Robert A. Pastor Economia Mexicana. Nueva Época, número especial, junio, 1993 Estas maquiladoras “nuevas” son importantes, porque demues tran que en las plantas mexicanas pueden produclrse exportacio nes de alta calidad con el empleo de tecnologías de producción avanzadas. Mientras que las maquiladoras “viejas” son típicamen te enclaves de exportación que generan empleos y divisas, pero que utilizan pocos insumos materiales locales y tienen limitados efectos de filtración al resto de la estructura industrial del paí, las maquiladoras nuevas permiten que México pase a un grado de desarrollo más elevado mediante la promoción de una fuerza la boral más calificada. Esto daría a México una posición competitiva más fuerte dentro de la economía mundial. Por último, las maqui ladoras proporcionan ahora más insumos a los productores mexi canos y su contenido nacional ha aumentado de cerca de 1.7 a 6.0%. En suma, el estímulo que se otorgue al comercio y a la inversión en las tres economías estadunidenses promoverá el cre cimiento económico, fortalecerá la competitividad económica y aportará más recursos para los fmes ambientales y sociales. En conclusión, algunos observadores creen que las economías estadunidenses deberían seguir el ejemplo de la CE en cuanto a las cuestiones ambientales, laborales y sociales, pero es importan te advertir las diferencias entre la CE y el TLC. La CE no es sólo una unión aduanera, sino también un mercado común que permite el libre movimiento de personas y capitales y que proporciona trans ferencias de las zonas de ingresos elevados a las de ingresos bajos. Puesto que ni Estados Unidos ni Canadá están dispuestos a per mitir el libre movimiento de personas ni a aportar considerables transferencias fiscales a México, debe desarrollarse un modelo di ferente para la cooperación económica y ambiental regional espe cfficamente para América del Norte. En mi opinión, este modelo es la técnica del tratado de libre comercio. Los términos del TLC que se está negociando, aparte de ofrecer beneficios económicos y crear un clima más estable para el comercio y la inversión, se convertirán en un catalizador para la mayor cooperación ambiental, social y política, pero los esfuerzos que se hagan para promover la coope ración deberán tener en cuenta los intereses nacionales de cada una de las tres sociedades. El TLC y el resto del mundo* 284 in Export Industries, La Jolla, Calif., Centro de Estudios Mexicano-estadunldenses, San Diego. Universidad de California (Serie Monográfica 33). 1990. p. 12. el- Carlos Alberto Pi-tino Braga** as negociaciones del ‘n.c han generado ya una voluminosa bi bliografla, concentrada en las implicaciones potenciales de este arreglo minflateral para las economías de México, Estados Unidos y Canadá.’ También han despertado cierto interés las implicacio nes económicas del TL para el resto del mundo, sobre todo en lo que concierne a los efectos sistemáticos del arreglo: el efecto potencial del TLC en el sistema del GATr. 2 Sin embargo, este tema ha tenido en general, una Importancia secundaria en el debate sobre el TLC. Este ensayo reseña la bibliografia que se ocupa (de manera ex plicita o implícita) de las implicaciones potenciales del TLC para el resto del mundo. Se tratarán en particular las cuestiones siguientes: L . . ¿Qué clase de arreglo minflateral será el uc y cuáles son las percepciones prevalecientes en cuanto a su potencial de dis criminación en contra de los países no miembros? ¿Afectará el TLC significativamente al bienestar de los paises no miembros? ¿Cuáles son las implicaciones sistemáticas del TLC para el siste ma comercial mundial y para las politicas comerciales de los paí ses no miembros, en particular los del hemisferio occidental? Traducción del inglés de Eduardo L. Suárez. Agradezco la asistencia de investigación de Todd Elsenstadt, Chrlstopher Holmes y Daniel Lederman, así como los comentarios y la asistencia de Drusifia Brown, Susan Collins. Ronald Duncan, Wlll Mann, Jeffrey &hott y Horacio Sobarzo. ‘Para simplificar se utiliza el término “minilaterlalismo” para caracterizar todo tipo de arreglo preferente (zonas de libre comercio, umones aduaneras, mercados comunes etc.). Un convenio minilateral es un tratado rtegockzdo entre socios comerciales que viola la regla de la nación más favorecida. No se consideran en este contexto las concesiones unilaterales, como los sistemas generalizados de preferencias de los paises Industrializados. En cambio, se usa el término “multilateriajismo” como sinónimo del Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio (orr). Véanse por ejemplo Gary C. Hufbauer y Jeffrey J. Schott. North American Free 2 Issues and Recommen.dations, Washington, Instituto de Economia Internacional, Trade. 1992; Jagdlsh Bhagwatl, ‘Pie World Tradutg System at RisIc, Princeton Universlty Press, 1991; y Sidney Weintraub, “A North American Free Trade Área and the Rest of the World”, G. E. LIch y J. A. McKlnney (comps.), Region North America Cwiczdcz, United States, Mexico, Universidad de Baylor, 1990. 285 286 Carlos Alberto Primo Braga El ensayo está organizado como se indica en seguida. En la primera sección se examina la naturaleza de las reglas del TLC y del GAYE (Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio) para los convenios minilaterales. La segunda sección contiene una breve reseña teórica de las implicaciones de un convenio minilateral para los países no participantes. La tercera sección reseña diversos es fuerzos de modelación de las implicaciones económicas del TLC globales y sectoriales. La cuarta sección se concentra en las im plicaciones del TLC para América Latina y el Caribe. La última sección examina las implicaciones sistémicas del TLC. EL TLC. LA DISCRIMINACIÓN Y EL GATT Los partidarios del TLC lo describen a menudo como un experimento de expansión comercial, con consecuencias secundarias para los participantes. Por ejemplo, el concepto de una “fortaleza países no 3 norteamericana” nunca ha recibido tanta atención como el de una “fortaleza europea”, tan prominente en el debate sobre el “programa de un solo mercado” de la Comunidad Europea (cE-92). Se reconoce plenamente que estas dos iniciativas minfiaterales son “animales” muy diferentes. El TLC puede describirse como una zona de libre comercio “ampliada”, que no considera, por lo menos en el futuro inmediato, el tipo de Integración “profunda” del mer cado que persigue ahora la CE (la que, entre otras diferencias im portantes con el proceso del TLC, incluye la armonización de la po lítica macroeconómica dirigida por una Institución supranacional). Sin embargo, el hecho de que los efectos discriminatorios del TLC no hayan despertado gran interés hasta ahora sugiere varias cues tiones. Por ejemplo, podría argüirse que este desinterés refleja sim plemente la escasa discriminación intrínseca en un convenio pre ferencial entre economías relativamente abiertas. Por lo menos en cuanto a los flujos comerciales, esta proposición parece parcial mente apoyada por los análisis empíricos reseñados en la tercera sección de este ensayo a propósito de los estudios cuantitativos. Véanse por ejemplo Hufbauer y Schott, NorthAmerico.n Free Trade..., op. cit.; Sidney 3 Weintraub, A Marriage of Corwenience: Relations betweeri Mexico and the Urtited States, Oxford University Press. 1990; y Rudiger Dornbusch, “US-Mexican Trade Relations”, Testimonio rendido ante el Subcomité de Comercio del Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara cJe Representantes de Estados Unidos, 14 de junio de 1990. El TLC y el resto del mundo 287 Tal Interpretación es compatible con la posición oficial común de Estados Unidos, la que siempre ha presentado las iniciativas mi nilaterales estadunidenses como compatibles con el GATT y dise ñadas para promover los objetivos últimos del sistema multilate 4 Alternativamente, puede argülrse que el “dividendo de ral. crecimiento” del uc —o sea su efecto positivo en las tasas de crecimiento de los países miembros— debe dominar sus efectos dis criminatorios, haciendo del TLC un juego de suma positiva para los países miembros y no miembros por igual en el largo plazo. Tales perspectivas deberían proporcionar un incentivo para que los países no miembros olviden sus preocupaciones inmediatas por la desviación comercial. Otra explicación del aparente desinterés por los efectos discri minatorios del TLC puede ser el comportamiento estratégico de las “víctimas” potenciales. Algunas de ellas parecen encontrar con suelo en la promesa de que el TLC será un primer paso en el proceso de formación de una Zona de Libre Comercio del hemisferio occi dental (zLcHo), tal como lo contempla la Organización para la Ini ciativa de las Américas (olA). En consecuencia, los países latinoa mericanos podrían estar ocultando sus reservas acerca de la desviación del comercio y la inversión, porque tienen esperanzas de unirse al “club” más adelante. Algunos países latinoamericanos, como Chile, están buscando activamente esta opción. Pueden encontrarse algunas excepciones a esta regla entre los beneficiarios de la Iniciativa Estadurildense para la Cuenca del Caribe y el Programa de Comercio Preferente de Canadá para la Comunidad Caribeña. Su preocupación refleja la posibilidad de que el TLC mine las preferencias que disfrutan ahora bajo los pro gramas mencionados. Sin embargo, aun estos países parecen re conocer que su mejor estrategia consiste en seguir de cerca las Williani E. Brock, ex representante comercial de Estados Unidos, resumió su posición 4 en 1984 con estas palabras: Sin mengua alguna de su adhesión o apoyo al ciATr, Estados Unidos está explorando la liberalización comercial con diversos grupos de países o países individuales sobre una base menos amplia que el i’r. El razonamiento que se encuentra detrás de estos esfuerzos es que no deberían proponerse las medidas de liberalización adicio nales, creadoras de comercio, compatibles con el orr, mientras que algunas de las partes contratantes más orientadas hacia adentro padecen su propia enfermedad económica. Véase William E. Brock, “U.S. Trade Policy toward Developlng Countries”, en Ernest N. Preeg (comp.), Ho.rd Bargaúilng AhecicL’ U.S. Tro.de Policy and Developing Countries, Was hington, Consejo de Desarrollo de Ultramar, 1985, p. 38. Carlos Alberto Primo Brczga El TLC y el resto del rnwido negociaciones del TLC al mismo tiempo que exploran las oportuili dades abiertas por la olA. Fuera del hemisferio occidental el uc ha provocadó escasa re acción hasta ahora. La Comunidad Europea parece demasiado ocupada con su propio experimento de preferencias para criticar este acuerdo. Por lo que respecta a los países menos desarrollados de Africa y Asia (muchos de los cuales gravitan hacia la CE en el contexto de la Convención de Lomé), tanto su orientación comercial como su patrón de especialización tienden a hacerlos relativamente indiferentes hacia las Implicaciones potenciales del acuerdo para 5 Las economías asiáticas de Industriali los países no miembros. zación reciente y Japón son los únicos socios económicos impor tantes de los países del ‘liC fuera del hemisferio occidental, que parecen más directamente preocupados por las posibffidades de la desviación del comercio y de la inversión. Sin embargo, es importante reconocer que el TLC —al igual que el Acuerdo Canadiense-Estadunidense de Libre Comercio (ACELc)— será a lo sumo un avance hacia un comercio más libre entre sus miembros. En otras palabras, no establecerá el libre comercio dentro de América del Norte. Se espera que continúen existiendo varias barreras no arancelarias (BNA) en la esfera sec torial, y que el acuerdo introduzca un laberinto de reglas comer ciales nuevas para sus países miembros, como las reglas de origen revisadas para varias Industrias Importantes. En este contexto, el enfoque en la desviación comercial estática generada por las re ducciones arancelarias preferentes, que caracteriza a la mayoría de los análisis de las implicaciones del TLC para los países no miem bros, parece omitir dimensiones importantes del problema. Lle vando este argumento hasta sus limites se podría decir que si el TLC se convierte en una experiencia de comercio administrado no sólo puede incrementar el nivel de discriminación en contra de los países no miembros (véase la sección de los estudios cuantitativos), sino transformar también la ZLCHO potencial en una masa Informe de convenios comerciales administrados. 6 En consecuencia, el aparente desinterés por el potencial del TLC para la discriminación podría lnterpretarse alternativamente como una Indicación de que el resto del mundo no ha comprendido plenamente (o ha preferido pasar por alto) las Implicaciones reales del TLC. 288 5 Más de sesenta ex colonias y dependencias europeas se benefician de un acceso casi enteramente libre de aranceles, así como de gravámenes reducidos bajo la Política Agrícola Común, al mercado de la CE en los términos de la Convención de Lomé. Véanse mayores detalles, por ejemplo, en Christopher Stevens (comp.), xec and the 7N,rl WorkL A Survey For Renegotlating Lome, Londres, Modder y Stoughton, 1984. 