Vida imaginaria de Tate

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neus@neuschorda.com - 18/12/2014 10:16 - 83.33.169.252
6 Bellver
Diario de Mallorca
JUEVES, 18 DE DICIEMBRE DE 2014
William Boyd denuncia la estupidez que rodea al arte moderno en ‘Nat Tate’, la
biografía de un pintor que nunca existió. David Bowie y Gore Vidal colaboraron
en esta invención que culmina con la venta de una de sus ‘obras’ por 7.000 libras
Vida imaginaria de Tate
Arte
POR LUIS M. ALONSO
En el otoño de  un comprador anónimo pagó en Sotheby’s siete mil libras,
algo más de nueve mil euros, por un cuadro titulado Puente nº  de un pintor
americano supuestamente muerto que
jamás llegó a existir salvo en la imaginación de William Boyd, David Bowie, Gore
Vidal y otros. El reclamo hizo que se convirtiese en una auténtica ganga: se trataba de una de las obras que había sobrevivido del autor, Nat Tate (- ), dando por descontado que el propio Tate había destruido la mayoría de sus trabajos
antes de desaparecer trágicamente en la
confluencia de las aguas del Hudson y del
East River. Malpaso ha tenido el acierto de
publicar en español la reedición de la biografía que posiblemente, y junto con El
mapa y el territorio del francés Houellebecq, ha contribuido con mayor éxito a satirizar el arte moderno y la estafa alrededor del mundo que lo rodea.
William Boyd, autor de Nat Tate , escritor poscolonial británico nacido en Ghana, recordaba once años después de publicarse la vida imaginaria de
su pintor cómo toda historia es la historia
de las consecuencias no deseadas. Para él
y su criatura la fabulación había comenzado al parecer en  cuando formaba
parte del consejo editorial de de la revista Modern Painters, elegante trimestral
dedicado al mundo del arte. Un día en una
reunión, según él mismo se encargó de
contar, el director de la publicación se preguntó en voz alta si habría manera de introducir algún tipo de ficción en los perfiles de artistas, las reseñas de las exposi-
ciones y en otros contenidos habituales
de la revista. De modo que Boyd, a su vez,
se preguntó por qué no inventaba su propio artista. El juego de las identidades inventadas no flotaba en el arte moderno
por casualidad desde Marcel Duchamp.
Así nació Nat Tate, cuyo nombre parece
provenir de una apropiación deliberada
de las dos galerías públicas más famosas
de Londres, la National y la Tate, aunque
Boyd ha recalcado que si es culpable de
ello sucedió de manera inconsciente. En
aquel tiempo no era el engaño la idea narrativa principal de Nat Tate, sino un cuento largo con ilustraciones. Pero, ya se
sabe, toda historia…
Así que Boyd escribió Nate Tate . El enigma de un artista americano y
lo acompañó de abundantes ilustraciones, imágenes de la infancia y de sus padres adoptivos, de su amante Peggy Guggenheim, de algunos de sus colegas, etcétera. Agregó algunas reproducciones de
su arte, en concreto un par de dibujos re-
alizados por él mismo. Tate había nacido
en Nueva Jersey y quedado huérfano cuando era un niño. Adoptado por una pareja acomodada de Long Island, enseguida mostró aptitudes para el arte. Tras una
educación financiada por sus padrastros,
se estableció como artista en Greenwich
Village. Nueva York era entonces el centro mundial del arte y de la moda y los elogios empezaron a lloverle al joven artista
que, a principio de los cincuenta, ya figuraba con todos los honores dentro del movimiento expresionista abstracto. Tate viajó a Francia donde mantuvo encuentros
con Picasso y Braque. A partir de ese momento, presumiblemente sacudido por la
impresión que recibió de estos dos colosos de la pintura, entró en una etapa de inseguridad y empezó a cuestionarse a sí
mismo como artista. Lo siguiente consistió en empezar a beber como si se fuera a
declarar una nueva Ley Seca. Deprimido,
quemó la práctica totalidad de su obra y a
continuación se suicidó saltando desde el
Muchos de los asistentes a los
cócteles de promoción del libro
decían haber conocido a Tate y se
declaraban admiradores de su obra
ferry de Staten Island. Era enero, el agua
estaba helada y su cuerpo jamás fue hallado.
