EDICIÓN ESPECIAL 2004 l ef t t o r ig h t : L iz C ip r ia n o , Rum z H us ein, Cam Sor r endino, Sally M at t is on, Wanda Butchi no Seis socios actuales de Cintas quienes también fueron miembros de UNITE, le escribieron una carta al editor de su periódico local, el Mensajero, luego de haber escuchado que UNITE HERE estaba tratando de detener a Cintas de construir una nueva planta en su comunidad. Aquí tenemos extractos de su carta: Nosotros pagábamos nuestras cuotas, las cuales subían cada vez que nos daban un aumento de sueldo. Desafortunadamente, nuestros aumentos eran sólo centavos comparados con los aumentos en nuestras cuotas. Si teníamos un desacuerdo con cualquiera de las políticas y llevábamos la queja a la unión, la unión parecía siempre tomada el lado de la compañía. “Estamos aquí para decir, “¡Ya es suficiente!” Varios periódicos, basándose en la información entregada por UNITE, han descrito a Cintas como una fábrica donde se explota al obrero, pagando sueldos pobres y que no ofrece cuidados médicos a precios razonables. Es hora de que las personas oigan la verdad de aquellos quienes hemos vivido las dos caras de este asunto.” UNITE no hizo nada para pelear por nosotros. Sólo nos traspasaban información de la administración de la compañía. Teníamos un seguro de vida limitado y no teníamos seguro dental. Sólo nos ofrecieron seguro para la vista unos años antes de que la compañía cerrara sus puertas. Nosotros teníamos una pensión con la unión que le daba a algunos de los veteranos que llevaban de 13 a 17 años con UNITE entre $34 a $56 al mes cuando se jubilaran. En nuestra antigua compañía teníamos un plan de 401k en el cual nos igualaban las contribuciones por una colosal cifra de 3 por ciento. En Cintas tenemos excelentes beneficios médicos. Nuestros sueldos son muy competitivos. Tenemos un programa 401k al cual Cintas aporta un 20 por ciento por sobre nuestra contribución desde que hemos sido socios. También tenemos un seguro de vida gratis y un seguro de vida voluntario adicional que cubre a nuestros cónyuges y dependientes. Tenemos días asignados por enfermedad y vacaciones. De hecho, podemos acumular hasta cuatro semanas de vacaciones como beneficio por haber trabajado en Cintas por un largo plazo. ¿Suena como que Cintas es una fábrica donde explotan al obrero? Desafortunadamente, algunos de nosotros en Cintas hemos tenido la mala experiencia de trabajar para una compañía en la cual los empleados estaban “representados” por UNITE. Nosotros no pudimos escoger si queríamos ser o no un miembros de la unión. No tuvimos el derecho de decir sí o la libertad de decir no. Para empeorar las cosas, luego de haber entregado a la unión nuestro arduo trabajo, nuestro esfuerzo y la mayor parte de nuestras vidas, perdimos nuestra fuente de sustento cuando la compañía cerró sus puertas. No nos ofrecieron beneficio alguno, ni un paquete de compensación. ¿Qué les parece eso como muestra del apoyo de la unión? Nosotros no queremos la unión. Nosotros no necesitamos la unión. Nosotros no necesitamos a alguien que hable por nosotros. Cintas quiere traer más empleos a la comunidad. En un país donde se han perdido tantos empleos, ¿no es este un paso en la dirección correcta? Entonces, ¿porqué todos estos ataques contra Cintas?” Usted tiene el derecho de expresarse. Si desea hacerlo infórmeselo ahora al gerente general o al administrador de recursos humanos. Volumen especial 14 El derecho de decir sí, y la libertad de decir no.