Desde los inicios del siglo XIV Italia dio apertura a su proceso de

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APUNTES RENACENTISTAS
RESUMEN
Desde los inicios del siglo XIV Italia dio apertura a su proceso de consolidación
como Estado, y afrontó situaciones complejas de rebeldia e intentos separatistas,
en medio del auge que para Europa significó el Renacimiento, y mientras el arte
y la arquitectura se extendían en su territorio. Sin embargo, el fortalecimiento
italiano se dio incluso sin tener presente el concepto de República o Nación, que
es el propio de épocas posteriores, y que tiene sus propias caracteristicas en la
actualidad.
PALABRAS CLAVES
Renacimiento, Consejo, Comisión, Senado, Democracia, Politica.
ABSTRACT
In the beginning of the XIV ltaly began its process towards the consolidation of
its State. During this time it faced complex scenarios in which rebels and independent movements played a key role, al1 this within the context of art and architecture that ruled al1 over the ltalian territory. However. the reinforcement of the
Italian State carne to be in the absence ofthe concepts used in the present as vital,
like the concept of the republic or the concept of a nation.
KEY WORDS
Renaissance, Counsel, Commission, Senate, Democracy, Politics
Amolfo del Cambio, el artista más prolífico de todo el Renacimiento, inició
en mayo de 1298 la constnicción de un bello edificio en Florencia: el Pulazzo drllri Signorio, y durante los dias subsiguientes hasta septiembre de 13 14, la ciudad
vería erguirse en el cielo azul de la Toscana la pesada techumbre con almenas y
Abogado. profesor universitario.
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matacanes de una fortaleza medieval soportando un campanile esbelto y coronado de carillones con que convocar a rebato, bien a las armas bien al parlamento;
allí vivían y gobernaban los prior;, los signori que dirigían la administración
durante los dos meses que habrían de prestar sus servicios a la Señoria, siempre
atentos a dar la voz de alarma y tomar las medidas del caso si se acercaba gente
sospechosa, pues eran los tiempos de la lucha enconada entre la facción de los
güelfos (neri) y la de los gibelinos (hianchi), los días en que la güelfa Florencia
desterró a Dante y a Ser Petraco por ser gibelinos, los mismos en que la corte
papal abandonó Roma y se desplazó a orillas el Ródano en busca de protección
del rey francés. Y en 1345, Neri de Fioravante concluyó la construcción sobre
el Amo de uno de los puentes más renombrados del mundo: el Ponte Vecchio,
con su pesada armazón de piedra y argamaza entre cinturas de forja, poblado por
veintidós tiendas a lado y lado de la calzada por donde llegaban los forasteros de
Europa a visitar "La ciudad de las flores", el burgo fundado por los etruscos en
que vivían ochenta y siete mil almas, a decir de N a r d ~Seria
. ~ en derredor de esas
dos estupendas realizaciones del espíritu cívico del pueblo florentino, así como
en las bottegas plenas de pintores, nieladores y grabadores, escultores y poetas,
en las calles angostas que llegaban a la iglesia franciscana de la Santa Croce, en
la Logia d' Lanzi, en las casas de banca de los Pazzi, los Rucellai, en esefrenesi
de yoes, (donde) nacid el Renacimiento.'
El 2 de diciembre de 1494, a media mañana, los ciudadanos florentinos fueron convocados de urgencia por las campanas de la Señoria a ser los autores de un
acontecimiento político sin precedentes en la ciudad y en el mundo: la elección
directa de un gobierno democrático puro. Desde la toma de la Señoria por Michele di Lando en la revuelta de los cardadores de 1378 no se veía algo similar. Piero
Capponi dirigía la orquesta en aquel ensayo dramático y a la vez republicano, si
se tiene en cuenta que los Médicis habían sido depuestos luego de la sumisión
de Piero a Carlos VIII; la habilidad del comité destacado por la Señoria limó las
asperezas con el rey francés y lo convenció de continuar sin demora su empresa
de anexar el reino de Nápoles al mapa de Francia y abandonar la ciudad, el comité
estaba formado por cinco ciudadanos notables, entre ellos Girolamo Savonarola,
de Ferrara. Al mediodía de aquel día señalado, la Señoria había recibido la autorización de nombrar veinte ciudadanos honestos que a su vez designarían una
nueva Señoria de seis miembros, además de nuevos magistrados que ocuparían
sus cargos durante el año siguiente, al cabo del cual serían reemplazados sacando
los nombres de una lista de tres mil ciento dieciséis varones probos que tuvieran
'
lstoria de Firenze. Japoco Naddo. Citado por John Addigton Symonds. El Renacimiento en Italia, Tomo 1, Pág. 125. Fondo de Cultura Económica. 1957.
