Publicaciones de Mesoweb El proyecto Aj Poop B’atz’ S. Ashley Kistler Rollins College En el siglo dieciséis, el líder y visionario q’eqchi’ Aj Poop B’atz’ cambió el curso de la historia q’eqchi’. Viendo a las fuerzas españolas invadir Guatemala occidental y la devastación que esto había traído a las comunidades vecinas, se enfrentó con la necesidad de tomar una decisión: luchar y arriesgar a su pueblo a la muerte o aceptar a los españoles con la esperanza de que su pueblo pudiera salvar la vida. Dándose cuenta de la inevitabilidad de la invasión española, optó por dar una bienvenida pacífica a los españoles a su comunidad y a las prácticas q’eqchíes. Por haber tomado esta decisión, actualmente se le reverencia como símbolo de la identidad q’eqchi’. En la actualidad, a 450 años de su muerte, Aj Poop B’atz’ sigue siendo una parte prominente en la memoria histórica de los q’eqchíes. En San Juan Chamelco, Guatemala, se le reconoce como fundador de la población y como héroe cultural. Su historia la cuentan los mayores y los líderes de la comunidad y los chamelqueños le atribuyen su fuerza, su perseverancia, su poder y su autenticidad a las acciones llevadas a cabo por él en el siglo dieciséis. En el año 2006, fundé un grupo de trabajo colaborativo en Chamelco, el Grupo Aj Poop B’atz’, con el fin de llevar a cabo investigaciones sobre Aj Poop B’atz’ y su importancia cultural. Juntos, varios chamelqueños y este autor reunieron narrativas orales y documentos históricos sobre Aj Poop B’atz’ entre los mayores, los funcionarios locales, los sacerdotes y otros personajes de la comunidad. Si bien aprendimos mucho sobre Aj Poop B’atz’ a través de nuestro trabajo, nos dimos cuenta de que su historia se estaba perdiendo, pues las generaciones jóvenes de chamelqueños no la estaban aprendiendo como lo hicieron sus ancestros. Así pues, buscamos formas de revitalizar la historia y hallar formas de difundir los resultados de nuestras investigaciones. En el año 2009, mi grupo colaborativo y yo solicitamos al gobierno municipal de Chamelco que se estableciera una fecha para honrar a Aj Poop B’atz’. Propusimos la fecha del 3 de agosto, con el fin de conmemorar la fecha en que se le nombró “Gobernador Vitalicio de la región de Verapaz” por decreto real español: el 3 de agosto de 1555. El gobierno municipal aceptó nuestra propuesta, creando la oportunidad de que la comunidad recordara a su fundador y su historia todos los años. Su onomástico se celebró por primera vez en 2010 con una ceremonia maya, una plática para los estudiantes de Chamelco, un simposio etnohistórico y un concierto público de marimba.1 Desde entonces, Chamelco ha celebrado el “Día de Aj Poop B’atz’” todos los años mediante diversas actividades históricas y culturales. Estos eventos sirven para que la comunidad recobre la historia y el recuerdo de su gran líder. Mis colaboradores y yo queremos asegurarnos de que los niños de Chamelco aprendan la historia de Aj Poop B’atz’. Nos dimos cuenta de que las escuelas de Chamelco ofrecen pocas oportunidades para que los niños conozcan la historia local y cuentan con pocos documentos para aprender sobre su vigoroso legado histórico. En 2012, mi colaborador Sebastián Si Pop, activista q’eqchi’ y antiguo presidente de la rama q’eqchi’ de la Academia de Lenguas Mayas, y este autor escribimos un libro bilingüe para niños sobre Aj Poop B’atz’, con el fin de que se le adoptara en las escuelas de Chamelco. El libro, llamado Li qawa’ Aj Poop B’atz ut li resilal xyu’ameb’ laj Chameelk / Aj Poop B’atz’ y la historia chamelqueña, está escrito tanto en q’eqchí como en español. Donamos 500 copias 1 Tanto la celebración de 2010 como el proyecto del libro para niños pudieron financiarse gracias una beca McKean de la Universidad Rollins, misma que es donada generosamente por la Fundación Elizabeth Morse y Charles Hosmer Morse. 