Rosa Navarro Spanish 136 Papel Final Dec. 5, 2001 El destino en Lorca’s Bodas de sangre En Federico García Lorca’s Bodas de sangre las tradiciones que existen en la sociedad hacen mucho daño a los personajes. Lorca revela que son estas tradiciones problemáticas que existen en conflicto con el deseo individual. En esta obra Lorca critica como, en esta sociedad, el amor no es un requisito para el matrimonio. La boda entre la Novia y el Novio no es fruto del amor, sino de un trato económico entre los padres. El verdadero amor, que es el que existe entre la Novia y Leonardo, no se pudo materializar en boda a causa de las diferencias económicas que los separaban. Leonardo alude que no se pudo casar con la Novia, por ser él más pobre que ella cuando le dice: “¿Quién he sido yo para ti? Abre y refresca tu recuerdo. Pero dos bueyes y una mala choza son casi nada. Ésa es la espina” (p. 119). En contraste, en el cuadro tercero, la Madre del Novio y el Padre de la Novia hablan sobre como van a juntar sus tierras después del matrimonio de sus hijos, y se comunica que este es un matrimonio alcanzado mediante premisas económicas. Lorca critica este tipo de matrimonio, de tradiciones de la sociedad que pone limitaciones en la voluntad del individuo, y es por estas construcciones sociales que esta boda termina siendo una tragedia. La Madre es una de los principal protagonistas de la obra. Ella es una mujer que ha sufrido el dolor de ver morir trágicamente a su marido y a su hijo mayor, matados por miembros de la familia Félix, la familia de Leonardo. Por esto es que desde el comienzo de la obra podemos ver el miedo de la Madre a las navajas y a todo lo que puede cortar la vida de un hombre: “La navaja, la navaja...Malditas sean todas y el bribón que las inventó...Y las escopetas y las pistolas y el cuchillo más pequeño y hasta las azadas y los bieldos de la era” (p. 93-4). La Madre le dice a la Novia qué es casarse: “Un hombre, unos hijos y una pared de dos varas de ancho para todo lo demás” (p. 112). Aquí vemos las obligaciones de una esposa en esta sociedad tradicional son fidelidad al marido, atención a los hijos y cuidado de la casa. La idea que la fidelidad de una mujer a su marido ha de durar incluso después de la muerte se expresa en la primera escena cuando la Madre le dice a su hijo, “Sí. Yo miré a nadie. Miré a tu padre, y cuando lo mataron miré a la pared de enfrente. Una mujer con un hombre, y ya está” (p. 96). A través de las palabras de la Madre, Lorca expresa la moral cerrada del campo, un moral que se quiebra en esta obra con la huida de la Novia con Leonardo. El deseo y la pasión están presentes en la Novia y en Leonardo, a los que arrastran de forma irrefrenable. El lector se da cuenta que Leonardo y la Novia renunciaron su amor y se casaron con otros por razones de orgullo, o más bien, de despecho cuando Leonardo le dice a la Novia: “No me quedo tranquilo si no te digo estas cosas. Yo me casé. Cásate tú ahora” (p. 120). A pesar de su atracción mutua, es importante notar que ellos no llevaron intención de huir. Al contrario, a pesar de su atracción admitida, tuvieron toda intención de cumplir con la situación. La Novia revela lo terrible que se siente amar un hombre que, por su clase en la sociedad, no debe amar: Estas manos, que son tuyas, pero que al verte quisieran, quebrar las ramas azules y el murmullo de tus venas. ¡Te quiero! ¡Te quiero! ¡Aparta! Que si matarte pudiera, te pondría una mortaja con los filos de violetas. ¡Ay, qué lamento, qué fuego me sube por la cabeza! (pg. 151) Leonardo responde, resonando los mismos sentimientos: ¡Qué vidrios se me clavan en la lengua! Porque yo quise olvidar y puse un muro de piedra entre tu casa y la mía. … Que yo no tengo la culpa, que la culpa es de la tierra y de ese olor que te sale de los pechos y las trenzas. (pg. 151-2) Es obvio que en estos versos bellísimos que ninguno de los dos se siente culpable. Las violentas contracciones en estos versos muestran que Leonardo y la Novia no querían huir, sino que tuvieron que huir, impelidos por un destino incontrolable. En la escena final, la Novia insiste en su falta de culpa, y le dice a la Madre de Leonardo: “¡Tu hijo era mi fin y yo no lo he engañado, pero el brazo del otro me arrastró como un golpe de mar, como la cabezada de un mulo, y me hubiera