COMENTARIO DE TEXTO DE AGUSTÍN DE HIPONA RESUELTO PARA LA PAEG [Contexto histórico] Agustín de Hipona vive en el siglo V d.C. donde contempla la decadencia y caída del Imperio romano de Occidente, con la consecuente llegada de la Edad Media. Será pues testigo del final del Mundo Antiguo y de la expansión y consolidación del Cristianismo en el continente europeo. [Tema/problemática] Respecto al tema, Agustín de Hipona se plantea los fundamentos que posibiliten la creación de una sociedad, estado o comunidad política a través de la consecución de la justicia basada en el cumplimiento de la ley de Dios (iusnaturalismo). [Enumeración de las ideas principales] Las ideas principales serían: la justicia en una sociedad depende de cumplir los mandatos divinos en donde el alma impere sobre el cuerpo y la razón sobre los vicios; del mismo modo, en esta sociedad ha de imperar la fe, que consistirá en obrar por amor a Dios, amando al prójimo como a uno mismo; en la ausencia de justicia no hay intereses comunes ni, por lo tanto, derecho; y sin justicia será, a fortiori, imposible la misma comunidad política. [Desarrollo de las ideas principales] La teoría política de Agustín de Hipona, conocida como agustinismo político, se basa en una completa fusión o indiferenciación entre religión y política, o entre derecho temporal y divino. El derecho natural que debe regir cualquier sociedad ha de ser el mandato divino revelado en las Sagradas Escrituras. Agustín de Hipona interpreta el cristianismo a través de la filosofía platónica (y, más concretamente, desde el neoplatonismo de Plotino), por lo que hereda el concepto de justicia de Platón. Como comienza el texto, para que en una sociedad reine la justicia el alma debe gobernar sobre el cuerpo. El alma racional, capaz de llegar a la Idea de Bien, entendida por San Agustín como Dios mismo, es la única capaz de tomar decisiones que nos encaminen a la consecución del bien. El cuerpo, al contrario, es la cárcel del alma, fuente de todo pecado, naturaleza dañada del hombre por el pecado original. Guiarse por el alma racional y apartarse de los impulsos del cuerpo es la única forma de obedecer a Dios. En la antropología, Agustín de Hipona va a dar mucha importancia a la facultad de la voluntad (frente al entendimiento o la memoria), porque para él, la voluntad como la capacidad de amar, es previa al entendimiento a la hora de actuar (voluntarismo). Para conocer, primero hay que tener fe (crede ut intelligas), es decir, amar a Dios (o al prójimo, que viene a ser lo mismo). Una vez que amamos, podemos conocer la auténtica verdad, es decir, a Dios mismo (razón y fe se confunden). Amando al prójimo estaremos obrando sin guiarnos por nuestros propios intereses, sino por el interés de los demás, es decir, por el bien común. Si obramos por el bien común podremos construir una sociedad justa. En La Ciudad de Dios, San Agustín distingue ente dos ciudades metafóricas: Babilonia, que simboliza al decadente imperio romano, una ciudad en la que no se obra por amor a Dios y, en consecuencia, no impera la justicia; y Jerusalén, ejemplo ideal de sistema político basado en la obediencia al derecho divino. Jersulalén sería el ideal de comunidad política, es más, tal y como se plantea en el texto, es la única posibilidad de comunidad política. Sin obediencia a Dios, no hay estado ni leyes posibles. [Relación entre las ideas principales] En cuanto a la relación de ideas, el texto está estructurado lógicamente como un condicional. Para la existencia de un pueblo o comunidad política se dan una serie de condiciones: en primer lugar, la consecución de la justicia. Para que ésta se dé hacen falta más condiciones: cumplir el mandato divino que, a su vez, consiste en que el alma domine sobre el cuerpo y la razón sobre los vicios. Y para que esto ocurra necesariamente deberemos actuar amando a Dios y al prójimo como a nosotros mismos.