Preguntas y análisis de la viñeta clínica. Seminarios: Vínculo y Psicoanálisis. Docente: Ana Mokszanski. ¿Cuales son las diferencias entre el objeto externo y el otro? El objeto externo supone reconocer al otro como externo, a quien se le realizan una serie de atribuciones, pero no implica pensar en lo que se produce en presencia con el otro, en el encuentro con su ajenidad y la posibilidad de dar lugar a su imposición. La presencia del otro genera una diferencia con respecto a lo ya representado del mismo o lo que pueda proyectar en él. El otro impone un trabajo al yo y por lo tanto se opone al narcisismo. “Cuando el objeto es proyectado en el otro, este se convierte en lo que se llama objeto externo y que es conceptualmente diferente de otro. Ocurre que el otro excede lo proyectado en él y es esa excedencia lo que se da a conocer como presencia que informa de esa ajenidad”1 “Se deberá diferenciar entre objeto externo y otro, dado que el primero se centra en el yo, de quien es su objeto, en tanto el segundo se opone al yo como su contrario, le ofrece la posibilidad de una característica novedosa, propone una presentación que excede la representación y lo enfrenta con la ajenidad.”2 ¿Qué se entiende por pensar desde el dos? Lo que se genera entre dos es una producción novedosa que no es efecto de la sumatoria de las características de cada uno de los que forman la pareja. Algo se produce de lo que no se puede dar cuenta a partir de las características previas o las representaciones previas que tiene cada uno. Supondría pensar en qué es lo que producen, qué es lo que hacen a partir de la ajenidad y la diferencia. Pensar en el entre, eso que se producen uno frente al otro. Los sujetos devienen otros en el vínculo y serían otros en otro vínculo. El vínculo es subjetivante y produce marcas impredecibles, que no tenían inscripción previa en los sujetos. 1 2 Berenstein, I. “Del ser al hacer”. Paidos. Ba.As. 2007. Pág.81. Berenstein, I. “Devenir otro con otros”. Paidos. Bs. As. 2004. Pág. 34. ¿Todo vínculo genera cambio? El vínculo supone que se produzcan nuevas marcas que no tienen inscripción previa, en presencia que hay algo del otro que se impone, obliga a hacer algo. Hay algo de la presencia del otro que necesariamente nos modifica. Se deviene otro con los otros y los otros devienen otros. La ajenidad del otro supone enfrentarnos a una diferencia que nos propone un trabajo, motor del vínculo. El lugar que se le de a la imposición del otro permitirá generar más o menos cambio. El vínculo supone algo a construir, a hacer con otros, por lo tanto supone cambio. ¿Solo hay vínculo en presencia? Es en presencia que el otro se impone y puede poner límite a las representaciones que se tienen del mismo. Tal es la diferencia entre vínculo y relación de objeto. Lo que se representa es la ausencia. El otro en presencia excede las representaciones que se pueden tener del mismo. En ausencia uno se queda con las representaciones que tiene del otro, solo se puede representar la ausencia. “No es posible el vínculo sin una relación de presencia, sin ella sería una relación de objeto, aquella que habita la interioridad del sujeto”3 ¿Qué puntos de introducción al narcisismo son interesantes como esbozo para pensar lo vincular? Podríamos pensar que le narcisismo es un obstáculo para dar lugar a la ajenidad del otro, la imposición del otro. Su no correspondencia con las representaciones que tenemos de él supone que para vincularnos debemos realizar una renuncia narcisista. Las diferencias que propone el otro en presencia hacen que debamos renunciar a aquello que esperamos y nos representamos del otro. Para poder “hacer con otro”, necesariamente debemos dejar un lugar para lo impredecible y la incertidumbre. 