6 John Whalley analiza esta perspectiva en “Regional Trade Arrangements In North Amerlca: ACEI.C and NAFTA”, articulo presentado en una Conferencia del Banco Mundial y 289 El arr y los arreglos minhlaterales El sistema multilateral construido alrededor del GATr tiene en su base el principio de la no discriminación. En el Acuerdo General la no discriminación está incorporada en dos conceptos: el trata miento Incondicional de nación más favorecida (Niw) el y tratamien to nacional. No podemos reseñar aquí la evolución de estos con ceptos en el campo del derecho Internacional. 7 Baste decir que Estados Unidos, tras una prolongada experiencia con cláusulas condicionales de Niw y de tratamiento nacional en el contexto de los tratados de comercio bilaterales, optó por apoyar la NMF’ incondi cional y el tratamiento nacional multilateral después de la segunda Guerra Mundial. La posición estaduriidense Influyó grandemente en la redacción del texto original del GATr. Sin embargo, el apoyo de Estados Unidos a la no discriminación tuvo un éxito parcial en la formación del sistema comercial multi lateral. Es cierto que algunas de las antiguas reliquias de una era comercial discriminatoria —por ejemplo, el sistema de preferencias de la mancomunidad— se desvanecieron gradualmente a medida que las rondas del oivrr promovían la liberalización basada en la NMF. Pero a la sombra del clA’rr surgieron muchos arreglos comer ciales discriminatorios nuevos, siendo la CE el más Importante. El artículo xxiv del ‘rr establece las condiciones requeridas para que los países miembros participen en convenios de libre comercio, uniones aduaneras o acuerdos provisionales que habrán de conducir a tales acuerdos o uniones. Básicamente se requiere que el convenio cubra la virtual totalidad del comercio entre sus miembros y que no se eleve el nivel de las barreras comerciales en contra de los países no miembros. Podemos racionalizar estos re querimientos como un esfuerzo por minimizar el grado de discri en la CEPR sobre las Nuevas Dimensiones de la Integración Regional, Washington, abril de 1992. Véase un análisis de esta evolución, por ejemplo, en 7 Rodney de C. Grey, Concepts of Trade Dplomacy and Trade In Serulces, Thames Essays, Londres, Centro de Investigación de la Política Comercial, 1990. 290 El TLCy el resto del mundo Carlos Alberto Primo Braga minación contra los no miembros inherente a cualquier convenio preferencial. En realidad, sin embargo, el artículo xxiv reflejaba un compromiso entre la posición estadunidense en favor de la no discriminación y la creencia de muchos países de que las zonas de libre comercio y las uniones aduaneras proporcionaban una General. buena razón para eludir la cláusula de NMF en el Acuerdo 8 Sin embargo, ha sido muy limitada la eficacia del artículo xxiv para Impedir la expansión de los convenios preferenciales. Es iró nico que a fines de los afios ochenta, luego de un incremento de 40 años en la membresía al GATr, los arreglos preferenciales influ mundiales. A lo largo yan en casi 50% de los flujos comerciales 9 del tiempo se notificaron al GATT más de 70 acuerdos preferencia les, pero sólo en cuatro casos pudieron los interesados lograr el consenso acerca de su compatibifidad con el artículo xxiv.’° A pesar de este bajo nivel de aprobación, el enfoque de concenso aplicado por el GATT ha limitado la importancia de las recomenda ciones de las partes interesadas en relación con el artículo xxiv. Es cierto que el “daño” causado por estos acuerdos preferentes en términos de la discriminación contra terceros ha sido aminorado por el hecho de que muchos de ellos no se aplicaron a plenitud. Pero en los años ochenta revivió el interés por los convenios minilaterales. En este contexto ha sido de particular relevancia el cam 8 El artículo ouv no utilíza los conceptos tradicionales de creación de comercio y desviación de comercio, usados con frecuencia para evaluar la adecuación económica de fueron un convenio minilateral. Tal cosa no debería sorprendernos, ya que estos conceptos introducidos formalmente por Jacob Viner tres años después de la redacción del Acuerdo for General. Véase Viner, The Customs Union Issue, Nueva York. Carnegie Endowment que International Peace, 1950. véase una reseña sumaría de los acontecimientos históricos condujeron a la inclusión del articulo xxiv en el a’rr en Bhagwati, 7he World Trading Systern atRisk, op. cíL, pp. 63-66; yJ. Michael Finger, “crr’s Iniluence on Regional Arrangements”, artículo presentado en una Conferencia del Banco Mundial y la CEPR sobre las Nuevas Dimensiones de la Integración Económica, Washington, abril de 1992. Véanse mayores detalles sobre las dimensiones del comercio internacional realizado 9 Simple según acuerdos minilaterales en C. A. Primo Braga y Alexander J. Yeats. “The Arithmetlcs of Existing Minilateral Trading Arrangemens and Its Implications for a PostTrabajo), Uruguay Round World”, División de comercio Internacional (Documento de Washington, Banco Mundial, 1992. 10 Según Jeffrey Schott, los siguientes acuerdos resultaron compatibles con el articulo l Salvador xxiv: la unión aduanera de Sudáfrica-Rodesia (1948); el ALC de Nicaragua-E (1958), Comercio Libre de ana y la Centroameric Zona la a Nicaragua (1951); el acceso de Schott Comunidad Caribeña y el Mercado Común. “More Free Trade Áreas?”, Jeffrey J. (comp.). Free Trade Areas and U.S. Trade Policy, Washington, Instituto de Economía trabajo Internacional. 1989, p. 25. Conviene señalar que el informe reciente del grupo de sobre el Acuerdo Canadiense-Estadunidense de Libre Comercio ha conservado la tradición. con el hasta el punto de que no pudo pronunciarse sobre la compatibilidad de este acuerdo 5. o’i-r. Véase “Report on Canada-us FrA Adopted”, Focus, noviembre-diciembre de 1991, p. 291 bio de actitud de Estados Unidos (que antes era el partidario más entusiasta del principio de la no discriminación) en cuanto a los acuerdos minflaterales “ En los últimos siete años Estados Unidos negoció acuerdos de libre comercio con Israel (un acuerdo firmado en abril de 1985) y Canadá (efectivo el 1 de enero de 1989); en junio de 1990 anuncló su intención de negociar con México, y formalmente Inició las negociaciones del TLC —en un formato tri lateral— en junio de 1991,12 El TLC de América del Norte: una zona de libre comercio “ampliada” Las negociaciones del TLC se han caracterizado hasta ahora por un grado insólito de secreto, pero se conoce la estructura básica del 3 acuerdo.’ Se está negociando el TLC como una zona de libre comercio “ampliada” por cuanto va más allá de la negociación con vencional de las barreras arancelarias y no arancelarias, abordando la cuestión del “acceso al mercado” en un sentido amplio. Las nego ciaciones incluyen la eliminación de barreras, no sólo para el co mercio de bienes sino también para el comercio de servicios, así como políticas externas que puedan distorsionar el comercio la y competencia, En consecuencia, se está discutiendo un gran con junto de políticas, tales como las reglas de origen, los requerimien.. tos de contenido local, las restricciones sobre el establecimiento y las prácticas de adquisición gubernamen, así como las diver gencias entre los sistemas reguladores y los sistemas legales (las leyes de inversión extranjera, las políticas de competencia, los de rechos de propiedad intelectual). Además, las negociaciones del TLC se ocupan de las reglas comerciales, en particular del uso de instrumentos de protección contingente como las salvaguardas, el antidumping y los impuestos compensatorios, y de la creación de procedimientos para el arreglo de las disputas. 11 Las rarones de este cambio de actitud se examinan, por ejemplo, en Schott, “More Free Trade Áreas?”, op. cjt, y en J. Bhagwatj, “Regionalism vs. Multllaterallsm: An Overvjew”, articulo presentado en una Conferencia del Banco Mundial y la CEPR sobre Nuevas Dimensiones de la Integración Regional, Washington abril de 2992. 12 También el 27 de junio de 1990 el gobierno de Bush anunció la oi, Incrementando la probabilidad de negociaciones adicionales del ric con otros países del hemisferio occidenmi. 13 Véase una presentación detallada de los grupos de trabajo en las negociaciones del ‘ruc en Whalley. “Regional Trade Arrangements in North America”, op. cit., pp. 13-23. 292 Carlos Alberto Primo Braga El TLC y el resto del mundo No es sorprendente el formato general del TLC. Después de todo el TLC se basa en la experiencia previa de las negociaciones del 14 Además, podría afirmarse que la Ronda Uruguay había ACELC. echado ya los cimientos de este formato al expandir la agenda mulifiateral para examinar el tema del acceso al mercado en un 5 Lo que resulta sorprendente en el caso del TLC contexto amplio.’ es el hecho de que un país en desarrollo (México) haya tomado la iniciativa en el proceso. La solicitud del gobierno Salinas en junio de 1990 no sólo sig nificó un dramático rompimiento con el tradicional enfoque mexi cano hacia su vecino del norte (bien expresado por la frase atribuida a Porfirio Díaz: “Pobre México! Tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos”), sino que también planteó muchas cuestiones 6 Hasta cierto punto el TLC es una explo económicas complejas.’ ración de aguas desconocidas, dadas las grandes diferencias de ingreso entre sus miembros y las discrepancias que persisten entre 7 sus sistemas legales y politicos.’ Tras un prolongado debate interno, Canadá se unió a las nego ciaciones en junto de 1991.18 El carácter trilateral de las negocia ciones plantea una cuestión interesante: ¿cuál será la relación entre el TLC el ACELC? Como señala Whalley, algunos renglones del marco del ACELC —como el capítulo 8 sobre “vinos y licores”— 9 Al mismo tiempo, hay tienen escasa Importancia para México.’ en la agenda de negociación algunos temas nuevos —como los 14 Hulbauer y Schott, North American Free Trade..., op. dL, capítulo 2, y Whalley, “RegionalTradeArrangementslflNOrthAmerlca”. op. ciL, sección 2. analizan las conexiones entre el ACELC y el rt.c. 15 Véase sobre este punto Bernard Hoekman, “Market Access and Multilateral Trade Agreements: The Uruguay Round Services Negotiations”. Instituto de Estudios de Política Pública. Universidad de Michigan (Documento de Discusión 294), 1992. 16 En realidad una serie de acuerdos bilaterales —como el Acuerdo Marco de 1987— veman allanando desde 1987 el camino para una relación económica más estrecha entre Estados Unidos y México. Véase una lista de estos acuerdos, por ejemplo, en Comisión de Comercio Internacional de Estados Unidos, 77w LÁkely Impact on the Unlted Stcztes ofa Free TradeAgreement withMexico, Washington, usrrc 2353, 1991, pp. 1-8 y 1-9. Como señalan Hulbauer y Schott North American Free Tl-ade..., op. dL. pp. 7-10, la 7 ‘ expansión de la CE para incluir a Grecia. Espafia y Portugal planteé problemas similares. Pero es mayor la discrepancia entre los niveles de Ingreso del n.c y. puesto que el acuerdo no considera la posibifidad de transferencias de ingresos o de subsidios regionales al miembro más débil (lo que contrasta claramente con la experiencia de la CE). el Tt.c tiene un carácter peculiar. Véanse análisis detallados de las razones principales que llevaron a Estados Unidos, 8 ‘ México y Canadá a participar en las pláticas del ‘n.c, en la colección de artículos del “Symposiuxn on North American FreeTrade”. Gustavo Vega (comp.). World Econorny, vol. 14. marzo de 1991, pp. 53-111. Whalley, “Regional Trade Ai-rangements In North America”, op. cit, p. 14. 19 293 derechos de propiedad intelectual— que se dejaron fuera del ACELC. Estas consideraciones restringen la adopción de la solución “na tural” de transformar las negociaciones del ‘nc en una discusión de las condiciones del acceso de México al ACELC. A su vez, el problema de “el centro y radios” sugiere que Canadá y México estarán en favor de una cláusula explicita de acceso al TLC como una vía para la formación de la “mítica” ZLCHO, si Estados Unidos quiere seguir este camino efectivamente en cuanto se con cluya el ‘rLc. ° En todo caso es probable que Canadá y México 2 apoyen la preservación de condiciones estrictas para que otros países “entren al club”. De esta manera estarán en mejor posición para administrar la erosión de sus preferencias sin ser acusados de favorecer el 2 exclusivismo. ’ Los efectos de los acuerdos minllaterales en los países no miembros Se estableció desde hace mucho tiempo que la liberalización pre ferencial puede no Incrementar el bienestar de los miembros de un acuerdo mlnflateral. 22 Desde una perspectiva estática los con ceptos de creación de comercio (la sustitución de una fuente de producción de alto costo en uno de los miembros del acuerdo por una fuente de costo menor ubicada en otro de los miembros) y desviación de comercio (la sustitución de una fuente de producción 20 Véase un análisis del concepto de centro y radios en Ronald J. Wonnacott, “U.S. Hub-and-Spoke Bilaterals and the Multilateral Trading System”, Comnientary, Toronto: C.D. Howe Institute, 1990. David Cox y Richard G. Harris señalan que Canadá seria básicamente indiferente —en cuanto al bienestar, los volúmenes de comercio los salarios y reales— entre un formato de centro y radios y el ‘n.c. “North American Free Trade and Ita Implications for Canada: Results from a CGE Model of North American Trade”, World Ecorzomy, vol. 15. enero de 1992, pp. 31-44. 