LA NARRATIVA DE JA VI ER MARíAS

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ACADEMIA
LA NARRATIVA
DE
JA VI E R MARíAS
Sandra
Navarro
Gil
Han pasado más de tres décadas desde que
apareció publicado lo primero novela de Javier
Marías Los dominios del lobo. Ocho novelas más,
dos colecciones de relatos, siete volúmenes de
artículos y ensayos y uno importante labor como
traductor completan lo producción de un escritor
hasta el momento poco menos que ignorado por
lo crítico literario española.
A pesar de que lo primero obro de Javier Marías se
publicó en 1971, el autor ha sido incluido en lo heterogéneo Generación del 68 , también denominado Generación del 70 o de "los novísimos". Con
lo censuro 01 frente de lo represión ideológico
propio de un régimen dictatorial los incipientes
escritores que comenzaban
o publicar en los
primeros setenta aspiraban o superar el compromiso social que había abanderado lo generación
literario anterior, conocido como lo generación del
socialrealismo, deseo que se convirtió o lo postre
en un rechazo o todo lo tradición literario española. Lo experimentación
formal, la investigación
sobre el lenguaje, uno actitud "escapista" y lo
reconversión de lo cultura de los medios de comunicación de masas en materiales narrativas son
algunos de los rasgos característicos
de las
primeros obras de los autores de esto generación
que después seguirán, por cierto, cominos bien distintos.
Todo generación que se precie necesito un mentor
o guío. Juan Benet se convierte en eso especie de
modelo o maestro paro los jóvenes escritores que
empiezan o escribir en los años setenta. Eduardo
Chamorro, Vicente Molino Foix, Félix de Azúa y
Javier Marías, entre otros, comienzan o frecuentar
lo coso del maestro Benet en lo que tienen lugar
improvisadas charlas literarias. Lo huella de Benet
en Javier Marías se sustento en uno mismo concepción sobre lo literatura en lo que se destaco el
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tratamiento del discurso, las palabras, lo formo de
los textos literarios. Benet creía que el escritor debía
consagrarse o lo búsqueda de su estilo propio, en
especial del "alto estilo" o "estilo noble" que él
encontraba en lo prosa inglesa de, por ejemplo,
Joseph Conrad y Faulkner. El argumento, lo anécdota, lo historio que cuentan los novelas son, asÍ,
menos importantes que el posar de lo narración, lo
evocación de las palabras que, unidas todas, conforman el texto literario. De este modo, lo tradicional idea de lo novela como espejo de lo realidad social es sustituido por el entendimiento de lo
novela como realidad linguística: el texto literario es
un mundo autónomo que no debe ser extrapolado
o otras realidades.
Javier Marías se inició como escritor cultivando el
género de los novelas de aventuras. En Los dominios del lobo (1971) Y Travesía del horizonte (1972)
los películas del cine norteamericano clásico y la
narrativo inglesa del XIX -especialmente los creaciones de Joseph Conrad, Henry James y Conan
Doyle-, respectivamente, son los espejos en los que
se miro uno narrativo que aspiro o ficcionalizar lo
ficción alejándose conscientemente
de lo realidad. Acciones inverosímiles, espacios lejanos, personajes deshumanizados y desorden temporal son
los ingredientes de unas novelas en las que predomino el componente lúdico pero que yo muestran lo inquietud del autor ante el hecho ficcional y
el lenguaje.
Trassus dos novelas de aventuras, Marías se inserto
en uno fase creativa en lo que domino el experimentalismo en los técnicos narrativas: en El monarca del tiempo (1978) lo transgresión de los géneros
literarios conduce o la fusión de lo narración, el
ensayo y el drama en un mismo texto. El temo del
tiempo, capital en lo obro de Javier Marías,
comienzo o tratarse en este trabajo en el que se
ensalza el valor del presente como único reducto
en donde puede asentarse lo verdad.
En su siguiente novela, El siglo (1983), se retoman los
del tiempo y también
personajes de El monarca
temas, como el destino, el tiempo o lo muerte que
yo aparecían en otras obras. En esto novela de
transición observamos lo intercalación
de dos
voces narrativas, que sirven paro indagar con mi-
nuciosidad en los caracteres de los personajes,
junto a ciertas descripciones de lugares. En definitiva, se aprecia la pérdida de buena parte del factor lúdico y la entrada del componente reflexivo
que estructura la narración.
El hombre sentimental (1986) -Premio Herralde de
Novela 1986- es una novela clave para el
entendimiento de la obra literaria de Javier Marías.
Como afirmó Juan Benet en el año de su publicación, esta obra de Javier Marías cierra a la vez
que abre una etapa nueva de su narrativa. La
forma del relato de la memoria será la escogida
por el autor para el resto de sus novelas: Marías
define en esta novela lo que será su particular estilo narrativo. De hecho, sobre esta misma estructura
narrativa construirá Marías sus siguientes novelas,
las cuales constituirán sin duda su época creativa
más fructífera: Todas los almas (1989) -Premio
Ciudad de Barcelona 1989-, Corazón ton blanco
(1992) -Premio de la Crítica 1993, Prix L'Oeil et la
Lettre 1993, IMPAC International Dublin Literary
Award 1997- y Mañana en lo batallo pienso en mí
(1994)
-Premio
Fastenrath
1995,
Premio
Internacional de Novela Rómulo Gallegos 1995,
Premio Arzobispo Juan de San Clemente 1996 y Prix
Femina Étranger 1996-.
