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LA NOTÍCIA
L’HOSPITALET
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7 DE NOVEMBRE DE 1994
El nuevo centro mantendrá una superficie de uso público para ferias y congresos
La Farga será un complejo
comercial y de negocios
En 1982, La Farga era aún una antigua fundición
situada en el centro de la ciudad. En 1996 será un
gran complejo comercial, empresarial y de congresos,
un equipamiento que ayudará a la reactivación
económica del municipio y creará 2.700 puestos de
trabajo. La nueva Farga será la sintesis del pasado
industrial del municipio y de su objetivo futuro,
convertirse en la ciudad de los servicios.
CRISTINA SÁNCHEZ
La remodelación de La Farga es
uno de los grandes
proyectos de ciudad orientados a la
reactivación económica de L'Hospitalet. La antigua fundición se convertirá en un complejo comercial
y de negocios y mantendrá a la vez
el uso público tradicional para ferias, congresos y exposiciones. La
remodelación de La Farga ha sido
adjudicada a la empresa Hospitalet Centro S.C.P., que se encarga
de la construcción del complejo
con una inversión de 6.070 millones de pesetas a cambio de la
cesión durante 75 años de una
parte de las instalaciones.
El proyecto contempla la rehabilitación parcial de las antiguas
naves de La Farga, y en especial
de sus elementos más emblemáticos, y la construcción de un edificio de nueva creación. La nueva
Farga quedará distribuida en dos
partes, una pública, de 18.500 metros cuadrados, y una privada de
20.900 metros en la que se instalarán un gran complejo comercial,
oficinas y un centro empresarial.
La Farga
será uno de
los motores
económicos y
sociales de
L'Hospitalet
La nueva Farga mantendrá parte de su emblemática estructura
El nuevo
complejo
creará 2.700
nuevos
puestos de
trabajo
16.000 metros cuadrados
de uso público
La superficie de la nueva Farga
reservada para uso público quedará configurada como una amplia
zona de exposiciones de 16.000
metros cuadrados en la que tendrán cabida las actividades perió-
dicas organizadas por el Ayuntamiento de L'Hospitalet y que necesitan de amplios espacios: ferias, congresos, conciertos y actos de carácter diverso. Este espacio mantendrá algunos de los elementos emblemáticos de la antigua fundición,
La transformación de La Farga
incluye también la reordenación de
su entorno, en función de las necesidades del nuevo complejo. La
avenida de Isabel la Católica será
ampliada a cuatro carriles, también
se ampliarán las aceras de las calles Barcelona, donde se instalará
de nuevo la parada de autobuses,
y Gerona. El conjunto se completará con la renovación del alumbrado y del mobiliario urbano, la
plantación de árboles y la urbanización del solar situado entre las
avenidas Josep Tarradellas e Isabel la Católica. El coste de esta
operación es de 108 millones de
pesetas.
EL APUNTE
Un centro comercial para
los consumidores de hoy
Max Center La Farga es el
nombre del centro comercial que
se construye en el complejo y que
pretende responder a los nuevos
hábitos de consumo de la población. El Max Center ocupará un
edificio de nueva creación con
una altura de cuatro plantas y un
aparcamiento de 900 plazas. El
centro comercial tendrá 108 locales dedicados a la venta de una
amplia gama de productos: alimentación especializada, complementos personales, hogar, restauración, ocio y servicios, entre otros.
Los comerciantes de L'Hospitalet tendrán facilidades para poder acceder a estos locales, ya
que una de los principales objetivos de este complejo comercial es
reactivar la economía de la ciudad.
No en vano, el Max Center prevé
unas ventas potenciales de 8.868
millones de pesetas. Además, se
estima que el nuevo complejo de
La Farga creará unos 2.700 nuevos puestos de trabajo entre empleos directos e indirectos.
Cuando La Farga era una antigua fundición
Andrés Navarro García
La aparición de La Farga se remonta al año 1900. En esta época inició su andadura la entonces
llamada Herrería San José, con una plantilla de 30 trabajadores y dedicada a la fundición del
hierro. Desde el inicio de siglo y hasta el año de su cierre, en 1982, La Farga fue aumentando su
producción, su maquinaria y su plantilla de trabajadores. Conforme la empresa crecía, la ciudad
iba ampliando sus fronteras y llegó el día en que la fundición se vió rodeada de viviendas, en
pleno casco urbano. Comenzó entonces una lucha vecinal para que la fundición dejara de contaminar el aire de L'Hospitalet y recuperar este céntrico espacio para el uso público.
A partir de aquel momento, La Farga pasó a formar parte de la historia de la ciudad, una
ciudad que creció gracias a empresas que, como la antigua fundición, dieron trabajo a centenares
de personas. Andrés Navarro García es uno de ellos. Este vecino del barrio de Sant Josep tiene
80 años y dejó 33 años de su vida trabajando en La Farga. "Cuando yo empecé a trabajar allí, en
los años 40, -recuerda Andrés Navarro- el techo de las naves estaba hecho de lata y cuando
llovía, nos mojábamos. Además, cargabamos el hierro en los camiones a mano e incluso, al
sacarlo del horno al rojo, lo hacíamos con pinzas y como podíamos". Como antiguo trabajador de
La Farga, este ciudadano confiesa haber sentido su derribo, aunque le parece bien el nuevo
destino de la antigua fundición. "Siempre que sea para mejor, esta bien -comenta- Parecía que
iba a haber Farga para toda la vida, pero si van a hacer una cosa mejor para la ciudad, me parece
bien". Andrés Navarro llegó a ser maestro de horno en La Farga y recuerda a sus compañeros de
trabajo, entre ellos a su propio hijo, que tuvieron que abandonar la fundición cuando se cerró . Él
entonces ya estaba jubilado, pero aún comenta con cierta añoranza "La de sudadas que me he
pegado yo ahí dentro".
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