913850. 242. Tercera Sala. Quinta Época. Apéndice 2000. Tomo IV, Civil, P.R. SCJN, Pág. 160. HIPOTECAS, INCORPORACIÓN DE LOS ACREEDORES GARANTIZADOS POR, EN LOS PROCEDIMIENTOS DE REMATE.- Cuando al acreedor hipotecario se le hace saber en un juicio en el que no había figurado como parte, que se va a proceder al remate de la finca que está hipotecada a su favor, por ese solo hecho queda incorporado a ese procedimiento y deja de tener desde entonces la calidad de extraño a él, pudiendo intervenir en las diligencias de remate, para hacer valer sus derechos e interponer el recurso de apelación contra el auto aprobatorio del expresado remate; por consiguiente, el amparo que promueve contra dicho auto aprobatorio, sin agotar los recursos que establezca la ley, es improcedente conforme a la fracción XIII, del artículo 73 de la Ley Orgánica de los Artículos 103 y 107 Constitucionales. En efecto, el artículo 567 del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito y Territorios Federales, establece la intervención forzosa de los acreedores resultantes de un certificado de gravámenes, en los juicios en que no son parte, seguidos por otros acreedores contra el deudor común, y como no puede considerarse en manera alguna, como limitativa o restrictiva de los derechos de los acreedores, la enumeración que contiene el artículo 568 del ordenamiento citado, debe estimarse que el concederles el mencionado artículo 567, el derecho de intervenir en el avalúo y subasta de los bienes, implícitamente les reconoce el derecho de interponer en el procedimiento de ejecución, los mismos recursos que la ley establece en favor de las partes principales, el derecho de intervenir en el acto del remate y de hacer al Juez las observaciones oportunas para garantizar sus derechos, constituye, en el sentido más amplio del vocablo, un verdadero recurso, es decir, un medio de defensa que la ley concede a tales acreedores, para que el Juez titular, al revisar los procedimientos del ejecutor, repruebe el remate, si encuentra fundadas las observaciones de los acreedores en el acto de la subasta. Por otra parte, debe considerarse que la organización dada a los tribunales de primera instancia por el Código de Procedimientos Civiles en vigor, al crear el cargo de Juez ejecutor, demuestra que el legislador quiso, en garantía de los derechos de las partes y de los terceros extraños, establecer un doble grado de jurisdicción, al subordinar los actos del ejecutor a la revisión del titular, y los de éste a la Sala de apelación. Amparo civil en revisión 5958/38.-Chávez Hayhoe Salvador y coag.-28 de enero de 1942.Unanimidad de cuatro votos.-Ausente: Roque Estrada.-Relator: Antonio Islas Bravo. Semanario Judicial de la Federación, Quinta Época, Tomo LXXI, página 1549, Cuarta Sala. -1-