(Rev. Esp. Anestesiol. Reanim. 2002; 49: 101-104) NOTA CLÍNICA Tratamiento de la cefalea postpunción dural con hidrocortisona intravenosa M. Moral Turiel*, Mª Oliva Rodríguez Simón**, J. Sahagún de la Lastra***, J. A. Yuste Pascual**** Hospital Universitario "12 de Octubre". Centro Materno Infantil. Madrid. Resumen La cefalea postpunción dural (CPPD) es la complicación más frecuente de los procedimientos en los que se perfora la duramadre, incluyendo la anestesia subaracnoidea y la anestesia o analgesia epidural, con punción dural accidental. Constituye un cuadro especialmente grave en la puérpera, que no puede atender adecuadamente a su recién nacido. La etiología no se conoce completamente, por lo que los múltiples tratamientos propuestos son sintomáticos, en su mayoría empíricos y no siempre eficaces. Cuando las medidas conservadoras fracasan, se propone como alternativa el parche hemático, una técnica invasiva, no exenta de riesgos y que muchas pacientes rechazan. Presentamos 3 mujeres que en el puerperio inmediato desarrollaron un cuadro grave de cefalea postpunción dural, que remitió con hidrocortisona intravenosa. No está descrita la utilización de la hidrocortisona para tratar esta complicación, pero dados los resultados obtenidos, consideramos que se deberían llevar a cabo ensayos clínicos que nos permitieran establecer la efectividad de este tratamiento y precisar si, al menos en determinados casos, podría sustituir al parche hemático. Palabras clave: Cefalea Postpunción Dural. Tratamiento. Hidrocortisona. Anestesia obstétrica. Intravenous hydrocortisone treatment for postdural puncture headache Summary Postdural puncture headache (PDPH) is the most frequent complication of procedures involving dural penetration for spinal anesthesia or following unintentional dural puncture during attempted epidural anesthesia or analgesia. PDPH causes serious problems for women who have just given birth, as they are unable to give adequate care to their infants. The causes of PDPH are poorly understood and treatments are therefore various and symptomatic; most are empirical and not all are effective. When conservative measures fail, an alternative that may be proposed is the blood patch, an invasive technique which is not without risk and which many patients reject. We report three cases of incapacitating PDPH in women after vaginal or caesarian delivery in which symptoms resolved with intravenous hydrocortisone treatment. Hydrocortisone treatment for PDPH has never been reported in the literature, but given our results, we consider that clinical trials are warranted to establish the efficacy of this treatment and to determine if there is a chance that it might offer an alternative to the blood patch. Key words: Postdural puncture headache. Treatment. Hydrocortisone. Anaesthesia, obstetric. Introducción La cefalea postpunción dural (CPPD) es la complicación más frecuente tras anestesia subaracnoidea o *Médico Adjunto. **Médico Residente. ***Jefe de Sección. ****Jefe de Servicio. Correspondencia: Dra. M. Moral Turiel C/ Comercio 4, Esc. 3ª, 2º C. 28007 Madrid. Aceptado para su publicación en enero de 2002. 45 punción accidental de la duramadre al intentar realizar un bloqueo epidural1,2. La gravedad de los síntomas guarda relación con el tamaño y tipo de aguja, con la edad y sexo de los pacientes, así como con la dificultad de la punción y el número de intentos. Los casos más rebeldes suelen aparecer tras anestesia o analgesia epidural obstétrica con punción accidental de la duramadre3,4. En los últimos años las técnicas regionales se están imponiendo en la anestesia y analgesia obstétricas, debido fundamentalmente a que ofrecen un alto grado de seguridad para el binomio madre-hijo y una gran eficacia en el tratamiento del dolor del parto5-7. La inci101 Rev. Esp. Anestesiol. Reanim. Vol. 49, Núm. 2, 2002 dencia de punción dural tras analgesia epidural para el parto es variable, del 0,5 al 6% según las fuentes consultadas. Se admite como razonable una frecuencia del 1 al 2,5% en los centros docentes. Entre el 75 y el 80% de estas pacientes desarrollan CPPD1,4,8. Cuando el síndrome de CPPD se presenta en la paciente obstétrica, la morbilidad es considerable. En este grupo de enfermas la gravedad del cuadro suele venir determinada tanto por la cefalea como por la rigidez y el dolor de la musculatura paravertebral, preferentemente del cuello, así como por el hecho de que la madre puede encontrarse incapacitada para cuidar a su recién nacido, lo que favorece la aparición de trastornos psicológicos graves como la depresión1,4,7,8. La etiopatogenia de la CPPD no ha podido ser aclarada, por lo que los tratamientos propuestos son sintomáticos. El método conservador a base de analgésicos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) y cafeína, con frecuencia se muestra ineficaz en los casos