Desórdenes Alimenticios Los trastornos alimenticios consisten en una obsesión con la comida y el peso que hace daño al bienestar de la persona. A pesar de que todos nos preocupamos por el peso algunas veces, las personas con trastorno alimenticio se van a los extremos para no aumentar de peso. Los dos trastornos alimenticios más comunes son: anorexia nerviosa y bulimia. Estos dos trastornos pueden ser difíciles de distinguir el uno del otro, pues tienen características similares. En ambas, la persona tiene una imagen corporal distorsionada y parece estar obsesionada con lo que come. El 90% de personas con este trastorno son mujeres, el 10% restante son hombres. ¿Qué los provoca? No se conocen con exactitud las causas, pero se ha asociado con sentirse estresado o perturbado acerca de algo en su vida, o con sentir la necesidad de "estar bajo control". Suelen desear que todo en sus vidas sea perfecto. La presión que la sociedad impone acerca de que la gente sea delgada para verse bien también puede contribuir. Las personas con anorexia pueden creer que serían más felices y exitosas si fueran delgadas. ¿Cuál es la diferencia entre querer estar saludable y caer en un trastorno alimenticio? Es saludable fijarse en lo que uno come y hacer Ejercicio. Lo que no es saludable es estar constantemente preocupado acerca del peso y sentirse culpable por lo que se come. Las personas con trastornos alimenticios hacen cosas que perjudican su cuerpo por su obsesión con el peso. ¿Cómo saber si se padece un trastorno alimenticio? Los trastornos alimenticios usualmente comienzan en la adolescencia pero pueden empezar temprano en la infancia. Las siguientes son posibles señales de alarma de anorexia y bulimia: • Preocupación exagerada acerca del peso corporal (inclusive si la persona no está pasada de peso), que puede ir en aumento. • Obsesión con las calorías, los gramos de grasa y la comida. • Uso de cualquier medicamento para prevenir el aumento de peso (píldoras de dieta, laxantes, diuréticos). • Vomitar después de las comidas. • Rehusar comer o mentir acerca de cuánto se come. • Desmayarse. • Hacer demasiado ejercicio. • No tener menstruaciones. • Negar que algo anda mal. ¿Qué hacer si se tiene uno de estos trastornos? La terapia psicológica individual y en familia (hablar acerca de sus sentimientos con respecto al peso y sobre los problemas en su vida) es muy útil. Las personas con desórdenes alimenticios pueden, afortunadamente, mejorar y aprender gradualmente a comer bien. La anorexia y bulimia afecta tanto la mente como el cuerpo, por ello es necesario poner en práctica actividades de renovación personal, pues no solo se trata de comer, sino de aprender a quererse y aceptarse tal y como se es. Buscar actividades para el crecimiento personal y relacionarse con personas que sean capaces de valorar y respetar las diferencias. El tratamiento ha de incluir profesionales de la salud mental (psicólogos o psiquiatras), médicos generales y nutricionistas, que ayuden a la pronta recuperación y a cambiar los hábitos alimenticios. Pero quizás el punto más importante en el tratamiento de estos trastornos está en responsabilizarse por la propia vida y reconocer o identificar el problema lo antes posible, pues como todo hábito, entre más tiempo se lleva a cabo, más difícil es de romper. Además, es muy importante comunicarse efectivamente con amigos o familiares cercanos que nos puedan ayudar a buscar un tratamiento, o para que nos brinden su compañía y apoyo mientras estamos en tratamiento y logramos recuperarnos. La anorexia y la bulimia pueden dañar mucho el cuerpo y la mente de la persona si no se tratan a tiempo, incluso pueden ser mortales. ¿Cómo pueden ayudar los amigos y la familia? Lo más importante que la familia y los amigos pueden hacer es dar amor. Las personas con trastornos alimenticios se sienten a salvo, seguras y cómodas con su enfermedad. El mayor miedo es aumentar de peso, pues lo ven como una forma de perder el control. Ellos pueden negar tener un problema. Las personas con anorexia engañan y mienten para evitar comer y aumentar de peso, la familia no debe ceder a dichos chantajes emocionales. Si conoces a alguien con uno de estos trastornos y sientes que no puedes hablar con sus padres (o con los tuyos), trata de empoderarte trabajando en equipo con un maestro, vecino, doctor u otro adulto de confianza que puedan aconsejarte acerca de qué hacer. No olvides que los trastornos alimenticios son más comunes en adolescentes, y que existe tratamiento para ellos. Si deseas leer más sobre cada uno de estos trasornos alimeticios te invitamos a leer los temás relacionados con cada uno: Anorexia y Bulimia.