Iglesia de Santa Inés y Museo José Luis Cuevas De la orden de monjas concepcionistas, el convento de Santa Inés, del cual formó parte la iglesia fue levantado e integrado por iniciativa de don Diego Caballero y su esposa Inés de Velasco, marqueses de la Cadena. Santa Ines, mártir cristiana, patrona de las adolescentes, nació alrededor de 291 d.C. y fue muerta, martirizada en 304 a los trece años al no renegar de su amor por Cristo. Joven de familia romana prominente, de la que se cuenta que al rechazar al hijo del prefecto de Roma fue enjuicida y condenada al vivir en un prostibulo, de donde milagrosamente salio virgen. El unico hombre que intento desflorarla quedo ciego, más Ines lo curo a traves de sus plegarias. Fuer condenada a muerte y cuando iba a ser decapitada el verdugo intentó dque abjurase, a lo que respondio: “Injuria sería para mi Esposo que yo pretendiera agradar a otro. Me entregaré sólo a Aquel que primero me eligió. ¿qué esperas, verdugo? Perezca este cuerpo que puede ser amado por ojos que detesto” Si bien la veracidad de esta historia es puesta en duda, no cabe duda que represneta esa imagen tan inflexiblemente manifiesta por la iglesia a lo largo del tiempo y por cierto, con poco éxito, del “pecado de la carne”, el “pecado mortal” por exelencia. De regreso al convento y la igledia, la iniciativa de estas personas responde a que a finales del siglo XVI a pesar de existir una docena de conventos, estos no eran accesibles por lo costoso de la dote que se tenía que aportar, por lo tanto, mujeres con vocación e interés por pertenecer no lo podían hacer por falta de recursos. La iniciativa contemplaba que no se cobrara dote y la manutención total fuera gratuita para todas las monjas. La manutención del convento surge de la aportación de 5,000 pesos en oro al año procedentes de la producción del ingenio Amilpas en la ciudad de Cuautla propiedad de los marqueses que si no el primero si de los primeros ingenios de la Nueva España. El convento inicia en 1600 con 33 lugares disponibles, uno por cada año de la vida de Jesucristo y dotado de sirvientes para todos los quehaceres. Los servicios en el Convento empezaron unos meses antes de la inauguración con cuatro monjas concepcionistas que renunciaron a sus dotes y se comprometieron a nunca regresar al convento que dejaban. Las monjas además de enseñar la oración, la educación de los niños en quehaceres domésticos, elaboraron productos que se hicieron famosos como las velas benditas el día de San José, los polvos purgantes y un agua para el mal de ojo. Al principio del siglo XVIII el convento necesitó una primera reparación debido a las inundaciones que sufría la ciudad. Así que fue reparado y posteriormente ornamentado con pinturas del artista mexicano José de Ibarra. El conjunto estaba conformado por la iglesia y tres claustros de dos niveles cada uno. En la planta baja se ubicaba la sala de visitas y la sala de profundis y en la parte superior los dormitorios y la biblioteca. La iglesia celebró su primera misa en 1599 y el convento obtuvo su licencia para ser construido en 1600. Cuando inició lo hizo con tres monjas profesas y una novicia procedentes del convento de La Concepción. La marquesa de la Cadena falleció en 1599 y fue sepultada en la iglesia. Contaba con famosas reliquias: de Santa Francisca Romana, de Santa Victoria Mártir y también de Santa Inés. El convento y su iglesia, como otras construcciones civiles y religiosas de la colonia, sufrió deterioros importantes ocasionados por los sismos e inundaciones, pero en este caso particular también por la instalación de un taller de herrería y cerrajería que con su operación daña la estructura del edificio. Los fondos de manutención del convento se agotaron y fue necesario apoyarse en la recaudación de una lotería para la reconstrucción del lugar, Manuel Tolsá ejecutó el dictamen de reedificación y por supuesto integró a él el estilo neoclásico. En la reapertura del convento las monjas que ingresaron ya lo hicieron con dote en vista de que hubo un desfalco y no era posible ya el mantenimiento del convento. Es de destacar la talla de la puerta que relata en un lado, detalles de la vida y el martirio de Santa Inés siendo ella una niña, y en el otro, la vida de Santiago Apóstol, santos a los que estaba dedicada la iglesia. En esta iglesia fueron depositados los restos mortales de los relevantes pintores José de Ibarra y Miguel Cabrera. La iglesia contaba con una torre campanario que fue demolida, ya que dada su altura y cercanía con Palacio Nacional se temía que pudiese utilizarse, en algún momento para