10 SOCIEDAD GIPUZKOA Noticias de Gipuzkoa Sábado, 13 de diciembre de 2008 J O A N M O N TA N É L O Z AYA UN “SUPERVIVIENTE” DE ABUSOS SEXUALES INFANTILES “La clave para superar los abusos sexuales es hablar sobre ello, aunque signifique enfrentarse a la familia” El barcelonés Joan Montané se describe como un superviviente de los abusos sexuales infantiles. Hoy día se dedica a informar y sensibilizar acerca de una realidad tabú de la que a él mismo le costó tomar conciencia. Tenía 38 años (2001) cuando reconoció que su padre había abusado de él ANA ÚRSULA SOTO DONOSTIA. El centro cultural donos- tiarra Ernest Lluch fue el escenario donde ayer Montané presentó su segundo libro sobre los abusos sexuales titulado Los niños que dejaron de soñar (Mandala Ediciones). ¿Qué historia hay detrás? Es, quizás, un poco más reflexivo en comparación con el primero (Cuando estuvimos muertos), que era mucho más vivencial. Me centro en las secuelas del abuso sexual, diferenciando las psicológicas, que son las más numerosas, de las físicas, jurídicas, familiares... ¿Cuáles son? Baja autoestima, culpabilidad, miedo, vergüenza, relaciones difíciles, adicciones, fobias, autolesiones. Es una larga lista. Y la ha vivido en primera persona. No todas, pero algunas sí. El sentimiento de culpa y la baja autoestima la compartimos todos. Las adicciones también son muy comunes. ¿Cuáles son las más problemáticas? La idea suicida. He hecho unas encuestas en el foro (forogam.blogspot.com) y, sobre unas 200 personas, un 61% dice que lo ha intentado. ¿Por qué? No encuentran ninguna salida y el suicidio era un mero trámite, según sus propias palabras, porque ya estaban muertos. Otras secuelas graves son las adicciones: alcoholismo, drogadicción, anorexia, bulimia. En mi caso fue la ludopatía. En definitiva, buscas cualquier vía de escape para evadirte de la realidad Es difícil de entender cómo una persona que ha sufrido abusos sexuales tiene sentimiento de culpa. Pero realmente es así. A veces pienso que es como si todos los sentimientos que el agresor no siente se los transmitiera a la víctima, que es la que se siente sucia, culpable, cómplice de haberlo consentido o de no haber hecho nada. ¿Puede un niño hacer frente a su agresor? No, sobre todo cuando el abuso es intrafamiliar, y un 70% lo son, porque la acción es mucho más directa. Como en mi caso, que fue mi padre. El niño no tiene escapatoria. A mí me suelen preguntar: ¿Con qué edad empezó? Pues no lo sé. Que sea consciente, a los seis años, pero seguramente comenzaron o se planearon antes. Es una estrategia, como un juego que te hace y te transmite esa culpabilidad y complicidad que hace que, después, no hables. ¿Cuándo deja de ser un juego para convertirse en abuso? Es difícil porque, para empezar, un niño no tiene en su vocabulario ni en su mente la idea de ser abusado. Yo El barcelonés Joan Montané posa con su nuevo libro en primer plano antes de la charla en el centro cultural Ernest Lluch de Donostia. FOTO: RUBEN PLAZA je, explícito o no. Mi padre nunca me dijo que no se lo contara a nadie y, sin embargo, yo lo tenía claro. Estás atado. nací con eso y lo tenía, es como si siempre te han maltratado. No te gustará, pero es lo que has vivido. Entonces llegas a una edad en la que te das cuenta de que eso no es normal, porque tu padre lo esconde. Pero tú ya estás atrapado en esa situación, tienes esos sentimientos de culpabilidad, complicidad y vergüenza. Sobre todo, porque piensas que al contar todo esto, de alguna manera, estás atacando al ente que te protege. Tú dependes de la familia. Recuerdo que, cuando era pequeño, para mí habría sido terrible y habría hecho cualquier cosa para que no se descubriera. Es bastante importante tener en cuenta que el niño, por sí sólo, no va a hablar. ¿Cómo pasa una persona de ser víctima a activista? No lo