David Bowie, miembro también de la
junta de Modern Painter, convenció a
Boyd de publicar la biografía en su pequeña editorial. El libro, magníficamente
imprimido y diseñado, fue promocionado en  en dos fiestas sucesivas en
Manhattan y en Londres como si se tratara de recuperar para el mundo a un artista malogrado y olvidado del que sólo permanecía intacta una pequeña parte de su
estimable obra. Gore Vidal se sumó a la
conspiración describiendo la biografía
como un retrato conmovedor de un artista demasiado bien comprendido por su
tiempo. Que la primera de las fiestas, la de
Nueva York, se celebrara el Día de los Inocentes, no ayudó a desenmascarar la farsa. Por el contrario, muchos de los asistentes a los cócteles, inocentes y no tanto,
decían haber conocido a Tate y se declaraban admiradores de su obra.
Boyd trató de desmontar en los años
siguientes la ficción creada en torno a su
pintor imaginario, pero la posibilidad de
consumar la sátira poniendo en circulación uno de sus dibujos ficticios le animó a seguir adelante y llegar a un acuerdo con Sotheby’s para la puja del dibujo
del puente. La recaudación se destino a
fines sociales. Una historia bastante
asombrosa.
WILLIAM BOYD
Nat Tate 1928-1960
Traducción de Andreu Jaume
MALPASO, 90 PÁGINAS, 14,50 €
Versos i oficis
Els versos, perversos;
els oficis, esbojarrats
Nins i joves
PER MIQUEL RAYÓ
La reedició de Versos perversos, del famosíssim autor anglès Roald Dahl, és una
notícia excel·lent. Sobretot, perquè manté
les il·lustracions d’aquest altre gran mestre
de l’humor, de la tendresa, de la provocació, Quentin Blake, un dels “imprescindibles” de la il·lustració. Llàstima que el format del llibre sigui petit.
El tàndem Dahl-Blake ha produït meravelles. Sempre amb bon humor, sàtira, de
vegades amb un poc de sang, amb tendresa, fins i tot quan l’humor és negre o
gairebé. En poques ocasions l’estil d’un
il·lustrador s’avé tant amb la literatura de
qui escriu el conte. En aquest cas, els versos
de Roald Dahl re-escriuen les històries clàssiques dels tres porquets, de Na Ventafocs,
de Na Caputxeta i el llop, i algun altre conte
dels més coneguts i tradicionals. Dahl els
destrossa, els capgira. Hi posa mala bava;
d’aquesta que agrada tant els infants, els
quals comprenen molt millor que molts
adults el sentit positiu i lliure d’aquests capgiraments. Dahl és astut i directe. Si qualcú
ha de perdre el coll, el perd. Si qualcú ha de
semblar bàmbol, ho sembla (i ho és sense
remei). Però, Dahl sempre jugarà a favor
del feble, de l’infant, del qui pateix..., potser
excepte en el cas del llop d’aquests Versos
perversos. Cal agrair l’editorial, Grup Promotor, que mantingui en el catàleg aquesta
obreta, sens dubte menor, però, divertidíssima de Dahl, un escriptor, a més, que ha
tengut una història personal apassionant i
agitada (www.roalddahl.com), però també
generosa, solidària i productiva.
Amb una semblant dosi quantitativa
d’humor, però sense la còmica acidesa de
Dahl, és  oficis esborrajats, de Carles Sala.
Aquí, l’autor descriu la feina dels nuadors
de corbata, dels escalfatasses de vàter, dels
xuclagambes, dels galledadors (els qui et
llencen un poal d’aigua a la cara per deixondir-te si tens el son feixuc), dels detectors d’estels fugaços o dels empentadors, i
així fins a cinquanta curiosos i simpàtics
oficis per resoldre problemes domèstics, i
que presentats per Sala tenen un aire rodarià, francament entretengut. Les il·lustracions són de Pep Brocal, i al nostre parer
tenen un aire de vinyeta de tebeo antic o de
caricatura de diari, molt adient per a cadascun d’aquests oficis esbojarrats. La lectura del text obviament és més fàcil que la
de Dahl, que implica un saber llegir des de
referents culturals i literaris. Carles Sala escriu més dretament, sense segones intencions, i amb una voluntat molt clara: que
els al·lots ho entenguin tot a la primera.
Tampoc no és fàcil. I ho fa amb qualitat: tot
un mèrit.
ROALD DAHL
CARLES SALA I VILA
Versos perversos
Il·lustracions de Quentin Blake
ALFAGUARA/GRUP PROMOTOR, 70 P., 8,25 €
50 oficis esbojarrats
Il·lustracions de Pep Brocal
CRUÏLLA, 110 PÀGINES, 7,90 €
Il·lustració del volum ‘Versos perversos’. QUENTIN BLAKE/GRUP PROMOTOR/ALFAGUARA
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