21 Sylvia Saborio presenta un escenario alternativo para la evolución de los ‘rt.c en el hemisferio occidental. La percepción creciente en América Latina y el Caribe de que Washington no tiene aún una agenda bien definida para la etapa posterior al ii.c allana el camino para una estructura de ‘n.c-centro y radios para México” a medida que otros países de la región negocian ‘ri.c separados con México, en un esfuerzo por “estar donde está la acción”. Véase “Statement by Sylvia Saborlo before the Joint Economlc Commlttee”, Washington, Congreso de Estados Unidos, 2 de abril de 1992. p. 5. Véanse mayores detalles en Viner. Custonis Union Issue, op. ciL, y Paul Wonnacott 22 y Mark Lutz, “ls There a Case for Free Trade Arcas?”, en Schott (comp.). Free Trade Areas and U.S. Tro.de F1icy. op. clt Conviene señalar que Kenip y Wan han demostrado que siempre podrían diseñarse uniones aduaneras que generen resultados superiores en términos de Pareto desde el punto de vista de los países miembros. Murray C. Kemp Heniy y Wan Jr.. “An Elementary Proposition Concernlng the Formation of Customs Unlons”, Journal of International Economlcs, vol. 6, febrero de 1976, pp. 95-98. 294 Carlos Alberto Primo Braga más eficiente, en un país que no es miembro, por una fuente de costo mayor ubicada en un país miembro del acuerdo), introduci dos por Viner en el contexto de las uniones aduaneras, constituyen la clave para el análisis estático de las implicaciones económicas de los acuerdos minilaterales. En el enfoque estático tradicional, la formación de un arreglo preferencial genera una reasignación de los factores de producción, por una sola vez, entre los miembros del acuerdo, en respuesta a la interacción de los efectos de creación de comercio y desviación de comercio. En este escenario se presume de ordinario que cuando la creación de comercio supera a la desviación de comercio el con participantes. venio preferencial mejorará el bienestar de sus 23 del arreglo son implicaciones miembros no las países Para los parcialmente captadas por el efecto de desviación de comercio. Los no miembros podrían ser afectados también por un deterioro de sus términos de intercambio, silos países de la zona preferencial son grandes potencias en la economía mundial. Puede ocurrir un efecto negativo más directo si el convenio minflateral genera un aumento claro en el nivel de la protección en contra de terceros. En este escenario la supresión de comercio directo intensificaría el efecto de desviación de comercio. Las estimaciones tradicionales de la desviación y la creación de comercio se basan en modelos de equifibrio parcial que suponen una segmentación del mercado y olvidan los efectos de la liberali 24 A su vez, los análisis de zación preferencial en toda la economía. equilibrio general tratan de modelar estos efectos explícitamente. Algunos de estos modelos suponen la existencia de mercados per fectamente competitivos y de productos nacionalmente diferencia dos, es decir, la sustitución imperfecta entre las importaciones y 25 la variedad nacional de cada bien (el supuesto de Armington). 23 En realidad, como ha demostrado Meade, una unión aduanera con desviación de comercio no necesariamente empeora el bienestar, si se permite la sustitución en el con sumo. Collier ha demostrado, en un mundo de varios bienes, que una unión creadora de comercio no necesariamente Incrementa el bienestar. Véase James E. Meade, ‘The 77teory of Custom.s Urtions, Amsterdam, North Holland, 1955; y Paul Collier, “The Welfare Effects of Customs Unions: An Anatomy”, Economtc Journal, vol. 89, marzo de 1979, pp. 84-95. 24 un ejemplo de un análisis de equilibrio parcial de los efectos económicos de los ii.c entre Estados Unidos y los paises latinoamericanos en Refik Erzan y Alexander Yeats, “Free Trade Agreements wlth the United States: What’s In It for Latin America?”, Washing ton. Banco Mundial (Documento de Trabajo 827), 1992. 25 Véase por ejemplo Bob Hamilton y John Whalley, “Geographlcally Discrirninatory Trade Arrangements”, Review of Ecortornlcs and Stattstics, vol. 67, agosto de 1985, pp. 446-455. El TLC y el resto del mundo 295 Sin embargo, esfuerzos recientes en este campo se han concen trado en la competencia imperfecta y los rendimientos crecientes a escala. A veces se introducen también consideraciones dináini cas, analizándose los efectos del acuerdo minflateral en la capaci dad productiva y el producto potencial de sus países miembros. Las economías de escala pueden generar ganancias adicionales para los miembros de la unión. El acuerdo preferencial, al propor cionar mercados mayores para las empresas de los países miem bros, les permite explorar las economías de escala, lo que incre menta su competitividad —en la empresa o en la industria (es decir, mediante externalidades positivas)— y promueve la racio nalización de la industria en el ámbito de la unión. En consecuen cia, los países no miembros tendrán que enfrentar no sólo el efecto tradicional de desviación de comercio, sino también la mayor com petitividad de las empresas restantes en los países miembros. En términos más positivos, una vez que se adopta una perspec tiva dinámica se advierte que los efectos promotores de crecimiento económico de un convenio minflateral pueden ser lo suficiente mente significativos para superar su efecto negativo en terceros países. Al mismo tiempo se tienen que hacer frente a la perspectiva de la desviación de la inversión de los países no miembros, porque pueden aumentar los flujos de capital hacia los miembros de la unión en respuesta a las expectativas de un crecimiento mayor. En la práctica la estimación de las implicaciones económicas de los acuerdos minilaterales plantea varios problemas. Primero, la evaluación del efecto de la liberalización de las barreras no aran celarías es un asunto dfficil. Segundo, los resultados son sensibles a los supuestos referentes a la estructura del mercado, el compor tamiento de las empresas en cuanto a la fijación de sus precios y los flujos de capital. Tercero, los modelos económicos tradicionales no están bien equipados para analizar los problemas del acceso al mercado en sentido amplio (por ejemplo, la posibilidad de que la protección contingente sustituya las barreras comerciales conven cionales). Es importante tener en mente estas reservas cuando se revisen los resultados empíricos en la sección siguiente. 296 Carlos AWeo imo Braga EL TLC Y LOS PAÍSES NO MIEMBROS: ESTUDIOS CUANTITATIVOS Los efectos económicos del TLC en los países no miembros Incluyen la desviación de comercio, las modificaciones de los términos de intercambio, la desviación de la Inversión y las externaildades po sitivas asociadas al “dividendo del crecimiento”. Varios estudios cuantitativos acerca del ‘TLC han aparecido recientemente en un ACELC. El proceso similar al que caracterizó el debate sobre el 26 utiliza que n modelos efecto de estos estudios —en particular los negoci aciones en de equilibrio general computable (EGC)— en las marcha es Insignificante. En esta sección se presenta un breve resumen de lo resultados derivados de algunos de estos modelos, tanto globales como sectoriales. Análisis de equilibrio parcial: el escenario global Los análisis de equilibrio parcial del uc sugieren que no generará una significativa desviación de comercio de los países no miem bros. Samuel Lalrd, por ejemplo, calcula que el TLC (modelado 27 para implicar únicamente la eliminación de aranceles entre los países participantes) generaría una disminución de apenas 0.72% del valor de las exportaciones de otros países del hemisferio occi Unidos. Para los países Industrializados un TLC dental a Estados 28 limitado a la eliminación de los aranceles generaría una disminu ción de sólo 0.55% de sus exportaciones a Estados Unidos. L.alrd estima también el efecto de expansión del comercio (es decir, la suma de la creación de comercio y la desviación de comercio) Véase una reseña de los principales estudios cuantitativos que se ocupan del ACELC 26 en Drusilla Brown y Robert M. Stern, ‘Sorne Conceptual lssues in the Modeling and Computational Analysis of the Canada-U.S. Free Trade Agreement”, artículo presentado en la Reunión Anual de 1991 del Consorcio para la Investigación del Comercio Agrícola Internacional, Nueva Orleans, diciembre de 1991. 27 una descripción del modelo de equilibro parcial estándar usado en los cálculos de la creación y la desviación de comercio, por ejemplo, en William CUne y otros, Trade Negotfo.tiOnS in ‘flie Tokyo Round. A Quantito.tiVe AssesSm.eflt, BrookingS, 1978. Samuel Lalrd y Alexander J. Yeats analizan algunas de las deficiencias de este enfoque en “Two Sources of Bias in Standard Partial EquillbriurnTrade Modeis”, Documento de Trabajo 374, Washington. Banco Mundial, 1990. 28 En este ejercicio se usaron datos sobre los flujos comerciales de 1983. Véase Samuel Lalrd, “U.S. Trade Policy and Mexico: Simulatiofls of Possible Trade Regixne Changes”, Documento de trabajo de la División de Comercio Internacional, Washington, Banco Mundial, 1990. El TLCye1 resto del mundo 297 según la suposición de que el TLC se Implante junto con el resultado de las negociaciones de la Ronda Uruguay del GATr. Sus hipótesis acerca de los resultados de las negociaciones multilaterales fueron los siguientes: una reducción de 20% en los aranceles ylas barreras no comerciales que afectan la agricultura; la eliminación de las cuo tas del Acuerdo Multifibras (Arvw), mientras que los arance les de los textiles ylos vestidos permanecen al mismo nivel, y una reducc ión de 30% en los aranceles de todos los demás productos, mientras que las barreras no arancelarias no se modifican. Según estas hi pótesis, la creación de comercio (magnificada por la liberal ización de NMF) domina por completo la desviación de comercio, de modo que los países en desarrollo del hemisferio occidental experimentaría n un aumento de 1.8% en sus exportaciones a Estados Unido s (un aumento de 2.4% en el caso de los países Industrializados). Silos re sultados de la Ronda Uruguay se superponen a un TLC que lncluya la eliminación completa, no sólo de los aranceles sino también de las barreras no arancelarias entre sus países miembros, el resulta do final seguiría siendo marginal: las exportaciones a Estados Unido s dis minuirían sólo en 0.07% para los países en desarrollo del hemisf erio occidental (y aumentarían en 1.6% para los países Industrializad os). Otro ejercicio de equilibrio parcial agregado confirma el potencial limitado del TLC para la desviación de comercio con respecto a otros países del hemisferio occidental. Concentrándose en un TLC entre México y Estados Unidos, Erzan y Yeats encuentran que 94% de la desviación de comercio total asociada con este arreglo afectar ía a países situados fuera del hemisferio 2 occidental 9. Y el monto total de la desviación de comercio (estimada en cerca de 441 mIllon es de dólares en términos de los flujos comerciales de 1986) representa sólo cerca de 1% de las Importaciones estadunidenses provenientes del resto del mundo. Los modelos de EGC Los resultados de los modelos del EGC para el ‘rLc son sensibles a sus especificaciones teóricas (en particular las elasticidades de demanda y oferta, las estructuras de mercado, el comportamiento Se supuso que el ‘n.c mexicano-estadunidense implica la elimin ación total de los aranceles y un ajuste de las barreras no arancelarias subsist entes para acomodar la ex pansión del comercio preferencial. Véase Erzan y Yeats, Tree Trade Agreements...”. op. dL. p. 44. 298 Carlos Alberto Primo Braga de fijación de precios de las empresas y los supuestos que se re fieren a los flujos de capital). También es importante tener en mente que varían significativamente las características de los experimen ejercicios. ° tos de liberalización preferencial supuestos en estos 3 Los estudios de EGC disponibles —véase una reseña detallada en el trabajo de Drusifia Brown que aparece en este libro— des cubren de ordinario que el comercio se expande entre los países miembros del TLC como consecuencia del acuerdo preferencial. También se descubre que los efectos de bienestar son positivos para los países participantes, tendiendo a ser mayores en los mo delos que adoptan los rendimientos crecientes a escala que en los que se basan en rendimientos constantes a escala. El efecto en el resto del mundo podría ser negativo o positivo, dependiendo de la manera en que el modelo enfoque la interacción entre la desviación de comercio, los flujos de capital y las modifi caciones de los términos de intercambio para el resto del mundo. Conviene mencionar que el resto del mundo se introduce de ordi nario en estos modelos mediante funciones postuladas de oferta de exportaciones y demanda de importaciones basadas en los pre cios relativos. El cuadro 1 resume los resultados principales para el resto del mundo tal como se establecen en los modelos desarro llados por Drusifia Brown, Alan Deardorff y Robert Stern (BDs); ’ Todos estos mo 3 Horacio Sobarzo; y David Cox y Richard Harris. delos consideran los rendimientos crecientes a escala y suponen que las empresas imperfectamente competitivas fijan sus precios, ya sea como una combinación de precio focal y competencia mo nopólica (Sobarzo y Cox y Hanis) o bajo la forma de una compe tencia monopólica pura (BDs). 