vivencias de eternidad2

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I
Enrique J. Blaksley Bazterrica
V I V E N C I A S DE E T E R N I D A D
ESQUINA CHICA, FIGURA DE LA PAZ (1970)
ETERNIDAD (1958)
ANHELO (1958)
SOLEDAD (1958)
TODA FUERZA VIENE DE DIOS (1958)
LA HUMANIDAD DE DIOS, “JESÚS – CRISTO” (1958)
EL MATRIMONIO SACRAMENTAL (2008)
AMOR QUE SALVA (2008)
SALTA LA LINDA, LA MADRE (2008)
… ETCÉTERA
ESCRITOS VARIOS
1
II
POESÍA RELIGIOSA
ESQUINA CHICA, FIGURA DE LA PAZ (La casa de los Gallardo)
A mi esposa
Esquina chica, lugar de brizas y arboledas,
de suave y fresca sombra de un verde Pacará,
de noches tan serenas de tenue luz de estrellas
de niños por doquiera cubierto su solar.
Su faz antigua adusta, tallada en piedra nueva,
su larga verja al frente lindando el arbolar,
conforman parte y muestran, surgida e inserta en ella,
imagen calma y quieta figura de la Paz.
“Remembranzas y sueños de juventud, juntos con María Mercedes. Primeros pasos de un
largo caminar por la vida de madre sacrificada y esposa fiel., entre duras pruebas
afrontadas con valor e infinito amor”.
2
III
ETERNIDAD
“Eternidad”
¡Negras nubes desatadas en tormentas!
Eres nombre de misterio inmensurable
¡expresiones de furiosa tempestad!,
imagen que deslumbra la visión,
aniquilan nuestro frágil sentimiento
anhelo de una raza esperanzada
si en el ser no se anida “Eternidad”.
agitando su natura en tu ilusión.
Si la vida que es de forma degradada,
Concepción que del hombre fue surgida
imperfecta por su misma finitud,
en contraste a este mundo “imperfección”,
no se ensambla y se sostiene de lo eterno,
como un fuego supremo en la existencia
¡es miseria!, ¡el exterminio!, e ingratitud.
alumbrando la finita Creación.
Esta vida que entre males se debate,
Esperanza que resurge de las almas
que no admite la menor resignación,
ante el cuadro del espanto y del horror,
ve frustradas sus más grandes ilusiones
ante crudas verdades que en la muerte
al negarle este norte a la ambición.
acentúan el escarnio y el dolor.
Si Lo Eterno que infinito resplandece
Cuando el alma desconoce tu infinito
no alumbrase desde el fondo al corazón,
y en la vida no se encuentra tu verdad,
acongojada y desolada la existencia
ilusiones y esperanzas se destrozan
quedaría en el desprecio y sin valor.
sin tu imagen, tu razón, y cualidad.
Si lo Eterno no es el fin incuestionable,
suma esencia de esta brava creación,
está muerta en su origen la existencia,
¡es es enorme!, ¡es absurda aberración!
DEL CRISTO
… “Yo he veindo a dar la vida ETERNA”
Los SANTOS EVANGELIOS
3
IV
ANHELO
Alma, que en la vida surge entre el espanto,
¡De pronto!, una impresión, un simple echo,
Alma, que en los años crece con valor,
un tenue viso de la Eterna y Gran Bondad,
Alma, que luchando entre asperezas
un hombre que aunque sufre se sonríe,
vive y gime sumergida en el dolor.
extasiado ante la imagen del Señor.
Alma, que anhelando lo que es santo,
El Alma, que aborrece lo imperfecto,
y esperando en vivas ansias sin igual,
levantada ante el toque del Creador,
¡un rayo!, ¡una luz!, ¡una añoranza!,
aspira y ve, comprende al Infinito,
como un bálsamo nacido del Señor.
revelándose su máximo valor.
Si la vida cruel le niega y no le muestra,
Ya no es la vida la falla y la aflicción,
un norte grande y sublime al que admirar,
no solo hay bajeza y gran horror,
sumergida en agónicas tristezas,
sino que en ella se muestra y manifiesta
pone al ser, su ilusión y su grandeza,
la esencia misma de inefable fulgor.
en la búsqueda de un algo superior.
Si el mundo niega y desprecia su existencia,
Nacida así entre todas las crudezas,
empujado a fuerza por mano del error,
destrozado el frágil y débil corazón,
hunde el hombre su propia realeza,
abatida y solitaria entre la angustia,
matando en él, aquello que anheló.
boga errante por los mares del error
4
V
SOLEDAD
Alma solitaria
Sentimiento que clamando a la Justicia,
Vagabunda por las sombras del error.
una mano extendida en comprensión,
corazón que en angustia entristecido,
que permita a su ser tan desgraciado
vive en busca del sublime resplandor.
el retorno hacia el seno del Señor.
