CONAMA Capítulo VII: Flora • Cuarta Región de Coquimbo ANGIOSPERMAS Estado de Conservación Libros Rojos Otros DICOTILEDÓNEAS Or FV Familia N H Labiatae E F Labiatae E E E N N E N E E T S S T F T T T T Lauraceae Linaceae Malesherbia Mimosaceae Mimosaceae Monimiaceae Myrtaceae Myrtaceae Myrtaceae N E E E T T F F Myrtaceae Myrtaceae Myrtaceae Myrtaceae E E F F Oleaceae Papilionaceae E F Papilionaceae N E N T T F Papilionaceae Papilionaceae Passifloraceae E E H H Phytolaccaceae Piperaceae E N H H Piperaceae Piperaceae E H Piperaceae N N N N N N E S S A T T FC T Polygalaceae Polygalaceae Portulacaceae Proteaceae Proteaceae Rhamnaceae Rosaceae Nombre científico Kurzamra pulchella Sphacele chamaedryoides Cryptocarya alba Linum ramosissimum Malesherbia linearifolia Prosopis chilensis Prosopis strombulifera Peumus boldus Luma apiculata Luma chequen Myrceugenia correifolia Myrceugenia exsucca Myrceugenia obtusa Myrceugenia rufa Myrcianthes coquimbensis Menodora linoides Anarthrophyllum X cumingii Errazurizia multifoliolata Geoffroea decorticans Sophora macrocarpa Passiflora pinnatistipula Anisomeria coriacea Peperomia coquimbensis Peperomia doellii Peperomia fernandeziana Peperomia nummularioides Monnina linearifolia Monnina pterocarpa Cistanthe salsoloides Lomatia dentata Lomatia hirsuta Discaria nana Kageneckia angustifolia Nombre común algue, lahuén peumo huilli, cebollín Distribución III a IV IV a X Chile IV algarrobo mastuerzo boldo Arrayán rojo chequén petrillo IV a IX, R.M. IV IV a VI, R.M. III a VI, R.M. I, III a VI IV a X, R.M. IV a XI, R.M. IV a X, R.M. IV a VII R petra rarán arrayán de hoja roja lucumillo IV a XI, R.M. IV a IX IV a V IV R P linacillo IV IV a VII, R.M. V V R II a IV chañar mayú flor de la pasión I a IV IV a IX, R.M. IV a V R R IV a VII, R.M. IV II a IV IV a V, X, JF IV, X a XI avellanito radal pulpica I a IV IV a X IV a X, R.M. IV a IX, R.M. IV a VII, R.M. V P V IV CONAMA Capítulo VII: Flora • Cuarta Región de Coquimbo ANGIOSPERMAS Estado de Conservación Libros Rojos Otros DICOTILEDÓNEAS Or E E N FV T T H Familia Rosaceae Rosaceae Rubuiaceae E H Rubuiaceae N A E E E E E E N E E E E E E E N N E E E N F F T F A H F H H F A A A H A H SC SC A F F T Sapindaceae Sapindaceae Sapotaceae Saxifragaceae Scrophulariaceae Scrophulariaceae Scrophulariaceae Scrophulariaceae Solanaceae Solanaceae Solanaceae Solanaceae Solanaceae Solanaceae Solanaceae Tropaeolaceae Umbelliferae Umbelliferae Valerianaceae Verbenaceae Verbenaceae Verbenaceae E E N E E A F T F FT Vivianiaceae Vivianiaceae Winteraceae Zygophyllaceae Zygophyllaceae Nombre científico Kageneckia oblonga Quillaja saponaria Cruckshanksia macrantha Cruckshanksia montiana Bridgesia incisifolia Dodonea viscosa Pouteria splendens Ribes trilobum Bartsia chilensis Calceolaria picta Monttea chilensis Ourisia elegans Jaborosa caulescens Phrodus microphyllus Schizanthus candidus Schizanthus integrifolius Schizanthus parvulus Solanum albiflorum Solanum gaudichaudii Tropaeolum jilesii Azorella madreporica Laretia acaulis Valeriana aequiloba Acantholippia trifida Lippia fragrans Rhaphithamnus spinosus Araeoandra tenuicaulis Viviania crenata Drimys winteri Bulnesia chilensis Porlieria chilensis Nombre común boyén quilla rositas del desierto Distribución IV a VIII, R.M. IV a IX, R.M. III a IV rositas del desierto III a IV II a V, R.M. III a IV IV a V lúcumo IV-V, VII-IX, R.M. parrilla, mahul IV a V IV II, IV a V uvillo IV, VIII a X yerba de la postema I a V, VIII, R.M. III a IV III a IV III a IV IV IV IV IV a V III a VII, R.M. yareta III a VII llaretilla IV IV II a IV arrayán macho IV a XI, R.M. IV IV a VI, R.M. IV a XI, R.M. cenelo III a IV bulnesia IV a VI, R.M. guayacán Chile IV IV V rumpiato Referencias de tabla Libros Rojos 1a) Benoit, I.L. (Ed) 1989. Libro rojo de la flora terrestre de Chile. Ministerio de Agricultura, Corporación Nacional Forestal, Santiago 1b) Espinoza, G., P. Pisani, J. Leal, L. Contreras, V V V V R. Abeliuk, B. Richards, R. Pérez, R. Escobar & C. Soto. 1994. Manual de evaluación de impacto ambiental. Conceptos y antecedentes básicos. Comisión Nacional del Medio Ambiente, Santiago. 