Tus sueños se hacen realidad en NAVIDAD. Hola. Me llamo Isabel y os voy a contar un cuento navideño inventado por mí. Como ya sabéis, tiene que suceder algo mágico. Dos días antes de noche buena, Sonia estaba escribiendo la carta a los Reyes Magos. Mientras su madre levaba a su hermano pequeño al salón de actos del colegio, Sonia entregó la carta al cartero mientras mientras recibía un paquete para su madre. Cuando su madre llegó, se lo entregó y le dijo que no lo quería,era de padre. Como estaban separados, no quería saber nada de él. A Sonia le hacía mucha ilusión ver a sus padres juntos, aunque ya sabía que seo era imposible. Al día siguiente, Sonia despertó, fue corriendo los más rápido que podía hacia el edificio de correos para recoger su carta de navidad, en la que había escrito todo lo que deseaba que le trajeran los Reyes Magos. Cuando llegó era tarde. Le preguntó al señor que había al lado del camión dónde se iban a llevar las cartas que se mandaban más lejos y le dijo: - Lo siento pequeña, pero llegas demasiado tarde. Si quieres que tu carta de navidad llegue a tiempo a los Reyes Magos, tendrás que esperar al año que viene. -¡Pero no puedo esperar tanto tiempo! Mi deseo es que mis papás vuelvan a estar juntos, para siempre, pero parece que va a ser imposible aunque lo pida el año que viene. De todas formas,muchas gracias señor.El señor que había al lado del camión no podía resistirse: -¡No lo soporto! ¡No puedo ver a una niña tan mona como tú tan triste! Por cierto,... ¿cómo te llamas? - Me llamo Sonia, ¿y usted? - Jesús. Me alegro mucho de conocerte. ¡Se me acaba de ocurrir un idea fantástica! ¡Puedes escribir otra carta! - Demasiado tarde,¡ya se lo llevan! -¡Paren! ¡Paren el camión! ¡Deténgase! Cuando el camión se paró, Jesús habló con el conductor. - Aquí tiene su otra carta. Tendrá que escribirla lo más rápido posible, tenemos que entregar a tiempo estas cartas, y mira que son muchas las que hay. - Aquí tiene Jesús. Y espero que lleguen a tiempo. ¡Adiós! Sonia se quedó muy ilusionada con lo que acababa de hacer. Pedir que sus padres vuelvan a estar juntos para el día de noche buena era el mayor regalo que le podían cumplir a una niña de 10 años. Cuando su madre le llamó para cenar se puso muy nerviosa, como: - ¡Qué bien! ¡Ya mismo acaba el día! - Cariño, tu hermano y yo ya sabemos que estás nerviosa porque va a llegar Santa Claus, pero tan poco es para tanto. - Ya lo se mamá, pero no es solo por eso. Es que he pedido una cosa que me gusta muchísimo. - De acuerdo cariño, pero si quieres que Santa Claus te traiga todos tus regalos, tendrás que irte ya a la cama. - ¡Pero mamá! - dijo Sonia a su madre, como si estuviera quejándose.- ¿No podemos quedarnos un ratito más? - No. ¡Anda tira para la cama! - Jope mamá. Yo quería quedarme más tiempo para conocer a Santa Claus- dijo su hermano pequeño. - ¡Calla Jorge! Así nunca vamos a conseguir nada. - ¡Dejaos de pamplinas y a dormir! Mañana os espera un gran día. - ¡Buenas noches mamá! - respondieron los dos hermanos a la vez. Sonia no podía dormir, así que despertó a Jorge. Ella creyó que estaba dormido, pero no era así: - Creí que estabas dormido. - Ya, yo también creí que estabas dormida. - Lo siento vale. Es que no podía dormir. - ¿Por qué? ¿Piensas donde estará Santa? - dijo su hermano un poco preocupado. - No, es que..., ¡no se lo que he hecho! - ¿El qué has hecho? - ¡No puedo decirlo! - Si es algún deseo que hayas pedido por Navidad y te has arrepentido, puedes decírmelo. - ¡Te he dicho que no enano! - dijo Sonia muy enfadada. - ¿Qué pasa aquí? - dijo su madre como si estuviera muy cabreada. Sonia, estaba como pensando en lo que estaría haciendo su madre para escucharla tan pronto. A eso se refería, a que su madre ya estaba en la puerta unos dos segundos antes. Su madre solo quería pasar unas navidades en condiciones, pero ella creía que nunca lo iba ha conseguir. Siempre tenía las navidades de la histórica. - ¡Lo sentimos mamá! - respondieron los dos hermanos a la vez. - No queríamos hacerlo a propósito. - ¡Tú dices que no querías hacerlo a propósito! ¡Eso dices tú! Pero por favor,...