La lucha contra el crimen organizado

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Falcone
La lucha contra el crimen organizado
Otras publicaciones
del inacipe
Criminología contemporánea
Introducción
a sus fundamentos teóricos
Gerardo Saúl Palacios Pámanes
La Corte Penal Internacional
Sergio García R amírez
Revista
Ciencia Forense inacipe
Año 2, núm. 1
Revista Penal México
Número 2
(Coedición con Universidad de Huelva,
Universidad de Salamanca,
Universidad Pablo de Olavide,
Universidad de Castilla-La Mancha,
Cátedra de Derechos Humanos
Manuel de Lardizábal
y Editorial Ubijus)
falcone.indd 1
Podría pensarse que estas tres conferencias del juez italiano
Giovanni Falcone —impartidas en México los días 10, 11 y
12 de septiembre de 1990, cuando fue invitado por el Instituto Nacional de Ciencias Penales— han perdido vigencia por
el paso de los años. Pero nada más alejado de la realidad; sus
palabras, suspendidas ahora en el tiempo como un impresionante testimonio, cobran vigencia y por tanto no deben
ser desatendidas por quienes crean, aplican o critican en la
actualidad las estrategias de la lucha anticrimen y de la seguridad pública.
Falcone discurre aquí sobre la estructura y el modo de
actuar de las organizaciones criminales de Italia, así como
acerca de las estrategias aplicadas para combatirlas y las repercusiones de este fenómeno en el campo del Derecho Internacional. De este modo, se constata cómo los puntales de esa
lucha anticrimen fueron la unidad de un instrumento jurídico, la profesionalización de fiscales, agentes ministeriales,
tribunales y cárceles, y la neutralización de los delincuentes
sin dejar de respetar la dignidad y los derechos humanos.
C O N F E R E N C I A S M AG I S T R A L E S
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giovanni falcone
CON F ER ENCI AS M AGIST R A LES • 21
Hipergarantismo:
el caso de Guatemala
Carlos Castresana
La lucha
contra
el crimen
organizado
Giovanni Falcone
Instituto Nacional de Ciencias Penales
Personaje mítico en la lucha contra el crimen
organizado, Giovanni Falcone fue un destacado juez y hombre de la judicatura italiana que
simbolizó el cambio de toda una época. Nació
en Palermo, en 1939, y murió en 1992 en la misma
ciudad. Después de ingresar en la magistratura en
1964, fue juez de paz en Lentini y posteriormente
procurador en Trapani, ambas poblaciones de su
Sicilia natal. Tiempo después comenzó a trabajar en el despacho de Instrucción del Palacio de
Justicia de Palermo, como colaborador cercano
del magistrado Rocco Chinnici, quien fue asesinado por la Mafia en 1983. En 1990 fue candidato en las elecciones al Consejo Superior de la
Magistratura, impulsado por el Movimiento por
la Justicia y por Propuesta 88, dos agrupaciones
civiles unidas en esta causa común. Falcone era
ya un destacado luchador contra la Mafia y la
Camorra italianas, una auténtica notabilidad en
el campo del deber civil ciudadano, cuando la
Mafia lo asesinó el 23 de mayo de 1992.
11/05/2012 11:04:31 a.m.
CONFERENCIAS MAGISTRALES
DIRECTORIO
Marisela Morales Ibáñez
Procuradora General de la República
y Presidenta de la H. Junta de Gobierno del inacipe
Alejandro Ramos Flores
Subprocurador Jurídico y de Asuntos Internacionales de la pgr
y Secretario Técnico de la H. Junta de Gobierno del inacipe
Gerardo Laveaga
Director General
del Instituto Nacional de Ciencias Penales
Álvaro Vizcaíno Zamora
Secretario General Académico
Citlali Marroquín
Secretaria General de Extensión
Sarelba Casillas Suárez
Directora de Publicaciones
GIOVANNI FALCONE
LA LUCHA CONTRA
EL CRIMEN ORGANIZADO
Tres conferencias
INSTITUTO NACIONAL DE CIENCIAS PENALES
0 Falconepreli.indd 6
Primera edición: inacipe, 1992
Segunda edición: pgr, 1995
Tercera edición: pgr, 1996
Cuarta edición: inacipe, 2012
Edición y distribución a cargo del
Instituto Nacional de Ciencias Penales
www.inacipe.gob.mx
publicaciones@inacipe.gob.mx
Se prohíbe la reproducción parcial o total,
sin importar el medio, de cualquier capítulo o información
de esta obra, sin previa y expresa autorización del
Instituto Nacional de Ciencias Penales,
titular de todos los derechos.