1c) Muñoz, M., H. Nuñez, J. Yañez (Eds.) 1996. Libro rojo de los sitios prioritarios para la conservación de la diversidad biológica en Chile. Ministerio de Agricultura, Corporación Nacional Forestal, Santiago. 203 pp. CONAMA Capítulo VII: Flora • Cuarta Región de Coquimbo Otras contribuciones (2) Squeo, F.A. 2000. Actualización de la flora nativa clasificada en categoría de conservación para la Región de Coquimbo. Informe de Avance 2. Proyecto CONAF/ Universidad de La Serena. (3) Ravenna, P., S. Teillier, J. Macaya, R. Rodríguez & O. Zöllner. 1998. Categorías de conservación de las plantas bulbosas nativas de Chile. Boletín del Museo de Historia Natural 47: 47-68 (4) Belmonte, E., L. Faúndez, J. Flores, A. Hoffmann, M. Muñoz & S. Teillier. 1998. Categorías de conservación de cactáceas nativas de Chile. Boletín del Museo de Historia Natural 47: 69-89. (5) Baeza, M., E. Barrera, J. Flores, C. Ramírez & R. Rodríguez. 1998. Categorías de conservación de Pteridophyta nativas de Chile. Boletín del Museo de Historia Natural 47: 23-46 * Las especies en que no aparece el estado de conservación están actualmente en revisión. Origen y Clasificación de la Flora Regional Según el sistema de clasificación de la vegetación nativa chilena propuesto por Gajardo (1993), en la IV Región es posible distinguir tres principales regiones vegetacionales o Ecoregiones, cada una de ellas está constituida por diferentes Subregiones, y estas a su vez están formadas por Formaciones vegetacionales (Tabla 18). Tabla 18. Clasificación de la vegetación natural de la IV Región de Coquimbo. (% indica el porcentaje aproximado de la superficie regional ocupado por cada Ecoregión y Formación vegetacional). REGIONES Y SUB-REGIONES FORMACIONES VEGETACIONALES 1. REGION DEL DESIERTO 1.1 Sub-Región del Desierto Costero 1.1.1 Desierto Costero de Huasco 1.2 Sub-Región del Desierto Florido 1.2.1 Desierto Florido de Las Serranías 2. REGION DE LA ESTEPA ALTO-ANDINA 2.1.1 Estepa Alto-andina de la Cordillera de Doña Ana 2.1.2 Matorral Pre-andino de la Cordillera 2.1 Sub-Región de Los Andes de Coquimbo Mediterráneos 2.1.3 Matorral Esclerófilo Andino 2.1.4 Estepa Alto-andina de la Cordillera de Santiago 3. REGION DEL MATORRAL Y DEL BOSQUE ESCLEROFILO 3.1.1 Matorral Estepario Costero 3.1 Sub-Región del Matorral 3.1.2 Matorral Estepario del Interior Estepario 3.1.3 Matorral Estepario Boscoso 3.1.4 Matorral Estepario Arborescente 3.2 Sub-Región del Matorral y del 3.2.1 Matorral Espinoso de las Serranías Bosque Espinoso Altas Cumbres sin Vegetación Modificada de Gajardo (1993) % 13,1 2,8 10,3 40,6 18,4 % % % % % 10,4 % 6,8 % 5,0 % 45,1 % 11,7 % 19,0 % 6,0 % 4,4 % 4,0% 1,2 % CONAMA Capítulo VII: Flora • Cuarta Región de Coquimbo Cada Ecoregión presenta características que le son propias, tanto por las especies vegetales que la componen, como por la diversidad de formas de vida vegetal que albergan, es por ello que para cada Ecoregión se entrega una descripción sucinta, basada principalmente en la Clasificación Natural de Chile propuesta por Gajardo en 1993. La Ecoregión del Desierto: se extiende desde la I Región hasta las cercanías del Río Elqui en la IV Región y esta compuesta por cuatro Subregiones; el Desierto Absoluto y el Desierto Andino, ambos distribuidos hasta la III Región, y el Desierto Florido y Desierto Costero que abarcan hasta la IV Región, en donde una pequeña porción de su vegetación característica se encuentra representada en las tierras de baja altitud del extremo norte de la Región. La Subregión del Desierto Costero se extiende a lo largo de las laderas costeras de la Cordillera de la Costa, desde el nivel del mar hasta cerca de 1500 metros de altitud. Las formas de vida características son los arbustos leñosos, espinosos, cactáceas y suculentas (Figura 25). El desarrollo vegetal esta determinado principalmente por los aportes de la precipitación invernal, los que son escasos y altamente variables en el tiempo, como por el aporte relacionado con la influencia que ejerce la neblina costera, especialmente en zonas donde la Cordillera de la Costa supera los 600 metros de altura. Este último carácter, ha favorecido el desarrollo de comunidades vegetales de marcada insularidad, especialmente