Muñoz Castañeda María Fernanda Carrasco Sandoval Fanny Jacqueline Equipo 15 Demostrar cómo el proletariado ha luchado por obtener una jornada normal de trabajo. Exponer cómo es que el capitalista expolia la Fuerza de Trabajo. Explicar la manera en que disfrazan la explotación del trabajador mediante las leyes. La clase capitalista explota a la clase trabajadora. El capitalista se aprovecha de los errores de las leyes para hacer legal dicha explotación. La clase trabajadora es consciente de esta explotación y busca abolirla. El precio de las mercancías es igual a su valor. El dinero cumple la doble función de medida de valor y de patrón de precios. La jornada de trabajo tiene limites máximos y mínimos. La lucha por la jornada normal de trabajo. Leyes Coercitivas para la prolongación de la jornada laboral, de mediados del Siglo XIV a fines del Siglo XVII. La vida del Obrero no es otra cosa que Fuerza de Trabajo. El capital no solo transgrede los limites morales, sino también las barreras máximas puramente físicas de la Jornada laboral. Los limites de la Jornada laboral se dan por el mayor gasto diario posible de la Fuerza de Trabajo. El capitalista atrofia la Fuerza de Trabajo. El capital no tiene en cuenta la salud y la duración de la vida del obrero, salvo cuando la sociedad lo obliga a tomarlas en consideración. La libre competencia impone las leyes inmanentes de la producción capitalista, como ley exterior coercitiva. La fijación de una jornada laboral normal es el resultado de una lucha multisecular entre el capitalista y el obrero. El obrero se ve socialmente obligado a vender todo el tiempo de su vida activa debido al modo de producción capitalista desarrollado durante siglos. La lucha por la jornada laboral normal. Limitación legal coercitiva del tiempo de trabajo. Legislación fabril Inglesa de 1833-1864. Con esta ley se regulaba el trabajo infantil. La legislación estaba obligada a controlar directa y oficialmente el trabajo de adultos. La ley Fabril no fue producto del trabajo intelectual de los legisladores sino de la lucha del proletariado como ley natural del modo de producción moderno. A pesar de regular las jornadas laborales, los capitalistas revisaron las leyes y encontraron huecos donde no se regulaba el trabajo infantil por las tardes, y donde no se prohibía que el trabajador tuviese dos empleos para satisfacer sus necesidades, implementando un sistema de relevos falso. Conclusiones La clase capitalista, en su búsqueda de plusvalor, exprime a la clase de trabajadora, sin importar las consecuencias. La clase trabajadora busca que se respete su verdadero valor, y crea frentes contra el abuso de la burguesía. El establecimiento de la jornada de trabajo es resultado del forcejeo entre ambas clases antagónicas.