Literatura danesa, finlandesa, islandesa, noruega y sueca en traducción al español Esta colección es, en primer lugar, un homenaje a la lectura y un diálogo a la distancia, pero tiene también su razón de ser pragmática, en el hecho de quela Universidad de la República ofrece, desde 1985, Literatura Nórdica e idioma sueco en el programa de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. La colección contiene cerca de quinientos tomos en traducción al español y ciento setenta y uno en sueco, traídos con la ilusión de llegar a un nivel tan alto en los cursos de idioma como para poder leerlos, (no se imparten cursos de sueco desde 2005). Antes de ello, existían en la biblioteca de lafacultad algunos ejemplares, como las obras completas de Henrik Ibsen, naturalmente; un Ibsen que desde el novecientos es un escritor universal con influencia en el teatro en todo Occidente. Se tenían también ediciones de los ganadores del Premio Nobel y algunos dramas de August Strindberg: un buen comienzo para el primer curso. Ahora, la colección cubre las necesidades de la enseñanza de Literatura Nórdica desde la temprana Edad Media hasta hoy: poesía islandesa medieval, que transmite la mitología nórdica; la epopeya finlandesa Kalevala, las sagas de los vikingos; romances medievales y, por supuesto, dramas, novelas, cuentos y poesía desde el fin del siglo XlX hasta hoy,incluyendo la novela negra y una colección de literatura infantil que todavía no son parte de un curso, pero lo serán. En los primeros tiempos, iba a Tristán Narvaja a buscar libros usados. No había rubros y yo tenía poco conocimiento de las editoriales. En mi enseñanza utilizo como punto de partida los textos originales, y descubrí que hay traducciones que no siempre coinciden con ellos. Nunca más compro libros de la editorial Tor y, además, tengo mayor cuidado con libros que correspondan a la época censuradora de Franco, de la prestigiosa editorial española Aguilar. Decir casi lo mismo es el título del libro sobre el arte de traducir de Umberto Eco, algo que, por cierto, es cosa difícil. Más tarde, muchos libros fueron comprados en colaboración con instituciones culturales de los países nórdicos y sus embajadas en Uruguay. Volví de mis viajes al norte con mucho sobrepeso a causa de libros donados, y las aerolíneas colaboraron muchas veces a esta buena causa. Desde la Feria del Libro de Buenos Aires, regresé con las valijas llenas y la Aduana las dejó pasar. La biblioteca y los cursos en la Facultad de Humanidades constituyen un nexo entre las culturas de Uruguay y los países nórdicos, nexo que no empezó con ello, sino que se ha ido tejiendo durante largo tiempo. En 1894, hace ciento veinte años, Samuel Blixen dedicó cuarenta y cuatro páginas a la literatura escandinava en su Estudio compendiado de la literatura contemporánea. En 1898, llegó Casa de muñecas, de Ibsen, al teatro de Montevideo. Las primeras obras de AugustStrindberg no llegaron hasta 1929, pero se sabía de él. En 1903 se edita Los Modernistas, un libro donde Víctor Pérez Petit presenta, para los lectores montevideanos, a Ibsen y Strindberg, junto a otros representantes del nuevo teatro europeo. Durante la segunda década del siglo XX, tanto Ibsen como Strindberg fueron usados por la prensa montevideana como herramientas en el debate sobre la legalización del divorcio y los derechos de la mujer, Ibsenpro y Strindberg en contra. Las obras de estos dos «padres del teatro moderno» han sido puestas en escena más de sesenta veces en Montevideo, y a todas ellas las tenemos en la biblioteca. Es el tema de mi libro:Ibsen y Strindberg en Montevideo, que fue reconocido por el Ministerio de Relaciones Exteriores y la UTU como expresión de comunicación cultural entre nuestras regiones, y por eso fue impreso en una segunda edición para ser distribuido en los centros de enseñanza de Uruguay. Todo un honor para mí. Los cuentos de H.C. Andersen han sido leídos por todos los niños que ahora, ya adultos, pueden descubrir que es un escritor también para adultos, en versiones originales, no infantilizadas. El maravilloso viaje de NilsHolgerson, de Selma Lagerlöf, se imprimió como folletín en una revista para maestros en los años cuarenta, y llevó a sus lectores a un viaje vertiginoso por toda Suecia a lomos de un ganso. El cine de Ingmar Bergman, según se dice, fue descubierto en 1952 por críticos de cine