D. R. © 2012 Instituto Nacional de Ciencias Penales
Magisterio Nacional 113, Col. Tlalpan,
Del. Tlalpan, 14000, México, D.F.
ISBN 978-607-7882-50-3
Diseño de portada: Victor Garrido
Impreso en México • Printed in Mexico
30/04/12 13:20
CONTENIDO
Invitación a la lectura,
por Genaro Góngora Pimentel.........................9
Prólogo, por Samuel González Ruiz......................15
Primera conferencia
(10 de septiembre de 1990)............................37
Sesión de preguntas........................................52
Segunda conferencia
(11 de septiembre de 1990)............................59
Sesión de preguntas........................................78
Tercera conferencia
(12 de septiembre de 1990)............................95
Conferencia de prensa
(10 de septiembre de 1990)............................111
Nota. La versión española de las tres conferencias del juez
Giovanni Falcone en el Instituto Nacional de Ciencias Penales fue realizada a partir de la traducción consecutiva de
Samuel González Ruiz y Alicia González Vidaurri. La versión final fue coordinada por Samuel González Ruiz y participaron, además, Luis González Plascencia, María Elena
Villanueva, Sandra Peredo y Fernando Tenorio Tagle. Asimismo, la revisión literaria estuvo a cargo de Mario Alberto
Gutiérrez Tello y Lázaro Rodríguez Olivera.
Para esta cuarta edición se sometieron a revisión los textos de las conferencias y de la conferencia de prensa, así
como el del prólogo, escrito por Samuel González Ruiz.
Se hicieron los ajustes esenciales para esta nueva edición,
en especial los términos en italiano. El texto de la presentación fue sustituido por el que ahora aparece escrito por
Genaro Góngora Pimentel.
INVITACIÓN A LA LECTURA
Sería mejor vivir en un mundo donde los
héroes ya no existieran, pero por desgracia
aún los necesitamos.
Giuliano Amato
El 23 de mayo se cumplirán 20 años del asesinato
del juez Giovanni Falcone, director general del Ministerio de Justicia de Italia y símbolo viviente de la
lucha contra la Mafia, personaje, figura y modelo, del
que hoy se reeditan sus tres conferencias magistrales
dictadas en México.
En 1992 los enemigos de Falcone hicieron volar,
con una tonelada de explosivos activados por control
remoto, el vehículo blindado en que viajaba por la
autopista Palermo-Trappani, a 20 kilómetros de la capital de Sicilia. Con el magistrado, que tres días atrás
había cumplido 53 años, murieron su esposa y tres
agentes de su custodia.
Cuatro meses antes, Falcone había sido designado
al frente de la flamante Dirección Antimafia (Direzio­
ne Investigativa Antimafia, dia), a pesar de que era un
9
GIOVANNI FALCONE
hombre “marcado” por la Cosa Nostra desde los años
sesenta, cuando ya había comenzado a recibir ame­
nazas de muerte. En 1987, mandó a la cárcel a más
de 300 pistoleros luego del llamado “Maxi-proceso” de
Palermo. Ya en junio de 1989, Falcone se salvó por
una mera casualidad de un atentado mientras estaba
de vacaciones en Villa Addaura, en la costa del Mediterráneo.
Pero ¿quién fue Giovanni Falcone?, ¿cuáles fueron
sus logros, su objetivo de vida y sus sueños? Para ello
debemos remontarnos a la década de 1980, cuando
la Cosa Nostra siciliana comenzó una guerra a muerte consigo misma. Más que una guerra, era una matanza. Los Corleonesi, encabezados por Totò Riina,
estaban decididos a acabar con los clanes rivales por
todos los medios posibles. Nadie estaba a salvo. No
importaba si eran mafiosos, parientes, amigos, policías o transeúntes inocentes, ni cómo se realizaran los
“trabajos”, se había desatado una guerra y sólo podía
haber un vencedor.
Uno de los buscados por los escuadrones de la
muerte de la mafia de Corleone era Tomasso Buscetta,
a quien ya le habían asesinado a dos hijos, un hermano, un sobrino, un cuñado y un yerno. Pero él seguía
huyendo. Finalmente, Buscetta fue detenido en Brasil
y extraditado a Italia.
Su pánico era tal, ante la idea de ser encontrado
por sus rivales, que intentó suicidarse. Pero sobrevi10
LA LUCHA CONTRA EL CRIMEN ORGANIZADO
vió. Al recuperarse decidió colaborar con la justicia.