30 Esta sección se concentra en los modelos de EGC que se ocupan explicitamente del n.c. Hay muchos otros ejercicios de EGC que se concentran, por ejemplo, en un TLC mexicano-estadunidense. Sin embargo, sus resultados no difieren de las conclusiones el principales presentadas antes en lo que respecta a las implicaciones económicas para resto del mundo. Véase por ejemplo Raúl Hinojosa-Ojeda y Sherman Robinson, “Alternative Scenarios of u.s.-México Integration: A Computable General Equilibrium Approach”, Ber keley, Departamento de Economia Agrícola y de Recursos Naturales, Universidad de California en Berkeley (Documento de Trabajo 609), abril de 1991; y Carlos Bachrach y Lorris Mizrahl, “The Economic Impact of a Free Trade Agreement between the United States and Mexico: A CGE Analysis”, Washington, KPMG Peat Marwick, febrero de 1992. Drusilla K. Brown, Alan V. Deardorffy Robert M. Stern, “ANorth American FreeTrade 31 15, Agreement: Analytical Jssues and a Computational Assessment”, World Economy, vol. enero de 1992, pp. 11-30; Horacio E. Sobarzo, ‘AGeneral EquflibriumAnalysis of the Gains from Trade for the Mexican Economy of a North American Free Trade Agreement”, World Economy, vol. 15, enero de 1992, pp. 83-100; y Cox y Harris, “North American Free Trade and Ita Implicatlons...”, op. cit El TLC y el resto del mundo 299 La liberalización preferencial sin una movilidad internacional de los factores suele reducir el volumen del comercio entre los países del TLC y el resto del mundo. Y como se ilustra en el caso 1 del modelo de BDS, esto podría deteriorar los términos de inter cambio del resto del mundo a medida que se reduce la demanda del TLC en cuanto a las importaciones provenientes de los países no miembros, y a medida que disminuye la oferta de exportaciones de los países del ‘rt..c al resto del mundo. Sin embargo, los casos re sumidos en el cuadro 1 dejan en claro que la magnitud de estos cambios no tenderá a ser significativa. Las excepciones son proporcionadas por los escenarios en los que se permite la movilidad internacional del capital (caso 2 de BDS y de Sobarzo) o donde se complementa la liberalización prefe rencial con barreras comerciales adicionales en contra de los no participantes (caso 3 de Cox y Harris). El caso 2 de BDS supone que, junto con la liberalización prefe rencial del comercio, México relajará sus restricciones a la impor tación de capital y en consecuencia recibirá del resto del mundo (mM) una entrada de capital que aumentará 10% su acervo de capital. El modelo supone que la balanza de la cuenta corriente permanecerá en el nivel prevaleciente en el periodo inicial. En con secuencia, la necesidad de financiar los pagos de intereses de Méxi co al resto del mundo exige que México obtenga un superávit con siderable en su balanza comercial, un resultado absorbido básicamente por el resto del mundo. Conviene advertir también que en este escenario el resto del mundo experimenta un mejora miento en sus términos de intercambio, un fenómeno relacionado con la gran expansión de las exportaciones mexicanas. El caso 2 de Sobarzo supone una oferta de capital extranjero perfectamente elástica. En este escenario la economía mexicana experimenta un aumento del producto interno bruto mucho mayor que en el caso 1, un escenario caracterizado por el supuesto de un acervo de capital fijo (es 8.0% de aumento del PIB contra 1.9% en el caso 1).32 Este crecimiento mayor se traduce en un conside rable deterioro de la balanza comercial de México con el resto del mundo, en vista de las funciones de oferta de exportaciones y de Sobaj General Equffibrlum Anaiysis...”, op. cit, p. 93. Adviértase que el efecto de 32 bienestar de ambos escenarios es aproximadamente el mismo (véase el cuadro 1). Esto se explica por el hecho de que a pesar de la mayor expansión de la economia mexicana en el caso 2, por comparación con el caso 1, el ingreso adicional generando por capital extranjero no pertenece a ciudadanos mexicanos. 1.6 0.1 5.0 0.3 0.7 -0.0 0.2 — _10.88e —0.53 Caso 2 2.3 2.1 — Caso 1 2.4 17.1 — Caso 2 Sobarzob 0.936 0.07 0.003 —0.64 0.08 Caso 2 -0.65 Caso 1 Cax y Harris -0.117 -10.9 —2.4 Caso 3 FuEwrEs: Drusifia Brown, Alan V. Deardorff y Robert M. Stern, “A North American Free Trade Agreement: Analytical Issues and a Computational Assesment”, World Economy, vol. 15, enero de 1992, pp. 11-30; Horacio E. Sobarzo, “A General Equilibrium Analysis of ffie Gains from Trade for ±e Mexican Economy of a North American Free Trade Agreement”. Ibid., pp. 83-100; David Cox y Richard G. y Han-ls, “North American Free Trade and Its Implicatlons for Canada: Results from a CGE Model of North American Trade”. Ibid., pp. 31-34. a El modelo de Brown, Deardorff y Stern (29 sectores de los cuales 23 son sectores de bienes comerciables) supone que la tecnología en la mayoría de sectores comerciables se caracteriza por rendimientos crecientes a escala y por una estructura de mercado monopólicamente competitiva. El caso 1 (experimento A de BDs) supone la eliminación completa de aranceles entre miembros del ‘nc y un aumento de 25% en las cuotas de importación estadunidenses que limitan las exportaciones mexicanas de productos agrícolas y alimenticios, textiles y vestido. El caso 2 (experImento B de sos) mantiene las mismas suposiciones más la liberalización de los controles de Importación de capital en México, lo que produce un incremento de 10% en el acervo de capital de México. b El modelo de Soban-o Identifica 27 sectores productivos y supone la existencia de competencia imperfecta en la mayoría de sus 21 sectores comerciables. El modelo analiza únicamente el efecto de la eliminación total de los aranceles entre paises del n.c. En el caso 1 (versión 2 de Sobarzo) se supone una cantidad fija de capital en México. En el caso 2 (versIón 3 de Soban-o), en cambio, se supone movilidad de capital entre paises. C El modelo de Coxy Harris identifica 19 sectores de los cuales 10 presentan rendimientos crecientes a escala. Los resultados analizados reflejan cambios absolutos en la participación de las Importaciones del RDM en las importaciones de Estados Unidos de Canadá. El parámetro de comparación se toma de la situación del ACELC (Acuerdo Canadiense-Estadunidense de Libre Comercio). y El caso 1 compara una situación de centro y radios (en donde Estados Unidos es el centro y Canadá y México los radios) con el ACELC. El caso 2 compara el ‘rc con ACELC. El caso 3 compara un iic combinado con un incremento de 10% de los aranceles ad valorem de los países miembros contra el 5DM con un ACELC. La liberalización comercial preferencial se refiere en todos los casos únicamente a la eliminación de aranceles. ci Las exportaciones netas se definen como exportacione s menos importaciones. e Valores en miles de millones de dólares estadunidenses. Los cambios en el bienestar se miden en términos de la llamada variación equivalente, es decir, reflejan el cambio en el ingreso valorado con precios base que llevarían al mismo cambio en el nivel de las utilidades asociado con la liberación. Estados Unidos MéxIco 0.7 -0.0 Canadá —0.0 RDM — 0.35e -0.06 el bienestar del RDM’ intercambio para Términos de Hacia países del TLC Hacia México Exportaciones netas del RDM Hacia países del n.c Hacia Estados Unidos Hacia Canadá Exportaciones del RDM Caso 1 Brown, Deardorff y Stem a 1. Resumen de los resultados de Equilibrio General Computable (EGC) sobre las implicaciones económicas del TLC para el resto del mundo (RDM) (cambio porcentual salvo otra especificación) Cuadro Carlos Alberto Primo Braga El TLCy el resto del mundo manda de importaciones utilizadas específicamente por Sobarzo para modelar las relaciones comerciales de México con Estados 33 Unidos y el resto del mundo. El caso 3 de Cox y Harris ilustra las externalidades negativas del TLC, si éste se convierte en un bloque orientado hacia adentro. En este escenario la eliminación de los aranceles entre los países miembros se combina con un aumento de 10% en los aranceles aci valorem aplicados por Canadá, México y Estados Unidos en contra de las importaciones provenientes del resto del mundo. Como puede observarse en el cuadro 1, esto disminuiría significa tivamente los volúmenes del comercio entre los países del TLC y el resto del mundo mediante la supresión directa de comercio. Parece improbable un movimiento explícito hacia un bloque comercial orientado hacia adentro en Estados Unidos. Después de todo, como lo ilustran los resultados de bienestar para Canadá, los países participantes también se afectarían negativamente. Sin embargo, estos resultados ponen de relieve los peligros de tal escenario para el resto del mundo. Es posible que la lección principal de estos análisis sea la de la importancia de los flujos de capital para la determinación del resul tado final del TLC desde la perspectiva de los países miembros y del resto del mundo. En suma, los resultados del modelo de EGC sugieren que las barreras a los flujos de capital, así como la disponibffidad de financiamiento internacional, suelen desempeñar un papel mu cho mayor que el de su componente de liberalización preferencial en la determinación de los resultados de bienestar del TLC. en la formación de capital y en las decisiones de ahorro de los consumidores, la especialización industrial y la capacidad para importar insumos especializados son algunas de las variables des tacadas en los intentos de modelaclón de las implicaciones diná micas de los acuerdos 34 minilaterales. Por regla general estos mo delos sugieren que los beneficios dinámicos de la liberalización son mucho mayores que los beneficios estáticos tradicionales. En consecuencia, podría afirmarse que favorecen los arreglos minila terales en la medida en que el “dividendo del crecimiento” domina las distorsiones asociadas a la liberalización preferencial. No existen hasta hora (de acuerdo con mi información) cálculos detallados de las implicaciones dinámicas del TLC para el resto del mundo. El único ejercicio “dinámico” que se ocupa explícitamente de la evolución del comercio entre los países del TLC y el resto del mundo es el de Hufbauer y Schott. 35 Su modelo introduce consi deraciones dinámicas al imponer un incremento exógenamente determinado en la tasa de crecimiento de las exportaciones mexi canas. Ligando el éxito de las negociaciones del TLC a las nuevas reformas liberalizadoras de México, incluidas una “privatización generalizada, una liberalización significativa del sector petrolero mexicano, y [la continuación della restricción fiscal y monetaria”, los autores suponen que las exportaciones de bienes y servicios no factoriales de México crecerán, en estas circunstancias, a una tasa de 11.2% anual, una cifra que refleja la experiencia histórica de la exitosa liberalización implantada por países orientados hacia el interior. Por otra parte, se supone que el fracaso de las negocia ciones del TLC implicará una tasa de crecimiento menor de las exportaciones mexicanas (7.9%), en vista del supuesto de los au tores de que tal fracaso promoverá “la retrogresión de la política” en México. Esta tasa de crecimiento menor se basa en datos his tóricos sobre las “liberalizaciones colapsadas” y proporciona el es cenario contrafáctico utilizado por Gary HuÍbauer y Jeffrey Schott para estimar el efecto económico del uc. 36 302 Moclelación alternativa del TLC La introducción de la competencia imperfecta en los modelos de EGC ha ayudado a desafiar la creencia común de que los resultados de bienestar asociados a la liberalización comercial son insignifi cantes (un resultado habitual de la modelación de EGC con rendi mientos constantes a escala). Sin embargo, estos modelos no pue den captar adecuadamente el efecto de la liberalización comercial en las tasas del crecimiento económico. El efecto de la liberalización 33 Ibid. La balanza comercial global de México experimenta un deterioro de 18.3%, lo que refleja un deterioro de 18.9% con el resto de América del Norte (Estados Unidos y Canadá) y un deterioro de 17.1% con el resto del mundo. 303 3 Véanse por ejemplo Leslie Young José Romero, A Dynamic Dual Model of the Free y Trade Agreement”, artículo presentado en la conferencia North American Free Trade, Banco de la Reserva Federal de Dallas, junio de 1991, y Timothy J. Kehoe, ‘Modeling the Dynamic Impact of North American Free Trade”, Banco de la Reserva Federal de Mineápolis (Documento de trabajo 49), marzo de 1992. 3 Hufbauer y Schott, North American Free Trade..., op. cit, capítulo 3. 36 Los datos históricos sobre diversos experimentos de liberalización se han tomado de Demetris Papageorgiou, Michael Michaely y Armeane M. Choksi (comps.), Liberalizing 304 Carlos Alberto Primo Braga El liC y el resto del mundo Sus estimaciones de las Implicaciones del TLC paralos flujos co merciales entre los países miembros son mucho mayores que las elaboradas por los modelos de EGC tradicionales. Hulbauer y Schott señalan que “la ganancia de exportación mexicana es 50% mayor que en el modelo alternativo más optimista, mientras quela ganancia de exportación estadunidense es de más del doble”. 