Hematomas espontáneos de la pared abdominal*

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Hematomas
Rev. Chilenaespontáneos
de Cirugía. de
Volla59
pared
- Nº abdominal
1, Febrero/ 2007;
Rafaelpágs.
Cerdán
5-9P. y cols.
5
ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN
Hematomas espontáneos de la pared abdominal*
Spontaneous Hematomas of the abdominal wall
Drs. RAFAEL CERDÁN P.1, SANDRA PATERNA L.1, MARÍA EUGENIA GUILLÉN S.2,
SONIA CANTÍN B.1, JOAQUÍN BERNAL J.1 JESÚS MARÍA ESARTE M.1
1Servicio
de Cirugía General. 2Servicio de Radiodiagnóstico. Hospital Universitario “Miguel Servet”
de Zaragoza, España.
RESUMEN
Introducción: El hematoma espontáneo de la pared abdominal (HEPA) es una entidad de aparición
infrecuente y de difícil diagnóstico debido a la similitud clínica con otros procesos agudos. Suele aparecer
en pacientes que siguen tratamiento anticoagulante y se caracteriza por su forma de presentación brusca
como dolor abdominal agudo. La cirugía puede evitarse en la mayoría de los casos si se diagnostica
correctamente mediante pruebas de imagen. Observaciones clínicas: Presentamos 12 casos de HEPA
tratados en nuestro Servicio entre los años 1999 y 2005, y realizamos una revisión de esta entidad en
cuanto a etiología, factores desencadenantes, diagnóstico y tratamiento. Conclusión: El tratamiento del
HEPA debe ser conservador, reservando la cirugía para aquellos casos que presenten deterioro hemodinámico por sangrado activo.
PALABRAS CLAVE: Hematoma, pared abdominal, abdomen agudo, tratamiento anticoagulante.
SUMMARY
Introduction: Spontaneous hematoma of the abdominal wall is infrequent and difficult to diagnose due
to its clinical similarity with other acute processes. It is usually associated with patients undergoing anticoagulant therapy and is characterized for its form of abrupt presentation like acute abdominal pain. Surgery
can be avoided in most patients if hematoma is correctly diagnosed by imaging tests. Clinical observations:
We present 12 cases of spontaneous hematoma of the abdominal wall from 1999 through 2005 and we
review the etiology, precipitating factors, diagnosis and treatment of this clinical entity. Conclusion:
Treatment of spontaneous hematoma of abdominal wall must be preservative, reserving the surgery for
those cases that present hemodynamic compromise by persistent hemorrhage.
KEY WORDS: Hematoma, abdominal wall, acute abdomen, anticoagulant therapy
INTRODUCCIÓN
Los hematomas espontáneos de la pared abdominal (HEPA) son entidades infrecuentes que a
veces presentan grandes dificultades diagnósticas
debidas a sus manifestaciones clínicas (dolor abdominal, masa palpable y signos de irritación peritoneal), lo que obliga a realizar diagnóstico dife-
*Recibido
el 11 de Julio de 2006 y aceptado para publicación el 11 de Agosto de 2006.
Correspondencia: Dr. Rafael Cerdán Pascual
P. Isabel la Católica 1-3. 50009-Zaragoza, España
e-mail: jorge_siro@yahoo.es
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rencial con otros procesos encuadrados dentro del
concepto de abdomen agudo. Pueden aparecer a
consecuencia de una intervención quirúrgica, embarazo, accesos paroxísticos de tos y otras causas.
El tratamiento anticoagulante es la principal circunstancia asociada a esta enfermedad. Pueden
afectar a cualquier localización de la pared abdominal, pero la más frecuentemente descrita (como
consecuencia de la rotura de la arteria epigástrica
inferior) es la de la vaina de los músculos rectos
anteriores. Son más frecuentes en mujeres y en su
diagnóstico, las pruebas de imagen como la ecografía y la Tomografía Computarizada (TC) tienen
un papel fundamental. El objetivo del presente trabajo es demostrar que su tratamiento debe ser
inicialmente conservador y que son pocos los pacientes que precisan cirugía, lo cual suele ocurrir en
casos de hemorragia activa con repercusión hemodinámica.
MATERIAL Y MÉTODO
Se realiza un estudio retrospectivo de todos los
pacientes diagnosticados y tratados de HEPA en
nuestro hospital en el periodo comprendido entre
Enero de 1999 y Diciembre de 2005. Los parámetros evaluados han sido: edad, sexo, forma de
presentación clínica, factores predisponentes, factores desencadenantes, exploraciones complementarias utilizadas, tipo de tratamiento (conservador o quirúrgico), morbimortalidad y estancia hospitalaria.