en sectores costeros del Norte de Chile (e.g., Paposo en la II Región, Parque Nacional Pan de Azúcar en la III Región) en las que el aporte de agua y humedad a través de la neblina costera (camachaca) favorece el desarrollo de comunidades con una diversidad vegetal mayor a la esperada para un área de desierto, y con un notable grado de endemismo. FIGURA 25 En la IV Región el Desierto Costero se encuentra representado sólo por la Formación Vegetal del Desierto Costero de Huasco, la que a nivel regional tiene una baja representación, y se encuentra distribuida casi exclusivamente en la comuna de La Higuera (ca. del 82% de la formación), con una pequeña intrusión en la zona interior de la comuna de La Serena (Figura 24). Lo interesante de la formación es su carácter ecotonal, esto es debido a que reúne especies típicas del desierto por constituir el límite sur de su distribución en Chile y además incluye especies de zonas más húmedas, las que aquí inician su rango de distribución. Esto genera una alta diversidad de formas de vida y especies vegetales, siendo algunas de las más características el palo negro (Heliotrophium stenophyllum), churco (Oxalis gigantea), chamiza (Bahia ambrosioides), tunilla (Opuntia miquelii), pichanilla (Guterrezia resinosa), rabo de zorro (Ophryosporus triangularis), terciopelo (Argylia radiata), oreja de zorro (Aristolochia chilensis), amancay (Balbisia peduncularis), copao (Eulychnia acida). La Subregión del Desierto Florido se extiende desde el Valle del Río Copiapó hasta el sur de La Serena, siendo destacable su carácter esporádico, ya que dicha formación sólo se desarrolla después de años de precipitaciones inusualmente abundantes, ligadas principalmente a eventos EL CONAMA Capítulo VII: Flora • Cuarta Región de Coquimbo NIÑO. De este modo, en años en que la precipitación es abundante ocurre la “explosión” vegetal conocida como Desierto Florido, que presenta su máximo esplendor en las zonas de las llanuras arenosas entre Vallenar y Copiapó (Formación Vegetal del Desierto Florido de Los Llanos, especialmente en los Llanos de Challe). En la IV Región, parte de esta vegetación es posible encontrarla en la Formación del Desierto Florido de Las Serranías (Figura 26), ampliamente distribuido en las tierras interiores de la porción norte de la Región, extendiéndose hasta las proximidades de la ciudad de Vicuña. Tan peculiar formación alberga una sorprendentemente y esporádica diversidad florística en áreas de matorrales. Desgraciadamente y como ha ocurrido en otras áreas de Chile, las áreas de matorrales han estado históricamente sometidas a una fuerte intervención humana, especialmente por sobrepastoreo caprino y extracción vegetal con fines dendroenergéticos. Un nuevo factor que perjudica el desarrollo vegetal de esta Subregión lo constituye el corte de las flores, ya que tras esta actitud reside un elemento de alteración inusitado, ya que toda la belleza y diversidad de plantas observables en el Desierto Florido depende de las semillas que se encuentran albergadas en el suelo y de las que se producirán después de la floración, por ello que el corte de éstas impide el posterior desarrollo de semillas, o la dispersión de estas a sitios favorables para su desarrollo. FIGURA 26 Algunas de las especies características del Desierto Florido de las Serranías son la algarrobilla (Balsamocarpun brevifolium), retamilla (Caesalpinia angulata), coronilla del fraile (Encelia tomentosa), carbonillo (Cordia decandra), chapín (Opuntia ovata), retamo de cerro (Bulnesia chilensis), palo negro (Heliotropium stenophyllum), lirios (Alstroemeria spp.), calandrinias (Calandrinia spp.), suspiro (Nolana paradoxa) y añañuca (Hippeastrum ananuca). La Ecoregión de la Estepa Alto-Andina: Se distribuye a lo largo de los terrenos áridos de la Cordillera de Los Andes desde la I a la VII Región, extendiéndose altitudinalmente hasta el límite superior de la vegetación vascular (ca. 4500 m). Al encontrarse inmersa en este fuerte gradiente climático altitudinal, la actividad biológica es afectada principalmente por el clima y el relieve, siendo las formas de vida dominantes las plantas en cojín, llamadas comúnmente