— 258 - plazo las mejoras co rresponden al promitente vendedor, En las ventas a salvo pacto en contrario Pueden acejDtarse las trasmisiones relacionadas, con lo cual el bien que perteneciendo totalmente a H. L. (solar y edificios). Como podría hacerse alguna objeción sobre la trasmisión de las mejo ras, conviene exponer ciertas consideraciones sobre el particular. Las construcciones del solar, fueron realizadas por J. C. P., primiti L cediéndole también vo promitente comprador, quien las permutó a G los derechos de la escrituración del terreno. Rescindida judicialmente la pro mesa de venta, por incumplimiento de la misma, de parte de los sucesores de L., el Juez, en la sentencia, adjudicó los edificios a L., previa tasación da . a cuenta de su crédito . , . puede plantearse es la siguiente: si se considerara que propiedad del promitente comprador, la sentencia no sería un título hábil para transferir el doniinio de los mismos al dueño del solar, puesto cjue, tratándose de un bien inmueble, era indispensable hacer lo en escritura pública. En mi opinión, tanto el constructor de los edificios, como el adquiren La cuestión que los edificios eran de de los mismos por permuta, no tenían sobre ellos un derecho real inmue ble, sino un crédito por su importe, contra el propietario del terreno, due te ño también de las construcciones levantadas accesión en él según los principios de la . En efecto, dice el Código Civil, en su inc. P : "El derecho superficie de la tierra, sino que se extiende por accesión a lo que está sobre la superficie, y a lo que está abajo" Y el art. 751 en su inc. 2° añade: "Si se ha edificado, plantado, sembrado a ciencia y paciencia del dueño del terreno, será éste obhgado, para recobrar lo, a pagar el valor del edificio, plantación o sementera. de propiedad no se art- limita 748 del a la De lo expuesto se deduce claramente, que en un terreno edificado puede haber dos dueños, ya cjue los dos bienes, solar y construcciones, se lo, no separadamente. Y como, para nuestra ley, lo principal es el sue accesorio los edificios, es lógico que al dueño del primero pertenez- conciben y lo no — ca totalidad,, quedando sólo la levantó los un ■259 — crédito por lo invertido, a favor del que segundos. modificado, sino confirmado en la ley de ena plazos, del 17 de junio de 1931. En su art. 25 al tratar de la resolución de la promesa por incumplimiento del promitente se podrá, por vía de reconvención reclamar las me comprador, dice : joras útiles y necesarias verificadas por el adquirente durante la vigencia del contrato. A falta de estipulación (art. P, inc. G) se estimarán por pe ritos. El peritaje será de cargo del moroso. La sentencia decidirá conjun tamente sobre el valor y dominio de las mejoras. Si el enajenante no pre fiere adcjuirirlas por el valor de tasación, se venderán en subasta el bien y las mejoras". Como puede verse, la sentencia que adjudicó, al Sr. L. los edificios del bien, a cuenta de su crédito cumplió estrictamente la ley de 1931. En cuanto al derecho real que se acuerda al promitente comprador, por el art- 15 de la ley citada, cuando la promesa ha sido inscripta en el regis tro correspondiente, no es realmente un derecho de dominio sobre el bien, "a la cosa", sino "contra la cosa" una protección especial que se acuerda a su Dicho criterio jenación no de inmuebles ha sido a " crédito . Finalmente, la ley de setiembre ciones un ro en los jDlazos, tratamiento más para el benévolo, sin variar el carácter de 20 de 1933, que estableció modifica de resolución de la promesa, sólo otorgó los adquirentes que hubieran edificado, pe caso a su derecho. Por lo tanto debe considerarse que la sentencia; al decir de su parte dispositiva, que "el precio fijado a las mejoras en el inciso imputará a la multa que se establece en el apartado anterior", no ha transferido el dominio de éstas al dueño del solar puesto que éste era propietario de ellas, por accesión. Sólo se efectuó una compensación entre los créditos respecti vos del enajenante y del promitente comprador. Por otra parte, según me ha anunciado el Escribano Davinson Lenoble, el propietario Sr. L., venderá el bien a los sucesores L., únicos que podrían reivindicai'Tos edificios, con lo cual desaparecería todo peligro pa B) ra se el Banco. Dada la entidad del asunto, y la circunstancia de que pueda repetirse en la práctica dei Banco, considero conveniente se pase a la Sala de Abogados, para que se siente su criterio general. frecuentemente Aug-usto El gados precedente Costa dictamen fué Pertile, Asesor Jurídico del acejDtado íntegramente y por el Directorio del Banco. B. Hipotecario. por la Sala de Abo