Contaría todo lo que sabía sobre una organización a
la que había pertenecido desde los 17 años, pero sólo
hablaría con una persona: Giovanni Falcone.
Apoyado en las declaraciones de Buscetta, Giovanni Falcone pudo comprender el complejo y amplio
entramado que era la Mafia, una organización que
funcionaba como un todo, fuertemente jerarquizada,
en la que no se hacía nada sin la orden expresa de sus
mandatarios. Esa fue la clave para sentar en el banquillo de los acusados a los grandes capos.
Toda Italia, y el mundo entero, siguieron un proceso lleno de tensión que duró dos años y tuvo lugar
en un búnker de hormigón situado junto a la cárcel
de Ucciardone en la capital siciliana, en una sala construida especialmente para el caso.
El 16 de diciembre de 1987 se absolvió a 114 de
los 474 acusados. A los 360 culpables se les condenó
a un total de 2 665 años de cárcel. La prensa se apresuró a proclamar el posible fin de la Mafia, sin duda
dejándose llevar por el entusiasmo, pues a comienzos
de 1989 ya sólo 70 hombres condenados seguían en
prisión.
Si al leer estas tres conferencias, estimado lector, podemos imaginarnos al juez Falcone como un mo­derno
Nostradamus describiéndonos el funcionamien­to del
crimen organizado, el no haberlo escuchado, como
debimos, nos ha costado 20 años después la lamenta11
GIOVANNI FALCONE
ble pérdida de 47 000 vidas, de acuerdo con las cifras
oficiales, en otra guerra en el seno del crimen organizado.
“Existen fuertes puntos de unión entre los vértices
de la Cosa Nostra y centros ocultos de poder que tienen otros intereses”, declaró Falcone. “Tengo la impresión de que es este el escenario más plausible si se
quieren comprender las verdaderas razones que han
empujado a alguno a asesinarme.” Incluso así siguió
adelante, investigando y metiendo preso a un delincuente tras otro, sin perder su sonrisa bonachona.
Un año antes de su muerte, el juez había publicado
el libro Cosas de la Cosa Nostra —en coautoría con
la periodista francesa Marcelle Padovani, de Le Nou­
vel Observateur—, en el que denunciaba los víncu­
los subterráneos entre políticos y mafiosos: “Nadie
me hará creer que algunos grupos políticos no están
aliados con la Cosa Nostra —por convergencia de
intereses— en el intento de condicionar nuestra democracia, todavía inmadura, eliminando a personajes
incómodos para ambos”. ¿Casualidad o profecía para
México? Dejo a usted la última y mejor opinión, apreciable lector.
Miles de personas asistieron a la Catedral de Palermo para el funeral del magistrado, quien se había
definido a sí mismo con las siguientes palabras: “Yo
no soy Robin Hood, ni un kamikaze, ni un misionero.
Soy sólo un servidor del Estado en tierra infiel”.
12
LA LUCHA CONTRA EL CRIMEN ORGANIZADO
Sin embargo, no considero que esta recopilación
deba enfocarse exclusivamente en el juez Falcone;
dudo que a él le hubiera agradado llevarse todo el
crédito. No podemos perder de vista a todos aquellos
hombres que codo a codo, antes, durante y después
de su vida, llevaron sobre sus hombros la pelea contra el fenómeno social denominado Mafia, que, como
mencionó el juez Falcone, “ha tenido un comienzo y
una evolución, y también tendrá un fin”. No podemos,
ni debemos olvidar a hombres de la talla de Rocco
Chinnici, juez que a finales de la década de 1960
comenzó la lucha contra la Mafia, ni por supuesto
tampoco a los integrantes del famoso Pool Antimafia,
entre los cuales estaban desde luego el entonces magistrado Falcone, así como personalidades de la talla
de Paolo Borsellino, sin el cual el juez Falcone nunca hubiera podido llevar a cabo el Maxi-proceso de
Palermo, y Giovanni Barrile, quien continuó con la
lucha aun después de la muerte de los antes mencionados. Todos ellos pagaron con su vida el ideal de una
sociedad mejor.