llaretas, los pastos duros o coirones, los arbustos bajos de poco follaje o tolas y ocasionalmente algunas especies de hierbas anuales. La presión antrópica que se ha ejercido sobre esta Ecoregión a nivel regional es de antigua data, incluyéndose el desarrollo histórico de la minería y sus efectos sobre la superficie ocupada por la vegetación (alteración del relieve y ecosistemas), aire (especialmente por contaminación atmosférica y acústica), aguas (alteración de aguas superficiales, subterráneas, de calidad y cantidad), el desarrollo de la práctica de la transhumancia, especialmente a sectores andinos (sobre las vegas) y las actividades que incluyen la utilización de algunas especies con fines energéticos, comerciales y en menor grado la extracción con fines medicinales. CONAMA Capítulo VII: Flora • Cuarta Región de Coquimbo FIGURA 27 Estos antecedentes deben necesariamente ser analizados, desde la óptica del uso de los recursos vegetales, de cada área geográfica en particular, pensando en las consideraciones de uso futuro para cada formación en los distintos niveles que impone la división políticoadministrativa regional. En términos generales la Estepa Alto-Andina comprende a la Subregión del Altiplano y la Puna, restringida a las altiplanicies de la I, II y III Región y la Subregión de Los Andes Mediterráneos distribuida desde el sur de la III Región hasta la VII Región y se caracteriza por desarrollarse en un relieve marcadamente montañoso y por el régimen de precipitaciones invernal, a diferencia del régimen estival del Altiplano. Además las formaciones vegetacionales que la componen son y que se encuentran en la IV Región son la Estepa Alto-andina de la Cordillera de Doña Ana, El Matorral Pre-andino de la Cordillera de Coquimbo, el Matorral Esclerófilo Andino y la Estepa Alto-andina de la Cordillera de Santiago, y en total ocupan cerca del 40% de la superficie regional (Tabla 18). La formación mejor representada en términos de la superficie regional es la Estepa Alto-andina de la Cordillera de Doña Ana, que ocupa un 18% de la superficie regional y corresponde a una formación distribuida en las áreas de mayor altitud de Los Andes, desde el sur de la III Región hasta la comuna de Combarbalalá en la IV Región (Tabla 18, Figura 24). A nivel comunal, el 58% de la superficie de la comuna de Vicuña, corresponde a la Estepa Alto-andina de la Cordillera de Doña Ana y coincidentemente, el 58% del la superficie total de la formación se encuentra en dicha comuna. Esto es tremendamente interesante ya que destaca la importancia de dicha formación a ese nivel administrativo, y plantea interrogantes referentes a su uso futuro y el impacto que esto pueda originar. FIGURA 28 En términos de la diversidad vegetal de la formación (Figura 28), los principales componentes son el coirón amargo (Stipa chrysophylla), llareta (Azorella madreporica), adesmias (Adesmia spp.), malvilla (Cristaria andicola), pichi romero (Fabiana imbricata), pingopingo (Ephedra andina), quinchamali (Gayophytum humile), paquial (Oxychloe andina) y el coirón de vega (Patosia andina) junto con junquillo (Juncus balticus), que son las especies que forman las vegas; comunidades en las que debido a su alto valor forrajero ocurren la veranadas, que consisten en la alimentación en verano del ganado con pastos de la alta cordillera, ya que la vegetación forrajera de las tierras bajas se encuentra seca producto del calor y falta de agua. El traslado de los animales desde las tierras bajas hacia la zona cordillerana ha generado la actividad económica de la transhumancia. CONAMA Capítulo VII: Flora • Cuarta Región de Coquimbo La Formación del Matorral Pre-andino de la Cordillera de Coquimbo, se ubica en una posición intermedia entre la Estepa de la Cordillera de Doña Ana, el Matorral Estepario Interior y en su porción más meridional con el Matorral Andino Esclerófilo. A pesar de tener una baja representación en la superficie regional (10,4%), concentrándose en la comuna de Monte Patria la mayor superficie de la formación (42%), seguido por la comuna de Río Hurtado (19%).Las principales especies vegetales presentes en esta formación son arbustos bajos