Lima, primero de septiembre Del dos mil ocho.‐ LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA, vista la causa número tres mil quinientos veintiocho – dos mil siete, en audiencia pública de la fecha y producida la votación correspondiente, emite la siguiente sentencia: MATERIA DEL RECURSO.‐ Se trata del recurso de casación interpuesto por Memcorp Inc, a fojas ciento setenta y dos, contra la resolución de vista de fojas ciento sesenta y cuatro, su fecha catorce de marzo del dos mil siete, expedida por la Quinta Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, que revoca la resolución apelada de fojas ochenta y nueve, su fecha doce de abril del dos mil seis, en el extremo que declaró infundada la excepción de falta de legitimidad para obrar del demandante; reformándola la declara fundada y, en consecuencia, nulo todo lo actuado y concluido el proceso; en los seguidos por Memcorp Inc. contra Patricia Marcela Derteano Velarde, sobre rescisión de contrato. FUNDAMENTOS DEL RECURSO.‐ Esta Sala Suprema mediante resolución de fojas veintiocho del presente cuadernillo, su fecha veinticuatro de octubre del dos mil siete, ha estimado procedente el recurso por las causales de interpretación errónea de una norma de derecho material, inaplicación de una norma de derecho material y contravención de las normas que garantizan el derecho a un debido proceso, previstas por los numerales primero, segundo y tercero del artículo trescientos ochenta y seis del Código Procesal Civil. La empresa recurrente ha manifestado, como sustento de su recurso que: 1) la Sala Civil interpreta erróneamente el artículo mil doscientos diecinueve del Código Civil. al considerar que la rescisión por lesión es una pretensión cuya planteamiento esta restringido a las partes que celebran el contrato de compraventa y que no corresponde que sea ejercida por los acreedores del lesionado, no reconociendo así la acción subrogatoria a favor del acreedor, con relación a su deudor que es lesionado en un contrato de compra venta, en razón de que el acreedor no ha celebrado el acto jurídico objeto de lesión, señala que la interpretación correcta de la norma denunciada sí reconoce la legitimidad activa extraordinaria a favor del acreedor, que es la manifestación procesal de la acción subrogatoria, que faculta al acreedor para ejercer los derechos de su deudor, en vía de acción o para asumir su defensa; 2) se ha inaplicado el artículo mil cuatrocientos cincuenta y cinco del Código Civil, para efectos de descalificar su legitimidad activa y permitir que el presente proceso continúe, si la pretensión de rescisión trata del ejercicio legítimo de su derecho a proteger su crédito, cuyo ejercicio no conoce otra restricción o improcedencia que la prevista en la norma denunciada; 3) se ha transgredido el derecho de motivación de las resoluciones judiciales, desde que la Sala ampara su decisión en la invocación de hechos que no forman parte de la pretensión impugnatoria del apelante, siendo incongruente; si se tiene en cuenta que los demandados. en sus recursos de apelación nunca expresaron ninguna clase de cuestionamiento sobre la existencia de la deuda que los vincula con el acreedor. CONSIDERANDO: Primero.‐ Que, antes de absolver las denuncias postuladas por el recurrente conviene hacer un breve recuento de lo acontecido en el proceso. En tal sentido, se aprecia que a fojas cincuenta y nueve del expediente principal acompañado, la empresa Memcorp Inc. interpone demanda a fin de que se declare la rescisión del contrato de dación en pago otorgado mediante escritura publica de fecha quince de agosto del dos mil tres y celebrado por los demandados, la sociedad conyugal de Francisco Garibaldi Casalino Patricia Derteano Velarde, como parte transferente y Jorge Mc. Farlane Aguilera como adquirente, mediante el cual manifestaron su voluntad de transferir la propiedad del inmueble sito en José León Barandiaran número ciento uno y ciento nueve, Urbanización la Portada de la Planicie – La Molina. Asimismo, solicita la invalidez de la inscripción registral y, como consecuencia de ello, se ordene la cancelación