260 Ciro Nolberto Güechá Medina contrato, es preciso indicar que estamos frente a una potestad o prerrogativa de la Administración290, donde a partir de un acto bilateral como es el contrato, se dicta un acto unilateral que termina el mismo, por una circunstancia fundamental o general como es el incumplimiento del contratista en sus obligaciones contractuales291. Un aspecto bien importante que se debe tratar, es el tiempo o la época dentro del procedimiento administrativo de contratación en que la entidad pública contratante puede declarar la caducidad del contrato, pues se había determinado que la potestad para dictar el acto, la tenía la Administración, durante el término de ejecución del contrato292, lo cual implicaba que frente a contratos de ejecución instantánea no fuera posible tal declaratoria, puesto que ante la ocurrencia del incumplimiento ya el contrato había terminado en cuanto a su ejecución, es decir ya se había extinguido. Por la anterior circunstancia, se identificó dentro de la etapa contractual dos términos bien definidos, como son el de ejecución y el de vigencia del contrato; el primero hace relación al término previsto en el mismo para el cumplimiento de las obligaciones contractuales y va especificado en el propio contrato como termino de duración del mismo, el segundo abarca tanto el termino de ejecución como el previsto para la liquidación del contrato, en los casos en que es procedente la misma, siendo por tanto viable la declaratoria de caducidad durante la vigencia del contrato Se afirma en esta misma investigación, que en el evento de la caducidad y de los demás actos que es posible dictar en la etapa contractual, como facultades unilaterales de la Administración, a los cuales se les identifican como cláusulas excepcionales o exorbitantes, se les ha de tener por prerrogativas o potestades de las entidades públicas, lo cual es preciso reafirmar en este momento. 291 Existe un evento en que es posible declarar la caducidad de un contrato, a pesar de no existir incumplimiento por el contratista y es el caso en que el contratista preste ayuda a grupos ilegales. Escobar Gil, Rodrigo. Teoría general de los contratos de la administración pública, Editorial Temis, Bogotá, 2003, p. 376, lo expresa de la siguiente manera: El artículo 5.5 de la Ley 80 de 1993, estableció como causales de caducidad de los contratos estatales cuando el contratista accede a peticiones o amenazas de las personas que actúan al margen de la ley o celebra con éstas pactos o acuerdos prohibidos. Esta norma fue complementada por la Ley 104 de 1993, sustituida posteriormente por la Ley 418 de 1997, que consagró la potestad de la entidad contratante de declarar la caducidad o la liquidación unilateral de los contratos, cuando el contratista con ocasión de su ejecución incurra en alguna de las conductas que allí se tipifican como de colaboración o ayuda a las organizaciones al margen de la ley. 292 Dávila Vinueza Luís Guillermo. Régimen jurídico de la contratación estatal, Editorial Legis, Bogotá, 2001, p. 468, expresa: Debemos recordar que durante mucho tiempo el Consejo de Estado se mantuvo incólume en cuanto a negar la posibilidad de la caducidad del contrato después del vencimiento del plazo fijado para su ejecución. Respondía esta tesis a la postura del Tribunal sobre la extinción del contrato que engendraba tal vencimiento, lo que hacía tal terminación de algo ya extinto. 290