En estas novelas un narrador en primera persona
reflexiona sobre un hecho de su pasado que precisa relatarse para ser asimilado y olvidado
después. Esta voluntariosa voz narradora conducirá un relato de memoria colmado de digresiones que entretienen yola vez crean el discurso
narrativo. La singularidad narradora de Javier
Marías estriba, justamente, en la configuración de
este relator reflexivo y especulativo que despliega
insistentemente su palabra para trazar unas historias que nunca son lineales y que sólo avanzan
mediante los incisos digresivos del narrador. La disposición de estas novelas depende precisamente
de las azarosas conexiones que se producen en la
memoria del narrador, quien no cesa de encontrar
paralelismos y asociaciones entre unos hechos y
otros, a la vez que revela una estructura oculta de
la realidad. La narrativa de Javier Marías se caracteriza así por su "errabundia", en la que cabe la
divagación, la digresión, el inciso continuado: de
hecho, lo importante es el acontecer de la na-
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rración más que lo narrado en sí mismo o los
hechos a los que se hace referencia. Al considerar
en muchas ocasiones la anécdota
como una
excusa para proseguir el curso de los pensamientos, el sentido de las novelas debe buscarse en
primer lugar en el discurso en sí mismo, en su
capacidad
de expresar y explicar las reflexiones
que surgen a borbotones de la mente del narrador.
De hecho, importa más cómo se cuenta que lo
que se cuenta, el propio pasar de la narración.
En los relatos de Javier Marías, recopilados hasta el
momento en dos colecciones Mientras ellas duermen (1990) y Cuando fui mortal (1996) se halla el
sello del peculiar estilo narrativo del autor: la infatigable voz narradora, los atractivos comienzos y los
sorprendentes finales, el ritmo sopesado de la narración, la intriga, la dosificación de la información
y el cuidado de la prosa. En su primera colección
de relatos, Mientras ellas duermen, se adivinan las
buenas dotes narrativas que luego serán perfeccionadas en Cuando fui mortal, libro en el que se
incluyen piezas de enorme interés. Los relatos
reunidos en esta recopilación fueron escritos entre
1991 y 1995, años en los que también vieron la luz
sus novelas Corazón ton blanco y Mañana en la
batallo pienso en mí. Es relevante hacer notar
cómo la evolución de la narrativa del autor se plasma de igual manera en susrelatos y en sus novelas.
Los primeros años de escritura se caracterizan por
una visión lúdica de la literatura en la que cabe la
parodia y la imitación de otras ficciones. A partir de
1986 van surgiendo nuevos intereses en sus creaciones. De un lado, se perfecciona el empleo de la
voz narradora en primera persona cuya característica principal, como ya se ha señalado, es su
necesidad de contar para esclarecer los hechos
del pasado. También los grandes temas de la narrativa de Marías se repiten insistentemente en las
ficciones largas y en las breves: el poder de las palabras, el peligro del conocimiento,
el pasado
como elemento turbador del presente, el misterio
que rodea a lo cotidiano y la tragedia de la pasión
que desemboca irremediablemente
en muerte.
Nuestro narrador y protagonista parece un hombre
palpable, podría ser un amigo nuestro, pertenece
a nuestro tiempo y comparte un mismo mundo: por
eso al atender[e escuchamos a veces nuestra
propia voz. Por su parte, la mezcla de géneros
propia de [a literatura moderna favorecerá que
personajes de uno y otro género se perfilen en unas
narraciones para desarrollarse o perfeccionarse en
otras: la intertextualidad interna es una de las ca-
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racterísticas más definitorias de lO narrativa de
Javier Marías, que llegará a tratar algunos asuntos
"reales" en artículos periodísticos y en textos ficcionales : lo real y lo ficticio andan en continuo
trasiego en la obra de Marías hasta mezclarse
definitivamente
en Negro espalda del tiempo
[1998), el hasta ahora último trabajo largo de Javier
Marías.
Negro espalda del tiempo, de nuevo un título de
origen shakespeariano, supone un punto de inflexión en su narrativa. En este trabajo el escritor novela la escritura y sus consecuencias en la vida de
su obra Todas los almas. Marías, convertido en
autor, narrador y protagonista de la novela, escribe
una suerte de cuento en el que se anula la frontera
entre realidad y ficción, pues se sitúa en la zona del
tiempo que no sabe de límites, en su negra espalda. La realidad, entendida como algo ajeno a la
ficción pero que puede contaminarse de ella, es
vista como un espacio inhóspito en el que reina lo
efímero, frente a la perdurabilidad de lo que reside
en el envés del tiempo, el lugar de las leyendas y
de los muertos, de las novelas y de los anhelos
humanos que no llegan a cumplirse. Sumergido en
profundas reflexiones acerca del tiempo y de su
duración, Marías se sitúa en el lado opuesto al
devenir de lo real, inmune literaria mente al paso
del tiempo y a su destrucción. Así, su última
creación, de la que ha anunciado nuevas entregas, vuelve a ocuparse del tiempo, el asunto central del conjunto de su narrativa.
La evolución de la escritura de Javier Marías se
manifiesta claramente si se compara, por ejemplo,
su [údica primera novela Los dominios del lobo con
la compleja y reflexiva Negro espalda del tiempo.
Sin embargo, detrás de los cambios de cada
etapa creativa subyace en la narrativa del autor
una constante búsqueda que se concentra en la
indagación sobre el sentido de la ficción y en la
reflexión sobre el lenguaje y su relación con los elementos de la realidad: frente a la fugacidad de lo
real, de lo que acontece, se ensalza el valor de las
palabras, y junto a él el valor de los relatos, que son
capaces de cambiar el curso de los hechos o, al
menos, nuestra visión de lo que nos rodea: "el
mundo depende de sus relatores", afirma el narrador de Mañana en lo batallo pienso en mí, quien
llega a considerar el hecho de narrar "un acto de
generosidad". No en vano es el propio acto de la
narración el fin último de la narrativa de Javier
Marías, la misma esencia de su obra.
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