sé. Tengo suerte con mi pareja, que me ha empujado mucho para seguir adelante. Siempre me ha gustado escribir y he podido hacerlo, lo que me ha facilitado hacerme oír. ¿Qué puede hacer una persona cuando se haya en ese momento decisivo entre si conviene decirlo o no? El primer paso es hablarlo, es la clave. No puedes pensar que vas a olvidarlo sin hacer nada al respecto. Y cuanto más lo hables, a más gente y a más público, mejor. ¿Qué ocurre? Que lo que estoy diciendo significa enfrentarse a la familia. Pero eso es lo que realmente te endurece. ¿Por miedo y vergüenza? Por todo, miedo, vergüenza, culpabilidad, por la sensación de que lo ha provocado él, que se lo merece porque no ha hecho nada para impedirlo. Es una cosa con la que naces, no hay un antes ni un después y todo esto viene precedido por que el agresor ya se ocupa de que sea así. No pasa por casualidad. ¿Qué indicadores muestran que un niño pueda ser objeto de un abuso? Conductas muy sexualizadas, regresiones en el aprendizaje –un caso típico es hacerse pipí en la cama si esa etapa ya se había superado–, un niño que intenta abusar de otro, masturbación compulsiva... ¿La manipulación es la principal arma del agresor? Sin duda, sobre todo si es un abuso intrafamiliar, porque si viene de fuera, probablemente, usará la violencia. El abuso sexual es un abuso de poder. El niño no tiene ninguna posibilidad. A veces se utiliza el chanta- ¿La familia es el mayor hándicap para hacerlo público? SUS FRASES “Es como un juego en el que el agresor te transmite esa culpa y complicidad que hace que después no hables” “Las personas no saben cómo abordar este tema y es un problema, porque no decir nada es olvidar a la persona” Para mucha gente es un gran problema, y con razón. Es más fácil que la familia te aparte que te apoye, eso está demostrado. No lo denuncié porque no podía, el delito ya había prescrito. Pero, sin querer, le hice la peor denuncia para él, porque al decirlo, todo el mundo se apartó de él. La única que aguantó hasta su muerte fue mi madre. ¿Le dolió que no le apoyara ella? No es que me doliera, lo que pasa es que para mi madre fue muy difícil. Ella quería compartir el dolor conmigo, pero le había elegido a él y yo ya tenía suficiente con lo mío, así que tuvimos un periodo de separación. Yo lo entiendo, porque es otra generación. Al fin y al cabo, mi madre me creyó desde el primer momento, que es algo que no hacen todas las madres, y fue la que le hizo confesar a él. ¿Cuál es la pregunta que se hace una persona que ha sufrido un abuso sexual? ¿Por qué a mí? es muy común y ¿qué hubiera sido de mi vida si no hubiera pasado esto? Pero lo que importa es lo que vas a hacer a partir de ahora, porque tu vida es la que es. ¿Es posible sobrevivir? ¿Qué le pasó en su caso? Perfectamente. A medias. He tenido más apoyo, pero hay que señalar que, no sólo la familia, sino las personas en general, no saben cómo abordar el tema. Esto es un gran problema, porque el no decir nada es como olvidar a esa persona. ¿Mis hermanos me han apoyado? No han ido contra mí, es verdad, pero, ¿apoyarme?, ¿que yo me haya sentido apoyado? No me he sentido apoyado, porque soy consciente de que no sabían qué hacer. De todos modos, hay que decirlo, pero sabiendo que te vas a enfrentar con la gente y que va a ser un camino duro. ¿El tiempo es un factor clave? ¿Denunció a su padre? Cada persona tiene su propio proceso y necesita su tiempo, pero el principio siempre es el mismo, hablar y enfrentarse a ello. A partir de ahí, irán surgiendo dificultades, sin duda. A mí me costo muchos meses decir que yo fui abusado sexualmente y que esto había influido en mi vida. ¿Cuál es su mensaje? De optimismo. Las cosas pasan, pero te las puedes tomar como un obstáculo o como una oportunidad, y yo hace mucho aprendí que era una oportunidad para seguir avanzando.