RESULTADOS
Durante el periodo de estudio fueron atendidos
en nuestro Hospital 106 hematomas de pared ab-
Figura 1. Imagen de TC helicoidal con contraste donde se
aprecia hematoma del recto anterior izquierdo con sangrado activo demostrado por extravasación de contraste
(flecha negra).
Figura 2. Imagen de TC helicoidal con contraste donde se
aprecia un gran hematoma de pared abdominal, con densidad heterogénea en relación con presencia de sangre
en distintas fases evolutivas. Parece depender de músculo oblicuo externo o de la fascia intermuscular.
dominal, 94 eran de origen traumático y solamente
12 casos (11,3%) eran espontáneos. Se trataba de
3 hombres (25%) y 9 mujeres (75%) con una edad
media de 72,5 años (límites 57-90 años).
Todos los casos presentaban una clínica similar
que consistía en dolor abdominal brusco y agudo,
junto con la aparición de una masa en la pared
abdominal.
Con relación a los factores predisponentes, 5
pacientes (41,6%) presentaban hipertensión arterial (HTA) y dos de ellos seguían tratamiento con
dicumarínicos. Un paciente (8,33%) presentaba
una leucemia linfoide crónica (LLC) y 3 de nuestros
casos (25%) recibían un tratamiento con heparina de
bajo peso molecular (HBPM). En un caso (8,33%)
existía un antecedente de tratamiento con antiagre-
Figura 3. Imagen de TC helicoidal con contraste en la que
se aprecia con mayor detalle un hematoma que afecta al
músculo recto anterior izquierdo y se extiende a músculos
oblicuos y transverso
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gantes plaquetarios y solamente uno de los sujetos
estudiados (8,33%) carecía de factores predisponentes.
En cuanto a los factores desencadenantes, en
5 pacientes (41.6%) no se conocía la posible causa, aunque este hecho se debió probablemente a
una anamnesis poco meticulosa. Otros 5 casos
(41,6%) presentaron episodios de tos persistente y,
de éstos, en 3 casos existía el antecedente de
cirugía abdominal previa. Los esfuerzos defecatorios por estreñimiento estaban presentes en 2
pacientes (16,7%).
En todos los casos el diagnóstico se realizó o
se confirmó por medio de técnicas de imagen, en 5
casos (41.6%) se utilizó la ecografía abdominal, en
3 casos (25%) la TC con contraste y en los 4
restantes (33.4%) se utilizaron ambas técnicas.
Todos los pacientes fueron valorados por el
Servicio de Cirugía y en 10 casos (83,33%) se
instauró tratamiento conservador obteniendo la
reabsorción del hematoma en un plazo medio de
aproximadamente 20 días sin registrar complicaciones. Solamente dos casos (16,66%) fueron tratados quirúrgicamente, uno de ellos por una hemorragia activa y persistente demostrada por TC y el otro
por la existencia de dudas diagnósticas con una
posible hernia de pared abdominal que no pudieron
ser resueltas con técnicas de imagen. En ambos
casos se realizó evacuación del hematoma y
hemostasia directa de los vasos sangrantes.
Sólo en 2 casos (16,66%) fue necesario reponer la volemia mediante la administración de 2-3
unidades de concentrado de hematíes, dichos ca-
sos correspondían al paciente con hemorragia activa y al que presentaba el antecedente de LLC, por
las bajas cifras de hemoglobina y hematocrito de
las que partía previamente.
El tiempo medio de estancia hospitalaria fue de
19,25 días, con límites que oscilaban entre 0 y 80
días. Hay que tener en cuenta que en algunos
casos, la causa de la hospitalización no fue el hematoma, sino otras enfermedades de gravedad
moderada-intensa, lo que explica la estancia hospitalaria prolongada que presentaron y que debe atribuirse a estas enfermedades.
Todos nuestros resultados se resumen en la
Tabla 1.
DISCUSIÓN
El HEPA es una entidad clínica poco frecuente
que generalmente se origina por la rotura de la
arteria epigástrica inferior o bien de pequeños vasos del músculo recto anterior del abdomen1. Normalmente aparece como complicación en pacientes que siguen tratamiento con dicumarínicos y/o
heparinas de bajo peso molecular a dosis altas1-4.
