Historia de la Alfombra Historia de la Alfombra La tradición de Wilton Hace casi tres siglos que en el Reino Unido se fabrican alfombras. Esta tradición textil surgió en Wilton, un pequeño poblado del condado de Wiltshire, en el sudoeste de Inglaterra. A pocos kilómetros de Stonehenge, el famoso monumento megalítico de la Edad de Bronce, se estableció en 1720 la primera fábrica de alfombras del mundo. En los primeros tiempos, la composición de aquellos productos se caracterizó por ser de boucle de baja altura −conocido como “tejido de Bruselas”−, aunque posteriormente, la gente de Wilton logró desarrollar un tipo de alfombra de pelo corto que fue bautizada con el nombre del pueblo, como respetando una denominación de origen. Ese nuevo “tejido Wilton” fue reproducido por otros fabricas de la ciudad de Kidderminster y más tarde, por el resto del país Las alfombras Axminster En 1755, Thomas Whitty abrió una fábrica en la ciudad de Axminster en Devon, en la que comenzaron a producir alfombras manualmente y luego en forma mecánica, gracias a los avances que promovió la Revolución Industrial. De esta manera, comenzaba a comercializarse la alfombra Axminster, que se posicionó entre la gente rica como sinónimo de un tejido de suma calidad. Ambos tipos de tejido eran manufacturados en fábricas que estaban esparcidas por toda Inglaterra y que daban respuesta a la demanda local e internacional. Las Tufting nortamericanas A comienzos del siglo XX, un método completamente nuevo de producción de alfombras, conocido como Tufting, fue implementado en Estados Unidos. Este sistema consistía en tomar como base una manta pretejida a la que se le insertaban tufs (matas) mediante una aguja. Paulatinamente, se fue desarrollando y perfeccionando. Las nuevas tecnologías han permitido enormes progresos en la manufactura de hilados sintéticos y en la construcción de maquinas de tejido modernas que permiten la manufactura de todo tipo de alfombras con texturas, diseños y colores que realzan toda clase de ambientes. Alfombras modulares En la década del sesenta, se desarrolló un nuevo tipo de recubrimiento para pisos que podía ser instalado tanto en ambientes comerciales como en oficinas corporativas, y que permitía una mayor facilidad de traslado e instalación. Este nuevo sistema fue el inicio de las alfombras modulares, las cuales son fabricadas en rollos y luego troqueladas en módulos que generalmente tienen 60cm x 60cm. Las alfombras modulares han dado respuesta a una necesidad moderna que tienen los edificios corporativos: pisos elevados que permitan cablear las redes que conectan a todas sus terminales. Por ello, este tipo de alfombras individuales se posicionan como la solución más rápida y accesible a la hora de acceder al cableado sin genera alteraciones en el funcionamiento laboral.