Will Durant. El Renacimiento. Tomo 1, Cap. V. Editorial Sudamericana. Buenos Aires. 1958
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intactos sus derechos politicos. Acto seguido, la Comisión de los Veinte procedió
a disolver los consejos, tribunales y agencias que habían servido a los gobiernos
anteriores durante los últimos cuarenta años, incluido el Consejo de Gobierno
creado por Lorenzo para controlar sus impertinencias de juventud, y que fuera escuchado por el Magnífico hasta el final de su vida. Los funcionarios se repartieron
las funciones e iniciaron la nueva administración republicana en lo que fuera la
capital del ducado de la Toscana a partir del gobiemo de Cosme el Viejo.
Los ciudadanos que integraban la Comisión de los Veinte eran sin duda buenos hijos del pueblo, pero no tenian experiencia alguna en el gobiemo local y
soportaban el peso muerto de haber nacido en el clima despótico del cunttmcento
de los Médicis, donde no se movia una hoja sin la voluntad del príncipe; era una
sociedad amedrentada por miedo a la tiranía, ablandada en la seguridad de la vida
burguesa y sin tener que pensar en las acritudes del oficio de gobernar; de otra
parte, estaban divididos en grupos familiares que cargaban entre si rencillas menores sin importancia aparente, pero al ser investidos con el poder las acrecieron
hasta llegar a la enemistad y caer en suspicacias y prevenciones que entrabaron
la administración sin que surgiera una causa de bulto y permitiera corregir los yerros. Muy pronto la ciudad modelo de eficiencia administrativa durante el período
mcdiceo se vería convertida en el infierno de Dante: los campos eran pasto de los
salteadores, los ciudades que se hallaban sometidas a la autoridad florentiiia se
emanciparon o al menos así lo intentaron: Pisa declaró la independencia y Volterra y Arezzo; la navegación por el Arno, principal actividad por su capacidad
generadora de impuestos y demanda de mano de obra quedó casi interrumpida, el
desempleo llegó a limites exasperantes, la moneda sufrió una devaluación disparatada (el florín perdió el 85% de su valor), la basura se acumulaba en las calles,
la corrupción hacía de las suyas y en las esquinas se reunían grupos dc ciudadanos descontentos y furiosos. El caos se apoderó de Florencia.
Ante semejante desastre, Piero Capponi convenció a la Comisión de los
Veinte de invitar a sus reuniones al profeta Girolamo Savonarola, les explicó que
si bien tenían el niejor gobierno concebido en la forma de una autentica democracia republicana, el fraile dominico seria de seguro quien interpretara de manera
superlativa el alma florentina en aquellos momentos de desprecio por la moral
y las buenas costumbres. Capponi, hábil comerciante y familiar de banqueros,
percibía que seria señalado como responsable de las desgracias y le convenía
ponerse en manos del representante de Dios a ver de corregir los males de una
sociedad enferma.
Girolamo habia sido elegido por los dominicos como prior de San Marcos,
la iglesia y convento fundada por Cosme, agrandada por Lorenzo y embellecida
con 10s frescos de Fra Angelito; el prior se había ganado su bien merecida fama
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por los discursos encendidos contra la corrupción de los poderosos: Los tiranos
son incorregibles porque aman la lisonja, aon orgullosos y no están dispuestos
a devolver las ganancias mal habidas.' Y era amable, pero severo al dirigirse al
pueblo: Vuestras reformas deben comenzar con las cosas del espíritu; vuestros
bienes temporales deben servir para vuestro bienestar moral y religio~o.~
Savonarola llevó la Comisión de los Veinte al convento que dirigía y allí les
propuso un programa político descomunal por medio de una legislación administrativa y financiera de mucha avanzada, claro, sin olvidar el aspecto politico,
que para él se identificaba con los principios morales cristianos. Les hizo caer en
cuenta que los venecianos debían su independencia y poderío, así como la primacía comercial sobre el Adriático, a la constitución que con tanto celo aplicaban,
hacia de ello varios siglos; entonces, la prudencia indicaba adoptar algunos de
esos principios, adaptarlos y condicionarlos a la realidad florentina. Los Veinte,
todos ellos ignorantes e incompetentes, aplaudieron la idea y no se la hicieron
repetir: esa misma tarde acordaron con Capponi que la dirección de Florencia
quedaba en manos de Girolamo y Piero Soderini, un hombre bien intencionado,
de fina formación humanista, con una estampa varonil muy llamativa y gran capacidad de trabajo, pero débil, vacilante y timorato!
