Amor imposible En un tiempo remoto, antes de Cristo, existía la tradición de que los mortales visitaran el Monte Olimpo para adorar a los dioses. Más allá del cielo, todos los domingos los dioses dedicaban su tiempo a oír las plegarias de los mortales. Si algún mortal realizaba un acto de ofensa hacia los dioses sería cruelmente juzgado y castigado según la gravedad de su ofensa. Podría morir de dos maneras: decapitado o enterrado vivo. Cierto domingo, día en el cual el pueblo se dedicaba a elevar plegarias a los dioses desde sus hogares, la diosa de la caza, Artemisa, decidió aprovechar el día para recorrer el Olimpo. todos los días de la semana excepto el domingo. Ese día, en hombres ellos