de dicho asiento. Manifiesta que es acreedora del demandado Francisco Garibaldi Casalino, en virtud de dos pagarés aceptados por dicho emplazado a su favor; asimismo, que el precio que pagó como contraprestación el adquirente en el acto jurídico mencionado anteriormente fue de setenta mil dólares americanos, siendo que el bien está valorizado en doscientos noventa y cinco mil cuatrocientos seis dólares americanos, desproporción que constituye el elemento objetivo de la figura de lesión, por lo cual la recurrente está legitimada para plantear la acción incoada en autos, en ejercicio de su calidad de acreedor y de la acción subrogatoria que le reconoce el Código Civil en su artículo mil doscientos diecinueve, inciso cuarto. Segundo.‐ Que, realizado el emplazamiento de ley, a fojas cuatro del cuaderno de excepciones, la codemandada Marcela Patricia Derteano Velarde deduce excepción de falta de legitimidad parar obrar de la demandada; asimismo, a fojas quince, el codemandado Francisco Garibaldi Casalino deduce excepciones de falta de legitimidad para obrar del demandante y de caducidad; por su parte, a fojas treinta, el codemandado Jorge Walter Mc Farlane Aguilera deduce las excepciones de falta de legitimidad para obrar del demandante, de falta de legitimidad para obrar del demandado y de caducidad; finamente, a fojas sesenta y ocho, la litisconsorte pasiva Sonia Aida Ravello Venegas formula excepción de falta de legitimidad para obrara de la demandada. El juez de la causa resuelve las excepciones formuladas mediante auto de fojas ochenta y nueve, del cuaderno mencionado, su fecha doce de abril del dos mil seis, declarando fundada la excepción de falta de legitimidad para obrar de la demandada planteada por la codemandada Marcela Derteano Velarde; infundada la excepción de falta de legitimidad para obrar del demandante, infundada la excepción de caducidad, fundada la excepción de falta de legitimidad para obrar del demandado, planteadas por Francisco Garibaldi Casalino; infundada la excepción de falta de legitimidad para obrar del demandante, infundada la excepción de falta de legitimidad para obrar del demandado e infundada la excepción de caducidad, planteadas por Walter Mc Farlane Aguilera; fundada la excepción de falta de legitimidad para obrar de la demandada planteada por Sonia Aida Ravello Venegas; en consecuencia, ordena la suspensión del proceso, otorgando el plazo de cinco días a fin de que la demandante cumpla con lo previsto por el artículo cuatrocientos cincuenta y uno, inciso cuarto del Código Procesal Civil. Tercero.‐ Que, apelada la mencionada resolución, el Superior Colegiado, mediante resolución de vista de fojas ciento sesenta y cuatro, su fecha catorce de marzo del dos mil siete, la revoca en el extremo que declara infundada la excepción de falta de legitimidad para obrar del demandante; reformándola, la declara fundada y, en consecuencia, nulo todo lo actuado y por concluido el proceso, señalando que carece de objeto pronunciarse sobre las demás excepciones. Cuarto.‐. Que, absolviendo los cargos formulados por la empresa recurrente, cabe pronunciarse en primer lugar sobre la causal in procedendo; en tal sentido, se advierte que la recurrente ha denunciado la transgresión del derecho de motivación de las resoluciones judiciales, desde que la Sala ampara su decisión en la invocación de hechos que no forman parte de la pretensión impugnatoria del apelante, siendo incongruente, si se tiene en cuenta que los demandados. en sus recursos de apelación nunca expresaron ninguna clase de cuestionamiento sobre la existencia de la deuda que los víncula con el acreedor. Quinto.