graves9-12. Cuando esto ocurre la alternativa aceptada es el parche hemático, técnica cruenta, no exenta de riesgos, a veces ineficaz y que muchos pacientes rechazan firmemente por miedo a padecer nuevas complicaciones4,8,10,12,13. Algunos autores han utilizado con éxito la hormona adrenocorticotrófica (ACTH) para tratar varios casos de CPPD, sin poder explicar los mecanismos por los que este tratamiento ha sido eficaz14,15. Teniendo en cuenta que esta hormona podría actuar mediante la liberación de corticoides y dado que disponemos de más experiencia con el uso de corticoides durante la lactancia, que con ACTH, decidimos utilizar estos fármacos para tratar aquellos cuadros de CPPD que aparecieron en el puerperio y no respondieron al tratamiento convencional. A continuación presentamos tres casos de mujeres que en el puerperio inmediato desarrollaron un cuadro grave de cefalea pospunción dural, que remitió con hidrocortisona (Actocortina®) intravenosa. Casos clínicos Paciente nº 1 Mujer de 32 años con un índice de masa corporal de 38 (117 Kg y 1,75 m de talla) a la que se intentó realizar la cesárea bajo anestesia general por sufrimiento fetal. La intubación fue imposible, por lo que se llevó a cabo una anestesia intratecal con aguja del nº 22 G, punta de Quincke. A las 24 horas de la intervención la mujer presentó cefalea frontooccipital, de carácter ortostático y de intensidad 8/10 en la escala analógica visual (EVA). Se inició tratamiento conservador con cafeína oral (2 dosis de 300 mg), paracetamol asociado a codeína y tramadol; además de mantener reposo absoluto y una adecuada hidratación. Al 102 segundo día persistía la cefalea y apareció rigidez de nuca importante. En los días siguientes el cuadro se agravó acompañándose de inestabilidad en la marcha, sensación de reverberación y dolor interescapular severo, por lo que el séptimo día, dado que la paciente rechazó el parche hemático, añadimos al tratamiento hidrocortisona IV, 100 mg/8 horas (en total 3 dosis). A las 3 horas de la primera dosis de hidrocortisona la paciente refirió gran mejoría del cuadro, que desapareció completamente a las 10 horas de haber iniciado este tratamiento. La sintomatología no volvió a reaparecer. Paciente nº 2 Mujer de 30 años a la que se practicó analgesia epidural para el parto con punción accidental de la duramadre al localizar el espacio epidural mediante aguja del 18 G. Se colocó un catéter epidural en un espacio superior y se obtuvo analgesia excelente con perfusión epidural de bupivacaína al 0,062% asociada con fentanilo a 2 µg/ml. A las 12 horas del parto la paciente refirió cefalea frontoparietal bilateral intensa, que se agravaba con la bipedestación por lo que iniciamos tratamiento conservador a base de cafeína oral, paracetamol con codeína, reposo e hidratación. La cefalea desapareció en 24 horas, pero a las 48 horas de haber suspendido el tratamiento, cuarto día postparto, la cefalea reapareció con intensidad 10/10 en la EVA, y se acompañaba de rigidez cervical intensa, fotofobia y acúfenos. Ese mismo día reinstauramos el tratamiento conservador sin mejoría. El 6º día la mujer presentaba, además de los síntomas anteriores, depresión y diplopia, por lo que se pautaron 3 dosis de 100 mg de hidrocortisona IV. La sintomatología desapareció completamente a las 12 horas de haber iniciado este tratamiento y no tuvo recurrencias. Paciente nº 3 Mujer de 28 años a la que se practicó punción accidental de la duramadre con aguja del 18 G, al intentar colocar el catéter epidural para analgesia del parto. A las 24 horas del bloqueo la paciente presentó cefalea parietooccipital, sólo en bipedestación, con puntuación 10 en la EVA. Se pautó tratamiento conservador con cafeína y AINE, que la enferma decidió postponer hasta 24 horas más tarde. En los dos días siguientes el cuadro se agravó y al sexto día apareció desviación de la mirada, diplopia, rigidez de nuca, sensación de mareo y reververación. Dada la gravedad de los síntomas, le propusimos la realización de un parche hemático, que rechazó, por lo que decidimos asociar al tratamiento hidrocortisona IV, 100 mg/8 horas. Tras las tres primeras dosis la mejoría fue espectacular, persistiendo solamente una ligera desviación de la mirada y diplopia ocasional, que desapareció totalmente al administrarle otras 3 dosis de hidrocortisona IV. Los síntomas no reaparecieron. Discusión Aunque la evolución natural de la CPPD es hacia la curación en aproximadamente menos de 8 días, hay un 46 M. MORAL TURIEL ET AL.