Aparte de una marina bien d ~ t a d ay, ~de un ejército eficiente, Venecia poseía
una organización administrativa suigeneris fundamentada en una oligarquía muy
antigua y hermética cuya fortuna provenían del comercio entre la Cristiandad,
el Islam y la Judea, pues no despreciaban los negocios con los hijos de Alá y de
Abraham si en ello venían ganancias: cambiaban telas por maderas finas, miel por
incienzo y azafrán por aceite, a lo largo del Camino de la Seda y las rutas del Mediterráneo y el Atlántico. Leamos a Will Durants: Estas familias habían logrado
restringir la participación en el Maggior Consiglio a los descendientes varones
de personas que hubiesen formado parte de ese Gran Consejo antes de 1297. En
1315 los nombres de todos los elegibles se inscribieron en un Libro d'oro. De
entre sus 280 miembros, el Consejo nombraba sesenta (más adelante 120) PreJohn Simonds. El Renacimiwento en Italia. Tomo 1, Pág. 125. Fondo de Cultura Económica.
1957.
Ob. cit. ut supra.
"aquiavelo.
Marcel Brion. Editorial Vergara. Barcelona. 2003. Maquiavelo, quien recibió de
este patriarca toda cantidad de beneficios y favores le endilgó el siguiente epigrama: La noche
que murió Pier Soderinil Su alma voló a la boca del infierno;/Y Plutón le gritó: ¿Para ti el infierno?/ iOh, alma mentecata! ¡Vete al limbo!
' Tenia en 1423 una flota de cuarenta y tres galeras y trescientos barcos auxiliares; en 1439 fueron
transportados sobre rodillos por valles y montaiias y arrojados en el lago Garda, donde bombardearon las posesiones de Milán. Ob. cit. ut supra. Will Durant.
Ob. cit. ut supra. Ibid..
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g~idi/"rogado.s '7 parir qurfi~rmasenun senado 1egi.slritivu por el t@rminod~ 1n7
año; designaba u lo.~.;<fksde un Collegio admini.strutivo; y elegíu como cabeza
del poder eiecutivo (su;eto siempre al Consejo) un d u . ~que presidíu las sesiones
del ConsL./o.v niuchos ~lepartamentosde gobierno, los cuales conjuntamentqfi)rniuhuri el Senado y ocupaba su cargo hastu su muerte, de no ser yire el Cons<;o
decidiera deponerlo antes. El du.x eru asistido por sei.s consejerus privado.^, que
con el componicrn la Signoriu. Esta Señoría 1'el Senado crun en la práctica el
gobie~nowal de Venecia: el Gran Co~isejoera demr~.siadonumeroso pura unu
acción eficuz.vpasó a ser irn cuerpo de electores yzre cjercíupodere.~de nombramiento~v,fiscalizuc~~jn.
Era una constituricín ejciente, que rzormalmente munteníu
alpirrhlo en un grado razonable deprosperidud.~era capaz de llevar una politica bien calculada u largo plazo que habría sidu in~posibleen un gobierno sir/eio
a IasJiirctuaciones de la emoción o el sentimiento público.
Al estudiar no más por encima un instrumento tan excluyente y elitista, como
era el descrito a vuelo de pájaro, se nos ocurre que la gran mayoría del poppolo
grusso, la clase media que llamamos hoy, debió resentirse contra la constitución
así concebida, pero estaba previsto que el Maggior Consiglio escogiera entre sus
miembros un Consejo de Diez que revisaba el comportamiento ciudadano, como
comité de seguridad pública, mediante espías, procesos secretos y procedimientos sin fórmula de juicio. Este Consiglio di Dieci fue el órgano más poderoso del
gobierno veneciano, cuyos edicti tenían fuerza de ley. En 1582 el Senado veneciano consideró que el órgano de inteligencia había cumplido su misión y. si no
fue abolido, se le mantuvo con valor apenas nominal.
