AUTOR: Adrián Martínez Acero. “El caballero Leonardo y sus andanzas”. Curso: 3º Don Leonardo de Montalvo fue un hidalgo que cabalgó con su fiel escudero Rafael allá por el año 1.400, por los pueblos de la Sierra de la Demanda burgalesa. La leyenda dice que era natural de Covarrubias, pueblo de valerosos caballeros, y buscaba hacerse famoso, ayudando a campesinos y jóvenes doncellas en apuros. En una ocasión, Don Leonardo y su fiel escudero Rafael, vieron a lo lejos un gran rebaño de ovejas y al confundir al gran perro de raza noble, pastor leonés, con un gran oso pardo, le dijo al bueno de su escudero: ¡El deber me llama mi buen Rafael, si me pasa algo contad mi hazaña allá en mi pueblo, para que mi sacrificio no quede en el olvido y mi dulce y amada señora, Margarita de la Plaza, sepa de mis andanzas! Y dicho esto, y pensando que el pastor estaba en un grave peligro, sin pensárselo dos veces se lanzó al galope con su lanza, al frente, dirigiéndose hacia lo que él creía que era un gran oso pardo, que no era otra cosa que el buen perro del pastor. El perro, al sentir lo que se le venía encima, se apartó para no recibir el impacto de la lanza, clavándose ésta en el interior de una morera; cayéndose el bueno de Don Leonardo, dando con sus huesos en el suelo. Al recuperar la razón, el pastor y su escudero Rafael le preguntaron que por qué había atacado a su perro, y el pastor añadió que si estaba loco. Contestándole el hidalgo que el que estaba loco era él, y que gracias le tenía que dar por haber salvado su vida de las garras de ese enorme oso. Y el caballero montado en su rocín, y el escudero en su borrico, siguieron su camino buscando nuevas aventuras para poder volver a su pueblo cargados con historias de sus andanzas caballerescas y una buena bolsa de monedas conseguidas como recompensa de sus nobles y valientes hazañas. Dice la leyenda y cuentan los viejos del lugar que tal vez lo consiguió.