Documento descargado de http://www.elsevier.es el 24/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Cartas cientı´ficas / Med Clin (Barc). 2012;138(4):177–180 Bibliografı́a 1. Montero Ruiz E, López Álvarez J. La interconsulta médica: problemas y soluciones. Med Clin (Barc). 2011;136:488–90. 2. Charlson ME, Cohen RP, Sears CL. General medicine consultation. Lessons from a clinical service. Am J Med. 1983;75:121–8. 3. Montero Ruiz E, Hernández Ahijado C, López Alvarez J. Efecto de la adscripción de internistas a un servicio quirúrgico. Med Clin (Barc). 2005;124:332–5. 4. Montero Ruiz E, Pérez Sánchez L, Gómez Ayerbe C, Barbero Allende JM, Garcı́a Sánchez M, López Álvarez J. Factores que influyen en la solicitud de interconsultas a Medicina Interna por los servicios quirúrgicos. Cir Esp. 2011;89:106–11. 5. Montero Ruiz E, Pérez Sánchez L, Barbero Allende JM, Garcı́a Sánchez M. Efecto llamada/rechazo en los cirujanos generales al solicitar interconsultas a Medicina Interna. Cir Esp. 2011, doi: 10.1016/j.ciresp.2011.02.009. 6. Kennedy JM, van Rij AM, Spears GF, Pettigrew RA, Tucker IG. Polypharmacy in a general surgical unit and consequences of drug withdrawal. Br J Clin Pharmacol. 2000;49:353–62. 7. Gawande AA, Thomas EJ, Zinner MJ, Brennan TA. The incidence and nature of surgical adverse events in Colorado and Utah in 1992. Surgery. 1999;126: 66–75. 179 8. Soler-Bel J, Sala C, Relaño N, Moya MJ, Vergéz L, Flor A. Estudio de las interconsultas solicitadas por el Servicio de Cirugı́a General al Servicio de Medicina Interna. An Med Interna. 2007;24:520–4. 9. Nierman E, Zakrzewski K. Recognition and management of preoperative risk. Rheum Dis Clin North Am. 1999;25:585–622. 10. Garcı́a Lázaro M, Lucena Merino MM, Montero Pérez-Barquero M, Sánchez Guijo P. Estudio de la actividad asistencial de Medicina Interna en relación a las interconsultas. An Med Interna. 2003;20:510–4. Eduardo Montero Ruiz*, Cristina Gómez Ayerbe, Laura Pérez Sánchez y Virginia Melgar Molero Servicio de Medicina Interna, Hospital Universitario Prı´ncipe de Asturias, Alcalá de Henares, Madrid, España * Autor para correspondencia. Correo electrónico: emontero.hupa@salud.madrid.org (E. Montero Ruiz). doi: 10.1016/j.medcli.2011.05.017 Influencia de la comorbilidad crónica sobre el coste sanitario Influence of chronic co-morbidity on health costs Sr. Editor: El envejecimiento progresivo de la población, los crecientes avances diagnósticos y terapéuticos, junto a una mayor educación sanitaria, son algunos de los factores que incrementan el uso de los recursos sanitarios1. En este aspecto, la presencia de múltiples enfermedades es muy frecuente en edades avanzadas, y diferentes estudios poblacionales han comprobado que el número de enfermedades que presentan los sujetos aumenta con la edad2,3. Se ha descrito que el 24% de los mayores de 65 años y el 31,4% de los mayores de 85 años padecen cuatro o más condiciones crónicas4-6. El objetivo del estudio fue describir la asociación entre el número de comorbilidades crónicas y el coste sanitario en varios centros de atención primaria (AP) de Cataluña en situación de práctica clı́nica habitual. Se elaboró un estudio multicéntrico de carácter retrospectivo, realizado a partir de los registros médicos (historias clı́nicas informatizadas) de pacientes seguidos en AP. La población de estudio estuvo formada por personas de ambos sexos asignadas a trece centros de AP de Cataluña pertenecientes a 4 entidades proveedoras (Badalona Serveis Assistencials, Consorci Sanitari Integral, GesClinic y La Roca del Vallès) que tienen asignada en su zona de influencia una población de unos 313.500 habitantes, de los que el 16,1% son mayores de 64 años. La población asignada a los equipos fue en su mayor parte urbana, de nivel socioeconómico medio-bajo y de predominio industrial. Se incluyeron en el estudio todos los pacientes que demandaron atención y que estuvieran adscritos a los centros durante el año 2008. Se excluyeron los sujetos trasladados a otros centros de AP y los desplazados de otras zonas. Se analizaron las siguientes variables: a) generales: edad, sexo y servicio (pediatrı́a y medicina de familia); b) de casuı́stica o comorbilidad (episodios), y c) de coste sanitario. La comorbilidad crónica se obtuvo según los criterios definidos en la Clasificación Internacional de la AP (CIAP-2)7-8. El modelo de costes desarrollado para cada paciente se estableció diferenciando los costes semifijos (funcionamiento) y los variables (en función de la actividad desarrollada por cada paciente que los genera). Las principales partidas contables pertenecientes al primer grupo fueron: personal, compras, servicios