(No hay equivalente de los Diez en las constituciones democráticas inodernas, los órganos de seguridad del estado no lo son, aunque hayan existido instrumentos organizados en su cometido final con la misma capacidad de represalia
contra el ejercicio de los derechos humanos, y así no formen parte del poder
ejecutivo terminan sirviéndolo: recordemos el Coinité del Senado estadounidense
organizado por el senador Macarty en la decada los cincuentas del siglo veinte).
El poder judicial era manejado (en Venecia) por cuarenta jueces designados
por el Gran Consejo; las leyes estaban formuladas con gran claridad y las sentencias eran aplicadas con severidad, tanto a nobles como a plebeyos; existía la
pena de muerte, la mutilación, el descuartizamiento, las penas infamantes y el
escarnio público, la confiscación y la cárcel por deudas. La crueldad era la nota
prominente en la aplicación de las penas, muy acorde con el modo de vivir en el
Renacimiento; sin embargo, Venecia fue un oasis para los extrañados y las victimas de las persecuciones religiosas: refugió a Elizabetta Gonzaga, cuando era
acosada por el terrible Cesar Borgia, después de huir de Mantua con su amado
Guidobaldo, aunque poco le valió a Giordano Bmno contra el Santo oficio. Eran
los contrastes de la indescifrable y sibilina política renacentista.
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El dux era un simple agente del Consejo y del Senado, y ocasionalmente su
. ~ casi
jefe. En Venecia honraban al dux después de Dios, nos ilustra D ~ r a n tIba
siempre ataviado con un lujo oriental: se calcula que las joyas del sombrero oficial del dux Francesco Foscari valdrían hoy treinta millones de e u r o ~Era
. ~ ~un
funcionario más bien representativo, y la dogaressa, una figura decorativa.
La administración veneciana fue probablemente la mejor de la Europa del siglo
XV, de ahí que atrajera tanto la atención de Girolamo y la propusiera de modelo, pero
sin el dux. El gobernante visible seria el gonfaloniero, el invisible sena Jesucristo.
El Consejo de los Veinte redactó la nueva constitución florentina con el concurso de Girolamo Savonarola y Piero Soderini inspirados en la constitución veneciana. Concibieron un Gran Consejo, pero no existía la clase aristócrata veneciana,
la florentina estaba en el exilio o era enemiga declarada, de suerte que lo conformaron con personas que hubieran ocupado un cargo de importancia en el gobierno
de Florencia o descendieran al menos de alguien que lo hubiese ocupado en las
tres generaciones anteriores. Se conservaba la Señona de nueve miembros elegidos
para un periodo de dos meses, dirigida por el ganfaloniero con mayores poderes
aun que el dux veneciano. No utilizaron el Consiglio dei Dieci. La administración
la llevarían a cabo varias comisiones: los ocho, los diez, los doce, los dieciséis. El
Gran Consejo tenia casi tres mil miembros, de manera que contrataron a Simoue
Pollajuolo a ver de consiruir en el Paluzzo Yecchio una sala que albergara por lo
menos buena parte del Consejo. La llamaron la Sala de los Quinientos.
Como puede verse, la democracia quedó a un lado y se preparó el escenario
más apropiado para un estmendoso fracaso, aunque aun no apareciera todavía el
estado teocrático que pergehaba Girolamo en lo íntimo de su conciencia, es que
desconocian lo que hay entendemos por soberanía nacional, sólo barruntaban
una independencia de las ciudades, pero una de otra y de otras más lejanas, el
concepto de nación apenas salía a la luz en la Europa central, mas no en Italia,
a este respecto leamos a Simonds" en un agudo concepto que resume el meollo
del problema: Habria sido imposible, en aquella época, elevarse de esta fase del
pensamiento (entidad municipal) a la concepción altamente desarrollada de una
república nacional, que centralizara las fuerzas de Italia y, al mismo tiempo,
dejara el necesario margen de libertad a sus energías locales.