montevideanos. En la biblioteca tenemos sus obras literarias, que profundizan en los recurrentes temas de sus películas. También hubo diálogos entre autores. Jorge Luis Borges comenta sobre las sagas de los vikingos: «Libros como el de Job, La Divina Comedia, Macbeth (y, para mí, algunas de las sagas del Norte), prometen inmortalidad».Se dejó influir por su estilo. Dice: «Me han enseñado a usar las menos palabras posibles». Además, fue un gran admirador del intelectual islandés del siglo XIII,SnorriSturluson, y lo nombra como uno de sus talismanes en el poema Talismán, por haber hecho accesible para sus lectores la poesía medieval islandesa de la Edda Mayor a través de su poética, la Edda Menor. Juan Carlos Onetti afirma que la lectura de KnutHamsun fue determinante para su decisión de ser escritor. Dice:«De joven escribía a la Hamsun». También Mario Delgado Aparaín lo considera importante para él como escritor.Hamsun fue un autor apreciado por un gran público y sus libros fueron editados de forma masiva por Losada en los años treinta. La editorial Nordan, fundada por uruguayos refugiados en Suecia durante la última dictadura en Uruguay, tradujo literatura latinoamericana al sueco y literatura nórdica al español. Escritores refugiados en Suecia como Ana Valdés, Sergio Altesor, Roberto Mascaró y Carlos Liscano incluyen al norte en sus textos. Además, han traducido poesía y prosa sueca, noruega y finlandesa. ¿Por qué hay una cátedra de Literatura Nórdica en Uruguay? Podemos explicarlo con el acercamiento a los países del norte que produjo el exilio impuesto por el régimen dictatorial. Fueron puestos en el mapa de los uruguayos. ¿Cómo es esta literatura que se escribe allá en el norte? Vistos desde Uruguay, los países nórdicos forman un conjunto político, cultural y paisajístico relativamente uniforme que debe reflejarse también en su literatura. En su temática, tal vez; en su estilística, quizás. Somos pueblos de pocas palabras.¿Qué tenemos en común que nos distingue de los demás? ¿Nuestra relación con la luz y la naturaleza, con un proyecto democrático-social? Tal vez sí. Obviamente existen semejanzas y conexiones entre la literatura islandesa, danesa, finlandesa, noruega y sueca, y en nuestro tiempo de globalización se prefiere el concepto región al delnación. Pero lo que más nos une es algo que compartimos con otras literaturas. Igual que muchos países que tienen un pasado político colonial, históricamente hablando, la cultura nórdica se caracteriza por una clara dependencia de las corrientes de los grandes países europeos. La influencia alemana, francesa, italiana y británica ha dominado la literatura nórdica durante siglos. Hemos seguido las tendencias de Europa. Aunque también hay épocas en las que la literatura nórdica estuvo en la vanguardia de la historia: en el fin del siglo XIX, cuando Ibsen y Strindberg renovaron el drama de occidente. En los añosentre 1910 y 1920 vivían un grupo de extraordinarios poetas suecofinlandeses que, a la par de sus colegas rusos, alemanes, italianos y franceses, formaron la vanguardia modernista, renovando el lenguaje poético: Edith Södergran, Elmer Dictonius, RabbeEnkel. La obra de estos autores se encuentra también en la colección nórdica en la facultad. El concepto de la nación ha sido, hasta hace poco, normativo para la historia de la literatura. Hoy es más difícil hablar de una literatura nacional o incluso regional; los escritores viajan y se leen entre sí por Internet. El poeta sueco Tranströmer y el noruego Vold escriben haikus, una poesía con sus raíces en Japón. En 2001, el chileno-sueco Alejandro Leiva Wenger, hijo de refugiados, escribió, en sueco, A nuestro honor, un libro de cuentos muy elogiado por los críticos, en el que encontramos un sueco influenciado por el español y otros idiomas de inmigrantes en Suecia, un idioma del mundo globalizado. Para poder leerlo se tiene que dominar el idioma sueco, pero sin duda ayuda también tener una noción del español y del árabe. Si el lector empieza buscando las convenciones típicas y las costumbres exóticas del norte, acaba conociendo la realidad del norte: los dramas humanos convertidos en historias narradas, los sueños, las fantasías convertidas en esa anécdota apasionante que es la vida. Se va desarrollando un diálogo a la distancia en el que nos reconocemos. Dra.Louise von Bergen Profesora de Literaturas Nórdicas