El socio enemigo Capítulo I: Smith Jackson El señor Jackson se sentó en su sillón para fumar un cigarrillo. La señora Douglas, el ama de llaves, le preparó un café. Este se encontraba serio y pensativo. Era un hombre inteligente, le gustaba mucho la investigación, quizás por eso es que había elegido la carrera de detective. Era un hombre distinguido en la sociedad, por la capacidad que tenía para resolver casos. Conocía varios idiomas, dominaba lenguas aborígenes, sabía anatomía, química, historia universal, los casos de crímenes ocurridos en los últimos cien años, lógica, leyes vigentes del país en ese momento. Como ningún otro, nadie se le comparaba. En sus tiempos libres tocaba el chelo, el cual dominaba desde que era un niño. Para divertirse con sus amigos jugaba al ajedrez. A simple vista era un hombre de agradable apariencia, alto, de unos cuarenta años, con piel blanca, y mirada clara, delgado, con simple vestimenta, era descendiente de franceses, pero había nacido en Inglaterra. En ese momento se encontraba preocupado, ya que en la mañana había recibido una carta de la señora Stapleton, dándole la terrible noticia que su amigo Michael había sido asesinado en propio cuarto por un extraño que le había disparado en el pecho. Momentos antes del terrible suceso, alguien había entrado a su casa pero ella no se había dado cuenta, ese hombre le disparó y se escapó por la ventana del cuarto. La madre de Michael le pedía que investigara el crimen, por el cual había muerto como víctima su hijo. Para Jackson era dolorosa la pérdida de su amigo, ya que había crecido con él desde la infancia. Michael, al igual que él había desarrollado una buena carrera, pero a diferencia de él era empresario: se dedicó a la administración de una empresa de autos, que era reconocida internacionalmente. Lo que se preguntaba el detective, era con qué fin el asesino había matado a Michael, y por qué en su casa. Capítulo II: La investigación de Jackson A la mañana siguiente, el detective se dirigió a la escena del crimen, para comenzar sus investigaciones sobre el caso. La casa era una pequeña casona, con un gran jardín en la entrada. Dentro, en la primera planta, se encontraba el living, luego el comedor y la cocina. En la segunda planta estaba la habitación de la señora Stapleton y la de su hijo. En el costado de la casa el garage. Dentro del cuarto de Michael, se encontraba a la derecha la cama, un armario y la jaula de Ludovico, el loro de este, a la izquierda dos sillones, al frente de estos un gran ventanal que daba vista al jardín. Al analizar los sucesos, la señora Stepleton declaró que Michael había llegado del trabajo a las ocho y media aproximadamente, había guardado el auto en el garage, en lo cual se había demorado unos minutos. Habló con ella acerca de los negocios del día, cenaron y luego se despidieron. Se fueron a acostar a las once de la noche. Ella no lograba conciliar el sueño y se levantó al escuchar un disparo procedente de la habitación de su hijo. Cuando llegó al cuarto, Michael estaba tirado en el suelo, muerto; el ventanal estaba abierto. Las pistas que había encontrado Jackson eran unas marcas de zapato que había dejado el asesino al saltar al jardín desde el ventanal. Estas indicaban que era una persona alta, ya que eran muy distantes. Las plantas pisoteadas en el garage y la puerta de este que estaba trabada. Con esto el asesino pudo distraer a Michael y pudo entrar al garage y esconderse, sin que este se diese cuenta. Luego debajo de la pata de la mesa del living encontró un papelito que decía: Administración. Empresa Automotores Toyota. Jackson le preguntó a la señora Stapleton si este era uno de los papeles de su hijo, pero ella le respondió que no, porque Michael utilizaba otros que decían: Director General. Empresa Automotores Toyota Era un hecho que el asesino había tenido que pasar por el living para dirigirse al cuarto de Michael, pero dejó sin darse cuenta este papel. Para Jackson, eso quería decir que el asesino se encontraba en la parte de administración, donde trabajaba Michael. Ese mismo día, Jackson se dirigió hacia la empresa que estaba de duelo por la muerte del director general. Interrogó en la zona administrativa a todos los empleados para ver si obtenía información. Eliminó a todos los hombres bajos, ya que las huellas del asesino indicaban a una persona alta. Entre los altos se encontraban tres señores, el señor Flander, una persona de buen corazón, alto, panzón y morocho; el señor Franklin, un señor de estatura alta y blanco; y el señor Conor, a simple vista era delgado, alto y blanco. Habló con ellos preguntándoles dónde habían estado la noche del crimen. Supo que Flander y Franklin se habían quedado en sus casas, mientras que el señor Conor se había quedado esa noche en la empresa, lo cual también afirmaban los guardias. Jackson se quedó pensando que las huellas del jardín no eran profundas, por lo cual dedujo que el asesino debía de ser delgado. Este sospechaba de Franklin, ya que Flander era gordo y Conor había pasado la noche en la empresa. Smith se preguntaba por qué motivo Franklin había asesinado a Michael y quién se quedaría con la empresa. Capítulo III: El testigo inadvertido Sospechando que Franklin era el asesino de Michael, Jackson fue a la escena del crimen. Debajo de la cama de este, encontró unos papeles que decían: Carta Administrativa: A partir del 16 de junio de 1865 pongo a mi empleado de la administración como mi socio general de esta empresa, dividiéndonos los bienes, las ganancias y en caso de ausencia o muerte que ocupe mi lugar dirigiendo esta empresa. A mi querido y buen amigo John Conor que… Al pronunciar estas palabras el loro de Michael empezó a repetir sucesivamente: “Conor no lo hagas; no lo hagas Conor; no, no lo hagas Conor, piénsalo bien”; y así sucesivamente. En ese momento Jackson empezó a ver al lorito. Era evidente que Ludovico había presenciado la muerte de su dueño. Así como también que lo había asesinado Conor, con el objetivo de quedarse con la empresa. ¿Pero si nadie sabía que Michael tenía socio? ¿Cómo es que Conor lo sabía?, ¿Como hizo para salir de la empresa sin que los policías se dieran cuenta? Capítulo IV: La conclusión Conor sabía desde un principio que Michael lo iba a nombrar socio, pero Michael no lo comentó porque pensaba decirlo en el aniversario de la empresa que era en septiembre. Como John sabía que si Michael moría se quedaba con la empresa se propuso asesinarlo. Hizo creer que pasaba la noche en el trabajo, pero para lograr su objetivo sin levantar sospechas tuvo que dormir a los policías por un lapso de siete horas. En ese tiempo llegó a la casa de Michael, y cuando este llegó le había cerrado la puerta. Entonces, Michael se propuso a destrabarla para pasar el auto, Conor entró al garage y esperó ahí hasta que no oyó más ruidos. En ese momento pasó por el living, ahí se le cayó el papel y se dirigió a la habitación de Michael. Llegó al dormitorio, abrió la puerta y encontró a Michael leyendo, pero como lo reconoció no se preocupó porque no pensaba que le iba hacer daño. Cuando Conor le mostró el revólver, Michael le dijo que no lo matara, pero a pesar de los pedidos de la víctima, este lo asesinó. Conor salió por la ventana y regresó a la empresa. Las hojas que tenía Michael cayeron bajo la cama y su loro quedó atormentado por el recuerdo de las últimas palabras de su dueño. Gracias a estas investigaciones Conor declaro que había asesinado a Michael, para quedarse con la empresa. Después de haber resuelto todo el caso, Jackson regresa a su casa, donde la señora Douglas le esperaba con una taza de café. Stephanie Godoy.