Servicio Litúrgico Dominical Santa Maria Madre de Dios(Ciclo B ) Edita: musicaliturgica.com 1 D E E N E R O 2 0 1 2 SANTA MARIA MADRE DE DIOS Abrimos una vez más el calendario de nuestras celebraciones religiosas confesando una verdad que nos sobrecoge, la maternidad de la Virgen María, Madre de Dios encarnado. Y lo hacemos con sencillez, aunque el proclamar tanta grandeza en una mujer es introducirnos en el fondo de los misterios de Dios misericordioso. Este es uno de los frutos de nuestra fe: creer en Dios Padre que envía a su Hijo para tomar carne en el seno virginal de María, y hacer de ello motivo de inmensa alegría, pues tenemos de verdad a Dios con nosotros. Y abrimos también el mismo calendario reconociendo las divisiones, intrigas, persecuciones, odios, terrorismo entre los hombres, entre los hijos de Dios y de la Virgen María. Tanto es el dolor y tanta la sangre que se derrama año tras año sobre la tierra, que hemos de clamar por la paz, por la fraternidad, por la solidaridad entre nosotros. ¡Ayúdanos, María, Madre! LITURGIA DE LA FIESTA DE SANTA MARIA (CICLO B) PRIMERA LECTURA Lectura del libro de los Números 6, 22-27 El Señor habló a Moisés: "Di a Aarón y a sus hijos: Ésta es la fórmula con que bendeciréis a los israelitas:'El Señor te bendiga y te proteja, ilumine su rostro sobre ti y te conceda su favor. El Señor se fije en ti y te conceda la paz.' Así invocarán mi nombre sobre los israelitas, y yo los bendeciré." . SALMO 66, 2-3. 5. 6 y 8 (R.: 2a) R/ El Señor tenga piedad y nos bendiga El Señor tenga piedad y nos bendiga, / ilumine su rostro sobre nosotros; / conozca la tierra tus caminos, / todos los pueblos tu salvación. R. Que canten de alegría las naciones, / porque riges el mundo con justicia,/ riges los pueblos con rectitud / y gobiernas las naciones de la tierra. R. Oh Dios, que te alaben los pueblos, / que todos los pueblos te alaben. / Que Dios nos bendiga; / que le teman hasta los confines del orbe. R. SEGUNDA LECTURA Carta de S. Pablo a los Gálatas 4, 4-7 Hermanos: Cuando se cumplió el tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la Ley, para rescatar a los que estaban bajo la Ley, para que recibiéramos el ser hijos por adopción. Como sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo que clama: «¡Abba! Padre.» Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si eres hijo, eres también heredero por voluntad de Dios. Popular Bendición irlandesa, «Que el camino surja a tu encuentro. Que el viento esté siempre a tu espalda. Que el sol brille cálidamente sobre tu cara. Que la lluvia caiga suavemente sobre tus campos. Que Dios te guarde en la palma de su mano. Que tu vida esté llena de amor, porque sin amor nada somos». Amigos lectores, ¡Feliz año 2012! « CANTOS PARA LA CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA (Todos estas canciones se pueden descargar en WWW.MUSICALITURGICA.COM) Entrada: Hoy la paz bajó del cielo (Apendice ) Adeste fideles: CLN 51; Queremos construir una ciudad en paz CLN-732; Madre del Salvador CLN-313Introito: (En latin) Salve sancta parens Gloria: De Palazón ; Se podría cantar la Misa de la Virgen : Cum iubilo. Salmo y Aleluya: El Señor tenga piedad y nos bendiga (Propio). Ofertorio: Salve madre CLN 309; Santa Maria (Liturgia de las Horas) Navidad Nº 21; Santa maria del Amen CLN 312; Santo:de Palazon: Comunión: Altísimo Señor (Cantos varios) ; Se alegra mi espiritu (Cantos varios) Noche de Dios CLN 53; Final: La Virgen sueña caminos CLN 16 Alma Redemptoris(L de las Horas; Adviento El nombre de Jesús quiere decir «liberador». Con ello se aludía a Moisés que fue el liberador del pueblo de Israel contra la opresión faraónica. El cristianismo, pues solamente se comprende desde un serio compromiso de liberación humana en todos los aspectos. EVANGELIO San Lucas 2, 16-21 En aquel tiempo, los pastores fueron corriendo a Belén y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que les habían dicho de aquel niño. Todos los que lo oían se admiraban de lo que les decían los pastores. María conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón. Los pastores se volvieron dando gloria y alabanza a Dios por lo que habían visto y oído; todo como les habían dicho. Al cumplirse los ocho días, tocaba circuncidar al niño, y le pusieron por nombre Jesús, como lo habla llamado el ángel antes de su concepción. SANTA NAVIDAD Mas no habrá siempre oscuridad (…) El pueblo que caminaba en las tinieblas ha visto una gran luz; sobre los que habitaban en el país de la oscuridad ha brillado una luz. (…) Porque el yugo que pesaba sobre él, la barra sobre su espalda y el palo de su carcelero, todo eso lo has destrozado como en el día de Madián. Porque todas las botas usadas en la refriega y las túnicas manchadas de sangre, serán presa de las llamas, pasto del fuego. Porque un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado. La soberanía reposa sobre sus hombros y se le da por nombre: Consejero maravilloso, Dios fuerte, Padre para siempre, Príncipe de la paz. Su soberanía será grande, y habrá una paz sin fin para el trono de David y para su reino; él lo establecerá y lo sostendrá por el derecho y la justicia, desde ahora y para siempre. El celo del Señor de los ejércitos hará todo esto”, Excita, Domine, potentiam tuam, et veni!. Con mucha frecuencia, también en nosotros la fe está dormida. Pidámosle, pues, que nos despierte del sueño de una fe que se ha cansado y que devuelva a esa fe la fuerza de mover montañas, es decir, de dar el justo orden a las cosas del mundo, (Benedicto XVI, 20 de diciembre de 2010) Dios de luz, bendito seas por cada mañana y por cada año nuevo, promesa de vida y de renovación. Bendigamos al Señor Dios de ternura, bendito seas por el corazón de cada hombre y por las manos que se abren en señal de paz. Dios y Padre de Jesucristo, bendito seas, más aún, por la mirada de tu Hijo, reflejo insondable de tu amor. ¡Bendito, glorificado y santificado seas por Aquel que abrazó nuestra carne y nos transfigura en tu luz! Que con tu Iglesia te canten los ángeles en los cielos, pues tú eres el Dios de lo infinito y el Dios de toda ternura, y es a Ti a quien aclamamos. Señor Jesucristo, tu nacimiento fue la aurora de una paz nueva para los hombres que tú amas. Mira una vez más el amor que tú mismo has depositado en el corazón de tu Iglesia, y, para que en este nuevo año pueda ella cantar tu gloria, dígnate unir nuestras manos en la unidad y en la alegría. Quédate con nosotros, Emmanuel, y danos una paz que dure por los siglos y siglos sin fin.