Statement of Interpretation by the Holy See On the adoption of the Political Declaration on HIV and AIDS. 65th Session of the UN General Assembly High-level meeting on the comprehensive review of the progress achieved in realizing the Declaration of Commitment on HIV/AIDS and the Political Declaration on HIV/AIDS New York, 10 June 2011 “Declaración de interpretación” hecha pública el pasado 10 de junio por la Misión de la Santa Sede en las Naciones Unidas sobre la Declaración Política sobre el VIH y el Sida, que se ha pedido que se incluya en el informe de la plenaria de alto nivel de la Asamblea General (Nueva York, miércoles 15 de junio de 2011). Traducción y Fuente: Agencia Zenit ------------------------------------------------------------------------------ Mr. President, On the adoption of the declaration, the Holy See offers the following statement of interpretation. I would ask that the text of this statement, which explains the official position of the Holy See, kindly be included in the report of this high-level plenary of the General Assembly. In providing more than one fourth of all care for those who are suffering from HIV and AIDS, Catholic healthcare institutions know well the importance of access to treatment, care and support for the millions of people living with and affected by HIV and AIDS. ! !"#"$% & ' ( ()(*+ , $ . $/// 0 1 - 0 The position of the Holy See on the expressions "sexual and reproductive health" and “services,” the ILO Recommendation No 200, and the SecretaryGeneral's Global Strategy on Women and Children's Health is to be interpreted in terms of its reservations in the Report of the International Conference on Population and Development (ICPD) of 1994. The position of the Holy See on the word “gender” and its various uses is to be interpreted in terms of its reservations in the Report of the Fourth World Conference on Women. The Holy See understands that, when referring to “young people,” the definition of which enjoying no international consensus, States must always respect the responsibilities, rights and duties of parents to provide appropriate direction and guidance to their children, which includes having primary responsibility for the upbringing, development, and education of their children (cf., Convention on the Rights of the Child, Articles 5, 18, and 27,2). States must acknowledge that the family, based on marriage being the equal partnership between one man and one woman and the natural and fundamental group unit of society, is indispensable in the fight against HIV and AIDS, for the family is where children learn moral values to help them live in a responsible manner and where the greater part of care and support is provided (cf., Universal Declaration of Human Rights, Article 16,3). The Holy See rejects references to terms such as “populations at high risk” because they treat persons as objects and can give the false impression that certain types of irresponsible behavior are somehow morally acceptable. The Holy See does not endorse the use of condoms/commodities including as part of HIV and AIDS prevention programmes or classes/programmes of education in sex/sexuality. Prevention programmes or classes/programmes of education in human sexuality should focus not on trying to convince the world that risky and dangerous behaviour forms part of an acceptable lifestyle, but rather should focus on risk avoidance, which is ethically and empirically sound. The only safe and completely reliable method of preventing the sexual transmission of HIV is abstinence before marriage and respect and mutual fidelity within marriage, which is and must always be the foundation of any discussion of prevention and support. The Holy See does not accept so-called “harm reduction” efforts related to drug use. Such efforts do not respect the dignity of those who are suffering from drug addiction as they do not treat or cure the sick person, but instead falsely suggest that they cannot break free from the cycle of addiction. Such persons must be provided the necessary spiritual, psychological and familial support to break free from the addictive behavior in order to restore their dignity and encourage social inclusion. ! !"