Sin duda 20 años después las enseñanzas que el
juez Falcone nos otorgó deben mantenerse más vigentes que nunca. La lucha contra aquellos fenómenos e
individuos que amenazan la paz y la estabilidad de la
sociedad tiene que ser ininterrumpida, debemos tener
en alto siempre su máxima: “Un hombre debe hacer
aquello que su deber le dicta, cualesquiera que sean
13
GIOVANNI FALCONE
las consecuencias personales, cualesquiera que sean
los obstáculos, el peligro o la presión. Esta es la base
de toda la moralidad humana”. Si logramos ponerla en
práctica, más pronto de lo que nos imaginamos el crimen organizado será sólo un mal recuerdo, uno como
aquel del 23 de mayo de 1992, cuando la mafia nos
arrancó a un gran abogado y juez, pero sobre todo a
un excelente ser humano. Ese fatídico día murió Giovanni y nació la leyenda de Falcone.
Lo invito, estimado lector, a recordar la frase que
resonó por todos los muros de la Catedral de Palermo durante el sepelio de Paolo Borsellino sólo dos
meses después del homicidio del juez Falcone: “No
los habéis matado: sus ideas caminan sobre nuestras
piernas”.
Genaro Góngora Pimentel
Ciudad Universitaria
Marzo de 2012
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PRÓLOGO
Giovanni Falcone representa la lucha contra la Mafia
en Italia. En su caso, han asesinado al hombre, no
al símbolo. El símbolo vive, como ha quedado demostrado en las manifestaciones celebradas en muchas ciudades, en la huelga nacional de una hora y en
la jornada del lunes 25 de mayo en Palermo; en las
declaraciones de muchos funcionarios italianos y en
el dolor generalizado, expresado de muchas maneras
por el pueblo italiano. Basta leer la declaración emitida a la prensa por el senador vitalicio Norberto Bobbio para entender la indignación que tiene que sentir
este italiano amante de su patria, luchador incansable
por la democracia y profundo estudioso del Derecho,
la política y el Estado. Para el preclaro maestro turinés y su pensamiento analítico, el golpe fue tan fuerte como para todos aquellos que lo conocíamos. La
muerte de Falcone, su esposa y tres policías que los
custodiaban no se vengará nunca, menos con sangre.
Lo que él hubiera deseado es que se hiciera lo que
siempre propuso: aplicar el Derecho en Sicilia.
15
GIOVANNI FALCONE
Algunos datos biográficos
Falcone nació en Palermo en 1939 e ingresó a la carrera judicial en 1964 —en Italia, tanto el Ministerio
Público como sus agentes: el Sustituto Procurador,
el Procurador General de la República Adjunto y el
Procurador General de la República, pertenecen a la
carrera judicial—. Fue designado pretor en Lentini y
Ministerio Público y juez de Decisión en Trapani. En
1978 regresó a Palermo, donde se desempeñó como
juez de Instrucción y Procurador General Adjunto.
Fue la cabeza del llamado Pool Antimafia, que instauró lo que en Italia se denominó “Maxi-proceso”. Según Giusto Schiacchitano, colaborador de Falcone:
el motivo por el cual se decidió procesar conjuntamente
a un gran número de imputados, cada uno de los cuales
acusado de numerosos delitos, fue sustancialmente el
de ofrecer a la Corte un cuadro panorámico que permitiera aprehender todos los aspectos de la organización
mafiosa y, por lo tanto, relacionar muchos episodios
aparentemente dispersos.
Más adelante agrega que
el punto de inicio de nuestra estrategia fue la convicción
de que la Mafia debe ser combatida en Palermo, pero
también y, quizás sobre todo, en los otros lugares en los
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LA LUCHA CONTRA EL CRIMEN ORGANIZADO
cuales hubiera podido echar raíces o hacer alianzas. El
llamado “Maxi-proceso” de Palermo puso tras las rejas
de un golpe a más de 400 mafiosos y logró condenas en
342 causas por 2 665 años, incluidas 19 condenas de
cadena perpetua. El “Maxi-proceso” requirió la construcción de un aula-búnker especial para el número de
acusados y de testigos que intervinieron. La estrategia
consistió en una doble investigación:
a) Buscar el mejor conocimiento posible de la estructura interna de la Cosa Nostra,
b) establecer lazos con autoridades judiciales (de pro­
curación de justicia) de otros países, así como solicitar
una creciente colaboración internacional.
Esta colaboración internacional llevó a Falcone y
a su grupo a obtener pruebas en contra de la Mafia
en países como Suiza, Francia, Alemania, Inglaterra,
pero también en otros más lejanos como Estados Unidos, Venezuela, Brasil, Canadá, India, Egipto y Tailandia. Los problemas jurídicos que resolvió el grupo
no fueron pequeños, toda vez que existían diferencias
fundamentales entre los sistemas jurídicos de algunos
de aquellos países y el italiano.