y matorrales, como el pichi romero (Fabiana imbricata), pingopingo (Ephedra andina), adesmias (Adesmia spp.), coirón (Stipa pogonathera), chuquiraga (Chuquiraga oppositifolia), chilquila (Baccharis confertifolia). La Formación Vegetal del Matorral Esclerófilo Andino, se distribuye desde las cercanías de Combarbalá en la IV Región hasta los alrededores de San Fernando en la VI Región (Figura 24). Esta formación tiene una representación a nivel regional cercana al 7% (Tabla 18), encontrándose restringida principalmente a las comunas de Salamanca, Illapel, Combarbalá y con una menor representación a la comuna de Canela. Muchas de las especies vegetales que la componen son comunes con otras formaciones de la Ecoregión contándose con el frangel (Kageneckia angustifolia), guindillo (Guindilia trinervis), hierba del chivato (Haploppapus canescens), romerillo (Baccharis linearis), chagual (Puya bertoriana), maitén (Maytenus boaria), quillay (Quillaja saponaria), pichi romero (Fabiana imbricata), pingopingo (Ephedra andina), y en la porción de mayor altitud la chuquiraga (Chuquiraga oppositifolia) y llareta (Azorella madreporica), como sus componentes vegetacionales más conspicuos. Finalmente, la Estepa Alto-andina de la Cordillera de Santiago al igual que el Matorral Esclerófilo Andino comienza su distribución en la porción sur de la IV Región, esto genera que varias especies vegetales propias de otras formaciones están incluidas en ellas, así como especies vegetacionales de condiciones más mésicas. Respecto de la representación a nivel regional, es interesante destacar que el 53% de la Estepa de la Cordillera de Santiago y cerca del 60% del Matorral Esclerofilo Andino, se encuentra en la comuna de Salamanca y una buena parte en Illapel, comunas del sur de la Región. En todo su rango, la formación vegetal de la Cordillera de Santiago recorre la porción de la alta cordillera hasta el límite superior de la vegetación vascular, y entre las principales especies que en ella se encuentran se incluye la llareta (Azorella madreporica) y la llaretilla (Laretia acaulis), neneo (Mulinum spinosum), chuquiraga (Chuquiraga oppositifolia), guindillo (Guindilia trinervis), coirón amargo (Stipa chrysophylla), adesmia (Adesmia gayana), coirón (Festuca acanthophylla), junquillo (Juncus balticus), coirón de vega (Patosia clandestina) y paquial (Oxychloe andina). La Ecoregión del Matorral y del Bosque Esclerófilo: Es una región ecológica propia de la zona central de Chile, y como consecuencia de su distribución a través del clima de tipo mediterráneo, alberga formas de vida que van desde los arbustos bajos xerófitos y suculentas propios de zonas más secas, hasta el predominio de árboles y arbustos esclerófilos en las porciones más húmedas. En Chile, los grandes núcleos poblados se encuentran distribuidos en la zona central, debido principalmente a lo benévolo del clima y a las características del relieve, que permiten el desarrollo extensivo de la agricultura. La presencia de estos asentamientos humanos, la elevada población CONAMA Capítulo VII: Flora • Cuarta Región de Coquimbo que albergan y las actividades ligadas han generado históricamente una alteración a la vegetación original del matorral, lo que ha generado que las actuales comunidades vegetales se encuentren fuertemente modificadas, a tal punto que hoy en día se presenta un complejo mosaico de comunidades vegetales naturales y artificiales. mientras que en las áreas continentales presencia de ríos y cursos menores de agua. En La IV Región de Chile, la Ecoregión de los Matorrales y Bosque Esclerófilo es la más extensa y ampliamente distribuida, ocupa el 45% de la superficie regional (Tabla 18) y coincidentemente con lo que ocurre en el resto del país, en ella se encuentran los principales centros urbanos (Coquimbo, La Serena, Ovalle, Illapel), lo que ha favorecido el deterioro de la Ecoregión en vías que van desde el cambio en el uso del suelo, laboreo de la tierra con desmonte de la vegetación, manejo inadecuado del ganado y explotación por sobrepastoreo, extracción con fines dendroenergéticos de la vegetación arbórea y arbustiva original. La Formación del Matorral