Sierra Leona: Una amenaza real e inmediata a los derechos

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EMBARGADO HASTA LAS 13:00 HRS GMT DEL 10 DE MAYO DEL 2000
Sierra Leona: Una amenaza real e inmediata a los derechos humanos
fundamentales de la población civil
El grave deterioro de la situación de seguridad en Sierra Leona plantea una amenaza real e
inmediata a los derechos humanos fundamentales de millares de civiles, tanto en Freetown, la capital,
como en las provincias, en la mayor crisis que ha sufrido hasta ahora el proceso de paz en este país, ha
señalado hoy Amnistía Internacional.
Los abusos cometidos por las fuerzas rebeldes durante el conflicto armado que se libra en
Sierra Leona han alcanzado el mayor grado de gravedad conocido: homicidio, amputación de brazos y
piernas, secuestro, violación sexual y otras formas de agresión sexual. Amnistía Internacional ha
venido documentado estos abusos, que persisten pese a la firma del acuerdo de paz en julio de 1999.
«La seguridad de la población civil debe ser la principal preocupación de la comunidad
internacional —manifestó Amnistía Internacional—. Las Naciones Unidas (ONU) tienen la obligación
de asegurar que se protege a los civiles de las atrocidades que han venido sufriendo a lo largo de los
años de conflicto armado.»
Las Naciones Unidas
La semana pasada, la Misión de las Naciones Unidas en Sierra Leona (UNAMSIL) sufrió un
grave revés cuando aproximadamente 500 de sus soldados fueron capturados por las fuerzas rebeldes
del Frente Revolucionario Unido. Las tropas de mantenimiento de la paz de la ONU, que actualmente
cuentan con unos 8.700 soldados, han conseguido desplegarse en zonas del norte y este del país que
todavía están bajo el control efectivo de los rebeldes. Su despliegue gradual tuvo consecuencias
positivas en materia de reducción del índice de abusos contra civiles. Las tropas de la ONU tienen el
mandato de proteger, dentro de sus posibilidades y en sus zonas de actuación, a los civiles que corren
peligro inminente de sufrir ataques contra su integridad física.
«Condenamos cualquier acción que impida que las tropas de mantenimiento de la paz de la
ONU cumplan con su mandato de proteger a la población civil», ha declarado Amnistía Internacional.
En estos momentos la ONU, algunos gobiernos de África occidental y la comunidad
internacional en su conjunto están desarrollando intensas actividades diplomáticas al más alto nivel con
el fin de resolver la crisis precipitada por la captura de las tropas de mantenimiento de la paz de la
ONU. Las medidas urgentes que se están adoptando para reforzar el contingente de la UNAMSIL
deben tener en cuenta la necesidad de asegurar que todas las tropas desplegadas cuentan con la
capacitación y el apoyo logístico necesarios para impedir que la población civil sufra más abusos
contra sus derechos humanos.
La impunidad
El secretario general de la ONU, Kofi Annan, ha manifestado que el dirigente del Frente
Revolucionario Unido, Foday Sankoh —que ha ocupado un importante puesto de gobierno en
aplicación del acuerdo de paz de 1999—, es responsable de esta última crisis y debe rendir cuentas de
sus acciones.
«La viabilidad del acuerdo de paz se vio socavada desde el principio porque, al decretar una
amnistía indiscriminada, omitió abordar la cuestión de los graves abusos contra los derechos humanos,
incluidos crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad, cometidos durante el conflicto —ha
señalado Amnistía Internacional—. El acuerdo de paz firmado en Lomé no fue apuntalado ni por la
justicia ni por la rendición de cuentas.»
Es evidente que el Frente Revolucionario Unido no ha observado las más importantes
disposiciones del acuerdo de paz. En consecuencia, los miembros del Frente, incluido su dirigente
Foday Sankoh, no deben seguir disfrutando de la amnestía otorgada en el acuerdo. De cualquier
manera, esta amnistía no abarca los abusos cometidos desde julio de 1999, y se debe hacer comparecer
ante la justicia a los responsables de que hayan continuado los homicidios, las mutilaciones, las
violaciones sexuales y los secuestros.
«La persistente crisis política y de derechos humanos que afecta a Sierra Leona no se resolverá
mientras los perpetradores de abusos contra los derechos humanos sigan disfrutando de impunidad», ha
manifestado Amnistía Internacional.
Los refugiados
Varios centenares de civiles sierraleoneses están tratando de abandonar el país. Algunos han
cruzado la frontera con la República de Guinea desde el distrito de Kambia, en la Provincia del Norte,
pero los que han conseguido entrar en Guinea han afirmado que los combatientes del Frente
Revolucionario Unido están impidiendo que otras personas se desplacen fuera de Sierra Leona.
«No debe impedirse que la población civil abandone las zonas del país donden corre peligro su
vida y su seguridad», ha señalado Amnistía Internacional.
Los países de la región —especialmente la República de Guinea, donde varios cientos de miles
de sierraleoneses han buscado refugio huyendo de los abusos, tanto durante el conflicto como desde la
firma del acuerdo de paz— deben asegurar que no se impida la entrada en ellos de las personas en
peligro. La comunidad internacional también debe asegurar que se garantiza la seguridad de los
refugiados.
Más de un millón de civiles que se han convertido en desplazados internos a causa del
conflicto corren ahora un riesgo creciente de sufrir abusos.
La ayuda militar a las fuerzas rebeldes
Continúa en vigor una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU en la que se prohíbe la
venta y el suministro de armas, munición y otro material militar a las fuerzas rebeldes de Sierra Leona.
Dada la espantosa magnitud de la violencia infligida por las fuerzas rebeldes a la población civil, puede
suponerse que cualquier ayuda militar —armas, munición y combatientes— que se preste a las fuerzas
rebeldes contribuirá a que continúen las violaciones de la legislación internacional sobre derechos
humanos y del derecho internacional humanitario.
«El Consejo de Seguridad de la ONU, junto con los gobiernos de Liberia, la República de
Guinea y otros países de la región, debe adoptar todas las medidas que estén a su alcance para impedir
que la ayuda militar llegue a manos de las fuerzas rebeldes», ha declarado Amnistía Internacional.
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Si desean más información, pónganse en contacto con la oficina de prensa de Amnistía
Internacional en Londres, Reino Unido, en el número + 44 20 7413 5810 o en el teléfono móvil
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