También se han relacionado con enfermedades
infecciosas (sobre todo la fiebre tifoidea), discrasias
sanguíneas, enfermedades del colágeno, hipertensión arterial, etc.5. Junto con los anteriores factores
predisponentes actúan otros factores desencadenantes que aumentan la tensión de la musculatura
abdominal (tos persistente, vómitos, embarazos,
ascitis, estreñimiento) o que traumatizan el músculo directamente (laparotomías previas, paracente-
Tabla 1
RELACIÓN DE PACIENTES CON HEPA
Pacientes
F. Predisponentes
F. Desencadenantes
59 años
Leucemia linfoide crónica
68 años
65 años
HTA
–
90 años
79 años
HTA
HBPM
77
72
83
78
Dicumarínicos HTA
Dicumarínicos HTA
HBPM
Antiagregantes
Tos
Laparotomía previa
–
Tos
Laparotomía previa
Tos
Estreñimiento
Laparotomía previa
–
Estreñimiento
Tos
Tos
Laparotomía previa
–
–
–
años
años
años
años
57 años
76 años
66 años
Dicumarínicos
HBPM
HTA
Pruebas de imagen
Tratamiento
TC
ECO
Quirúrgico
Conservador
80
9
ECO
ECO
Quirúrgico
Conservador
14
5
ECO
ECO
TC
TC
Conservador
Conservador
Conservador
Conservador
11
0
6
30
Conservador
Conservador
Conservador
Conservador
19
14
19
24
ECO
ECO
ECO
ECO
y
y
y
y
TC
TC
TC
TC
Estancia(días)
Siglas: Hipertensión arterial (HTA), Heparina de bajo peso molecular (HBPM), Ecografía (ECO) y Tomografía computarizada (TC).
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sis e inyecciones intraabdominales)6. De todos
ellos, la tos es el factor desencadenante más comúnmente implicado7.
Puede afectar a cualquier localización de la
pared abdominal, pero la de la vaina de los rectos
es la más frecuente y suele producirse por rotura de
la arteria epigástrica inferior. El hecho de que sea
más frecuente en mujeres es debido a las lesiones
residuales por estiramiento que sufren las arterias
epigástricas con el aumento del perímetro abdominal en el curso de los embarazos5,6. Con mucha
menos frecuencia, la hemorragia tiene su origen en
la lesión de las fibras del músculo recto8.
El hematoma suele aparecer en la región
infraumbilical5 debido a la ausencia de la vaina
posterior del recto por debajo de la línea semicircular de Douglas. Ello permite que entre las vísceras
abdominales y el músculo sólo exista el peritoneo y
la fascia transversalis, lo cual condiciona una menor protección de los vasos epigástricos inferiores
y del propio músculo. Estas mismas razones explican que esta entidad pueda simular un cuadro de
abdomen agudo a consecuencia de la irritación
peritoneal que provoca el sangrado y que da lugar
a dolor y defensa abdominal. Todo ello puede derivar en intervenciones quirúrgicas innecesarias
que se podrían evitar con un diagnóstico temprano
y correcto9,10.
La clínica viene precedida por dolor súbito y
agudo, y se asocia a la aparición de una masa
palpable que, cuando se sigue notando con el
músculo contraído, recibe el nombre de signo de
Fothergill3,5,11. En ocasiones pueden aparecer náuseas y febrícula12, y eventualmente síntomas urinarios por compresión vesical13.
Antes del advenimiento de las modernas técnicas de imagen, se llegaba al diagnóstico por medio
de la laparotomía; Teske, en un análisis de 100
casos publicado en 1946 observó que sólo el 17%
de los pacientes habían sido correctamente diagnosticados sin precisar una intervención quirúrgica14.
Hoy en día la ecografía y la TC son las técnicas
de elección para llegar a un diagnóstico correcto15.
La ecografía es una técnica incruenta, sencilla y
accesible en el área de urgencias; suele ser la
primera exploración a realizar y orienta al diagnóstico16. El hallazgo más común es una lesión ocupante de espacio localizada en partes blandas,
heterogénea y con áreas hipoecóicas alternando
con otras hiperecóicas. La TC abdominal puede ser
realizada con o sin contraste y permite una clasificación de los hematomas en diferentes tipos según
los hallazgos observados3. El hematoma aparece
como una colección homo o heterogénea, conteni-
da dentro del músculo, siendo posible detectar zonas de hiperdensidad en las primeras horas.
La resonancia magnética también puede ser
de utilidad para diferenciar el hematoma de larga
evolución de tumores como lipomas, hemangiomas
o neurofibromas difíciles de detectar con la TC17.
El tratamiento de elección debe ser inicialmente conservador y consistente en reposo, analgésicos y antiinflamatorios. En casos de hemorragia
activa con repercusión hemodinámica, puede ser
necesario el tratamiento quirúrgico para evacuar el
hematoma y realizar hemostasia de los vasos sangrantes, precisando a veces la ligadura de la arteria
epigástrica5,18. Otro procedimiento que también ha
sido utilizado en el tratamiento es la embolización
de los vasos sangrantes con técnicas de radiología
vascular intervencionista19.
La mortalidad de este proceso suele ser debida a shock hipovolémico y se estima en un 4%,
aunque algunos autores comunican que puede llegar al 18% en pacientes intervenidos e incluso al
25% en los anticoagulados20,21.
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