Estepario Costero alberga los grandes centros urbanos regionales de Coquimbo y La Serena con una población estimada de 250.000 habitantes. Un análisis de la representatividad de cada formación muestra que cerca del 99,5 % de la superficie de la comuna de Coquimbo corresponde al Matorral Estepario Costero, el que sostiene una población total cercana a los 143.000 habitantes, con un 8% correspondiente a población rural (SERPLAC, 1998). En este mismo análisis es interesante destacar que ocho capitales comunales (áreas de mayor concentración poblacional) se encuentran en la Formación del Matorral Estepario Interior (Vicuña, Andacollo, Río Hurtado, Ovalle, Monte Patria, Punitaqui, Combarbalá, Illapel) lo cual refleja la importancia relativa que adquiere cada región vegetacional y cada una de sus formaciones constituyentes, en la organización y planificación del uso de los recursos naturales. De acuerdo a la forma de vida dominante es posible distinguir tres Subregiones; la Subregión del Matorral Estepario, la Subregión del Matorral y del Bosque Espinoso y la Subregión del Bosque Esclerófilo, esta última ausente en la IV Región ya que es más típica de la zona centro-sur del país (Tabla 18). La Subregión del Matorral Estepario es sin duda la más importante de la Ecoregión. Ubicada en una zona de mayor influencia de la precipitación invernal, las que a pesar de su escasez e irregularidad generan un medio con mayor desarrollo vegetal, siendo los arbusto bajos de hojas duras, a menudo espinosos las formas de vida dominantes. Climáticamente en las zonas costeras es destacado el efecto de la influencia marina, Las cuatro formaciones vegetacionales del Matorral Estepario son el Matorral Estepario Costero, Matorral Estapario Interior, Matorral Estepario Boscoso y Matorral Estepario Arborescente. La presencia frecuente de neblina costera y la marcada influencia marítima, permiten el desarrollo de las comunidades vegetales que caracterizan al Matorral Costero, ubicadas principalmente sobre terrazas litorales y en las laderas con exposición oceánica de la Cordillera de la Costa. La forma de vida dominante la constituyen los arbustos bajos de hoja duras, aunque en años de precipitaciones inusualmente abundante, ligadas al fenómeno de EL NIÑO, se desarrollo un estrato herbáceo ampliamente distribuida. CONAMA Capítulo VII: Flora • Cuarta Región de Coquimbo FIGURA 29 especies vegetales características son de tipo xeromórfico con arbustos bajos y suculentas. En términos de su representatividad, corresponde a la formación de mayor superficie (19%), constituyéndose en la primera formación vegetal en importancia biológica (relacionada con los recursos), además con una relevante importancia a nivel político-administrativo. Algunas especies vegetales características y ampliamente distribuidas en el Matorral Costero son el palhuén (Adesmia microphylla) y la alcaparra (Senna cumingii), especialmente en zonas de sustratos arenosos, el palo negro (Heliotropium stenophyllum) y palo blanco (Fuchsia lycioides) típicamente en terrazas litorales, el lucumillo (Myrcianthes coquimbensis) (Figura 29) y el copao (Eulychnia acida), especies cuya distribución es casi exclusivamente en zonas de roqueríos y laderas expuestas directamente al océano. Otras especies importantes de esta formación son la chamiza (Bahia ambrosioides), incienso (Flourensia thurifera), bailahuén (Haplopappus angustifolius), chagual (Puya chilensis), guayacán (Porlieria chilensis), huañil (Proustia cuneifolia), cola de ratón (Pleocarphus revolutus), suspiro (Nolana paradoxa), pasto largo (Bromus berterianus), copao (Eulychnia acida) y el alfilerillo (Erodium cicutarium), especie introducida en Chile. La Formación vegetacional del Matorral Estepario Interior se ubica en las zonas de llanos y serranías en la porción interior de la IV Región, llegando a tener en algunas áreas una importante intrusión altitudinal, especialmente en las cercanía de Paihuano (Figura 24). Debido a su marcado carácter de continentalidad, las Las actividades humanas que se han desarrollado históricamente en la formación han generado un acentuado deterioro de la vegetación natural, fundamentalmente