del pueblo charlan mientras comen, agrupadas en varias mesas cerca de Fakeye y su séquito. Monsieur Guy Fakeye es el coordinador de los traficantes de Kétou y Pobé, dos localidades situadas en el departamento de Plateau, una de las zonas donde se registra más contrabando por su proximidad con la frontera nigeriana. Bajo su mando trabajan más de un centenar de personas. Fakeye se reúne cada semana con los patrones de sus zonas de dominio, estos precisamente que, durante el opulento banquete, le acompañan a la mesa y le hacen reverencias. «Tengo una oficina donde trabajan trece personas. Allí acordamos el precio del litro de la gasolina con los jefes que están a mi cargo», explica Fakeye. Leon Edoun, uno de los contrabandistas de la localidad de Kétou, añade: «Si algo no funciona, vamos a ver a Guy Fakeye, le damos parte del problema y él nos lo resolverá, tanto si se trata de problemas con el Estado como con los gendarmes o los aduaneros. Lo arreglamos todo entre nosotros. Somos como una familia», apostilla. Jochoua Leoto, uno de los transportistas que trabajan para Leon Edoun y Guy Fakeye y que también ha acudido a la fiesta, lo corrobora: «Cuando he tenido algún problema con la Policía, he llamado a mi patrón y en seguida lo ha solucionado. El coordinador puede solucionar cualquier cosa con una simple llamada». Los je- fes del tráfico de gasolina conocen al dedillo las dificultades que sufren sus transportistas, ya que todos ellos han llegado a lo donde están escalando su posición desde el último escalafón de la pirámide. «Cuando empecé, fui poco a poco y ahora soy mayorista», explica Guy Fakeye, quien se inició en el transporte ilegal en 1987. «Al principio iba con mi moto a la frontera con Nigeria a buscar carburante y al cabo de unos cinco años pude empezar a alquilar vehículos», añade. Tanto Fakeye como el resto de sus jefes se sienten orgullosos de poder desarrollar esta actividad. «Con esto estoy contento, no paso hambre y mantengo a mis hijos, a mi mujer y a mí mismo», explica Guy Fakeye. «No sé qué podría hacer si no hiciera esto», admite. En Benín las opciones laborales son muy escasas. La tasa de desempleo ha llegado al 30%, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Análisis Económico de Benín (INSAE), y la tasa de pobreza superó el 50% en 2011, según datos del Banco Mundial. El país ocupa el puesto 166 de 187 en el Índice de Desarrollo Humano y muchos benineses no tienen otra alternativa laboral al contrabando y venta ilegal de gasolina. A la izquierda, Jochous Leoto Bamigbola, transportista de gasolina de contrabando en Towé, cerca de Nigeria. A la derecha, un vehículo repleto de bidones de gasolina. Una realidad ante los ojos de las autoridades. Centenares de familias subsisten en base a esta actividad y es muy difícil reprimirla cuando el Estado, hasta ahora, zazpika 1 1