arrastrado siempre, siempre, aunque hubiera sido vieja y todos los hijos de tu hijo me hubiesen agarrado de los cabellos” (p. 163). Aquí la Novia expresa en términos incondicionales cómo fue arrastrada por una fuerza superior. Esta fuerza que la arrastró no es la fuerza de Leonardo, sino la fuerza de atracción que los dos sienten mutuamente. También es importante de notar que ella insiste en su deseo de haberse casado con el novio, y que esta insistencia es necesaria para que la obra sea una obra trágica. Otra tema muy importante en esta obra es la honra. Para la Madre fue vital la reparación de la honra una vez que ésta se ha visto mancillada. Por eso, al enterarse de la huida de la Novia con Leonardo, ella fue la promotora de la venganza: Madre: Padre: Madre: ¡Anda! ¡Detrás! .... ¡pero sí, corre, y yo detrás! No será ella. Quizá se haya tirado al aljibe. Al agua se tiran las honradas, las limpias; ¡ésa, no! Pero ya es mujer de mi hijo. Dos bandos. Aquí hay dos bandos... ¡Fuera de aquí! Por todos los caminos. Ha llegado otra vez la hora de la sangre. Dos bandos. Tú con el tuyo y yo con el mío. ¡Atrás! ¡Atrás! (p. 140) Aquí se puede ver que a la Madre no le importa nada el hecho de que la Novia pueda conservar algo de honra después de su actuación; únicamente le preocupa la de su hijo. Pero en la escena final de la obra se puede ver cómo la Madre llega a tener sentido realista en empezar a dudar y cuestionar la importancia de la honra: Novia: Véngate de mí; ¡aquí estoy!....Honrada, honrada como una niña recién nacida. Y fuerte para demostrártelo... Madre: Pero ¿qué me importa a mí tu honradez? ¿Qué me importa tu muerte? ¿Qué me importa a mí nada de nada?... (p. 163) Ella se da cuenta de que la honra fue que termino quitándole su ultimo hijo y por eso la idea de honra ya no le importa, y especialmente no le importa la honra de la Novia porque en los ojos de la madre la honra de la Novia no le sirve para nada porque el Novio todavía quedó muerto. Finalmente, la Madre no verá realizados sus sueños de tener nietos. La muerte del único hijo le asegura la extinción definitiva de su casta. A lo largo de la obra se alude en numerosas ocasiones a la sequedad de la tierra y al calor que hay allí, hasta el punto de llegar a afirmar que ha habido que regar la tierra con lágrimas para que diera fruto. En contraste a esta tierra, se habla de otras tierras ricas, como aquellas de donde vino la madre de la Novia, o las tierras costeras de las que vienen los familiares del Novio. Durante la celebración de la boda, Lorca establece un contraste entre la alegría y la forma de bailar de la gente del mar y la seriedad y rigidez de carácter de los habitantes del interior. También, la naturaleza de la tierra se puede asociar al destino de alguno de estos personajes. Por ejemplo, al comienzo del acto segundo se afirma que la madre de la Novia procedía de tierras ricas, pero fue su destino el que la llevó a consumirse en las tierras en que ahora viven la Novia y su Padre. También parece que se asocia la permanencia en esas tierras a la infecundidad. Otra tema importante es eso del destino de la casta familiar. Mirando a las historias de las familias de la Novia y el Novio se puede ver una circularidad en los eventos que ocurren durante la obra. La madre de la Novia no quería a su marido, y igualmente la Novia no está enamorada con el Novio. El padre y hermano del Novio fueron matados por hombres de la familia de Leonardo, y al final de la obra la historia se repite con la muerte del Novio por Leonardo. Y con la muerte de su esposo y de Leonardo, la Novia se queda sola así como la Madre del Novio se quedo con la muerte de su esposo y de sus hijos. Es importante notar que esta guerra entre las dos familias refleja la tensión entre las clases sociales durante la época de Lorca, cual resulta en otra guerra civil. En una manera esta repetición de sangre derramada entre las dos familias, refleja la repetición de guerras civiles en la historia del país. Lorca usa mucho simbolismo en su obra para comunicar sus ideas al lector. El caballo de Leonardo funciona con una significación variada. En unas ocasiones sirve para expresar la pasión desbocada de la Novia y de Leonardo; y en los siguiente versos funciona como símbolo del destino que Leonardo no puede controlar: [...] pero montaba a