jueves 2 de febrero de 2006 EDICIÓN IMPRESA - Sociedad Las mujeres ocupan sólo tres de cada diez altos cargos del Gobierno de Zapatero Este lunes, Trabajo presentará el borrador del anteproyecto de la ley de Igualdad a sindicatos y patronal, que incluye medidas para fomentar la paridad en las empresas M. J. PÉREZ-BARCO MADRID. Un permiso de paternidad de diez días, o quizás veinte; medidas para reducir las cifras de paro entre las mujeres; horarios más flexibles para conciliar la vida laboral y familiar; equiparación de salarios con los hombres; planes de igualdad en empresas con más de 250 trabajadores... Estas son algunas de las propuestas que Gobierno, sindicatos y patronal discutirán el próximo lunes en la Mesa de Diálogo Social como parte de la ley de Igualdad que prepara en estos momentos el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Pero además esa norma incorporará otros contenidos de gran trascendencia, como medidas que favorezcan la paridad en los consejos de dirección de las empresas y la igualdad incluso en la Administración Pública. Y es que los altos cargos no sólo son un terreno vedado a la mujer en el sector privado, sino también en la propia Administración General del Estado. Si bien el Ejecutivo socialista ha formado el primer Gobierno paritario de nuestra historia (ocho ministros y ocho ministras), en el resto de puestos de gran responsabilidad del Estado la mujer ha quedado relegada a un segundo plano. Apenas tres de cada diez altos cargos (el 27 por ciento) del Gobierno están ocupados por mujeres. Jerarquía administrativa Hay 18 hombres dirigiendo secretarías de Estado, frente a sólo cuatro mujeres. Y esa proporción casi se mantiene de la misma forma según se desciende en la jerarquía administrativa: Ellas sólo se encargan del 29 por ciento de las subsecretarías existentes, del 23 por ciento de las direcciones generales y del 27 por ciento de las subdirecciones. Puestos, todos ellos, que son de libre designación. La mujer no ha conseguido abrirse camino en áreas tradicionalmente reservadas a hombres. Por ejemplo, sorprende que todavía sólo disfrute de una representación meramente testimonial en los puestos de responsabilidad del Ministerio de Defensa, donde se adscriben los tres Ejércitos. Tan sólo el Instituto Social y el Instituto de Vivienda de las Fuerzas Armadas, que tienen categoría de dirección general, dependen de mujeres. Ahora bien, la situación mejora en Interior, donde ellas tienen en sus manos el 25 por ciento de los altos cargos. Claro que sin presencia alguna en la dirección general de la Policía, en la de Tráfico y en la Guardia Civil, aunque sí han logrado tomar las riendas en Instituciones Penitenciarias y en Protección Civil y Emergencias. Asuntos Exteriores constituye otro de los grandes horizontes por descubrir para la mujer. Aunque ellas apenas tienen peso en las altas responsabilidades (sólo el 20 por ciento es representación femenina) y a pesar de que sólo hay once mujeres embajadoras frente a los 152 embajadores españoles desplazados a otros países, esa tendencia no se cumple en la secretaría de Estado de Cooperación Internacional, que dirige Leire Pajín. Junto a ella otras diez mujeres y ocho hombres toman las decisiones más importantes de su departamento. Direcciones generales para hombres El Ministerio de Fomento tampoco ha pasado el examen de la paridad, a pesar de que está en manos de una mujer, Magdalena Álvarez. La representación femenina se reduce a un 14,5 por ciento. Las nueve direcciones generales (carreteras, ferrocarriles, marina mercante, aviación civil, etcétera) que en él existen están exclusivamente destinadas a hombres. Lo mismo ocurre en el Ministerio de Medio Ambiente en ese rango jerárquico. Con mejor valoración, ya que el 26 por ciento de sus altos cargos son mujeres, Agricultura también se encuentra entre los ministerios donde la presencia femenina resulta bastante reducida. De hecho, la propia dirección general de Agricultura y todas las subdirecciones que de ella dependen se han reservado al ámbito masculino. Los mejor valorados Sin embargo, existen una serie de ministerios que se encuentran en un término medio respecto a la presencia femenina en sus puestos de responsabilidad. Son los casos de Economía, Industria, Administraciones Públicas, Educación, Sanidad y Trabajo y Asuntos Sociales. Precisamente, esta última cartera se está encargando de redactar el borrador del anteproyecto de la ley de Igualdad. Es el único ministerio que ha nombrado a dos secretarias de Estado. Pero también reúne sus paradojas: las mujeres predominan en el área de Igualdad e Inmigración, pero son muchas menos en las de Trabajo, Empleo y Seguridad Social. Y en Sanidad, aunque la presencia de la mujer resulta deficitaria, ellas dirigen agencias nacionales como el Plan Nacional sobre Drogas, el Plan Nacional sobre el Sida, el Instituto Nacional de Consumo y la Agencia Española de Medicamentos. Desde luego, las carteras hasta ahora citadas están muy lejos de alcanzar la paridad que han logrado Cultura (54 por ciento de representación femenina) y Vivienda (52 por ciento). También muy cerca de llegar a esa meta se encuentran el Ministerio de Justicia (41 por ciento) y el de Vicepresidencia (38 por ciento). A la vista de estos datos, es lógico pensar que la ley de Igualdad deberá aportar algo más que una batería de medidas para lograr la plena equiparación de la mujer.