37 Sin embargo, el efecto del ‘rLc en el resto del mundo sigue siendo marginal como en los modelos de EGC (las exportaciones netas de Estados Unidos al resto del mundo no son afectadas por el ‘n.c, mientras que las ex portaciones netas mexicanas disminuyen en 3000 mIllones de dó lares). Por desgracia, las hipótesis utilizadas por los autores en la elaboración de sus cálculos (se fija en 75% la parucipación de las exportaciones y las Importaciones mexicanas en relación con la par ticipación estadunidense) limitan la Importancia de sus resultados en cuanto a las consideraciones de desviación de comercio. Análisis sectoriales Los sectores que tienen niveles de protección relativamente eleva dos en Estados Unidos son candidatos naturales para los análisis relacionados con la desviación del comercio y de la inversión desde la perspectiva del resto del mundo. Los sectores de la agricultura, los textiles y el vestido proporcionan ejemplos interesantes. Los estudios que se enfocan a la Industria automotriz también se re señan en esta sección, dada la Importancia de ese sector para los términos de intercambio y los flujos de inversión. Agricultura Algunos modelos de EGC se concentran en las Implicaciones de un TLC entre México y Estados Unidos para el sector agrícola. Por ejemplo, Sherman Robinson et al. analizan diferentes combinacio nes de liberalización comercial con una reforma de las políticas agrícolas en México y en Estados Unidos (incluida una liberaliza ción limitada a las actividades no agrícolas) 38 Su conclusión básica es que globalmente un ‘nc ampliaría el comercio bilateral en todos Foreign Trade: Lessons of Experlertce in the Deueloping WorlcL vol. 7, Cambndge, Mass., Basil Blackweel para el Banco Mundial, 1991. Huibauer y Schott, NorthAmerica.n Free Tracle..., op. dL, p. 60. 37 Sherman Robinson, Maxy E. Burfisher, Raúl Hinojosa-Ojeda y Karen E. Thierfelder, 38 305 los escenarios. México experimentaría cierta desviación de comer cio a medida que las importaciones provenientes del resto del mun do disminuyeran en 2 o 3 puntos porcentuales, con excepción de un escenario con crecimiento de capital en México; en este caso el “dividendo de crecimiento” generaría un aumento neto de las im portaciones provenientes del resto del mundo. En lo que respecta a Estados Unidos, en casi todos los escenarios el TLC implica un aumento de las importaciones provenientes del resto del mundo. Los resultados reflejan el alto nivel de la protección otorgada a la agricultura mexicana antes del experimento de liberalización. 39 En cuanto el análisis se concentra más en productos específicos, se pueden encontrar ejemplos de desviación comercial del resto del mundo en el mercado estadunidense. Por ejemplo, Thomas Grennes eta! utilizan un modelo de equifibrio parcial para estudiar el efecto de la liberalización preferencial en el hemisferio occiden tal en los productos agrícolas. 40 Estos autores señalan que un TLC entre Estados Unidos y México que elimine las restricciones —que en 1988 equivalían a un arancel de 28%— a las exportaciones mexicanas de jugo de naranja concentrado y congelado, desviaría sobre todo el comercio proveniente de Brasil. Aun en este caso, a pesar del crecimiento significativo de las exportaciones mexicanas de ese jugo al mercado estadunldense (32%), las importaciones estadunidenses provenientes del resto del mundo disminuirían sólo en 0.5%.’ Sin embargo, la situación cambia en cuanto supo nemos que, además de la eliminación del arancel, el TLC (y las reformas mexicanas internas) estimulará considerables inversio nes nuevas en el sector cítrico mexicano. Suponiendo una dupli caclón de la tasa de crecimiento de la producción dejugo de naranja concentrado y congelado, Spreen et aL (utilizando un modelo de la industria cítrica mundial de largo plazo) demuestran que esta expansión desviaría comercio básicamente de Brasil. 42 Para el año “Agricultural Policies and Migration In a U.S.-Mexico Free Trade Area: A Computable General Equilibrium Analysis’, Berkeley, Departamento de Economía Agrícola yios Recur sos Naturales, Universidad de California en Berkeley (Documento de Trabajo 617), 1991. 39 En consecuencia, recomiendan gradualismo en la liberalización de la agricultura mexicana para evitar “una gran emigración rural en México”. Véase Robinson et aL, “Agricultural Policies...”, op. dL, p. 33. ° ‘ibomas Grennes et aL, “An Analysls of a United States Canada-Mexico Free Trade Agreement”, Consorcio de Investigación del Comercio Agrícola Internacional, noviembre de 1991. 41 Ibid., p. 41. Véaac Spreen et aL, en American Farm Bureau Federation, NAFTA Effects 42 onAgrlcuZture, Park Ridge, illinois., 1991, vol. 4. 306 Carlos Alberto Pímo Braga El TLC y el resto del mundo 307 El comercio internacional de textiles y vestidos ha estado tradicio nalmente restringido bajo el Acuerdo Multiflbras (AMF), que permite a los países desarrollados restringir sus Importaciones mediante la imposición de cuotas a gran número de artículos textiles y del vestido. Durante los últimos años Estados Unidos ha liberalizado gradualmente su comercio en textiles con México, aumentando varias de sus cuotas Alwl? para los productos mexicanos. Sin em bargo, con frecuencia se menciona la eliminación completa de las cuotas iiw como un objetivo primordial de los negociadores mexi canos en las pláticas del TLC. Irena Trela y John Whalley analizan las Implicaciones de tal movimiento de liberalización para los países del TLC y los demás países restringidos por el AMF (que se Identificarán aquí como el resto del 44 mundo). Estos autores utilizan un modelo de EGC de sectores específicos con rendimientos constantes a escala que comprende cuatro categorías de productos textiles y del vestido, y un producto compuesto. Los bienes se consideran homogéneos en las regiones, se supone que no hay comercio en textiles y vestido entre los países exportadores (México y los otros 33 países restringidos por el AMF), y se presume que las cuotas AMF se hacen efectivas. En consecuencia, su modelo es particularmente ade cuado para captar los efectos negativos potenciales del TLC para el resto del mundo en lo que respecta a la industria de textiles y vestido. Treja y Whalley llevan a cabo en su modelo varios experimentos de liberalización de carácter bilateral (mexicano-estadunidense) y del TLC. En general sus resultados indican que México y Estados Unidos tienden a ganar con la liberalización, mientras que Ca nadá y el resto del mundo pierden. La industria mexicana expe rimenta una gran expansión orientada hacia afuera, de modo que sus exportaciones hacia el mercado estadunidense tan aumen signlflcativarnet La industria estadunidense enfrenta un pe queño ajuste (sobre todo en su sector del vestido), pero los precios menores al consumidor garantizan un resultado de bienestar po sitivo. Por su parte, Canadá experjmentja grandes pérdidas de su participación en el mercado estadunidense, a causa de la ex pansión de las exportaciones mexicanas. Para los países del resto del mundo el efecto de bienestar negativo de la liberalización refleja básicamente la erosión de sus rentas de cuota en el mer cado estadunidense El TLC (es decir, la eliminación de cuotas y Brent Borreil yJonathari R Coleman, Ga1ns from trade in Sugar and the U.S.-Mexico 43 Free Trade Agreemenr, Camberra, Centro de Economia Internacional (Documento de trabajo), 1991. “Véase Irena Trela y John Whalley, “Trade 11berallzaon In Quota Restrjctecj Items: U.S. aral Mexico ln Textiles aral Steel”, World Econorny. vol. 15, enero de 1992, pp. 45-64. 2000 este escenario implicaría una disminución de 4.5% en la producción brasileña de cítricos (una disminución de 14.4% en las recaudaciones por árbol), en comparación con el año base, y efectos mucho menores en el sector cítrico de Florida (una dismi nución de 0.61% en la producción de naranjas y de 6.34% en las recaudaciones por árbol). Los análisis de los productos agrícolas en que las restricciones cuantitativas influyen grandemente en el control del acceso al mer cado estadunidense proporcionan algunas ideas interesantes acerca de las implicaciones potenciales del TLC para el resto del mundo. El azúcar aporta el mejor ejemplo en este contexto. Brent Borreil y Jonathan Coleman muestran que las negociaciones bi laterales referentes al comercio de azúcar y jarabe de maíz entre Estados Unidos y México pueden tener efectos significativos para mundo. SI, por ejemplo, con un TLC México armoniza el resto del 43 su política de precios con la que prevalece en Estados Unidos y ambos países administran un programa de cuotas conjuntas hacia el resto del mundo, este arreglo Impondría significativas pérdidas de bienestar a los exportadores netos (el Caribe, por ejemplo, ex perimentaría una pérdida de bienestar neta de 128 millones de dólares; por su parte, el bienestar neto del mundo bajaría en 241 millones de dólares). Podemos imaginar un escenario peor aún si las negociaciones conducen a un intercambio de derechos de cuo tas entre los productores de azúcar mexicanos (que expanden su acceso al mercado estadunidense) ylos productores estaduniden ses de jarabe de maíz (quienes ganarían mayor acceso al mercado mexicano). En este escenario el jarabe de maíz estadunidense des plazará al azúcar en el mercado mexicano, lo que finalmente pro moverá en Estados Unidos una desviación de comercio adicional (el bienestar mundial neto disminuirá en 256 millones de dólares en este caso). Textiles y vestidos Carlos Alberto Primo Braga El 71C y el resto del mundo aranceles para los textiles y el vestido de los países miembros) generaría una pérdida de bienestar de 0.03% (en términos del 45 PIB) para el resto del mundo. Sin embargo, es importante tener presente que el modelo de Trela y Whalley, con todo su refinamiento, no puede captar un aspecto Importante de las negociaciones del ‘iic. Se ha señalado que la liberalización de aranceles y cuotas para la industria de textiles y del vestido se unirá probablemente a estrictas reglas de 46 Las reglas de origen son la contrapar requerimientos de origen. Uda inevitable del acceso preferencial en el contexto de un TLC. Sin embargo, es bien sabido que las reglas de origen podrían conver tirse fácilmente en un Instrumento proteccionista, si se enmarca ran en una forma que excediera los limites requeridos para evitar la desviación de comercio provocada por las diferencias arancela 47 rias entre los miembros del TLC. Las reglas de origen para la industria de textiles y vestido se definen habitualmente en términos de modificaciones de la no menclatura arancelaria en el proceso productivo, de modo que un producto final que utilice insumos extranjeros pueda ostentar la calidad de “nacional” (en la práctica a menudo hay necesidad de complementar este procedimiento con una prueba de valor agre gado). Una regla de transformación simple requiere un solo cambio en la nomenclatura arancelaria. Una regla de transformación doble (triple) exige dos (tres) cambios en las clasificaciones arancelarias. En el caso del vestido, por ejemplo, una regla de transformación simple requiere que el producto sea cortado y cosido en un país miembro para ostentarse como nacional. La transformación doble requiere que los Insumos del producto final también pasen la prue ba; que la tela se fabrique en países miembros del TLC. La trans formación triple requiere que todos los procesos productivos, desde el hilado en adelante, se realicen dentro del ‘rLc. Se espera que el uc adopte por lo menos una regla de transfor mación doble (“orno en el caso de la mayoría de productos textiles y del vestido en el ACELC), considerándose el resultado más pro- bable una regla de transformación triple. 48 Banriister y Low seña lan que la industria mexicana de textiles y vestido manifiesta ya un alto nivel de dependencia de los insumos estadunjdenses En consecuencia, la observación de las reglas de origen más estrictas no debería imponer grandes Costos de ajuste a México. Sin embar go, las reglas de origen estrictas afectan la Inversión proveniente de países de fuera del iic en la Industria mexicana, al asociar su competitividad con la eficiencia del sector textflero estadunidense y discriminar en contra de las fuentes externas. 308 ‘ Ibid., cuadro 5. 46 Véanse por ejemplo Hufbauer y Schott, North American Free Trade..., op. dL, pp. 160-161, y Geoffrey Bannister y Patrick Low, “North American Free Trade in Textiles and Apparel: A Case of Constrained Liberalization”, Banco Mundial, División de Comercio Internacional, Washington, 1992. Véase por ejemplo Jan Herin, “Rules of Otigin and Dffferences between Tarfff Leveis 47 in EFA and in the sc”, Ginebra, Secretaría de la .xi.c (Documento Ocasional 13), 1986. 