Expresión de aquél que anhela lo perfecto,
“Soledad de aquél que vive entre tinieblas,
y que en lucha por su máximo esplendor,
con recuerdos del Eterno resplandor” .
sufre solo acuciado entre lamentos
alejando su natura del Creador.
Soledad de aquél que vuelto al Infinito
y esperando por clemencia su perdón,
triste llora sumergido en su miseria
aferrándose a la máxima ilusión.
Esperanza que aspira hacia el Altísimo
con el ansia que le manda el corazón,
y solo vive en destierro incomprensible
desgastando sus anhelos y ambición.
5
VI
T O D A F U E R Z A V I E N E D E DIOS
Erase un hombre mortalmente herido
Erase la guerra que de la flaqueza
entre grave angustia de candente ardor,
ha de resurgirse en contra del Bien,
erase un hombre que tan compungido
erase la guerra que entre la entereza
ibase muriendo entre gran dolor.
ha de debatirse con el Mal también.
Erase una vida que entre la agonía
Era la tristeza que envolvía al hombre
iba subsistiendo como en el error,
de no tener fuerzas en lo que es valer,
erase una vida que si subsistía
era la tristeza de ver que su nombre
era en la esperanza de encontrar valor.
estaba en lo bajo sin poder crecer.
Erase una angustia encarnada dentro
Y esta vida en pena, de grandes dolores,
como fuego ardido en el corazón,
viose un día pronto a la destrucción,
erase una angustia que del mismo centro
más no sabe como, ni porqué valores
iba destruyendo sin la compasión.
vino del Supremo la gran bendición.
Erase la lucha en que un alma débil
El hombre vencido sintió que en su alma
ibase entablando con su mismo ser,
surge brava fuerza que era su ambición,
erase la lucha que entre lo más vil
viose pronto listo a enfrentar los males
ha de realizarse contra del deber.
Y a luchar sin miedo contra maldición.
Y desde el día grande del resurgimiento
es el hombre débil, bravo y de valer,
y nace su fuerza sin gran aspaviento
al mirar su vida al que dio su ser.
6
VII
L A H U M A N I D A D DE DIOS, “JESÚS - CRISTO”.
¡Jesús – Cristo!
¡Jesús , tú eres! , tú esencia es absoluta,
Tú eres nombre de ilusión de eternidad,
tú existencia es grandiosa infinitud,
Tú eres historia luminosa y gran candil,
vuestra imagen, resplandor, magnificencia,
Tú eres vida de misterio y perfección,
deslumbrando el horizonte con su albor.
Tú eres brillo que perdura ante lo vil.
¡Jesús! , eres gran nombre, el que retumba,
¡Jesús¡, que a este mundo redimisteis,
eres mansa concepción del Creador,
elevando su bajeza y condición,
eres guerra que en la vida despertasteis
y sufristeis con dolores tan profundos
enfrentando los embates del error.
su miseria, su injusticia y corrupción.
Tú recuerdo que perdura entre los tiempos,
Cuando el alma sumergida en su flaqueza,
descubriendo el corazón del Hacedor
va en camino por la senda del error,
se hará carne entre nubes y tormentos,
acosada entre angustias y crudezas,
destruyendo, para siempre, el gran dolor.
eres bálsamo que calma la aflicción.
Cuando el hombre desconoce tu grandeza,
que es nacida de infinita Majestad,
siembra sangre en su vida de bajezas
recojiendo los espantos del horror.
7
VIII
EL MATRIMONIO SACRAMENTAL
- Mujer soñada, amada y presentida.
-Largos años. La fiel fidelidad.
Emoción intensa de la vida.
Felicidad y un algo extraño,
Dicha, en Dios mismo concebida.
aferran las entrañas del sentir.
Gracia singular por Él querida.
Es la paz serena del Señor,
ligando para siempre ese amor.
-Unidos el varón y la mujer,
-En brazos de la mujer amada,
en fusión santa, fe sacramental.
balbuceando juntos oraciones,
Presencia y unión; ellos son vida,
suplican a Dios última gracia,
sublime amor, y la felicidad.
gozar en amor indisoluble,
bienaventurada Eternidad.
-La común unión de los esposos,
“A María Mercedes, esposa y madre”.
disipa toda triste soledad.
Dura adversidad entre las penas,
no quiebran ese amor que es singular.
-Hijos, la ternura de la Madre,
ofrendas a Dios, y cumplimiento.
Frutos del amor de los esposos,
misterio y vida, la razón del ser.
8
IX
“Aquel Amor que me tuvisteis salvó mi felicidad”
AMOR QUE SALVA
Si negra y oscura sombra,
cubre toda el Alma entera,
la vida cae, y se ciega
en un andar peligroso.
De aquel sublime Amor,
la dicha más alta,
promesa de matrimonio.
Sangrante el corazón,
triste y desconsolado,
movido a misericordia.
Por caminos tenebrosos,
el débil ser ya vencido
bajo el peso de la vida,
quiebra su esperanza y fe.