¡si eres tú la que ha hecho que me levante de la cama, pero si has sido tú la que ha hecho que me ponga así, ¿cómo vas a disculparte ahora? Yo solo quiero tener unas navidades bonitas y alegres como todo el mundo! ¿Por qué yo no puedo? Su madre se puso tan furiosa que cerró la puerta como si fuera un monstruo: - ¡Mira lo que has hecho! ¿Es que no sabes como pones ha mamá? - ¡Calla. Qué mamá va a venir otra vez! - ¡Me da igual. De todas formas, tu siempre estás igual! - dijo Jorge enfadado completamente. - ¿Por qué no paráis de una vez? ¿Es que lo que te he dicho antes no te ha valido? ¿Es que nunca vas a cambiar? ¿Por qué no dejas de molestar en esta familia? ¡Dejalo ya Sonia! Su madre volvió al cuarto de Sonia y Jorge, más enfadada aún. - ¡Si tanto molesto en esta familia, me voy! ¡Me voy a una mejor que esta! Porque la verdad, ¡es que yo tampoco me alegro de estar aquí, pasando la Navidad contigo! Desde el mismo día en que papá y tu os divorciasteis, ¡para mi la vida sin papá a tu lado ni al mio ya no tiene sentido! ¡La navidad ya no es nada para mi! - decía esas Sonia a su madre mientras cogía sus cosas. Entonces Laura, la madre de Sonia, comprendió por qué ella estaba así desde que Luís y ella se habían divorciado. - Lo siento, no sabía que era por eso. - ¡Pues ya lo sabes! Sonia le dio un empujón a su madre con el hombro izquierdo mientras salía por la puerta de su habitación. - ¿Donde vas? - A un sitio mucho más especial que este, la casa de papá. Laura se puso triste al saber que su hija estaba así por su culpa. No sabía qué iba a hacer, pero sabía que tenía que hacer algo para que su hija volviera. - ¿Vas a coger las llaves del coche o quieres que me vaya andando hasta Madrid? dijo Sonia a su madre, como si nunca se hubiera llevado bien con ella. - Si, claro que las voy a coger, pero solo para comprar un poco de gasolina. - No, aparte de comprar gasolina, luego me llevaras con mi papá si no quieres que me vaya andando. Sonia empezó a comportarse de una manera extraña. Cuando llegó a Madrid, solo quería ver a su padre, no quería nada más. Le dijo a su madre adiós, se bajó del coche y entró a casa y se sentó al lado de la chimenea. Luego, le preguntó su padre si se le había ocurrido volver a casa. - No. Lo siento cariño, pero si lo dices por tu madre no.- dijo Luís preocupado por su hija. - No, no es por mamá. Es por Jorge y por mi. Te echamos mucho de menos. - Lo siento, pero no puedo. Además,... ¡Se me acaba de ocurrir una idea estupenda! - ¿Cuál?- dijo Sonia entusiasmada. - ¿Por qué no venís ustedes aquí? - dijo su padre. - ¡Si! - ¿En serio? ¿De verdad queréis? - Bueno, yo sí. No se si el hermano y mamá querrán. - ¿Mamá? - Si, ¿por qué? - Es que no lo entiendo. Tu te vienes aquí porque te has enfadado con tu madre, ¿no? - Si, pero puedo perdonarle y ella perdonarme a mí. - Bueno si, mamá también puede venir. - ¿Es que no ibas ha dejar que viniera? - Bueno, no. Sonia, después de que su padre le dijera la última frase, puso una cara de estar muy sola últimamente. Llamó a su madre y le dijo que sí para hacerle ilusión a Sonia y a Luís. Cuando al día siguiente se despertó con su hermano y su madre en la misma habitación, se puso superloca. Fue corriendo hacia el árbol de Navidad, y se encontró a su padre. Luego llegó su madre y por último llegó su hermano. Su madre le dio la buena noticia de Navidad, ¡su padre y su madre volvieron a estar juntos! ¡¡¡y colorín colorado,este cuento de NAVIDAD se ha terminado!!!