309 ‘ Industria siderúrgica La Industria siderúrgica aporta otro ejemplo de un sector que dis fruta de protección principalmente en la forma de restricciones cuantitativas: típicamente, los acuerdos de restricción voluntaria. Trela y Whaley han elaborado también un modelo de EGC por sec tores especfficos para analizar los efectos de la liberalización regional en Estados Unidos —en un periodo de 40 años—, sobre todo en la industria siderúrgica. ° Su modelo identifica una región importadora 5 (Estados Unidos), tres regiones exportadoras (México, Canadá y un agregado de 19 países exportadores afectados por los acuerdos de restricción voluntaria que representa al resto del mundo) y tres In dustrias (una industria productora de acero, una industria consu midora de acero, que es un agregado de Industrias manufactureras no metálicas, y una Industria de todos los demás bienes). Los resultados de la liberalización bilateral del comercio side rúrgico (estadunldensemexicano) y trilateral (‘lic) reflejan los re sultados obtenidos en el análisis de la industria de textiles y vestido realizado por Trela y Whafley. El efecto principal en el resto del mundo asume la forma de menores rentas de cuotas, lo que refleja los efectos de los términos de intercambio. Sin embargo, su análisis ilustra otro efecto potencial para el resto del mundo, de la libera lización preferencial en el contexto de un producto Intermedio: como resultado de la reducción de los precios del acero, las indus Según Hufbauery Schott en Nort hAmerjcan Free 48 Trade..., op. dL, p. 161, la Asociación Estaduniciense de Fabricantes de vestidos defendió incluso una regla de origen “hasta la mota de algodón” dentro del uc, lo que podría interpretarse como una regla de transfor mación cuádruple. Bannlster y Low, “North American Free Trade in 49 Textiles and Apparel...”, op. dL ° Véase Trella y Whalley, “Trade Liberalization in Quota Restricted Iteras...”, op. dL Elyelrestol,o Carlos Alberto Primo Braga 310 industria automotriz, es el de Linda Hunter, James Markusen y Thomas Rutherford (HIVIR).53 Estos analistas examinan la produc ción de automóvjes terminados con un modelo de EGC de cuatro regiones (Canadá, México, Estados Unidos y el resto del mundo) basado en dos bienes (automóvjes y un agregado de los demás bienes y servicios) y dos factores de producción, con rendimientos crecientes a escala en la industria automotriz (con empresas que siguen el 0 comportaniJe de Cournot) y con productos homogé neos entre los países. Dos aspectos interesantes del análisis HMR son su esfuerzo explicito por modelar el 0 comportpJe de las corporaciones transnacionales (ci’) y el carácter endógeno del nú mero de plantas automotrices El modelo HMR evalúa diferentes escenarios de liberalización bi lateral y trilateral (uc), La liberalización implica básicamente la eliminación de los aranceles Dos escenarios son de particular In terés: el libre comercio trilateral sólo para los productores (una situación que permite a los productores mantener la discrimina ción de precios a través de las fronteras) y la Integración del mer cado (que permite el libre comercio en el ámbito del consumidor entre Estados Unidos y México, mientras que el libre comercio a través de la frontera estadunjdense..canadjeflse sigue restringido a los productores) México es claramente el “ganador” en estos ejercicios en lo que se refiere a los resultados de bienestar de la producción automotriz y a las exportaciones Los efectos para Canadá, Estados Unidos y el resto del mundo no son significativos en términos relativos, aunque se pronostica cierta desviación de comercio. En el escenaijo de libre comercio para los productores, las exportaciones mexicanas aumen tan en 77000 automóviles, mientras que Canadá y el resto do experimen una disminución en sus exportaciones del mun (9 0 00y 32 000 automóviles respectivamente) En el escenario de integración del mercado las exportaciones mexicanas aumentan en 157000 au tomóviles, mientras que las exportaciones canadienses disminuyen en 37000 automóviles y las del resto del mundo bajan en 2 000 uni dades, en comparación con la situación Inicial. Las diferencias de estos dos escenarios en términos de desviación de comercio se explican por los supuestos formulados por los autores trlas estadunidenses consumidoras de acero experimentan un au mento de su competitividad en comparación con el resto del mun do. Este efecto secundario contribuye a la intensificación del efecto negativo (positivo) del TLC en el bienestar del resto del mundo (Es tados Unidos). Como en la Industria de textiles y vestido, ni siquiera los modelos más refinados pueden captar todas las dimensiones del comercio internacional del acero en Estados Unidos. El modelo de Trela y Whalley, por ejemplo, supone que la dirección del comercio, antes y después de la liberalización, va de México a Estados Unidos. En consecuencia, la liberalización comercial reduciría el tamaño del sector siderúrgico estadunidense. Este pronóstico parece contra decir el apoyo “con reservas” ofrecido por el Instituto Estaduniden ’ Pero la explicación 5 se del Hierro y el Acero a las pláticas del ‘lic. es simple. En realidad, Estados Unidos es exportador neto de acero a México. Por lo tanto, la liberalización preferencial de los aranceles siderúrgicos mexicanos, así como la de las políticas de la adquisi ción gubernamental basadas en una provisión de compra mexica na, es probablemente tan atractiva para la Industria siderúrgica estadunidense que ésta aceptará la eliminación preferencial de Unidos. Esto sugiere, a cuotas y aranceles del lado de Estados 52 resto del mundo experi del acero de su vez, que los exportadores mentarán también una desviación de comercio en el mercado me xicano como consecuencia del TLC. La industria automotriz El comercio de automóviles y autopartes constituye el componente de mayor importancia del comercio estadumdense. La mayor parte de este comercio se realiza libre de impuestos o con aranceles preferenciales (bajos). En consecuencia, sería de esperarse uíi efec to importante del TLC en el resto del mundo en lo que respecta a estos flujos comerciales. El modelo sectorial más detallado que existe, concentrado en la Véase Hufbauer y Schott, North American Free Trade..., op. cit.. p. 250. Véanse algunos detalles sobre las estructuras proteccionistas de Estados Unidos y de de México en cuanto a la Industria siderúrgica en Comisión de Comercio Internacional Mexico and Estados Unidos, “Review of Trade and Investment Liberalization Measures by 2326, 1990, Prospects for Future United States-Mexican Relations”, Washington, uSTIC pp. 2-23. 311 52 1 Véase Linda Hunter, James R Markusen y 53 Thomas F. Rutherford, “U.S.-Meyjco Free Trade and the North American Auto Industry: Effects on the Spatial Organlzation of Productjon of Finjshecj Autos”, World Eccnomy vol. 15, enero de 1992, pp. 65-81. 312 Carlos Alberto Primo Braga respecto al comportamiento de precios de las CT. Con la integración del mercado las ci’ de México experimentan una disminución con siderable en sus márgenes de ganancia, mientras que las plantas ubicadas en Estados Unidos aumentan su margen de ganancia tra tando de impedir el arbitraje entre los dos mercados. Esta situación permite incluso que el resto del mundo aumente sus exportaciones a Estados Unidos en 10 000 unidades sobre la situación inicial, minimizando así los efectos de desviación de comercio del uc. Sin embargo, el escenario de la integración sugiere que el resto del mundo podría ser afectado de una manera distinta. Aunque la liberalización no tiene significativos efectos de racionalización en Estados Unidos y Canadá, sí tiene un efecto drástico en México, donde se Incrementa en 19.7% el producto por empresa en el caso del libre comercio para los productores, y en 155% en el escenario de la integración del mercado.’ Sin embargo, hay un subproducto importante de la racionalización de la producción de automóviles en México en el escenario Integrado: dos de los cinco productores de automóviles en México tienen que cerrar sus plantas. El modelo no identifica el tipo de empresa que tendría que cerrar en estas circunstancias (hay dos tipos de empresas en el modelo HMR: las empresas norteamericanas y las empresas del resto del mundo), pero destaca la posibifidad de que las empresas del resto del mundo que operan en México sean directamente afectadas en este proceso. Es Interesante observar que los cinco productores de automó viles que operan en México han aplicado estrategias diferentes en cuanto a su orientación de mercado hasta hace poco tiempo. Los. tres productores estadunidenses (Chrysler, General Motors y Ford) se orientan hacia afuera, exportando principalmente al mercado de América del Norte. Los otros dos productores (Nissan y Volks wagen) aplicaron una estrategia mucho más orientada hacia el interior, y sólo en los últimos años (por lo menos en el caso de Volkswagen) han anunciado planes de inversión que apuntan cla 55 ramente hacia el mercado de América del Norte. 54 Los resultados estadunidenses y canadienses se explican en términos de la domina s ción de la industria por las empresas transnacionales. Según los autores las importacione provenientes de México no se interpretan como una pérdida de mercado para las empresas transnaclonales estadunidenses, dado el patrón de propiedad de las plantas en la industria. In Véase Hunter, Markusen y Rutherford, “Free Trade and the North American Auto dustry...”, op. clt., p. 80. en cuenta los vehículos, los motores y las partes, las exportaciones ascen nte a 48.4, 68.4 y 81.5% del total de las ventas de las operaciones respectivame dieron estas mexicanas de GM, Ford y Chrysler en 1987. En el caso de Chrysler y Ford el total de El TLC y el resto del mundo 313 Podría argumentarse que las empresas que ya tengan estable cida una estrategia de red norteamericana (en términos de pro veedores y de mercados) estarán en mejor posición para expandir sus actividades con el c. Este argumento será más Importante aún, si el TLC adopta estrictos requerimientos de contenido nacional. Si se confirma una norma de 60 a 70% (el requerimiento de conte nido norteamericano es de 5 0% con el ACELC), como parecen desear los fabricantes estadunidenses, es probable que las CT no estadu nidenses tengan que Incrementar su aprovisionamiento nortea mericano para tener derecho a un tratamiento preferenciai.56 Sin embargo, las propuestas de un trato discriminatorio entre las empresas que ya han establecido sus plantas en México y las demás parecen plantear una amenaza más directa para los fabri cantes del resto del mundo. Las normas más exigentes en las reglas de origen para los nuevos competidores potenciales aportan una ilustración clara de este 57 concepto. Tenemos otro ejemplo en el apoyo otorgado por los fabricantes de automóviles estadunidenses a la Idea de que la derogación de la ley mexicana del contenido nacional (que requiere que no menos de 36% de las partes auto motrices utilizadas en los automóviles mexicanos se fabrique en México) se realice en una forma discriminatoria (el decreto conti nuará aplicándose a quienes se sumen en el futuro a la industria automotriz 58 mexicana). Resumen Los estudios sectoriales cuantitativos tienden a confirmar la tesis de que el uc no tendrá un gran efecto en el resto del mundo en lo que respecta a los flujos comerciales (aunque algunas industrias es pecificas de los países no miembros puedan ser considerablemente exportaciones se destinó a América del Norte (60% en el caso de GM). En cambio, las exportaciones de Volkswagen y Nissan se estimaron a lo sumo en 35% de sus ventas, con una orientación más diversificada de su comercio (por ejemplo, sólo 20% de las exportacio nes mexicanas de Volkswagen se destinó a América del Norte). Véase el Centro de Corporaciones Transnaclon&es de las Naciones Unidas, World Investinertt Report 1991: 7be Triad la Foreign Dlrect fnuestment, Nueva York, 1991. Véase UNCTC, “Foreign Direct lnvestment and industrial Restructuring in Mexico”, Nueva York, UNCTC Current Studies 18, 1992, p. 78. Véanse algunos detalles en Hufbauer y Schott, North American Free Trade,.,, op. ciL, 57 p.231. Véase “Major Automalcers Are Divided over Free Trade Rules of Origin”, U.S.-Mexico FreeTradeReporjErl diciembre l6de 1991, p. 7. 314 Carlos Alberto Pltno Braga El TLCyeI resto del mundo afectadas). Sin embargo, existe el peligro de que el TLC se convierta en una iniciativa de comercio administrado, caracterizada por re gulaciones embrolladas y proclives a la discriminación. Los resul tados podrían ser diferentes entonces, aunque podría alegarse que los países miembros del TLC serían probablemente los perdedores principales en este escenario. La desviación de la inversión es otra fuente de preocupación para el resto del mundo, en particular para las economías de in dustrialización reciente del este de Asia y Japón. Hasta ahora, sin embargo, sólo existe información anecdótica limitada en esta zona. No obstante, si el TLC introduce la discriminación (explícita o implicita) en contra de las inversiones de países no miembros, esta amenaza podría convertirse en una realidad. ° 6 EL TLC, AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE, Y LA OlA Los países de América Latina y el Caribe (ALC) han observado las negociaciones del ‘lic con gran interés. En algunos casos este in terés refleja su preocupación por la potencial desviación del co mercio y de la inversión. En la mayoría de los casos, sin embargo, parece reflejar la perspectiva de que el TLC allane el camino para una ZLCHO. La preocupación para la desviación de comercio ha sido expre sada más a menudo, por lo menos en el debate político, por los países que verán minadas sus preferencias por el TLC —por ejem pio,ios beneficiarios de la Iniciativa de Estados Unidos y la Cuenca del Caribe—, y no por los países que reciben el trato de NMF. ’ Este 6 La Zenlth Electronics Corporation, empresa estadunidense, ha anunciado su decisión 59 de trasladar una planta manufacturera de Formosa a México. Esta decisión se ha interpretado como una prueba del papel que desempeñan las expectativas acerca del n.c en la asignación de recursos de la cr. ur4urc, “mi and Industrial Restructuring in Mexico...”, op. ciL, p. 78. 