por el cambio en el uso del suelo, destinándose extensas para desarrollo habitacional y uso agrícola, introducción de especies vegetales y animales (e.g., ganado), especialmente caprinos y uso de la vegetación con fines energéticos. FIGURA 30 Las especies vegetales se encuentran ocupando diferentes sectores dentro de la formación (Figura 30), siendo característico en laderas de cerros rocosos el incienso (Flourensia thurifera), y el palo negro (Heliotropium stenophyllum), en laderas de exposición ecuatorial el rumpiato (Bridgesia incisaefolia), palhuén (Adesmia microphylla), carbonillo (Cordia decandra) y las cactáceas illave (Trichocereus coquimbana) y chapín (Opuntia ovata). Una mayor distribución tienen las especies típicas del matorral; colliguay (Colliguaja odorifera), el “mítico” litre (Lithraea CONAMA Capítulo VII: Flora • Cuarta Región de Coquimbo caustica) y en menor abundancia el espino (Acacia caven), algarrobo (Prosopis chilensis) y huingán (Shinus polygamus). En zonas de planicies y áreas de cultivo abandonadas son comunes la pichanilla (Guterrezia resinosa), el pasto salado (Atriplex semibaccata), la cola de ratón (Pleocarphus revolutus) y la brea (Pluchea absinthioides), esta última especie es una maleza de amplia distribución en Chile, siendo encontrada en sectores de cultivo, zonas de ocupación humana, al borde de caminos y en diversas formaciones vegetales, incluidas las de la Ecoregión del Desierto. Las especies herbáceas incluyen principalmente al alfilerillo (Erodium moschatum y Erodium cicutarium). La Formación del Matorral Estepario Boscoso corresponde a una formación vegetal costera, en la cual se desarrolla un matorral heterogéneo con una cubierta de hierbas anuales. En cuencas protegidas y laderas de exposición sur (caracterizadas por suelos más desarrollados, menor radiación solar y mayor humedad), se encuentran bosques de reducida extensión pero alta riqueza vegetal. Las especies características de esta formación se encuentran principalmente en terrazas litorales, incluidas el lilén (Azara celastrina), molle (Shinus latifolius), vautro (Baccharis concava), salvia macho (Aristeguietia salvia). En roqueríos cercanos a la costa se encuentran la chamiza (Bahia ambrosioides) y el chagual (Puya chilensis). En lechos de ríos y quebradas es típico el litre (Lithraea caustica) y el guayacán (Porlieria chilensis), mientras que en zonas de cultivos abandonados es común encontrar al alfilerillo (Erodium cicutarium) y Adesmia (Adesmia tenella). En diversas áreas costeras de la formación es abundante la grama salada (Distichlis spicata), especie considerada maleza, la cual se encuentra ampliamente distribuida en otras Ecoregiones de Chile. FIGURA 31 Una comunidad de marcada particularidad se presenta en el Parque Nacional Bosque Fray Jorge (Figura 31) y los Altos de Talinay, en donde aún persisten comunidades vegetales relictuales, típicas representantes del Bosque Laurifolio Valdiviano, es decir, las particulares condiciones geológicas y climáticas, que se desarrollan en la cima de los cerros de la Cordillera de La Costa, especialmente el aporte de agua a través de la neblina costera, han permitido la permanencia de especies vegetales que actualmente están restringidas al Sur de Chile. El Parque Nacional Bosque Fray Jorge fue creado el año 1941 como una estrategia para preservar los particulares ecosistemas locales, posteriormente en 1977 este Parque Nacional fue declarado por la UNESCO como Reserva de la Biosfera, lo cual significa que es un patrimonio de la Humanidad, por constituir una zona que alberga ecosistemas únicos en el planeta, los que son necesarios conservar. (véase Plan de Manejo Parque Nacional Bosque Fray Jorge). Actualmente esta formidable comunidad, debido a su alto grado de fragmentación (por efectos naturales y antrópicos) presenta claras evidencias de deterioro, las que podrían, en algunos años más provocar su desaparición. Las especies que constituyen los bosquetes de olivillos (Aextoxicon punctatum), se CONAMA Capítulo VII: Flora • Cuarta Región de Coquimbo encuentran asociados con palmilla (Blechum auriculatum), petrillo (Myrceugenia correaefolia), arrayán macho (Rhaphithamus spinosus), canelo (Drimys winteri), congonilla (Peperomia coquimbensis), chin chin (Azara microphylla), botellita (Mitraria coccinea) y yelmo (Griselinia scandens) entre las más representativas. La matriz que rodea estos bosquetes está constituida por la asociación vegetal de vautro (Baccharis concava) y zarzaparrilla (Ribes punctatum). El Parque Nacional Bosque Fray Jorge debe su nombre a la existencia de bosquetes relictuales en las cumbres de los cerros, sin embargo, es necesario señalar que gran parte de la superficie de este Parque corresponde a la formación del Matorral Estepario Costero, la que aquí se desarrolla en condiciones naturales, con bajas señas de alteración antrópica. Esta condición, quizás desconocida, ofrece la oportunidad de estudio de los elementos biológicos típicos del matorral estepario chileno, así como de los procesos ecosistémicos característicos de la zona semiárida de Chile. La Formación del Matorral Estepario Arborescente Un cambio gradual hacia condiciones climáticas más mésicas ocurre en la porción sur de la Región, especialmente, la mayor regularidad de las precipitaciones. Tal cambio favorece un aumento del componente subarbóreo y arbóreo de la vegetación, siendo posible aún en algunas áreas observar matorrales bajos y hierbas anuales, especies más típicas de condiciones xéricas. Las especies arbóreas están representadas principalmente por el peumo (Cryptocarya alba), quillay (Quillaja saponaria), litre (Lithraea caustica), lilén (Azara celastrina) y boldo (Peumus boldus), junto con los arbustos de molle (Schinus latifolius) y mitique (Podanthus mitiqui). En áreas de acantilados costeros son comunes el palo colorado (Pouteria splendens) y la salvia dulce (Sphacele salviae). En zonas protegidas, particularmente junto a cursos de agua permanente, se encuentra una formación de canelo (Drimys winteri) y chequén (Luma chequen), (Figura 15e, pág. 58), mientras que en áreas muy localizadas, especialmente en la Cordillera de la Costa, se encuentra la palma chilena (Jubaea chilensis). En sectores interiores y roqueríos litorales es característico el incienso (Flourensia thurifera), quilo (Muehlenbeckia hastulata), cacho de cabra (Haplopappus spp.), quisquito (Neoporteria chilensis), suspiro (Nolana paradoxa), chagual (Puya chilensis), chamiza (Bahia ambrosioides) y lirio de campo (Alstroemeria pelegrina). Debido a la presencia de asentamientos humano en la formación, son especies comunes de zonas intervenidas y de áreas de cultivos abandonados, la avenilla (Avena barbata), alfilerillo (Erodium botrys, Erodium cicutarium) y adesmia (Adesmia tenella), coironcillo (Piptochaetium montevidense). La Subregión del Matorral y del Bosque Espinoso consta de cinco formaciones vegetacionales, encontrándose en la IV Región distribuida sólo la Formación del Matorral Espinoso de las Serranías, la que se ubica entre el Matoral Estepario Arborescente y el Matorral Andino Esclerófilo (Figura 24). Los arbustos espinosos corresponden a la forma de vida dominante, contándose además con la presencia de algunas especies suculentas y caducifolias de verano. La representación a nivel regional de la formación es del 4%, estando bien representado en la comuna. CONAMA Capítulo VII: Flora • Cuarta Región de Coquimbo FIGURA 32 El algarrobo (Prosopis chilensis) y el huingán (Shinus polygamus); especies características del Matorral Estepario en esta formación se encuentran en áreas muy localizadas. Más abundante y ampliamente distribuida es el espino (Acacia caven) e incienso (Flourensia thurifera), característico de zonas de llanos y sectores intervenidos (Figura 32). Especies más abundantes son el pasto sereno (Atriplex repanda), chañar (Geoffroea decorticans), quilo (Muehlenbeckia hastulata), brea (Pluchea absinthioides), rumpiato (Bridgesia incisaefolia), palo negro (Heliotropium stenophyllum), colliguay (Colliguaja odorífera), quillay (Quillaja saponaria), guayacán (Porlieria chilensis), maitén (Maytenus boaria), chagual (Puya berteroniana), quisco (Trichocereus chilensis) y pichanilla (Guterrezia resinosa) y pasto salado (Atriplex semibaccata), este último propio de áreas de post-cultivos.