Hace un par de años se me pidió que escribiera un comentario como testimonio de lo que para mi había significado estudiar en Santana, ahora en cambio, me han pedido que en representación de todos los ex alumnos de Santana, participe con un pequeño relato el cual lo he aceptado con gratitud. Yo estudié durante 11 años en UNESA, pertenezco a la cuarta promoción del colegio y ahora que me entero que ya son 14 los grupos que han salido… me siento un poco “madura” por así decirlo… La verdad es que lo años pasan y sin darme cuenta ya son casi 11 desde mis últimos días en Santana, ya no tengo 17, y cuando me veo a mi y mis ex compañeros, la mayoría de ellos con responsabilidades grandes como una familia, hijos, empresas, entre otras, me doy cuenta de lo rápido que nos toca enfrentar la vida con cosas que hace un tiempo no se nos cruzaba por la mente… Yo diría que para la mayoría de la gente, la vida de colegio representa una de las mejores etapas… para todos excepto para quienes están en el colegio claro, porque ahí lo único que quieres es que ya se termine, que ya crezcas que ya puedas ir a la universidad, conocer gente y ser grande. Pero en general, cuando llega el día en el que dejas esas pirámides para enfrentarte a un mundo en el que la realidad es la realidad, donde ya nadie a parte de tus padres intenta direccionarte ni ayudarte y donde hay personas que lo último que sienten por ti es cariño, es ahí cuando extrañas a Santana, donde los mayores problemas eran el que se te olvidó el deber en la casa, o la llamada de atención por tener la falda 3 dedos sobre la rodilla en lugar de solo dos o cuando la Niñaza nos prohibía saludarnos con beso con los compañeros… y créanme, en mi época eso pasaba … ahí es cuando te das cuenta de lo grande que era estudiar en Santana donde eres una persona, no un nombre en una lista, donde tus opiniones cuentan y se respetan, donde tu formación es diseccionada a lo que algún día te tocará aprender y donde a más de profesores tienes amigos con los que puedes contar incluso cuando ya has dejado el colegio. En fin… bien dice el dicho, uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde aunque en este caso no puedo decir que lo he perdido ya que se que Santana y sus integrantes estarán siempre dispuestos a acogerme y seguir apoyándome a mi y a todos sus ex alumnos, y es por eso que quiero agradecer al colegio, a los profesores, a los dirigentes y a todo su personal por todo ese tiempo dedicado a nosotros y a la vez felicitar a Santana por haber cumplido ya 25 años de labor y servicio a la gente que como yo han pasado, pasan y pasarán una gran parte de su vida aprendiendo a ser personas de bien dentro de sus aulas. Gracias. Gabriela Jaramillo K. Cuarta Promoción