‐ Que, la motivación de las resoluciones judiciales es una garantía de la función jurisdiccional y, en nuestro ordenamiento jurídico está regulado por los artículos ciento treinta y nueve, inciso quinto, de la Constitución Política del Estado, ciento veintidós, inciso tercero, del Código Procesal Civil, artículo doce de la Ley Organica del Poder Judicial, una motivación comporta la justificación lógica, razonada y conforme a las normas constitucionales y legales señaladas, así como con arreglo a los hechos y petitorios formulados por las partes; por consiguiente, una motivación adecuada y suficiente comprende tanto la motivación de hecho o in factum (en el que se establecen los hechos probados y no probados mediante la valoración conjunta y razonada de las pruebas incorporadas al proceso, sea a petición de parte como de oficio, subsumiéndolos en los supuestos fácticos de la norma), como la motivación de derecho o in jure (en el que selecciona la norma jurídica pertinente y se efectúa una adecuada interpretación de la misma). Por otro lado, dicha motivación debe ser ordenada, fluida, lógica; es decir, debe observar los principios de la lógica y evitar los errores in cogitando, esto es, la contradicción o falta de logicidad entre los considerandos de la resolución. Sexto.‐ Que, examinada la resolución de vista impugnada, se advierte que el Superior Colegiado ha expuesto, entre sus fundamentos, que la parte demandante no ha acreditado tener una deuda reconocida judicialmente a su favor de parte de los supuestos deudores, emplazados Francisco Garibaldi Casalino y esposa; asimismo, que la facultad de solicitar la lesión es una facultad de los contratantes intervinientes en la contrato cuestionado, relación a la que es ajena la demandante, de ahí que ésta carece de legitimidad para obrar activa. Séptimo.‐ Que, al respecto debe señalarse que la legitimidad para obrar es conocida en la doctrina como una de las condiciones de la acción, debiendo concebirse no como una condición de admisión de la acción, sino como una condición para que el actor obtenga sentencia favorable. Consiste en que la acción sólo puede ser intentada por la persona o a nombre de la persona favorecida por la norma jurídica, por lo cual debe haber identidad entre la persona del actor y la persona favorecida por el orden jurídico. Aún más, la acción debe ser intentada contra la persona obligada (o su representante); de allí que la legitimidad para obrar o calidad puede ser activa y pasiva. Octavo.‐ Que, la norma del artículo mil doscientos diecinueve, inciso cuarto, del Código Civil señala que “es efecto de las obligaciones autorizar al acreedor parar… 4.‐ Ejercer los derechos del deudor, sea en vía de acción o para asumir su defensa, con excepción de los que son inherentes a la persona o cuando lo prohíba la ley. El acreedor para el ejercicio de los derechos mencionados en este inciso no necesita recabar previamente autorización judicial, pero deberá hacer citar a su deudor en el juicio que promueva”. Noveno.‐ Que, de un preliminar examen de la documentación adjuntada por la demandante a su demanda este Supremo Colegiado estima que se vislumbra la calidad de acreedor del demandante respecto del codemandado Francisco Abel Garibaldi Casalino, hecho que lo legitima para interponer la acción de rescisión por lesión incoada en autos, a juzgar por el contenido de la norma anteriormente glosada. Décimo.‐ Que, por consiguiente, hay falta de logicidad en la fundamentación del Ad quem cuando manifiesta que la empresa demandante carece de legitimidad para obrar; más aún cuando afirma que la demandante “no ha acreditado tener una deuda reconocida judicialmente a su favor de parte de los supuestos deudores, emplazados Francisco Casalino y esposa”, ya que tal tema debe ser materia de debate en el proceso y de pronunciamiento en la sentencia, mas no al resolver una excepción. Asimismo, existe falta de logicidad al señalar que “la facultad de solicitar la lesión es una facultad de los contratantes intervinientes en la compraventa [sic] en cuestión, relación a la que es ajena el demandante”; ya que resulta evidente que numeral mil doscientos diecinueve , inciso cuarto, mencionado legitima a la empresa demandante para ejercer la acción de rescisión por lesión. Undécimo.‐ Que, siendo así se concluye que se ha verificado la causal procesal denunciada. Duodécimo.