Tabaco y sol, factores que influyen en el envejecimiento de la piel Las consecuencias del sol en la piel de los fumadores son peores que en la de los no fumadores, porque el tabaco agrava su envejecimiento y produce una mayor sequedad, arrugas y manchas en la dermis La nicotina eleva la presión sanguínea y reduce la producción de estrógenos y de absorción de vitamina A; lo que provoca la alteración de los niveles de colágeno y elastina en la piel acelerando así su envejecimiento Madrid, 1 de agosto de 2014.- Piscina, playa, terrazas, arena y sol son palabras que nos recuerdan que ha llegado el verano y es hora de descansar y disfrutar. Pero, las ganas de estar tumbados bajo el sol o realizar actividades al aire libre en la época estival pueden empeorar considerablemente el aspecto de la piel, especialmente en el caso de los fumadores. La radiación ultravioleta es un factor importante en la aceleración del envejecimiento de la piel, junto con el tabaquismo. De hecho, fumar durante 10 años seguidos acelera hasta 2 años y medio el desgaste de la piel. En este sentido, cada calada contiene unos dos billones de radicales libres responsables del proceso continuo de oxidación y envejecimiento prematuro. Fumar provoca la disminución de la circulación sanguínea en todos los tejidos, influyendo negativamente en la elasticidad de la piel, este desgaste hace más visibles los músculos faciales por la erosión de su envoltorio, en la aparición de marcas de expresión, especialmente alrededor de la boca. Además, las arrugas ganan en profundidad, la piel presenta una mayor sequedad, aparecen manchas en la dermis y la piel tiene una menor capacidad de recuperación ante quemaduras solares. “Cuando nos exponemos al sol, se reduce la producción de melanina, colágeno y elastina en nuestra piel. Además, en el caso de los fumadores, el tabaco contribuye al envejecimiento prematuro al estar cargado de radicales libres que, además de reducir hasta un 50% la capacidad antioxidante de la sangre, centran su acción nociva de modo especial sobre las células de la piel” apunta la doctora Marta Banqué del Servicio de Epidemiología y Evaluación del Hospital del Mar (Barcelona). Concretamente, la nicotina eleva la presión sanguínea y reduce la producción de estrógenos y de la absorción de vitamina A; de manera que se alteran los niveles de colágeno y elastina, acelerando así el envejecimiento de la piel. Además, al reducir el flujo sanguíneo se produce una alteración negativa sobre la cantidad de oxígenos y nutrientes esenciales que la piel necesita para alimentarse. 1 El sol puede agravar algunas consecuencias del tabaco como la aparición de arrugas muy marcadas como es el ‘código de barras’ alrededor de los labios. Esto es debido a la contracción que se produce en esta zona al dar una calada. También las arrugas que se forman en el contorno de los ojos como consecuencia de entrecerrarlos repetidamente para evitar la entrada de humo. Estas consecuencias son más acusadas en las mujeres, en este sentido, la Dra. Banqué señala “la dermis femenina es más delicada y la sobre exposición al sol es mucho más frecuente. Además en las mujeres tiene lugar una disminución de los estrógenos que facilita la sequedad y atrofia cutánea que también disminuye la cantidad de vitamina A absorbida por la piel. La combinación de estos efectos ocasiona que la piel del fumador presente un aspecto apagado, sin brillo e incluso grisáceo más acentuados en la mujer”. Beneficios de dejar de fumar sobre la piel Aunque no se conoce si dejando de fumar se pueden recuperar todos los daños en la piel acumulados con el paso del tiempo y aunque el desgaste es irreversible. Al dejar de fumar, disminuirá la acumulación de radicales libres y mejorará la circulación periférica logrando así revertir, en parte, el daño provocado. Según la Dra. Banqué “la piel es el primer órgano que muestra síntomas de recuperación al eliminar el tabaco ya que se desintoxica sola y al cabo de poco tiempo recupera su esplendor”. Y añade: “dejar de fumar conduce hacia un cambio de estilo de vida en el que todos los médicos y demás profesionales de la salud podrían tener un doble papel: ayudar a dejar de fumar y revertir, en la medida de lo posible, los cambios producidos”. Pfizer, Trabajando juntos por un mundo más sano Fundada en 1849, Pfizer es la mayor compañía biomédica que impulsa nuevas iniciativas en favor de la salud. En Pfizer, descubrimos, desarrollamos y ponemos a disposición de los pacientes y de los profesionales sanitarios medicamentos eficaces, seguros y de calidad, para tratar y ayudar a prevenir enfermedades de personas. 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