– Tratamiento de la cefalea postpunción dural con hidrocortisona intravenosa número importante de pacientes, que empeoran con el tiempo, desarrollan cuadros graves de semanas o meses de duración, y en los que la cefalea puede recurrir tras un período de remisión2,10,12,16,17. Se han propuesto múltiples tratamientos. Los cuadros leves o moderados responden bien al método conservador a base de hidratación adecuada, reposo, analgésicos y cafeína; pero el problema está sin resolver en los casos invalidantes, que no evolucionan favorablemente y prolongan el alta hospitalaria13. Mientras unos autores proponen la utilización precoz del parche hemático para evitar la cronificación de los síntomas, hay otros que aconsejan agotar la terapia farmacológica, dado que el parche hemático puede producir complicaciones como lumbalgia severa, aracnoiditis e infeciones y además no parece ser tan eficaz como se creyó en un primer momento4,10,13,18,19. Las puérperas desarrollan con frecuencia cuadros de CPPD de gravedad extrema debido a que se encuentran entre el grupo de población más sensible, mujeres jóvenes entre 20 y 40 años20. Considerando que estas pacientes son habitualmente sanas, tienen previsto una recuperación rápida y además precisan atender desde el primer momento a su recién nacido, este problema suele ser una de las dificultades que más preocupan al anestesiólogo obstétrico en su práctica diaria. La etiología del cuadro no está clara. Clásicamente se ha admitido que el dolor se produciría por vasodilatación cerebral a causa de la baja presión del líquido cefalorraquídeo (LCR). Actualmente la teoría más aceptada propone que la fuga de LCR, a través del orificio dural, disminuiría su función de sistema amortiguador y de sostén, quedando el tejido cerebral, vasos y nervios, más en contacto con la estructura craneal ósea, lo que podría condicionar una tracción irritativa meníngea, vascular y nerviosa, que produciría dolor4,12,13,21. Esta teoría podría explicar los cuadros con síntomas más graves, de evolución tórpida, que se acompañan de rigidez de nuca, náuseas, vómitos, fotofobia, diplopia, visión borrosa, vértigo y problemas auditivos; síntomas que recuerdan un síndrome de irritación meníngea. Después de conocer, que el tratamiento con ACTH había sido efectivo en situaciones de CPPD invalidantes14,15, y teniendo en cuenta que esta hormona podría haber actuado a través de la liberación de corticoides22,23, dada la experiencia de la que se dispone en neonatología con el uso de hidrocortisona24, decidimos utilizar esta sustancia en los tres casos que presentamos, por considerarla un tratamiento más seguro que la ACTH en la mujer lactante. Queremos señalar que la ACTH no está comercializada en nuestro país y por tanto sólo se importa para las indicaciones específicamente aprobadas, entre las 47 que no se encuentra el tratamiento de la CPPD. Además, esta hormona sigue siendo extraída de hipófisis de mamíferos, por lo que puede producir reacciones de hipersensibilidad25. Al actuar mediante la liberación de esteroides adrenocorticales es menos previsible y menos específica en sus efectos que la hidrocortisona, y puede desencadenar mayor número de efectos secundarios23,25. Por último, mientras que se tiene gran experiencia con el uso de hidrocortisona en neonatología y obstetricia, no está aprobado el uso de la ACTH durante la lactancia24. De momento, sólo podemos especular con el mecanismo por el que los corticoides pueden ser eficaces en el tratamiento del síndrome CPPD, por tanto elegimos la hidrocortisona como corticoide tipo, suficientemente experimentado en obstetricia, con propiedades antiinflamatorias y a la vez acción leve sobre la bomba Na/K, que podría intervenir, de algún modo, en la producción de LCR22,23. Recordemos que éste contiene mayores concentraciones de sodio y cloro que el plasma y menores concentraciones de K, lo que indica que no es un ultrafiltrado sino que en su formación existe un proceso de secreción activa22,23. La hidrocortisona, a las dosis empleadas en estos casos, puede considerarse segura siempre y cuando no se administre a mujeres con infecciones, diabetes, hipertensión o historia de ulcus gastroduodenal23. Creemos, que dadas las posibilidades que podría ofrecer esta nueva terapia, sería conveniente llevar a cabo ensayos clínicos que nos permitan establecer la efectividad de este tratamiento y precisar si puede ser una alternativa válida al parche hemático. BIBLIOGRAFÍA 1. Macdonald R. Problems with regional anaesthesia: hazards or negligence? Br J Anaesth 1994; 73: 64-68. 2. Lybecker H, Djernes M, Schmidt FJ. Postdural puncture headache (PDPH): Onset, duration, severity, and associated symptoms. An analysis of 75 consecutive patients with PDPH. Acta Anaesthesiol Scand 1995; 39: 605-612. 3. García–Miguel FJ, Utrilla C, Montaño E, Alsina FJ, San José JA. Incidencia de cefalea postpunción dural en pacientes sometidos a cirugía bajo anestesia espinal intradural. Rev Soc Esp Dolor 1998; 5: 282-288. 4. Smedstad K. Dealing with post-dural puncture headache – is it different in obstetrics? Can J Anaesth 1998; 45: 6-9. 5. Practice Guidelines for Obstetrical Anesthesia. 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