2012 Mesoweb: www.mesoweb.com/publicaciones/AjPoopBatz/Kistler2012-es.pdf. The Aj Poop B’atz’ Project del mismo a las escuelas de Chamelco y a otras instituciones culturales regionales en junio de 2012. Se nos invitó a presentar el libro al público en una gala para celebrar la feria anual de Chamelco, así como ante todos los maestros de Chamelco en la celebración municipal del “Día del Maestro.” También firmamos dos contratos con ONGs locales, otorgándoles los derechos de publicación del libro en Guatemala, con el fin de promover un uso más extendido del mismo en las escuelas locales. El libro, escrito para estudiantes del tercero al sexto grado de educación elemental, cuenta la historia de Aj Poop B’atz’ y habla sobre su importancia cultural. Lo que sigue es un pequeño resumen del libro. No se trata de una traducción literal, sino de un resumen de la información reunida por el Grupo Aj Poop B’atz’ a través de nuestras investigaciones colaborativas. Aj Poop B’atz’ nació en una remota aldea de Chamelco. Cuando nació, relámpagos y truenos bailaron en las montañas, en reconocimiento del hombre que habría de ser el último gran rey de los q’eqchíes. Se convirtió en Aj Poop o “líder” de los q’eqchíes después de que los españoles secuestraran y asesinaran al líder anterior en 1529. Se le escogió por su fuerza, sabiduría y por su naturaleza cauta. Aj Poop B’atz’ se preparó para ofrecer resistencia a los españoles, quienes buscaban controlar la región. En tanto que muchos grupos mayas iban cayendo bajo el yugo español, Aj Poop B’atz’ se esforzó por mantener a su pueblo libre de dicho dominio. Sin embargo, pronto vio la destrucción y la muerte que los invasores habían traído a las comunidades vecinas. Para proteger a su pueblo de la conquista, Aj Poop B’atz’ optó por recibir a los españoles en son de paz. Aceptó el catolicismo, permitiendo la colonización pacífica de la región y protegiendo a los chamelqueños de la conversión forzada y de la muerte. En 1544, sacerdotes españoles llevaron a Aj Poop B’atz’ a España como representante de la población indígena de Mesoamérica, con el fin de que lo conociera el rey español Carlos V. Caminaron por cuevas, volaron por el aire o viajaron por el mar, hasta llegar a España. Con ellos, llevaron regalos de plumas de quetzal, de aves y textiles. Tras un viaje largo y duro, los hombres llegaron por fin una noche al palacio del rey. Aj Poop B’atz’ forró la sala del trono con los regalos que había traído de Chamelco. En la mañana, al rey lo despertó el canto de los pájaros y pidió conocer a Aj Poop B’atz’ de inmediato. Al ser conducido Aj Poop B’atz’ a la sala del trono, se le ordenó hacer una reverencia al rey. Aj Poop B’atz’ se rehusó, respondiendo que “un rey no hace reverencias a otro rey.” El 2 rey Carlos expresó entonces su admiración por Aj Poop B’atz’ y le dio en obsequio cruces de plata, tela, incensarios y su regalo más famoso: campanas de plata para la iglesia de Chamelco. Volviendo a Chamelco, Aj Poop B’atz’ erigió una catedral para poner en ella las campanas españolas y para que sirviera de centro de culto del poblado. Muchos chamelqueños sostienen que hizo esto en una sola noche, silbando para ordenar lo que debían hacer a los espíritus del bosque. Algunos dicen que Aj Poop B’atz’ acudió a los animales del bosque para que lo ayudaran. Dícese que construyó la iglesia en una sola noche. En reconocimiento de su gran poder y de sus esfuerzos, el rey español nombró a Aj Poop B’atz’ gobernador de la región recién establecida de Vera Paz el 3 de agosto de 1555. Este acto, sin embargo, era innecesario, pues Aj Poop B’atz’ ya había sido elegido como líder de la región por los principales q’eqchíes en 1529. Al final de su vida, Aj Poop B’atz’ entró a una cueva en costado de una depresión que había cerca de una aldea de Chamelco. Lo hizo para huir de los españoles que lo buscaban porque se sentían amenazados por su gran poder. En esta cueva, murió. Los chamelqueños visitan actualmente este sitio con el fin de llevar a cabo ceremonias para obtener la bendición de Aj Poop B’atz’ durante la estación de siembra y la de cosecha. Actualmente Aj Poop B’atz’ es una parte fundamental de la historia y la cultura q’eqchí. Es fundador de Chamelco y abuelo de todos los chamelqueños. Sin su visión de paz, Chamelco no sería una comunidad amante de la paz, ni conservaría su lengua ni otras prácticas culturales que dan sustento a su identidad. Por su trabajo y batalla en favor de la comunidad q’eqchí, forma parte inolvidable de las vidas de todos los chamelqueños de ayer, de hoy y de siempre.