En junio de 1989, Falcone se salvó de la explosión
de una bomba —cuenta Annibale Paloscia— cuando
un agente de la Policía del Estado la descubrió sobre
el sendero que conducía al mar desde su villa, en un
día en que habían sido invitados algunos magistrados
suizos para investigar la llamada “Conexión suiza”.
17
GIOVANNI FALCONE
Hay que decir que la personalidad de Falcone producía, desde luego, envidias entre sus colegas y que
en ese mismo año estalló un escándalo en relación
con el arresto de un supuesto delincuente al que se le
permitió emigrar a Estados Unidos.
Posteriormente, Falcone pierde la posibilidad de
ser designado Procurador General de Palermo frente
al jurista tradicional, Meli, que estaba en desacuerdo con la manera en que trabajaba el Pool Antimafia.
Según escribe Paloscia, el momento adecuado para
golpear al pool fue justo cuando “se nombra jefe de
la oficina de instrucción de Palermo a Antonino Meli
[...] que estaba casado, por formalismos jurídicos,
con una línea desfavorable a la asignación de las más
importantes investigaciones al grupo de magistrados
coordinados por Falcone”.
El ataque al pool abre una crisis áspera y amplia en
la credibilidad de las instituciones empeñadas en la
lucha contra la Mafia, y del extranjero también se tienen reacciones. Cuando el juez Falcone está a punto
de abandonar el pool, un autorizado órgano de información de la Gran Bretaña, The Economist, hace una
fuerte insinuación sobre las razones de esta crisis bajo
el título: “La Mafia ha tenido un golpe de suerte...”.
Falcone formula su renuncia en carta dirigida al
Consejo Superior de la Magistratura. En ella, entre
otras cosas, dice: “he tolerado en silencio en los pasados años las inevitables acusaciones, pero ahora la
18
LA LUCHA CONTRA EL CRIMEN ORGANIZADO
situación ha cambiado profundamente y mi reserva
no tiene más razón de ser”. En Le Chinois se escribe: “Falcone no soportará más los celos de su propia
administración”.
Desde el año de 1991 Falcone funge como Director
General de Asuntos Penales en el Ministerio de Justicia en Roma, cargo que desempeñó hasta el día de su
asesinato.
La visita de Giovanni Falcone
a México
En el Instituto Nacional de Ciencias Penales tuvimos
la oportunidad de conocer a Giovanni Falcone cuando estuvo, como profesor invitado, del 11 al 13 de
septiembre de 1990, a propuesta de su Director General, Ignacio Carrillo Prieto. El seminario que impartió
se tituló “La lucha contra el crimen organizado: la estrategia italiana”, y se inscribió dentro de las acciones
que el inacipe realiza tendientes a la profesionalización
de los servidores públicos en la procuración federal de
justicia.
Fue precisamente cuando se comenzó a estudiar
la dirección que se tenía que seguir, cuando sugerí
que sería conveniente invitar al juez que había sido
la cabeza de la lucha contra la Mafia en Sicilia. Yo tenía noticias de la destacada actuación de Falcone por
haber realizado mis estudios de posgrado en Italia,
19
GIOVANNI FALCONE
coincidiendo éstos con la época en que tenía lugar
el llamado “Maxi-proceso” de Palermo, del que ya he
comentado. La televisión italiana mostraba entonces
la cara de los encargados del proceso y particularmente la del juez Falcone. Tal vez por ello, y por sus otras
apariciones públicas en los medios, cuando se hablaba de él con algunos amigos italianos se le conside­
raba como un hombre pagado de sí mismo.
A comienzos de 1989 comenté con el comisario
André Miñana, delegado del Servicio de Cooperación
Técnica de la Policía de Francia en nuestro país, la
posibilidad de invitar a Falcone para que impartiera
un curso sobre la lucha italiana contra el crimen organizado. André tomó el asunto con gran interés y me
indicó que podría ayudarme a obtener comunicación
con el juez. Posteriormente me consiguió el número
telefónico privado de Falcone en el Palacio de Justicia
de Palermo. Un poco más tarde pude hablar por primera vez con él. En esa ocasión se mostró contento
de poder venir a México y se fijó la fecha para los días
27 a 31 de mayo de 1990. También determinamos el
temario del curso.
Únicamente exigió una sola condición, que él mismo compraría su boleto de avión, y respecto a su custodia, el inacipe solicitó la protección a la seguridad
institucional de la Procuraduría General de la República y procedió a reservar dos habitaciones en sendos
hoteles de la ciudad sin que apareciera su nombre.
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