Con todo, Girolamo pronunció un arrebatado discurso republicano en la sala de
los Quinientos y se promulgó la nueva constitución florentina el 10 de junio de 1495.
'l
Ob. cit. ut supra. Ibid..
Durant calcula la cifra en casi cinco millones de dólares de 1920. Ob. cit.
Ob. Cit. Jacopo Nardo.
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Como todo gobiemo de tinte demagógico, comenzó decretando una amnistia
para todos los enemigos políticos y la exencion de la totalidad de los impuestos,
salvo el del diez por ciento a la renta de las tierras, claro, quienes las tenian eran
los aristócratas, descendientes de señores feudales que habian dejado de serlo
hacia muy poco; otra de las medidas populacheras fue la creación de un montepío oticial que se encargaría de prestar a los pobres al seis por ciento de interés
anual, ya que los prestamistas (hanqueri) llegaban a cobrar el treinta por ciento;
prohibieron las carreras de caballos, las canciones groseras, el juego y la homosexualidad, e impusieron penas degradantes a estos nuevos delitos: agujereaban la
lengua a los blasfemos y perseguían a los pederastas.
Savonarola creo una policia infantil, las "bandas de la esperanza", que recorrían las calles pidiendo limosnas para la iglesia, arrebatando a las mujeres las
prendas pecaminosas, desbaratando las reuniones de juego; estos niños hacian
voto de asistir a la iglesia regularmente y se proponian acabar con las carreras de
caballos, los desfiles y las acrobacias, a evitar las malas compañias, denunciar la
literatura obscena y preocuparse por ejecutar obras pias. En Florencia vivieron
Iioras de verdadera alegría y solaz cristianos, en cierta forma se purificaron un
poco las costumbres.
Pero la naturaleza humana gusta del fasto y la licencia, el desenfreno y la
anarquía, quienes se precian de ser muy rectos no siempre lo son, prefieren la liberalidad en las costumbres por donde acceder de soslayo al libertinaje, aplauden
la protesta de los interesados en la política contraria al gobierno en procura de
pescar en río revuelto. promueven la discordia, susurran la calumnia y descomponen el orden social con tal de satisfacer sus apremios ocultos. Una sola oportunidad de atribuir las desgracias al enemigo les basta para precipitar el desastre
y en el caso del gobiemo florentino eran muchos los argumentos apropiados para
desencadenar centellas: los malhechores continuaban asolando los campos y se
habian trasladado a la urbe, Pisa se había independizado y aliado con Milán y
Venecia, los alimentos escaseaban y los precios subían como globos, los franceses dc Carlos Vlll vendieron a Génova las fortalezas de Sarzana y Pietra Santa.
que eran de Florencia; el desempleo aumentaba en la misma proporción de los
impuestos, la administración de justicia era caótica y el desgreño adniiriistrativo
campeaba a sus anchas.
Entonces, los descendientes de una rama Médicis. de Lorenru el Viejo. hermano de Cosme, se aliaron con sus parientes y muchos de los banqueros en coiitra del fraile y su moral, contra su política ascética. El 15 de enero de 1496 fue
elegido confaloniero Filippo Corbizzi, del partido piugnoni de los Médicis más
pobres, e inmediatamente acusó a Savonarola del ejercicio ilegal del poder en su
condición de religioso, era suficiente para destruir la figura mitificada de Girola-
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mo y, además, por si fuera poco, a los males señalados se unió la protesta de la
naturaleza: aconteció que ese año la lluvia cayó en cantidad como nunca había
caído y arrasó con los cultivos, los caminos desaparecieron, se desbordó el Amo,
y el hambre llegó con su mueca horripilante. Se agravó la situación originada por
el mal gobierno.
El resto pertenece al dominio de la historia, con el telón de fondo de la hoguera donde ardiera el profeta estadista frente al Palazzo Vecchio, el edificio que
lo viera fundar la república aérea de su fantasía. Ese mismo 23 de mayo de 1498,
un funcionario recién nombrado asumía la secretaria de la segunda cancillería
de la Señoria: Nicolo Maquiavelli. Entretanto, la gente de la gleba se apresuraba
a cruzar el Ponte Vecchio y pronto encaramanan de nuevo a los Médicis en la
Señoria de Florencia, esta vez en la figura del cardenal que ocuparía más tarde el
trono de Pedro con el nombre de León X.
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