VISITA A LOS REALES ALCÁZARES El miércoles, día 8 de mayo, los alumnos de Primaria, Secundaria y Sordociegos, visitamos uno de los edificios más importante de la ciudad de Sevilla, “Los Reales Alcázares”. En clase habíamos preparado la visita. Nos explicaron qué era un alcázar, cuando se construyó y quiénes lo habitaron. Sobre las 10 de la mañana salimos del colegio y como hacía un día de primavera estupendo, decidimos ir caminando por uno de los jardines más bonitos de Sevilla, “Los jardines de Murillo”, donde desayunamos. Después de atravesar el barrio de Santa Cruz accedimos al Patio Banderas y, en la puerta del Apeadero, nos recibió Manuel Viñuela, nuestro guía por el edificio. Lo primero que hizo, fue llevarnos a una gran sala donde, al parecer, se realizan algunos eventos importantes de la ciudad. Allí, sentaditos, nos explicó de manera sencilla y amena la historia de la ciudad y de los Reales Alcázares. Nos quedamos con “la boca abierta”, cuando nos habló de la estancia de los musulmanes en Andalucía y ¡qué bien pronunciaba el nombre larguísimo, de un famoso rey de Sevilla! y que él nos aclaró que, probablemente, su mujer lo llamaría, para comer, Al-Mutamid. En esta sala también nos explicó, a través de los cuadros, una buena parte de la historia de España. A continuación visitamos la sala de Las Doncellas y allí pudimos tocar y ver los maravillosos grabados de paredes y puertas. En la sala de los Embajadores, nos llamó la atención la gran cúpula dorada del techo en donde, algunos de nosotros, pudimos ver, con nuestros telescopios, escudos cristianos. También pudimos tocar en las paredes los maravillosos azulejos, con motivos geométricos, colocados por los artesanos musulmanes. Después, visitamos un hermoso patio, donde Manuel nos invitó a descubrir en uno de los capiteles, una fecha y “las manos de Fátima” en la unión de los arcos. Cuando nos detuvimos en un estanque que había en los jardines, nos llamó la atención cómo las carpas se apelotonaban cerca de nosotros buscando comida. Dejando atrás los jardines, llegamos a una gran sala llena de enormes tapices, donde se reflejaban escenas históricas de España y América. Manuel nos acompañó a la puerta del Apeadero y allí nos despedimos no sin antes, hacernos unas fotos con él y agradecerle su amabilidad e interés por transmitirnos su experiencia y conocimiento de este edificio tan importante en Sevilla.