lixiviación de COD y varios factores ambientales (distales) tales como pH, contenido de agua, entre otros (Figura 2). En algunas especies del bosque esclerófilo chileno, el COS es almacenado en una o más capas superficiales. Estas capas, ricas en MO, juegan un importante rol en los balances de C y energía, en las cadenas tróficas, absorción de nutrientes por las plantas y en la recuperación del ecosistema luego de una perturbación (Covington, 1981; Arp & Krause, 1984; Yanai et al., 2000). La hojarasca contribuye en este sentido al balance de C por medio de la formación de un horizonte A, rico en materiales humificados, e incluso la formación de un horizonte iluvial B, también capaz de almacenar C (Uselman et al., 2007). En ecosistemas naturales y particularmente en auqellos mediterráneos, variables ambientales tales como la radiación solar, temperatura y contenido de agua del suelo, están muy relacionadas al balance de C. En alguna medida la cobertura vegetal, en función de su tamaño y estructura, controla estas variables (Gallo et al., 2006). En los ecosistemas mediterráneos, así como también en muchos ecosistemas forestales, la MOS tiende a disminuir con las perturbaciones que causan la abertura del dosel; esto es explicado por una disminución de las entradas por caída de hojas, como también por un aumento en las tasas de descomposición de la hojarasca, debido a un incremento substancial en la temperatura, contenido de agua y, de manera inicial, contenido de nutrientes (ejm.: Yanai, 2000; Caldentey et al., 2001). Dichos factores finalmente inciden en una mayor comunidad microbiana capaz de descomponer las fuentes de CO. Las variaciones del COS producto de perturbaciones no son constantes en el tiempo, ya que, las frecuencias de perturbación inciden en el monto y calidad del C almacenado. En general, a mayor frecuencia de perturbaciones, los ecosistemas presentan menores entradas de C (vía caída de hojas) y los residuos vegetales de mayor tamaño, pierden importancia. Relación C:N Esta relación es considerada un estándar en la medición de la dinámica de la MOS. Varía en función de la vegetación, estado de descomposición de la MO y tipos de organismos presentes en el medio edáfico. Durante los periodos iniciales de la descomposición de la hojarasca, la relación C:N es considerada un índice de calidad de la hojarasca (Corbeels, 2001). Valores altos de ella implican tasas de descomposición lentas y una entrega de nutrientes al medio lenta (Gosz & Likens, 1973). En general, sus valores elevados se relacionan a altas concentraciones de lignina, precursora de la MOS más recalcitrante. Fraccionamiento de la materia orgánica La MO tiene una composición muy heterogénea, de manera que su fracccionamiento en compartimentos biológicamente significativos en el suelo cobra especial relevancia (Sollins et al., 1999). Así, los métodos más usados son físicos y químicos. Fraccionamiento físico Consiste en la determinación de los compartimentos de C en función del tamaño de partículas, el grado de protección física, densidad de partículas o una combinación de las tres aproximaciones (Sollins et al., 1999). Debido a que comúnmente los suelos de ecosistemas boscosos contienen montos altos de C, la detección de cambios debido a perturbaciones puede ser difícil, particularmente en el corto plazo. Por lo tanto, el fraccionamiento físico del COS ofrece una estimación más sensible 85