‐ Que, por otro lado, debe señalarse que, el Colegiado Supremo que suscribe, en reiteradas ocasiones ha expuesto el criterio de que cuando si declara fundado el recurso por la causal procesal, estaría impedido de pronunciarse respecto a la causal material; no obstante, vista la particularidad del caso de autos e invocando el principio de economía procesal contenido en el artículo V del Título Preliminar del Código Procesal Civil, considera que debe apartarse de tal criterio y pronunciarse, en el caso de autos, sobre la causal material de de interpretación errónea del artículo mil doscientos diecinueve del Código Civil, denunciada por la recurrente; más aún, si se tiene en cuenta que está íntimamente ligada a la denuncia procesal, conforme se aprecia de los fundamentos expuestos anteriormente. Décimo tercero.‐ Que, en tal orden de ideas, se aprecia que al interpretar la norma del artículo mil doscientos diecinueve, inciso cuarto, del Código Civil, el Superior Colegiado ha concluido que “la parte demandante no ha acreditado tener una deuda reconocida judicialmente a su favor de parte de los supuestos deudores, emplazados Francisco Abel Garibaldi Casalino y esposa”. Sin embargo, haciendo una rigurosa interpretación, este Supremo Colegiado estima que ni la letra ni el espíritu de la citada norma exigen que el ejercicio del la acción de rescisión por lesión sea hecho por un acreedor que tenga una deuda judicialmente reconocida a su favor respecto de sus deudores. Por el contrario, de la norma en estudio fluye claramente que el acreedor (genéricamente considerado) puede ejercer los derechos de su deudor, sea en vía de acción o para asumir su defensa, salvo en los derechos intuito personae o cuando lo prohíba la ley “la acción de lesión puede ser promovida por los acreedores del vendedor, porque este no es un derecho inherente” Jorge Eugenico castañeda: El contrato de compra venta, pagina doscientos, Lima mil novecientos setenta; es decir, para ejercitar los derechos a que refiere esta norma no se requiere otra calidad que la de ser acreedor y en el caso de autos esta calidad se vislumbra de los documentos adjuntados a la demanda y en todo caso, es en el proceso donde se debe determinar finalmente si la empresa demandante es acreedora o no y si, por tanto, le asiste o no el derecho para ejercitar las acciones a que se refiere el susodicho artículo mil doscientos diecinueve, inciso cuarto del Código Civil. Décimo Cuarto.‐ Que, por tanto, se advierte que se ha verificado también la causal material denunciada de interpretación errónea, por lo cual corresponde a este Supremo Colegiado emitir un pronunciamiento de acuerdo a lo estipulado en el artículo trescientos noventa y seis, inciso primero del Código Procesal Civil, haciendo la salvedad que por tratarse la resolución recurrida de una que se ha pronunciado en encuaderno de excepciones, es decir no resuelve el fondo de la pretensión demandada, debe hacerse el reenvío respectivo. Por las consideraciones expuestas, Declararon: FUNDADO el recurso de casación interpuesto por Memcorp Inc, a fojas ciento setenta y dos, de cuaderno de excepciones; por consiguiente, CASARON la sentencia de vista de fojas ciento sesenta y cuatro, del cuaderno de excepciones, su fecha catorce de marzo del dos mil siete, expedida por la Quinta Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima; ACTUANDO EN SEDE DE INSTANCIA, CONFIRMARON la resolución apelada, de fojas ochenta y nueve, su fecha doce de abril del dos mil seis, en el extremo que declara infundadas las excepciones de falta de legitimidad para obrar del demandante deducidas por los codemandados; ORDENARON a la Sala Superior de su procedencia emita nuevo fallo pronunciándose sobre las demás excepciones propuestas, conforme consta en autos y se ha glosado en el considerando segundo de la presente resolución; DISPUSIERON la publicación de la presente resolución en el Diario Oficial “El Peruano”, bajo responsabilidad; en los seguidos por Mencorp Inc contra Patricia Marcela Derteano Velarde y otros sobre rescisión de contrato, Vocal Ponente el Señor Miranda Molina; y los devolvieron.‐ S.S. TICONA POSTIGO SOLIS ESPINOZA PALOMINO GARCIA CASTAÑEDA SERRANO MIRANDA MOLINA rsb Corte Suprema de Justicia de la República Sala Civil Transitoria CAS 3528‐2007 LIMA RESCISIÓN DE CONTRATO PAGE PAGE 3