NUMERO: 71 FECHA: Septiembre 1995 TITULO DE LA REVISTA: Seguridad Nacional TITULO: Wager, Stephen J . y Donald Schulz. the Awakening: the Zapatista Revolt and its Implications for Civil-military Relations and the Future of Mexico. Strategic, Studies Institute 1994. AUTOR: Jorge Galindo SECCION FIJA: Bibliografía TEXTO: Lo ocurrido en Chiapas el primero de enero de 1994 es sin duda un parteaguas en la historia de México, ningún sector vivió esa coyuntura en la forma en que lo hicieron los militares mexicanos. Después de décadas de dedicarse a acciones civiles y recientemente al combate del tráfico de drogas, la milicia mexicana se vio encarando un papel adverso, perdida su calidad de institución sacrosanta e intocable, para convenirse en el blanco de las críticas nacionales, inclusive gubernamentales, y extranjeras. En su ensayo "The Awakening: The Zapatista Revolt and its Implications for CivilMilitary Relations and the Future of Mexico", Stephen J. Wager y Donald E. Schulz analizan el origen del conflicto chiapaneco, las relaciones civiles-militares en México, y evalúan la respuesta de las fuerzas armadas nacionales desde una óptica militar, lo cual es importante ante el enjuiciamiento valorativo de algunos sectores de la opinión pública que olvidan el papel asignado reconocido constitucionalmente a las fuerzas armadas: seguridad interna y defensa externa de la nación. En el primer punto que tratan los autores postulan que el EZLN no constituye un problema fundamentalmente militar, sino "producto de una convergencia de problemas, económicos, sociales y políticos que existen no sólo en Chiapas sino en muchas partes del México rural". El EZLN pasa de ser un problema militar a un problema político, debido a sus demandas; la rebelión se convierte más bien en un catalizador de la apertura democrática. De hecho, los autores mencionan que los zapatistas han hecho más en este rubro que los cinco años previos de apertura económica salinista. Otro punto que tratan los autores es cómo en el aspecto militar el EZLN conocía bien a su enemigo y tuvo de su lado el factor sorpresa. El ejército estima que el EZLN tiene cerca de 1,500 efectivos bien armados con otros miles pobremente armados y entrenados. Las raíces del EZLN datan de la década de los setenta y tienen que ver con católicos teólogos de la liberación, organizaciones campesinas e indígenas. "Algunos documentos capturados indican que el ala militar del EZLN está organizada en lineamientos similares a aquéllos del ejército mexicano, especialmente en lo referente a la unidad, los rangos designados y las regulaciones militares". Este trabajo data de diciembre de 1994 y por lo tanto la información en torno al EZLN está hoy día mucho más actualizada, sin embargo, el otro eje del texto -las relaciones civiles-militares- brinda un área de discusión bastante rica, ya que el conflicto chiapaneco, dividido en dos fases: la armada y la política, tensó de manera nunca antes vista estas relaciones. Toda vez que el humo de los rifles se despejó, el ejército esperaba, como tradicionalmente se hacía, que el gobierno lo defendiera, sin embargo, Salinas no habló a favor de las acciones del instituto armado. El ejército no quedó nada satisfecho con su papel de "chivo expiatorio". Las fuerzas armadas sabían que el gobierno civil tenía información acerca de la actividad guerrillera en los Altos de Chiapas y que a pesar de esto prefirió negar lo que pasaba en aras de poder firmar el Tratado de Libre Comercio sin mayores complicaciones. Otro aspecto que ha dificultado las relaciones civiles-militares es la acelerada democratización del país, la cual ha causado un incremento en la distancia entre el ejército y el gobierno. La "apertura política" ha permitido la crítica al ejército. Lo anterior ha resultado en una postura militar más agresiva en su autodefensa ante la opinión pública. Otro efecto es el distanciamiento de los militares con el PRI, que de esta manera se ha convertido en una institución políticamente más neutra, lo cual abre la posibilidad de que sea más fácil que acepte la idea de un triunfo electoral de oposición, algo que no ocurría en el pasado. No hay salidas fáciles para los líderes militares mexicanos, pero en un sistema verdaderamente democrático la armada no podrá tomar partido. A pesar de los cambios hay indicadores que señalan un alto grado de continuidad para los militares. Habrá mejoras en las habilidades de contrainsurgencia, pero la misión del ejército no cambiará drásticamente; de hecho, gradualmente regresará a la lucha antinarcóticos y a la acción cívica. Con la administración zedillista se sabrá si las relaciones civiles-militares necesitan un ajuste pequeño o una revisión mayor. Los autores recomiendan que el gobierno de Zedillo haga esfuerzos para cooptar económica y políticamente a los zapatistas y a sus bases de apoyo, mediante ayuda económica y una reforma política. De no hacerlo, el México rural seguirá siendo el caldo de cultivo para otra rebelión. Los rumores de guerrilla en Guerrero pueden apoyar esta afirmación. Finalmente, respecto a las fuerzas armadas, recomiendan la introducción de entrenamiento obligatorio en materia de derechos humanos a todos los niveles de las mismas.