal. 2. No transitar por zonas infectadas de garrapatas, en la medida de lo posible; usar ropas que cubran las extremidades y aplicar repelentes de garrapatas a la ropa. 3. Si la persona trabaja o juega en una zona infestada hay que eliminar todas las garrapatas de la superficie y esculcar todo el cuerpo cada tres o cuatro horas para ver las que se hayan adherido. Hay que eliminar de forma cuidadosa las garrapatas, sin triturarlas, valiéndose de tracción suave y constante con pinzas aplicadas cerca de la piel, para que no queden las partes de la boca adheridas a la piel. 4. La eliminación de las garrapatas de los perros mediante el empleo de insecticidas adecuados y de collares con repelentes contra ellas, reduce al mínimo la población de estos ácaros cerca de las viviendas. Además puede ser útil el tratamiento de las grietas de las paredes con insecticidas de acción residual, especialmente en los sitios donde se albergan perros. CONTROL DEL PACIENTE, DE CONTACTOS Y DEL MEDIO: Se centran en el tratamiento específico del enfermo con tetraciclinas o cloranfenicol y la aplicación de medidas preventivas generales en el entorno del enfermo. En caso de brote debe realizarse una investigación de contactos y de la fuente de infección, prestando atención particular a la identificación de especies de garrapatas y de áreas infestadas. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA: Chin J (ed.). Control of communicable diseases. Manual. 17ª Edición. American Public Health Association. 2001. Mandell GL, Douglas RG, Bennett JE. Principles and practice of infectious diseases. 3ª Ed. New York: Jhon Whiley & Son, 1991. Acha PN, Szyfres B. Zoonosis y enfermedades transmisibles comunes al hombre y a los animales. 2ª ed. Organización Panamericana de la Salud, 1986: 262-4. Direcció General de Salut Pública. Definició de cas de les malaties de declaració obligatòria. Barcelona. Departament de Sanitat y Seguretat Social, 1994. Herrero JI, Ruiz R. La Fiebre Exantemática Mediterránea. A popósito de un estudio en la provincia de Salamanca. Junta de Castilla-León, 1994. 184