¿Ha sido afectada tu vida por la bebida de otra persona? A millones

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Estadísticamente se
ha demostrado que
los hijos de padres
alcohólicos
son
hasta cuatro veces
más propensos a
desarrollar
problemas con el
alcohol que el resto
de
la
población
general.
El Alcoholismo o la dependencia de alcohol es una enfermedad que
incluye cuatro síntomas:
Deseo. Una necesidad fuerte o urgencia por beber.
Pérdida de control.
No poder parar de beber una vez que se ha
comenzado.
Dependencia física. Síntomas de reajuste, tales como descompostura de
estómago, sudor, temblequeo o ansiedad, tras haber dejado la bebida.
Tolerancia. La necesidad de beber mayor cantidad de alcohol para
“emborracharse”.
Las personas con antecedente
familiar de alcoholismo, deberían
encarar el consumo moderado de
alcohol con prudencia. Es posible
que les resulte más difícil mantener
hábitos de consumo moderados, que
a otras personas en cuyas familias
no existe historia de alcoholismo.
Una vez que una persona pasa del
consumo moderado de alcohol a
tomar
en
exceso,
aumenta
considerablemente el riesgo de
problemas
sociales,
problemas
familiares y problemas médicos.
Algunas personas no deberían
beber en absoluto, incluyendo:
• mujeres que están embarazadas o
están intentando hacerlo
• personas
que
están
recuperándose del alcoholismo
• cualquier persona que anticipa
tener que conducir un automóvil o
llevar a cabo alguna otra actividad
que requiera atención
• personas que se encuentran
tomando ciertos medicamentos
• personas
con
determinadas
condiciones médicas.
Un profesional de la salud puede
evaluar sus hábitos con respecto
al consumo del alcohol y
determinar si fuera necesario que
disminuya el consumo o lo elimine
por completo, y cómo hacerlo.
¿Ha sido
afectada tu vida por la
bebida de otra persona?
A millones de personas les afecta
cuando una
persona allegada bebe en exceso.
Las estadísticas indican que por cada
alcohólico activo, se afecta un mínimo de siete personas.
El problema de la adicción al alcohol u otro tipo de drogas
revela la existencia de otros problemas asociados, como es
el de la codependencia.
La codependencia es una condición psicológica en la cual
alguien manifiesta una excesiva y a menudo inapropiada
preocupación por las dificultades de alguien más,
olvidándose de su propia vida. Algunos de los síntomas
más significativos del codependiente son el miedo, la
tristeza, el odio, el resentimiento y las inseguridades.
Es importante entender que encargarse de las
necesidades propias no significa que uno deja de amar
a la persona alcohólica. Mas bien, quiere decir que uno ya
no se deja herir ni manipular por las acciones de alguien
más. A medida que la persona codependiente aprende
actitudes diferentes y se vuelve más fuerte y saludable,
deja de centrar la atención en el cuidado del alcohólico para
encargarse de un mejor cuidado de sí mismo. Esto a su
vez, provoca a menudo que el alcohólico se sienta dispuesto
a buscar ayuda.
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