60 Por ejemplo, el debate librado en el Congreso de Estados Unidos acerca de la autorización delfczst-track en las negociaciones del ‘rc demuestra que hay cierto apoyo para las reglas de origen discriminatorias en Estados Unidos. Véase Proposed Negotíation of a Free TradeAgreement with Mexico, Washington, Audiencias ante el Subcomité de Comercio del Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes, 102 Legislatura, Primera Sesión, Government Printing Office, 1991, pp. 531, 632-633. 61 En una revisión de los 114 testimonios presentados en las audiencias de los dos comités que opinan decisivamente sobre la concesión de] fast-track en Estados Unidos (el Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes y el Comité de Finanzas del Senado), los paises de la icc fueron los que se mencionaron con mayor frecuencia como perdedores potenciales del nc. 315 resultado se asemeja obviamente a las preocupaciones de los paí ses de la Convención de Lomé por la erosión de sus preferencias en el contexto de las negociaciones multilaterales. Afines de 1991, sin embargo, la mayoría de los países caribeños y todos los cen troamericanos habían firmado acuerdos marco con Estados Uni dos como un primer paso para las negociaciones de TLC en el con texto de la Organización para la Iniciativa de las Américas (olA). En realidad, si se toma la firma de acuerdos marco, bajo la OLA, entre Estados Unidos y otros países de América Latina y el Caribe, como una medida de su interés por la formación de una Zona de Libre Comercio “desde Anchorage hasta la Tierra del Fuego”, pa recería que la ZLCHO recibe un apoyo generalizado en la región: en diciembre de 1991 sólo Surlnam, Haití y Cuba no habían firmado acuerdos marco. 62 Es inevitable que nos preguntemos entonces cuál será la magnitud de los beneficios que podrán esperar estos países de tal arreglo minflateral. No tenemos evaluaciones detalladas de las implicaciones de la formación de una ZLCHO para el bienestar de los países del hemis ferio occidental. Sin embargo, Refik Erzan y Alexander Yeats apor tan algunas claves a este respecto al estimar los beneficios poten ciales (en términos de expansión de las exportaciones), para 11 países latinoamericanos (México incluido), de la negociación de un TLC con la economía central del TLC de América del Norte: la de Estados Unidos. 63 Los resultados no son sorprendentes. México y Brasil serían los mayores beneficiarios de la expansión global del comercio (cerca de 90%) asociada a la formación de zonas de libre comercio entre los 11 países latinoamericanos y Estados Unidos. La expansión de las exportaciones alcanzaría un promedio de sólo 8 a 9%, ya que la mayoría de estos países afronta aranceles de NMF relativa mente bajos o se benefician del acceso preferencial en el sistema generalizado de preferencias de Estados Unidos. La influencia de las barreras no arancelarias subsistentes se tiene en cuenta en una forma rudimentaria comparando dos movimientos de libera Julio Nogues y Rosalinda Quintanilla, “Latin America’s Integration and the Multila teral Trading System”, Washington. Conferencia del Banco Mundial y la CEPR sobre las Nuevas Dimensiones de la Integración Regional, abril de 1992, p. 41. Véase Erzan y Yeats, “Free Trade Agreements...”, op. cit Los países considerados fueron Argentina, Bolima, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela. Véase Erzon y Yeats, “Free Trade Agree ments...”, op. ctt., p. 32. 316 Carlos Alberto Primo Braga lizaclón: en el primer caso se reducen los aranceles preferencialmente a cero en todos los rubros arancelarios y se supone que las barreras no arancelarias subsistentes se ajustan para acomodar la expansión comercial preferencial; en el segundo caso sólo se consideran los rubros arancelarios no afectados por duras barreras no arancelarias. UnTLC que sólo se ocupe de los aranceles reduciría en cerca de 20% la expansión de las exportaciones de los países latinoamericanos, en comparación con el primer escenario de II berallzaclón antes mencionado. Este resultado puede Interpretarse como una estimación mínima de las restricciones Impuestas por las barreras no arancelarias estadunidenses al dinamismo de las exportaciones latinoamericanas. El estudio de Erzan y Yeats permite también una comparación entre el escenario de centro y radios y las ventajas que tendría cada uno de los 11 países, si firmara un acuerdo de libre comercio exclusivo con Estados Unidos (es decir, sin que se permitiera que algún otro país negociara un acuerdo de libre comercio con Estados 65 En lo que respecta a la expansión de las exportaciones, Unidos). no parece ser significativa la erosión de las preferencias que implica la existencia de varios acuerdos de libre comercio en un escenario de centro y radios. El total de la expansión de las exportaciones derivada de la celebración de acuerdos de libre comercio exclusivos asciende a 2925 millones de dólares (en el escenario de la libera lización amplia), lo que se compara con una cifra de 2 852.5 mi llones de dólares con el formato de centro y radios. Un tercio de esta declinación refleja la erosión de preferencias experimentada por México, un resultado que puede interpretarse como una apro ximación a las “pérdidas” que enfrentará México si el TLC es seguido por acuerdos de libre comercio adicionales en el contexto de la olA. Los autores sostienen también que los países latinoamericanos podrían verse significativamente afectados por el formato de centro y radios, ya que su comercio intrarregional podría ser perturbado por el acceso preferencial ganado por los productores estaduni denses en cada uno de estos países. 66 No parece en particular excitante el potencial para la expansión comercial de los países de América Latina y el Caribe en el contexto de una ZLCHO. En efecto, las estimaciones se vuelven menos im presionantes todavía si añadimos la posibifidad de reducciones 65 66 Ibid., pp. 32-34. p. 39-42. El TLC y el resto del mundo 317 adicionales a los aranceles de NMF y las barreras no arancelarias en el contexto de la Ronda Uruguay, como vimos en la sección anterior. Es cierto que estos ejercicios no captan los beneficios potenciales derivados de un efecto eventual de “fortalecimiento de la credibifidad” para los gobiernos latinoamericanos y caribeños que negocien un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos. Tampoco se ha cuantificado el “efecto de seguridad” favorable de condiciones más estables de acceso al mercado estadunidense (presuntamente uno de los subproductos positivos de esas zonas de libre comercio para los países latinoamericanos y caribeños). Sin embargo, deberán tenerse presentes los peligros de sobres timar estos otros beneficios. Por ejemplo, a menudo se asocla el gran incremento de los flujos de inversión de Estados Unidos a México a las expectativas creadas por el TLC. Pero no debemos olvidar el papel del estricto programa mexicano de estabilización para el restablecimiento de la credibilidad del gobierno mexicano desde la perspectiva de los inversionistas extranjeros. 67 En otras palabras, un acuerdo externo no es un sustituto para las politicas económicas nacionales sensatas. Los beneficios del llamado efecto de seguridad también deberían evaluarse con cuidado. La protección contingente —el antidumping (AD) yios impuestos compensatorios (ic)— ha sido una “industria creciente” en Estados Unidos durante el último decenio. Se afirma a veces que la pequeña porción del comercio norteamericano que es directamente afectada por estas medidas debería lnterpretarse como un indicio de su Irrelevancia, por lo menos desde la perspec tiva de las negociaciones del TLC. 68 Sin embargo, no debe subesti marse el sesgo proteccionista de estos instrumentos ni el hecho de que globalmente afectan ya a una porción Importante de los flujos comerciales. 69 En consecuencia, deberá tenerse en cuenta la posibifidad de que la protección contingente reduzca los bene Véase sobre este punto Liliana Rojas Suárez, From the Debt Crisis toward Economic 67 Stabffity: .AnAnalysis of the ConsistencyofMacroeconomic Policies In Mexico”, WashIngton, Fondo Monetario Internacional (Documento de Trabajo), 1992. véan por ejemplo los comentarios de Michael Stein sobre la importancia relativa de 66 las investigaciones anttdumplng, citados en Hufbauer y Schott, North American Free Trade..., op. dL, p. 30. 69 acuerdo con el banco de datos SMART, los porcentajes del total de las exportaciones enviadas a Estados Unidos que cubrieron estas acciones en 1989 fueron los siguientes: Impuestos n (3.12%), Investigaciones AD (11.58%), impuestos ie (0.62%), investigaciones rc (4.06%), acciones de precios ligadas a casos n (0.67%). Las restricciones voluntarias de las exportaciones (a menudo un resultado de las investigaciones contingentes de la protección) afectaron a 7.59% del total de las exportaciones enviadas a Estados Unidos. Carlos Alberto Primo Braga El TLCyel resto del mundo ficios de mejoramiento del acceso al mercado de Estados Unidos con un uc. Estos temores podrían enfrentarse explicitamente me diante la creación de regímenes binacionales de arreglo de las clispu tas, como lo ilustran los capítulos 18y 19 del ACELC, en los futuros ° Sin embargo, no está clara la medida 7 acuerdos de libre comercio. en que las reglas controlarán el poder en esta zona. La respuesta positiva de la mayoría de los países latinoameri canos y caribeños a la oiA parece reflejar dos consideraciones bá sicas: 1) las opciones limitadas que tienen en cuanto al patrón de su inserción en la economía mundial, sobre todo en vista del es tancamiento actual de las negociaciones de la Ronda Uruguay, y 2) el reconocimiento de que la OlA (dejando de lado las conjeturas que se formulan acerca de su implantación efectiva) representa un cambio cualitativo positivo en el enfoque de la política econó mica estadumdense para la región. ’ 7 de la Ronda Uruguay parecen limitadas en el mejor de los casos. 74 En este punto las principales zonas de conificto en el ámbito mul tilateral subsistirán independientemente de la evolución de las negociaciones del TLC. Por ejemplo, resulta difidil creer que la po sición de la CE sobre el comercio agrícola pueda ser significativa mente influida por la evolución de las negociaciones del TLC. Y la importancia del TLC como un modelo futuro para las negociaciones sobre los llamados temas nuevos en la esfera multilateral está limitada por el hecho de que Estados Unidos, México y Canadá han alcanzado ya un nivel de “convergencia sistémica” mucho ma yor que el que prevalece en el ámbito multilateral. En este contexto, resulta ilustrativo el caso de los derechos de propiedad intelectual (DPI). No existe a priori ninguna garantía de que un país en desarrollo se beneficiará del fortalecimiento de su sistema de protección de los DPI. 75 Sin embargo, en el caso de los países que aplican una estrategia de desarrollo orientado hacia afuera, el riesgo de represalia comercial combinado con el interés por la atracción de inversión extranjera directa podría proporcionar incentivos suficientes para impulsarlos en esa dirección. México, por ejemplo, revisó significativamente su ley de propiedad indus trial en 1991 a fin de “corregir” sus deficiencias principales desde el punto de vista de los titulares de la propiedad intelectual. 76 En consecuencia, los niveles de protección existentes en Estados Uni dos, México y Canadá (a pesar de que persisten algunas diferencias importantes en cuanto a los productos farmacéuticos) favorecen un resultado del TLC que seguramente superará las normas que podrían salir de las negociaciones de la Ronda Uruguay. 77 En este contexto, las negociaciones del TLC, como un modelo para las normas multilaterales de los derechos de propiedad intelectual, parecen tener una Importancia limitada, por lo menos en el corto plazo. 318 IMPLICACIONES SISTÉMICAS Las implicaciones sistémicas de la expansión de los convenios mi nilaterales han constituido uno de los temas más enconadamente debatidos en la bibliografla reciente sobre los bloques comerciales. 72 Como señala Jagdish BhagwatI, esta cuestión puede abordarse preguntándose la medida en que el TLC será un “paso constructivo o un impedimento” para la mayor liberalización comercial global. 