Suplemento electrónico semanal de la Coordinación de Comunicación Social, UAZ, No. 121 La mayoría de los Premios Nobel de Medicina han utilizado animales en sus experimentos • El tema del maltrato sólo se utiliza en momentos políticos coyunturales”: Pedro Martínez Arteaga Es posible que en el transcurso de algunos años puedan ser tratadas con éxito enfermedades degenerativas que hasta el momento no se pueden curar. Esto, gracias al avance de las ciencias y a las investigaciones de los Premios Nobel de Medicina 2012, John B. Gurdon y Shinya Yamanka, quienes descubrieron, cada uno por su parte, que las células maduras pueden ser reprogramadas y generar diferentes líneas celulares. Al respecto, comenta el Doctor en Veterinaria, Pedro Martínez Arteaga, que en el transcurso de la historia, los animales han servido para el desarrollo científico y tecnológico y para el bienestar de los humanos, proceso en el cual, los animales de experimentación han sido claves en el desarrollo de las investigaciones, en el diagnóstico y en las reacciones ante la aplicación de productos farmacológicos. Gracias “a los benditos animales” que se han utilizado en los experimentos es que el desarrollo tecnológico nos ha dado una esperanza de vida de 20.8 años más a los seres humanos, que si se suman al impacto de los logros científicos que se han logrado en química y física esto se traduce en 40 años más de esperanza de vida para los seres humanos, dice en entrevista el docente-investigador de la Universidad Autónoma de Zacatecas. Con un ejemplo más claro y reciente, el doctor Martínez Arteaga pone de manifiesto la importancia de los animales en el laboratorio: Hace dos años una grupo de investigadores franceses obtuvo de Monsanto (compañía norteamericana que ha hecho mucha ingeniería genética y de organismos transgénicos), dos toneladas de maíz “creo que es el 10/97”, el cual fue la base alimenticia para ratas y ratones que han resultado con tumores malignos en riñón, hígado, mamas y ganglios. Lo que nos está diciciendoo esta noticia, que tiene como 20 días que se dio a conocer en las redes de Internet, “es: ‘Cuidado señores, la bioética del medio ambiente está siendo violentada, los granos están siendo manipulados genéticamente’ gracias a esos animales sabemos que a la vuelta de diez o 15 años nosotros o nuestros hijos estaremos presentando cáncer a través de lo que nos estamos comiendo. Vamos a Sam’s, vamos a Soriana, vamos a Walmart y las letras chiquitas no nos dicen de qué esta hecho, y si lo ves con una lupa nos dice que este producto es de origen transgénico”. Pedro Martínez Arteaga vuelve al tema de los Premios Nobel para comentar que en el año 2011 se cumplieron 110 años que se han otorgado anualmente los Premios de Medicina ó Fisiología (a excepción de ocho en los que se declaró desierto y de otros tres en los que la Alemania Nazi invadió Estocolmo), y que en este lapso, 80 de los 102 investigadores galardonadas (tomando en cuenta que a veces no ha ganado el Premio una sola persona), han utilizado animales con el nombre de reactivos biológicos. A propósito, el tema fue abordado por Martínez Arteaga en el XXIV Congreso Nacional de Anatomía, como único conferenciante magistral de la Universidad Autónoma de Zacatecas que se presentó en la reunión celebrada a prin- cipios de octubre en la UAZ. De igual manera, comenta que de forma más extensa, será objeto de un libro que piensa publicar próximamente “con la esperanza de que en la UAZ se aplique una política editorial más agresiva”. Entre la variedad de ejemplos que publicará Pedro Martínez, se señalan el caso de Alexis Carrell, cuyas prácticas con animales desembocan en las plastias arteriales y venosas para acabar con infinidad de casos de amputación, y los trabajos de Teodoro Kocher que ofrecen alternativas en la terapéutica quirúrgica, concretamente en alteraciones relacionadas con patologías de tiroides. El integrante del Comité de Bioética, de la Asociación Nacional de Ciencia y de Animales de Laboratorio, coincide con el filósofo Immanuel Kant para quien los humanos son los hermanos mayores de la evolución y, siendo seres racionales y concientes, tienen la obligación de procurar el bienestar de los animales. En ese sentido, hace la diferencia y señala que el uso científico de animales en el laboratorio no es un acto de crueldad. Comenta que aprendió en Europa a tratar a los animales como en una especie de ritual, concientes que se van a utilizar pero para un fin noble en el que se beneficiarán los seres humanos e, incluso, los propios animales. Pedro Martínez fue colaborador en la elaboración de la Ley de Protección y Bienestar Animal en el Estado de Zacatecas, porque considera que hay una relación directa entre la forma de tratar a un animal y el trato que se le da a una persona. Y, como bien lo dice Teodoro Kocher, la la cirugía es la misma y lo único que cambia es el paciente sobre el cual se realiza (humanos o animales). Habla del caso particular de los alumnos de medicina en la UAZ, señalando que desde el principio se les enseña que ahí inicia el buen trato y el respeto al paciente; la educación en técnicas quirúrgicas y la relación con la muerte, porque “hay estudiantes que a veces “se chocan” emocionalmente de ver que su paciente se les murió y ¿qué va a pasar cuando se les muera un ser humano?”