3 Berenstein, I. “Del ser al hacer” Paidós. Bs. As. 2007. Pág. 114. Análisis de la viñeta clínica. Se presenta una pareja que se enfrenta a un acontecimiento, algo irrumpe en el vínculo que no podía preverse y que no estaba inscripto, algo que hace marca y que hace que este ya no vuelva a ser igual. La escena comienza con María esperando que Roberto llegue del trabajo Ella parece adherida a cierta rutina, a una serie de rituales que se repiten cotidianamente. El llega del trabajo y ella lo espera con un whisky y la cena lista. Ella anticipa como va a llegar él, “ahora nomás viene cansado de trabajar”. Roberto le plantea la necesidad de hablar. “Necesito hablar contigo María”, ella responde interponiendo la cena a la conversación. Quizás presiente algo de lo que está por venir, y recurre a la repetición para evitar que se despliegue algo que puede ser del orden de la diferencia y la incertidumbre. Él le dice a ella que se siente diferente con respecto a su cuerpo, se siente mujer Para Roberto supone también algo nuevo, algo que desconocía de sí, “¿Como le digo esto?, ni yo me entiendo…” Ella al comienzo no lo puede escuchar y sigue como si nada. Él insiste, algo de la imposición, efecto de la presencia de Roberto, hace que María deba renunciar al mecanismo de negación con que enfrenta la situación en un primer momento. María responde apelando a lo que la pareja ha realizado hasta ahora, buscando mantener las cosas como estaban hasta el momento “Estamos casados hace 10 años.” Quiere volver a un estado de “bienestar” anterior, “lo podemos resolver, arreglar, hacer un viaje.” “Vamos a hacer cosas como en otras épocas.” Forma de no lidiar con lo novedoso y con la incertidumbre que esto supondría. Intenta buscar una causa a lo sucedido, una explicación. En este primer momento, priman los aspectos narcisistas que no permiten un hacer diferente, fundamentalmente en María, Roberto parece estar dispuesto a negociar con ella algunas cosas. María se encuentra perpleja, no puede representarse eso que Roberto le dice “No puedo creer lo que me estás diciendo”. Aquí la ajenidad se expresa como eso propio del vínculo que no se puede representar. Hay algo de lo que plantea Roberto que no coincide con las representaciones que María tenía de él. A su vez esto que sucede cambia el posicionamiento de él con respecto a María. A partir de aquí ya no son los mismos. María se encuentra ante el duelo por eso que se perdió de su pareja, eso que fue. Se pregunta cómo seguir. “¿Cómo hacemos con nuestra hija, nuestros padres.” “¿Cómo vamos a vivir? ¿Cómo hermanas?, ¿cómo amigas? Su identidad previa como esposa parece desmoronarse y experimenta el dolor de esta pérdida, pero a su vez vive como pérdida el lugar de Roberto como esposo y padre de su hija. Hay algo de la diferencia que está produciendo dolor en ambos. Roberto plantea que no quiere dejar la familia. “Sigo siendo el padre de nuestra hija”. Pero para María esto no parece una posibilidad, no ve otra manera de hacer como familia que la que han desarrollado hasta ahora. Para Roberto lo difícil es decirle a su hija, no está preocupado por la reacción de los demás. Mantener su lugar en la situación familiar anterior no es una posibilidad ya que lo vive como algo falso. “Vivir esta farsa ya no puedo”. El trabajo del terapeuta consistiría en acompañarlos en la exploración de esas diferencias y pensar en las posibilidades que pueden desplegar a partir de este acontecimiento, que es lo que pueden hacer a partir del mismo. Ya que en un primer momento parecen estar tan afectados en sus heridas narcisistas, que es difícil que puedan hacer algo con lo ajeno de otro. Quizás tratar de visualizar con ellos las singularidades de la situación evitando caer en categorizaciones, juicios o generalidades exteriores a lo que acontece entre ellos. Lo cierto es que hay cosas que aún pueden hacer desde el dos, entre ellos, por ejemplo como padres. Aunque a priori no podemos saber cual en qué derivara este esta situación, si el vínculo va a continuar y cómo, lo cual forma parte de la incertidumbre que supone la clínica y el hacer vincular. Bibliografía. - Berenstein, I. “Del ser al hacer” Paidós. Bs. As. 2007. - Berenstein, I. “Devenir otro con otros”. Paidos. Bs. As. 2004. - Freud, S. “Introducción del narcisismo”. (1914) Obras completas T XIV. Amorrortu editores.