“YO QUIERO LA PAZ, PERO NO QUIERO EL OLVIDO” MARIUS TORRES, 1942 QUEREMOS LA PAZ, PERO NO EL OLVIDO Declaración del Gobierno de la ciudad al cumplirse 80 años de la guerra y la revolución en Barcelona. CIUDADANAS, CIUDADANOS: Les hacemos saber que: •Hace ahora ochenta años, un grupo de militares empujado por civiles, eclesiásticos y organizaciones fascistas, con el apoyo de la Alemania nazi y el Estado italiano, promovió la rebelión armada para destruir el Estado democrático republicano, y con él los primeros derechos nacionales alcanzados por los catalanes en régimen de autonomía. •Hace ahora ochenta años, organizaciones obreras y hombres y mujeres sin filiación expresa, con el apoyo de la Guardia Civil y otras fuerzas leales a la república, libraron combates en las calles de la ciudad durante todo el día que acabaron con la victoria sobre los golpistas. En la ciudad quedó una impronta de muerte que nunca se habría producido sin la rebelión. Lamentamos todos los muertos sin distinción, porque la humanidad es una actitud y un valor que tiene que formar parte de la ética política. Honramos pública y solemnemente a los hombres y mujeres que defendieron la Barcelona popular e igualitaria y los derechos sociales y nacionales alcanzados. Valoramos sus actos y los asumimos como una parte de la tradición política de la mejor Barcelona, la de las asociaciones, clubes, ateneos y organismos de autogestión que han constituido y constituyen el tejido democrático de la ciudad. •Hace ahora ochenta años, la participación decisiva de trabajadores y trabajadoras en la derrota de la rebelión conmocionó la estructura de poder político, económico, cultural y educativo, lo que generó cambios profundos. •Hace ahora ochenta años, hombres y mujeres de sesenta naciones diferentes vinieron para defender la democracia, la libertad y la igualdad; muchos eran refugiados del fascismo que avanzaba por Europa, constituyeron las Brigadas Internacionales y nos defendieron. Nosotros les expresamos gratitud para siempre porque son ejemplo de solidaridad y fraternidad. •Hace ahora ochenta años, las mujeres estuvieron presentes, como nunca antes, en la dirección de sindicatos y de los partidos, en los consejos obreros de las empresas colectivizadas, en los organismos nuevos de la Generalitat, en los gobiernos municipales. Su voz inter- vino en las decisiones que afectaban al conjunto de la colectividad, dando un paso importante en la democratización de las relaciones de género. •Hace ahora ochenta años, Barcelona acogió miles de refugiados procedentes de la España ocupada por el avance fascista, y con ellos compartimos los escasos recursos, la comida, la vivienda, la escuela, el miedo, las bombas y el anhelo de victoria. •Hace ahora ochenta años, Barcelona acogió al Gobierno de la República y al Gobierno del País Vasco. Juntos resistimos y juntos perdimos la guerra. Juntos pasamos la frontera. Juntos fuimos refugiados. La memoria del refugiado republicano, maltratado y despreciado, es el cimiento de nuestra solidaridad con los que huyen de la guerra. Solidaridad define el pasado de la Barcelona que nosotros queremos y que debe estar presente en la expresión identitaria de la ciudad. •Hoy, 19 de julio de 2016, ochenta años después, la gran mayoría de ciudadanos y ciudadanas no tiene ninguna responsabilidad en la guerra en ninguno de sus sentidos. Pero llevan una responsabilidad particular. El recuerdo de la guerra y de todo lo que la acompañó forma parte de nuestra existencia de manera diversa y profunda, y para algunos es una parte pesada de llevar aunque no se haya vivido. La memoria de la guerra forma parte de nuestra identidad porque los actos no finalizan con los que los protagonizaron, los actos se transmiten; y aceptar el desastre de la guerra como una cicatriz que queda en la compleja identidad de la ciudad y la ciudadanía es un ejercicio de realismo. •Por este motivo, queremos la paz, pero no queremos el olvido. El Gobierno de la ciudad de Barcelona Barcelona, 19 de julio de 2016