. Agrega que “también es un entrenamiento... yo digo eso –insiste- “no podemos estar jugando a la cirugía”. La invitación que nos hizo a nosotros de conocer el Laboratorio/quirófano, Pedro Martínez también se la hace a los políticos que alegan que existe violencia y maltrato hacia los animales en la Unidad Académica de Medicina Humana de la UAZ, específicamente en sus laboratorios, “ahorita andan muy moviditos porque viene la elección del 2013 y cada que va a haber un proceso electoral lo hacen, porque quieren verse en los periódicos, en la radio o en la televisión”. Para Pedro Martínez, “el tema del maltrato hacia los animales sólo se utiliza en momentos políticos coyunturales” y “poniendo nombre y apellido” dice que invita en especial a los del Partido Verde Ecologista y demás protectores de animales “a sentarse aquí conmigo dos horitas, les ofrezco un buen café y un lugar cómodo para que se den cuenta de lo que realmente se realiza y lo que esto implica”. El universitario asegura que no se vale tomar únicamente la bandera en procesos de elección y olvidarse, por ejemplo, de los problemas que traen los perros callejeros que pueden transmitir la rabia y muchos parásitos, que son un problema de salud pública. Insiste en que se quiten la “cerrazón” y que se den cuenta que a lo largo de la historia “han servido para el desarrollo tecnológico el desarrollo científico y el bienestar de los humanos, pero no solo para ellos sino de los propios animales”. No concuerda con la idea de que sea una crueldad, porque señala que no existe una conducta emocional de indiferencia o de obtención de placer con el sufrimiento, sino que este tipo de prácticas han contribuido al descubrimiento de antibióticos y a nuevas formas de atacar enfermedades virales, micóticas, parasitarias y bacterianas, así como al desarrollo de vacunas y aparatos de gran utilidad. Para finalizar, el entrevistado comenta que con el desarrollo tecnológico, hoy en día se pueden realizar experimentos en células, para lo cual se realizan cultivos y se obtienen porciones de piel, “con esto se pueden realizar muchas cosas, pero otras no, como capacitar para un trasplantes de hígado o corazón. Entonces, técnicamente se puede realizar, pero cuando existen problemas inmunológicos o de rechazo sólo con los animales lo podemos experimentar”. También explica que, en general, existen miles de animales de laboratorio, pero que la población sólo tiene “objeción de conciencia” con algunas especies como los gatos y los perros, que se debe a la convivencia durante miles de años (en el caso de los perros –dice- desde hace aquí que se da una selección natural en lo académico: 50 mil años y 15 mil ya domesticado), pero “si matan si pasas por aquí y te impacta mucho y no te gusta ¡que un cerdo, no te da lástima porque al rato vas a comer bueno!, por que es una forma de decidir yo quiero ser carnitas”. hematólogo, yo quiero ser salubrista, yo quiero ser internista, pero hay una gente que dice a mí me gustó tanto esto que aquí define, en el laboratorio, que la cirugía va a ser su proyecto de vida”. También explica que “los muchachos no juegan a la cirugía” y que si actúan con negligencia o maltratan a los animales “se toman dos decisiones inmediatas: Primero, está reprobado y segundo, deja de operar”, el que así actúe. Para el doctor es preferible que en determinado momento el joven tenga una objeción de conciencia y se niegue a operar a un animal “en cuyo caso no tenemos ningún derecho a obligarlo”, pero la experiencia a este nivel es importante porque “a mí no me gustaría que mañana o pasado que este joven esté en el hospital ante un derrame de una arteria, experimente en mi padre, en mi hermano, en mi madre o en un hijo porque no supo hacer la práctica a tiempo y entonces pasamos, de una negligencia que en su momento fue de tipo docente, por no capacitarlo, a una negligencia y muerte de seres humanos”. Pedro Martínez nos solicita utilicemos la vestimenta que se utiliza en laboratorio para evitar la contaminación exterior. Enseguida pasamos a observar y comprobar lo que nos dice el investigador: que se cumple con la Norma Oficial Mexicana que es la 062-ZOO-1999. Mientras tanto comenta que las prácticas que ahí se realizan quizá conviertan a ese laboratorio en el más caro de toda el Área de Ciencias de la Salud de la UAZ, porque se aplica anestesia, materiales de curación y suturas, por todo