atacar desde allí a la sede del gobierno del país. Con las exploraciones arqueológicas para la remodelación después del temblor se encontró el nivel de piso de la fundación en el siglo XVII e el área de pasillos y escalera a una profundidad de 1.80 por debajo del actual y también quedó al descubierto parte de las columnas originales así como las losetas de piedra del mismo siglo. Siguiendo las excavaciones fue localizada una fuente de agua en la parte central del patio del claustro, de forma hexagonal con tres adaptaciones r igual número de tomas de agua provenientes de la calle alimentadas por tubería de plomo de 7 centímetros de diámetro. Debajo de la fuente se localizó un piso de losetas de cantera rosa, a 2.65 m. de profundidad y sobre éstas se localizaron restos de muros de mampostería y la base cuadrada de una columna de cantera. Estos son vestigios de las casas que existían antes de la fundación del convento. También dentro del patio se encontraron arriates redondos y ovalados con muros de poca altura que contenían raíces de árboles. El proyecto de restauración terminó en 1988 dejando un tiempo para la museografía del Museo José Luis Cuevas. Muchos de los vestigios encontrados fueron tapados y la fuente del patio actualmente se encuentra a los pies de “La Giganta”. Lo más interesante de los hallazgos fue una variedad de azulejos de 45 tipos distintos, que se localizaron a 0.60 m. de profundidad, probablemente de alguna remodelación del siglo XIX. En el claustro del convento se ha instalado el museo de José Luis Cuevas., pintor, escultor, dibujante, escritor, grabador e ilustrador mexicano nacido en la Ciudad de México el 26 de febrero de 1931. Su formación artística es prácticamente autodidacta. Ha sido una de las principales figuras de “la generación de ruptura” con el muralismo mexicano y uno de los más destacados representantes del Neofigurativismo, que consiste en la recuperación del arte figurativo pero sin renunciar por completo al Expresionismo. Mediante el trabajo con la línea de gran ferocidad gestual, desnuda las almas de sus personajes retratando la magnificencia de la degradación humana en el mundo de la prostitución y el despotismo. En el patio principal destaca la "Giganta" escultura del maestro, creada y elaborada especialmente para el lugar. De frente es femenina, de espaldas la escultura es un hombre cuyo rostro es un autorretrato del artista, conjugando la dualidad sexual en la obra. "Las ataduras de la transparente indumentaria que pareciera hecha de gasa, se han "desatado" de piernas y brazos para dar paso a la libertad femenina que con la espléndida iluminación nocturna que produce sombras y destellos, en conjunción con los efectos creados por el propio edificio (de ,os siglos XVII y XVIII), pareciera que la Giganta avanza hacia la puerta. Esta mujer ha roto sus ataduras, tema que también he trabajado mucho." ... "Durante este proceso de armado al centro del claustro del ex-convento de Santa Inés, cuando la escultura ya estaba hasta la cintura, una mañana muy temprano los trabajadores escandalizados descubrieron una cara sobre la rodilla derecha, al verla pensé en primera instancia que era cosa de la pátina, pero la toque y sentí el relieve y en ese momento el más sorprendido fui yo; por mi mente pasaron miles de ideas, entonces supe que se trataba de un fantasma." (José Luis Cuevas.) El museo es el hogar de la colección particular del pintor, principalmente pintores latinoamericanos, por supuesto, la obra propia de José Luis Cuevas. Fue inaugurado el 8 de julio de 1992 después de una relevante obra de restauración que implicó el desalojo y relocalización de quienes vivían en la vecindad y comerciaban en el lugar. El Museo se encuentra en contra esquina de la Academia de San Carlos, la más antigua escuela de arte de México, en la esquina que forman las calles de Moneda y Academia. José Luis Cuevas es un artista prolífico, crítico de su tiempo y sobre todo y ante todo polémico. "Una risa, Como un aullido Desde el fondo del tiempo Desde el fondo del niño Cada día José Luis dibuja nuestra herida" Octavio Paz, Totalidad y fragmento. Sin ser un conocedor, sólo un simple curioso e interesado en vivir y exponerme a la vida y sus manifestaciones, considero que la obra más importante de José Luis Cuevas es él mismo, es José Luis Cuevas un controversial personaje de su tiempo. "Los temas recurrentes en mi obra son el amor, en todos los niveles, a la vida, a las mujeres, a los amigos... y la rebeldía las normas que impiden al artista su libertad de expresión." José Luis Cuevas. Emilio Herrera Arce