externos y un conjunto de gastos pertenecientes a los servicios de estructura y gestión del centro. La asignación de los gastos semifijos a cada paciente se realizó en función de un criterio de reparto por visita realizada. Los costes variables se calcularon en función de las solicitudes diagnósticas, terapéuticas (prescripción farmacéutica) o derivaciones efectuadas por los profesionales del centro. Los diferentes conceptos de estudio fueron los siguientes: laboratorio, radiologı́a, pruebas complementarias, interconsultas y prescripciones (recetas a cargo del CatSalut). Las tarifas utilizadas procedieron de los estudios de contabilidad analı́tica realizados en los centros o facturas de productos intermedios emitidas por los diferentes proveedores. Por tanto, el coste por paciente fue: Cp = (coste medio por visita número de visitas [costes semifijos]) + (costes variables). Se efectuó un análisis bivariante con las pruebas ANOVA, ji al cuadrado y correlación lineal de Pearson. Con la finalidad de conseguir una mejor adaptación a la normalidad de la distribución, en el análisis se realizó una transformación de la variable dependiente del coste de la asistencia a partir del logaritmo neperiano. El cálculo del poder explicativo se estableció en función del cociente de determinación (R2). Se utilizó el programa SPSSWIN versión 18, estableciendo una significación estadı́stica para valores de p<0,05. El número de pacientes atendidos durante el año 2008 fue de 227.235 (el 86,5% en medicina de familia y el 13,5% en pediatrı́a). Los pacientes presentaron una media de 4,5 (3,2) episodios y 8,1 (8,2) visitas realizadas/año. El porcentaje de varones (51,1 frente a 43,3%, p<0,001) y el de visitas (9,7 frente a 7,8 p<0,001) fueron superiores en el servicio de pediatrı́a. El coste total fue de 148,7 millones de euros (el 92,9% correspondió a medicina de familia). Al 80,1% de los pacientes se les prescribió algún tipo de medicamento; al 62,2% de medicina de familia se les realizó alguna prueba de laboratorio, mientras que al 33,0% de pediatrı́a se les efectuó algún tipo de derivación. Los costes de funcionamiento o fijos representan el 29,1%, y los variables el 70,9% sobre el total, entre los que destaca el 47,5% correspondiente a prescripción farmacéutica. El promedio del coste total por paciente/año fue de 654,2 euros (702,5 euros en medicina de familia y 344,6 euros en pediatrı́a; p<0,001). Las mejores correlaciones del coste sanitario se consiguen con el número de episodios/diagnósticos (r=0,677) y la edad (r=0,492), p<0,001 figura 1. La relación entre el número de comorbilidades crónicas Documento descargado de http://www.elsevier.es el 24/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. [(Figura_1)TD$IG] Cartas cientı´ficas / Med Clin (Barc). 2012;138(4):177–180 Coste sanitario/anual 180 y = 160,16x R2 = 0,9799 4.000 € 3.000 € CosteAP 2.000 € Lineal (CosteAP) 1.000 € 0€ 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 Número de comorbilidades R 2: cociente de determinación Figura 1. Relación entre el número de comorbilidades crónicas y el promedio del coste/unitario de la asistencia en atención primaria de salud. y el promedio del coste/unitario de la asistencia en atención primaria de salud se detalla en la figura 1. La generalización de los resultados debe de interpretarse con prudencia. La mayor limitación del estudio se presenta en la validez externa de los resultados, ya que los centros analizados no necesariamente son representativos de un universo general, puesto que los modelos organizativos, los estilos de práctica clı́nica y las caracterı́sticas intrı́nsecas de los pacientes pueden ocasionar un sesgo de contaminación. De confirmarse estos resultados, las aplicaciones prácticas de este estudio pueden ser de utilidad en la financiación y en la gestión clı́nica de los centros9. Además, se favorecerı́a la posibilidad de benchmarking entre centros y profesionales de las diferentes organizaciones. En conclusión, el número de comorbilidades crónicas de los pacientes muestra una mejor asociación que la edad en el uso de los recursos sanitarios, y se muestra como un sencillo predictor del coste de la asistencia en AP en situación de práctica clı́nica habitual. Bibliografı́a 1. World Health Organization. The World Health Report 2002: Reducing risk, promoting healthy life. Geneve: World Health Organization; 2002. 2. Starfield B, Lemke KW, Bernhardt T, Foldes SS, Forrest CB, Weiner JP. Comorbidity: implications for the importance of primary care in ‘case’ management. Ann Fam Med. 2003;1:8–14. 3. Boyd CM, Ritchie CS, Tipton EF, Studenski SA, Wieland D. 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