Asumiendo la postura de poder Discipular siendo esclavo Parte 3 de 4 Artículo escrito por: Bill Lawrence Este artículo es usado por ObreroFiel.com con permiso del autor Jesús discipuló a Pedro de rodillas. Él asumió la posición de un esclavo, porque amó a los suyos hasta el fin (13:1). Por amor, Jesús se hizo un esclavo para su Padre y sus seguidores; por amor, Jesús se arrodilló para guiar a Pedro; por amor, Jesús respondió pacientemente a la protesta de Pedro; por amor, Jesús le dijo a Pedro del peligro que enfrentaba; por amor Jesús siguió la agenda de su padre y no la de Pedro; por amor a su Padre y a sus seguidores, Jesús limpió a Pedro de pecado. El amor convirtió al impotente esclavo en el poderoso discipulador, porque el amor lo motivó a hablar la verdad a sus discípulos. Y el amor nos transformará de ser impotentes, a ser poderosos cuando pedimos en Cristo, que a través de nosotros, se haga para nuestros discípulos, lo mismo que Él hizo por su discípulo. Pero solo podemos hablar la verdad a nuestros discípulos, cuando los amamos como Jesús amó a Pedro. Y solo podremos lograrlo, cuando Cristo ame a través de nosotros, así que somos totalmente dependientes de Él para amar con su amor, a fin de poder hablar la verdad como Él habló la verdad. Siempre siento temor cuando debo amar de esta manera. En esos momentos, solo el Espíritu Santo puede vencer nuestra voluntad y darnos el poder para amar a la manera de Cristo. Miren lo que hizo Jesús a causa del amor por sus seguidores. Jesús resistió el desafío de Pedro y emitió su propio desafío. A través de Cristo en nosotros, debemos resistir los desafíos de nuestros discípulos y llamarlos al desafío que Cristo tiene para ellos. Jesús rechazó la agenda de Pedro y afirmó la agenda del Padre. El deseo de Pedro era siempre tener el control, y Jesús nunca lo dejaría hacerlo. Nuestros discípulos tienen la misma inclinación, y nosotros debemos rechazar sus esfuerzos de controlar y seguir su agenda, llamándolos a la agenda que Cristo tiene para ellos. Jesús confrontó a Pedro por los intereses de su Padre en su vida, y debemos hacer lo mismo por los intereses del Maestro en las vidas de nuestros discípulos. Como discipuladores para Cristo, nosotros somos sus representantes ante nuestros discípulos. Esta asombrosa responsabilidad solo puede cumplirse mientras crecemos para parecernos más a Cristo en la manera de alcanzar a nuestros discípulos. Debemos volvernos impotentes como Jesús era impotente si es que vamos a tener algún poder en sus vidas. Para llevar a cabo el discipulado, Él se sometió a sí mismo para sus seguidores, mediante su dependencia al Espíritu Santo y de acuerdo con la voluntad de su Padre. Al convertirse en un esclavo obediente, Él asumió la postura más impotente posible. Y fue por esta impotente postura, que Él ejerció el más grandioso poder posible - el poder del amor que transformó a sus discípulos. Si así es como Jesús lo hizo, así es como nosotros debemos hacerlo. Algunos pueden estarse preguntando, cómo es que Jesús pudo ser esclavo de Pedro, así como de su Padre. El ser esclavo del Padre, significaba ser esclavo de sus seguidores, porque eso es lo que el Padre quería de Él. Noten lo que Pablo dijo en 2 Corintios 4:5, donde él mismo declara ser un esclavo de los corintios. (La NVI pierde totalmente el punto cuando traduce esto como sirviente, en vez de esclavo. Me deja totalmente perplejo la manera en que los traductores tergiversan el significado de un texto cuando eligen usar un término menos difícil en un esfuerzo por hacer el pasaje más claro, pero en realidad pierden el punto que se expone). Pablo usó la palabra doulos, esclavo, para describir su relación con los corintios, pero añadió una explicación clave cuando dijo, “por amor de Jesús” Pablo era su esclavo, pero no para hacer lo que ellos querían. Él se esclavizó a sí mismo para ellos, a fin de hacer lo que Cristo quería en sus vidas, y esto es lo que debemos hacer con nuestros discípulos. ObreroFiel.com- Se permite reproducir este material siempre y cuando no se venda.