73 Las Implicaciones de las pláticas del ‘nc para el resultado final 70 El capitulo 18 establece un proceso para la resolución de las disputas relacionadas con desacuerdos eventuales en la interpretación o la implantación de las disposiciones del ACELc. Por su parte, el capítulo 19 establece la revisión de las determinaciones Al) O te tomadas por Estados Unidos o Canadá. Véase una reseña del uso del régimen de arreglo de las disputas dentro del ACELC en Judlth H. Bello, Alan F. Holmer y Debra A. Kelly, “Midterm Report on Binational Dispute Settlement under the United States-Canada Free Trade Agreement”, International Lo.wyeç vol. 25. verano de 1991. pp. 489-516. 71 Peter Haklm examina este segundo punto con mayor detalle en President Bush’s Southern Strategy: The Enterprlse for the Ameticas Initiative”, Washington Quczrterly, primavera de 1992, pp. 93-106. Conviene recordar también que la OlA tiene un componente de inversión y un componente de alivio de la deuda (aparte de su aspecto comercial), los que, con todas sus limitaciones, han atraido la atención de algunos países menos desarrollados. 72 Véanse por ejemplo Bhagwati, The World Trade System at Risk..., op. dL, y Paul Krugxnan, “Is Bllateralism Bad?, en Elhana-Helpman y Assaf Razin (comps.), International Tracle and Trade Policy, Cambridge, Mass., rr Press, 1991. Véase Robert Z. Lawrence, “Emerging Regional Arrangernents: Building Blocks or Stumbllng Blocks”, en Richard O’Brlen (comp.), Ftno.nce and tite International Economy. Oxford Unlversity Press, 1991, vol. 5. 319 Se afirma a veces que podría usarse el ‘nc como “una inyección para el proceso multilateral y como modelo para las provisiones del GA’rr en zonas nuevas tales como los derechos de la propiedad Intelectual”. Véase Hufbauer y Schott, North American Free Tracle.., op. cit., p. 43. 75 C. A. Primo Braga, “The Developlng Country Case for and agalnst Intellectual Property Protection”, en W. E. Slebeck (comp.), Strengthening Protectton of Intellectual Property in Developing Countries: A Survey of tite Ltterature, Washington, Banco Mundial (Documento de DIscusión 112), 1990. 76 Véanse algunos detalles en Roberto Villarreal Gonda, “flie New Mexican Law on Industrial Property”, Industrial Froperty, noviembre de 1991, pp. 436-445. Véanse algunos análisis de los resultados potenciales de las negociaciones sobre los 77 derechos de la propiedad Intelectual en el ‘nc y en el ámbito multilateral en Robert M. Sherwood, “Intellectual Property and Free Trade in North America”, artículo presentado en ‘‘ 320 Carlos Alberto Primo Braga El TLCyeI resto del mundo Sin embargo, el resultado final de la Ronda Uruguay puede In fluir en los resultados de las pláticas del TLC. Por ejemplo, Hulbauer y Schott sostienen que una conclusión “exitosa” de la Ronda puede allanar el camino para la ratificación del ‘nc en Estados Unidos, promoviendo la liberalización de la NMF en zonas sensibles (como las de textiles y vestido) y desviando la oposición de los grupos de 78 En cambio, la falta de resultados multilaterales interés al T1.C. fortalecería la posición de quienes creen que la tendencia hacia el minilaterisnio es inevitable. Es probable que el ‘lic ocupe entonces un lugar aún más elevado en las estrategias comerciales de sus países participantes, lo que podría minar aún en mayor medida al sistema del GATr. Por consiguiente, aunque se puede debatir la relación precisa entre los resultados del TLC y los de la Ronda Uruguay, el futuro del sistema multilateral será influido claramente por el formato final del TLC. En teoría, esta Influencia puede ser positiva si, como lo sugiere Bhagwati, el TLC se convierte en un ejercicio de regionalismo “programátiCo”. En este escenario el ‘rc evolucionaría hacia una ° 8 ZLCHO liberal. El hemisferio occidental negociaría entonces en bloque con otros convenios regionales (organizados alrededor de la CE y de Japón) y el elusivo objetivo del libre comercio multilateral. Por su puesto, la desviación de las negociaciones del ‘lic hacia el comercio administrado no anuncia nada bueno para este escenario liberal. Sin embargo, se puede argumentar que las negociaciones del TLC pueden promover una liberalización comercial mayor, por lo menos para los países latinoamericanos y caribeños. El movlniien to de liberalización que está en marcha en la reglón surgió con los 321 desarrollos macroeconómicos de los años ochenta (la crisis fiscal y la crisis de la deuda externa). Se practicó la liberalización co mercial unilateral, junto con un renovado interés por la integración minflateral subreglonal. Pero en claro contraste con las experien cias del pasado, los nuevos arreglos minilateraies se orientaron hacia el 8 exterior. Sin embargo, varía significativamente el grado ’ de liberalización alcanzado hasta ahora por los países latinoame ricanos y caribeños individuales. El éxito de las negociaciones del’iic se percibe como una condición necesaria para el desarrollo del componente comercial de la OíA, o sea la ZLCHO. “El progreso hacia el establecimiento de regímenes comer ciales abiertos” es uno de los “Indicadores de la disposición” identi ficada por el gobierno de Bush como un requisito para que un país (o un grupo de países) pueda participar en las negociaciones de una zona de libre 82 comercio. En consecuencia, podría decirse que las conversaciones del ‘iic refuerzan la tendencia hacia la liberalización comercial en la región, por lo menos en lo que respecta a los países que se sienten más atraídos por la propuesta estadunidense. Hay gran entusiasmo por la olA, pero su intensidad varía dentro de la región. Como ha señalado Fritsch, la inclinación de cualquier país a buscar un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos tiende a correlacionarse positivamente con la importancia del mercado estadunidense para sus exportaciones y el grado de liberalización que ya se haya 83 alcanzado. La OlA (aunque sólo sea un ejercicio de retórica) tiende a apoyar el sesgo liberal de los programas de Integración subregional, al aportar argumentos adicionales en favor de los países “liberales” que participan en estos acuerdos. Esos países se encuen tran ahora en una posición más firme para promover la liberalización minflateral, ya que siempre podrán referirse a la oíA, por lo menos en principio, como una posición aceptable en su agenda regional. En suma, el TLC puede muy bien convertirse en un apoyo para la conferencia sobre El Progreso del Libre Comercio. Instituto Fraser, Toronto, noviembre de 1991; Jacques J. Gorlin. “Update on International Negotiations on Intellectual Property Rights”, artículo presentado en la conferencia sobre Las Dimensiones Globales de los Derechos de la Propiedad Intelectual en Ciencia y Tecnología, Consejo Nacional de la Investigación. Washington. enero de 1992. Véase Hufbauer y Schott, North American Free Trade..., op. cit, p. 43. 78 79 respuesta a la presión de ciertos grupos de interés de Estados Unidos, el gobierno de Bush presentó al Congreso un plan de acción que se ocupaba de las cuestiones ambientales y laborales ligadas a las negociaciones del n,c. Aunque se supone que las negociaciones sobre estos temas siguen una vía diferente de la que siguen las pláticas del ‘n.c, este fenómeno destaca la creciente complejidad de las negociaciones comerciales. También sugiere que cada vez resultará más difidil evitar la inclusión de cuestiones no comerciales —en particular las ambientales— en las negociaciones multilaterales. En lo que respecta al plan de acción del gobierno de Bush, véase Laura Rawllngs, The North American Free Trade Agreernent”, PoUcy Focus, vol. 2, Washington. Consejo de Desarrollo de Ultramar, 1992. Véase Bhagwati, “Reglonalism vs. Multflateralisrfl...”, op. cit, p. 33. 80 81 Véanse algunos detalles de la historia de los arreglos minilaterales en la América Latina, por ejemplo, en C. A. Primo Braga, “U.S.Policies and the Prospects for Latin American Economic Integration”, en Werner Baer y Donald y. Coes (comps.), United Sto.tes Pollcles and the LatüLAmerico.n &oriornles, Praeger, 1990, Nogues y Quintanilla, ‘LaUrI America’s y Integration...”, op. ciL Véase Jeffrey J. Schott y Gary C. Hulbauer. “Free Trade Áreas, the Enterprise for the 82 Americas Imtiative, and the Multilateral Trading System: Implications for Latín America”, artículo presentado en el Foro Internacional OcDE-Bu) sobre las Opciones Estratégicas para el Comercio Latinoamericano en los Noventa, París, noviembre de 1991. Winton Fritsch, “Hemlspheric Integration: Will Trade Discrimination Pay?”. Washing 83 ton. Diálogo Interamericano (Documento de Trabajo), 1992. 1 322 El TLC y el resto del mundo Carlos Alberto Primo Braga Comentario * posible un orden comercial multilateral más liberal. Sin embargo, es convierte se e1TLC donde imaginar sin dificultad el escenario opuestos discri en una Iniciativa de comercio administrado, promotor de una minación mayor contra el resto del mundo. Tal escenario tendría una occidental, los irónica implicación para otros países del hemisferio de una medida mayor que podrían beneficiarse probablemente en en la Unidos búsqueda de los requisitos establecidos por Estados orien oi (la estabilidad macroeconómica, las políticas comerciales formación tadas hacia afuera, la participación en el GATr), que de la sí mismo. en Unidos Estados de un acuerdo de libre comercio con regional experimento En efecto, si el TLC prepara el escenario para un resultar menos de comercio administrado, los países excluidos pueden perjudicados que los participantes en esta iniciativa minflateral. Susan M. Collins El ensayo de Primo Braga aporta un resumen claramente intere sante y útil de algunas de las probables Implicaciones del n.c para el resto del mundo. Estas consideraciones indican que, en general, el TLC tendrá escaso efecto en los países no miembros. Estoy de acuerdo con la mayoría de las afirmaciones de Braga. Sin embargo, siento que ha omitido algunos de los aspectos más provocativos y potencialmente importantes de la cuestión, aspectos que no se incluyen fácilmente en los modelos de equilibrio general compu table. Un examen más detemdo de estas cuestiones adicionales podría ayudar a explicar el hecho de que algunos países y algunos grupos de Interés se opongan con tanta energía al tratado. Alter nativamente, el papel de abogado del diablo podría ayudar a des pejar algunas de las preocupaciones expresadas por quienes se oponen al TLC. En mis comentarlos resumiré brevemente las con clusiones principales del ensayo y luego pasaré a un análisis más especulativo de algunas de estas cuestiones omitidas. El ensayo llega a tres conclusiones. Primero, es probable que sean escasos los efectos económicos del uc en los países no miembros en su conjunto. El ensayo explica claramente esta conclusión, señalan do que la liberalización implicada de las barreras arancelarias y de otra índole no tenderá a generar una desviación significativa del co mercio. En segundo lugar, sin embargo, el acuerdo podría tener un efecto significativo en productores o consumidores en algunas in dustrias como la del azúcar y la de textiles. El ensayo podría haber profundizado más para explicar de qué tenderán a depender estos resultados. Tercero, debería evaluarse el efecto en grupos de países especificos en términos de la continuación de relaciones económicas con países miembros del TLC. En particular, es posible que se hayan exagerado las preocupaciones de que los países caribeños sean per judicados por el TLC en vista de que la CARICOM (la Comunidad Cari beña) yios países centroamericanos han firmado ya acuerdos marco con Estados Unidos —el primer paso para la negociación de acuerdos OBSERVACIONES FINALES este ensayo es La conclusión básica de la bibliografia reseñada en el resto del que el efecto global del Tratado de Libre Comercio en un co mundo no debe ser significativo, si el acuerdo promueve el existe embargo, Sin mercio más libre entre sus participantes. comercio de peligro de que el TLC se convierta en una iniciativa discriminato administrado (donde se destaque la administración de un esfuerzo ria de las reglas de origen y las cuotas), en lugar En este preferencial. por liberalizar al comercio sobre una base significativas escena-rio el TLC puede tener implicaciones negativas para los países miembros y para todos los demás. esencialmente Las implicaciones sistémicas del ‘lic dependerán un movi como ‘nc el del formato fmal del tratado. Si se percibe será un que miento liberalizadOr del comercio es más fácil decir Pero no avance hacia un orden comercial mundial más liberal. debe subestimarse su potencial destructivo. investigación de las Por último, en lo que respecta a la agenda de presta-rse aten implicaciones del ‘lic para el resto del mundo, debe flujos de capital ción a estos temas: el papel desempeñado por los discriminato en el contexto del TLC, el efecto de las reglas de origen del TLC influencia la miembros y rias en las empresas de los países no trasnacionale s. en las estrategias de inversión de las corporaciones 84WahIley, Regional Trade ArrangemefltS...”. op. dL, p. 50. 323 * 1 Traducción del inglés de Eduardo 1.. Suárez.