Ese amor busca al caído.
Su encuentro esperanzado,
su sentir y su ternura,
llenan de luz aquel Alma
disipan la oscuridad.
Lejos de la prometida,
de aquel Amor compartido,
hundido en profundo abismo
sufriente en dolor sin fin.
Renaciendo aquel querer
surge de nuevo El Ser.
De la nada y del vencido,
vuelve alegría, ilusión.
Su destino Ya es NO SER ,
sumido en nada, sin Amor,
el fracaso y la desdicha
dentro en su interior habita,
abandona la ilusión.
El amado y la amada
elevando sus plegarias.
Son por el Señor oídos,
concediendo a ese Amor
vivir en Eternidad .
La bella mujer virtuosa,
traspasado el corazón,
arrodillada ante Dios
suplica con toda el Alma,
que salve a su prometido
del mal y la destrucción.
9
X
SALTA LA LINDA, LA MADRE
1-Salta la linda, la madre ,
susurra su viento seco
vibrando en diáfano día.
9 -El Ser vive el momento,
halgo extraño le sucede
y estremece el Alma entera.
De lo más hondo y más puro,
surge una luz inefable
y el Ser vive Eternidad,
gozando plena la paz.
2-Armoniosa su espesura,
es pincelada del cielo,
valles, cerros y hermosura.
3-Tabacal, néctar y aroma,
brilla el sol del maizal.
Trina el ave allá en el monte
y le protege el arbolar.
10-El sabático retorno,
lenta procesión del cerro,,
culmina en la Catedral.
Oro de arte colonial
junto al brillo de la fe.
4-Sus viñas y sus trigales,
terminan de conformar,
parajes, huellas que el Alma
jamás habrá de olvidar.
11-Caminar en otro tiempo
la misma esencia patriarcal ,
su acervo, la misma patria.
El espíritu de Güemes
cabalgando aquel lugar.
5-La comarca principal,
la vieja ciudad salteña.
El misterio de su cerro
Cristo del Milagro es.
12-Salta la linda, la madre,
la religión y el fervor.
En su seno gran misterio,
y en su cielo alto El Amor.
6-Larga procesión sin fin,
Dolor y felicidad.
De María del Milagro
La calma y la dulce paz.
7-Su nube esconde al cerro,
y a un silencio angelical.
Alabanza y oración
Almas elevadas son.
Cercana la ETERNIDAD
En María y en Jesús.
13-Por sus sendas y quebradas
van caminos serpenteando.
Lento el arroyo en el valle.
Los vacunos y caballos
pastan junto al manantial.
Las mulas en las montañas,
fuerza, equilibrio y maña.
Y aquel paisano salteño,
completa un todo sin par.
8-Por la gracia del Altísimo,
la oración, y del silencio,
éxtasis, Alma, y ensueño,
la sugestión natural.
Caída y paz en descanso,
signos de María son.
14-El conjunto vida tiene,
y la misma se comparte.
El paisano es una parte
de tanto esplendor florido.
Salta la linda, la madre,
fértil vida ella reparte.
Para Virginia Blaksley de Rafaelle
10
XI
Luz y Camino (1957)
1- Si desde el fondo del ser
surge una luz inefable
e ilumina el Alma entera,
su brillo logra mostrar
lo recóndito, el misterio.
9- Caminante vuelve al mundo,
distinta su percepción.
Centrada toda su Alma,
vislumbra la acción de Dios.
2- Nace visión temerosa,
no comprende lo que vive.
El Ser extraña “el sentir”.
uniendo al Ser con lo Eterno.
Caminante de la vida,
aferrando su destino.
3- Algo nuevo, inexplicable,
irrumpe de lo más alto.
Resplandor que ciega el Alma,
y hacia el cielo la transporta.
11- No importa ya lo que ocurre.
Caminante hacia la meta,
forjando va su Verdad.
10- Un hilo baja del Cielo
4- El bullicio y el desorden,
la vida de gran ciudad,
no perturba al Caminante
vence la interioridad.
12- Desde Dios y de lo Eterno,
iluminada la Vida,
resalta Esperanza y Fe.
13- Solo queda contemplar
el gran mandato Divino,
vivir en Felicidad.
5- Vivencia de ETERNIDAD,
ya no importan los afanes,
todo se vuelve de más.
14- El Amor y Caridad,
juntan varón y mujer,
hijos, hermanos y padres,
y a todo valor real.
6- La mente y el corazón,
entendiendo ya su Ser,
busca aquel gran resplandor
gozando sin par placer.
7- Ya no puede el caminante
mantenerse en su camino,
se aleja de tanto afán,
tanta vana inquietud.
Caminando va buscando
aquella senda de Dios.
15- Caridad del mismo Cristo
Salvando la humanidad.
Y aquel destello inefable
cambio en la realidad.
8- La Omnipotencia del SER.
Misericordia sin fin.
Su Amor, su Sabiduría,
dan toda felicidad.
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