caballo y el caballo iba a tu puerta. (p. 151) En estos versos Leonardo comunica que él perdio control cuando se montaba su caballo y que fue otro poder mas grande que él que lo digería. El caballa lucirá con “una fiebre de diamante”, iluminado por la luna, y crece en sus dramáticas proporciones hasta hacer decir al Novio: “No hay más caballo en el mundo y es éste”. El caballo también se asocia con el sexo y a la muerte; y siendo el vehículo de la huida, el caballo sirve como símbolo de la libertad y rebeldía contra la sociedad. En el personaje de la Mendiga se encuentra una representación alegórica de la muerte. En ella se pueden apreciar algunos características de presentar literariamente la muerte. Así, se observa la impaciencia y la prisa que tiene por llevar a cabo su trabajo- “Aquí ha de ser, y pronto, Estoy cansada.” (p. 146) - y la imposibilidad de que atienda a ningún tipo de petición o súplica (de los leñadores) para que desista de su empeño. En el acto tercero, el coro de leñadores cumplen la función de comentar el desarrollo de los hechos que se van produciendo. Ellos justifican la forma de proceder de Leonardo y la Novia, y solicitan a la Luna que permita a éstos tener su amor y suplican a la muerte que deje vivir a los dos hombres: Leñador 1.º ¡Ay muerte que sales! Muerte de las hojas grandes. Leñador 2.º ¡No abras el chorro de la sangre! Leñador 1.º ¡Ay muerte sola! Muerte de las secas hojas. Leñador 3.º ¡No cubras de flores la boda! Leñador 2.º ¡Ay triste muerte! Deja para el amor la rama verde. Leñador 1.º ¡Ay muerte mala! ¡Deja para el amor la verde rama! (p.149) Pero a pesar de las súplicas de los leñadores para que la muerte no ataque a los hombres, la Mendiga y la Luna disponen todo lo necesario para que ambos pierdan la vida. Esto se puede poner en relación con el destino ineludible que afecta a ambos personajes. La Luna representa el destino, y con ayudar a iluminar el camino para el Novio contribuye a realizar la muerte de los dos hombres. Es simbólico que la Luna es un “leñador joven con la cara blanca”, porque en la manera que un leñador corta árboles, la Luna, el leñador del destino, corta la vida de los hombres, cortando el árbol de la familia. En este sentido, con la ultima rama del árbol cortado con la muerte del Novio, la casta de la Madre termina porque ya no va a poder tener nietos. También a lo largo de esta obra se encuentra varias veces la presencia del número tres: el título de la obra tiene tres palabras; tres actos en la obra; el padre del Novio vivió tres años después de casarse; el Novio y la Novia llevan tres años de relaciones; el Novio menciona que se va a comprar tres trajes para la boda; los tres años que duraron las relaciones entre Leonardo y la Novia; son las tres de la madrugada como la hora en que se oyó el caballo de Leonardo en la ventana en la Novia; los tres leñadores; tres actos de violencia que resulta en tres muertos en la familia de la Madre. El simbolismo de el número tres en la obra es que representa el triángulo de amor (love triangle) entre el Novio, la Novia y Leonardo. También puede reflejar el destino, en el sentido que la muerte del Novio fue inevitable para cumplir con las tres muertes en su familia. Otra técnica que Lorca usa es la técnica del contraste, con que consigue establecer una serie de oposiciones o antitesis con que realza el contenido dramático de Bodas de sangre. Un ejemplo importante del uso de esta técnica es como la mayor parte de la obra transcurre en espacios cerrados- la casa del Novio, la casa de Leonardo, y la cueva de la Novia-, las cuales pueden funcionar como un símbolo del encierro de la mujer, al que se alude en numerosas ocasiones, especialmente por parte de la Madre. En contraste, el único espacio, abierto, el bosque, se asocia con la muerte de los hombres. Bodas de sangre es una de las obras que mejor ilustra una de las perspectivas del teatro de Lorca, aquella que comporta la visión del mundo como guiado por fuerzas supernaturales, por fuerzas ciegas. En Bodas de sangre, es obvio que Lorca es crítico de las tradiciones que existen en la sociedad que terminan en tragedia para los personajes. Con el uso de las varias técnicas discutidas, Lorca logra enseñar la polarización de la sociedad Española, que en ese tiempo estaba en el borde de una guerra civil.