DOMINICOS EN PUERTO RICO Año 1514. Fray Antonio de Montesinos debe quedarse en la isla de Puerto Rico cuando se dirigía con otros religiosos a la costa de Cumaná, para comenzar un proyecto dominicano de evangelización pacífica. La fundación del convento de Santo Domingo en la isla data del año 1521. Seis religiosos han llegado a la isla para formar la comunidad dominicana; permanece, por un tiempo, Fray Montesinos. Las actividades apostólicas de los religiosos comienzan de inmediato. Están construyendo el convento de ladrillo y piedra: la amenaza de "indios caribes y piratas" se estaba haciendo presente. La construcción tiene el apoyo de los vecinos y de la Corona. La familia Ponce de León será una de las protectoras. El primer prior es Luis Cáncer, mártir, años después, en la Florida. La comunidad que se forma en Puerto Rico pertenece, con Cuba, Jamaica y La Española a una nueva Provincia: Santa Cruz de Indias, desmembrada de la Provincia Bética. La comunidad puertorriqueña sigue los lineamientos de la comunidad de Santo Domingo: Comienzan con el aprendizaje de la lengua de los nativos, se explica "La Doctrina Cristiana", según el esquema nacido en La Española y la defensa del nativo. En el año 1528 la comunidad de Santo Domingo, en Puerto Rico, cuenta con 25 frailes. Llevan vida dominicana a toda plenitud: silencio, oración, estudio y una intensa predicación en la ciudad y en los centros poblados. El día 9 de enero de 1532, el Papa Clemente VII, mediante el Breve "In splendide die", concede a los conventos de Santo Domingo de La Española y Santo Domingo en Puerto Rico el poder tener Universidad, tanto para religiosos como para seglares. Han inaugurado el noviciado. La comunidad adquiere prestigio por las clases que se imparten, por la fundación de las escuelas para las primeras letras y por la predicación constante. Conjuntamente con el convento se edifica la iglesia, dedicada a Santo Tomás de Aquino. La edifican en un arte gótico que es estimado el mejor de la Colonia. Es la segunda iglesia construida y conservada en el Nuevo Mundo. La isla de Puerto Rico se convierte, muy pronto, en paso obligado hacia las islas del Caribe: Margarita, Cubagua, Jamaica. Los frailes de San Juan se dan cuenta de la necesidad que tienen de edificar un pequeño convento en San Germán de Añasco. En el año 1528 se concede una limosna para la edificación de la iglesia y convento. No llegará a ser un convento formal; es un hospicio y lugar de acogida para los religiosos que llegan de otras islas y quienes predican por sus contornos. Una iglesia bella, colonial, con azulejos sorprendentes para la catequesis. Una segunda etapa de los dominicos en la isla (es común entre los historiadores hacer esta división) coincide con la llegada del obispo Bastidas, hacia 1540. Las continuas discrepancias comienzan porque el obispo no puede aceptar que su catedral esté fabricada de tapia, madera y teja, mientras que el convento es una construcción sólida. Al mismo tiempo, los religiosos han dedicado su esfuerzo en promover la agricultura, el cuidado del ganado y la pesca. Han recibido estancias, vacas, caballos e ingenios de azúcar. Por este motivo, el obispo Bastidas se quejará a la Corte. Es evidente que se ha perdido un tanto la perspectiva de la vida dominicana: han favorecido el inicio de prácticas capitalistas y han dedicado a religiosos a la administración. Pero es indudable, a su vez, el beneficio que ha traído a los habitantes de la isla. No por eso ha decaído su ánimo en la defensa del nativo y la denuncia de injusticias. Fray Mario Rodriguez, historiador, recuerda que, hacia 1582, los frailes se oponen rotundamente a la ejecución de Luisa García. Se le acusaba de haber dado muerte a su esposo. Protestan enérgicamente, hacen manifestaciones con un crucifijo cubierto por un paño negro. La señora es ajusticiada. En esas mismas fechas, los religiosos escriben una carta al Rey: Señalan los malos tratos que reciben los nativos, denuncian la actuación del gobernador Melgarejo hacia el obispo Fray Diego de Salamanca. Al finalizar el siglo XVI, la mayor parte de los dominicos que hay en la isla son criollos. Pero es evidente la reducción de frailes en la isla. Comienza una tercera etapa. La decadencia es manifiesta: se han perdido todas las posesiones, el convento está arruinándose y, junto a esto, la lucha que mantienen frente a las autoridades civiles y eclesiásticas. Durante los siglos XVII y XVIII se da un proceso de acomodación: se han centrado en las actividades conventuales y promueven la educación. El siglo XIX será, abiertamente, un periodo de decadencia manifiesta. Es la tónica que se puede observar en toda la región. La exclaustración será el golpe definitivo: abandonarán la isla y sus bienes pasarán a la diócesis y a los poderes civiles. El día 20 de julio de 1904 llega a la ciudad de San Juan un grupo de dominicos. Son religiosos holandeses que desempeñan su apostolado en las islas del Caribe. Les encargan dos parroquias Yauco y Guánica. Un año después, aceptan las parroquia de Bayamón, Cataño, Palo Seco e Isabela. Pasados algunos años, se aceptará la parroquia de Comerío. Hoy día, los Padres dominicos desarrollan una labor encomiable: Han construido innumerables capillas en diferentes caseríos; desarrollan una actividad netamente apostólica y se extienden a centros poblados, como Collores, Naranjo, Duey, La Vega, Rioprieto, Almácigo, etc... Han promovido una Escuela Apostólica para las vocaciones nativas. Han puesto los cimientos firmes para crear la Universidad de Bayamón. En el año 1970 ya es Universidad independiente. Hay un interés manifiesto: la educación. Para eso se abren los colegios de Santa Rosa; San Antonio, en La Isabela y San Vicente de Ferrer, en Cataño. Ha crecido el prestigio de la Universidad. Además de otras facultades, se inaugura el SEDOC, que prepara hombres y mujeres para los diversos ministerios eclesiales. Funciona, dentro de la Universidad, el Studium Generale dominicano para preparar a los propios religiosos de la Orden. Tienen, desde su llegada, gran actividad en los medios de comunicación. Programas de radio diarios, publicaciones periódicas (El Piloto, revista fundada en 1923). En el año 1982 inauguran La Casa de Predicación. Es un centro para cursos, grupos de reflexión, catequesis, etc...