#"$% & ' ( ()(*+ , $ . $/// 0 1 - 0 * The Holy See rejects the characterization of persons who engage in prostitution as “sex workers” as this can give the false impression that prostitution could somehow be a legitimate form of work. Prostitution cannot be separated from the issue of the status and dignity of persons; governments and society must not accept such a dehumanization and objectification of persons. What is needed is a value-based approach to counter the disease of HIV and AIDS, an approach which provides the necessary care and moral support for those infected and which promotes living in conformity with the norms of the natural moral order, an approach which respects fully the inherent dignity of the human person. Thank you, Mr. President. Declaración de la Santa Sede ante la Declaración de la ONU sobre el Sida Traducción: Agencia Zenit Señor presidente Respecto a la adopción de la declaración, la Santa Sede ofrece la siguiente declaración de interpretación. Pido que el texto de este comunicado, que explica la posición oficial de la Santa Sede, sea incluido en el informe de esta plenaria de alto nivel de la Asamblea General. Al proporcionar más de una cuarta parte de toda la atención hacia quienes padecen VIH y el SIDA,las instituciones sanitarias católicas conocen bien la importancia del acceso a los tratamientos, atención y apoyo para los millones de personas que viven con el HIV y el Sida y están afectados por él. La posición de la Santa Sede acerca de las expresiones “salud sexual y reproductiva” y “servicios”, la Recomendación ILO nº200, y la estrategia global de la Secretaría General sobre la salud de las mujeres y de las niñas debe ser interpretadaen términos de su reserva en el Informe de la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo (ICPD) de 1994. La posición de la Santa Sede sobre el término “género” y sus varios usos debe interpretarse en ! !"#"$% & ' ( ()(*+ , $ . $/// 0 1 - 0 términos de sus reservas en el Informe de la 4ª Conferencia Mundial sobre la Mujer. La Santa Sede entiende que, al referirse a los “jóvenes”, la definición no disfruta del consenso internacional, los estados deben respetar siempre las responsabilidades, derechos, y deberes de los padres de proveer de una dirección y guía adecuadas a sus hijos, que incluyen la responsabilidad primaria de criar, desarrollar y educar a sus hijos (cf. Convención sobre los Derechos de los Niños, art. 5, 18 y 27,2). Los estados deben admitir que la familia, basada en la relación de igualdad entre un hombre y una mujer, y elemento fundamental y natural de la sociedad, es indispensable en la lucha contra el VIH y SIDA, la familia es donde los niños aprenden los valores morales que les ayudarán a vivir de manera responsable y donde se provee gran parte del cuidado y del apoyo (cf. Declaración Universal de Derechos Humanos, art. 16,3). La Santa Sede rechaza referencias a términos como “poblaciones de alto riesgo” debido a que trata a las personas como objetos y puede dar la falsa impresión de que ciertos tipos de comportamientos irresponsables son, de alguna manera, moralmente aceptables. La Santa Sede no apoya el uso de preservativos u otro tipo de productos como parte integrante de los programas de prevención o clases/programas de educación en el sexo/sexualidad. Los programas de prevención o clases/programas de educación en sexualidad humana no debería centrarse en tratar de convencer al mundo de que un comportamiento de riesgo o peligros forma parte de un estilo de vida aceptable, sino que debe centrarse en evitar el riesgo, lo que es ética y empíricamente sólido. El único método seguro y fiable de prevenir la transmisión sexual del VIH es la abstinencia antes del matrimonio y el respeto y mutua fidelidad dentro del matrimonio, que es y debe ser siempre la base de toda discusión sobre la prevención y el apoyo. La Santa Sede no acepta la llamada “reducción del daño” en los esfuerzos relacionados con el uso de las drogas. Este tipo de esfuerzos no respetan la dignidad de aquellos que sufren de adicción a las drogas ya que no tratan o curan a la persona enferma, sino sugerir falsamente que no pueden liberarse del ciclo de adicción. Estas personas deben recibir el apoyo espiritual, psicológico y familiar necesario para liberarse de la conducta adictiva y restaurar su dignidad y alentar su inclusión social. La Santa Sede rechaza la caracterización de las personas que se dedican a la prostitución como “trabajadoras del sexo”, ya que dan la falsa impresión de que la prostitución puede ser una forma legítima de trabajo. La prostitución no se puede separar de la cuestión de la dignidad de las personas; los gobiernos y ! !"#"$% & ' ( ()(*+ , $ . $/// 0 1 - 0 ( las sociedades no pueden aceptar tal deshumanización y cosificación de las personas. Lo que se necesita es un enfoque basado en los valores para hacer frente a la enfermedad del VIH y SIDA, un enfoque que proporciona los cuidados necesarios y el apoyo moral a aquellos infectados y que promueve una vida conforme a las normas del orden moral natural, un enfoque que respete totalmente la dignidad inherente de la persona humana. Gracias, señor Presidente. ! !"#"$% & ' ( ()(*+ , $ . $/// 0 1 - 0 +