67 LATERCERA Domingo 13 de enero de 2013 Cultura&Entretención CRITICA DE TELEVISION Polos opuestos RR Las familias participantes deben adaptarse a la vida de una tribu y ser aceptadas por ellos. E S LA PRIMERA sorpresa del verano: Perdidos en la tribu, el nuevo docureality de TVN, ofrece más de lo que promete en el papel. La adaptación del programa español del mismo nombre -que debutó esta semana- es deslumbrante en términos visuales y factura técnica, como pocas veces se ha visto en un espacio de telerrealidad en Chile, además de contar con un casting impecable. Pero, además, la idea base -tres familias deben convivir con algunas de las tribus más antiguas del mundo- funciona independiente de si las etnias escogidas por la realización han radicalizado sus costumbres para las cámaras o se han prestado para el show televisado. Más allá de cuánta verdad Rodrigo Munizaga Editor de Entretención haya, lo importante es que el programa funciona, con una idea que ha mutado con el correr de los años, pero que resulta atractiva siempre: enfrentar a polos opuestos, como el de ricos y pobres en las teleseries; de pasado y futuro que tenía el reality Mundos opuestos; de desconocidos y conocidos, como lo hacía Adopta un famoso. Así, Perdidos en la tribu muestra a un padre que se declara “clasista, homofóbico, xenófobo y machista” viviendo con los Himba, en Namibia, que son polígamos, prohíben a las mujeres bañarse y son los más ortodoxos del programa. Lo que ocurre ahí, y que se replica con las otras dos familias -que compiten por un premio de $ 30 millones si resisten quedarse y son aceptados por las etnias-, es el enfrentamiento de costumbres y maneras distintas de ver la vida. El resultado que se expone es la falta de tolerancia con la que parece que nos hemos acostumbrado a convivir. Por apariencia física, sexualidad, condición socioeconómica o creencias, entre otras tantas, la discriminación es presentada en pantalla, y ahí está uno de los principales valores de este programa, dejando expuesto que la intolerancia parte desde la ignorancia. Lo hace, por cierto, en dosis, porque también cede al mor- El nuevo docureality de TVN ofrece más de lo que promete en el papel. bo cuando la cámara se detiene en las caras de asco y llantos, y no profundizan todo lo que podrían hacerlo, aunque hay que ver cómo siguen los capítulos. Interesante, también, es que TVN haya puesto sus fichas en un programa familiar, como también lo hace en otro de sus estrenos del verano, el espacio de concursos Apuesto por ti. En ambos, la intención de exhibir un formato para reunir a la familia es estar en sintonía con una de las tendencias que promete imponerse en la TV de 2013: la programación “blanca” y con tintes familiares, que asegura más televidentes y que, en el caso de un canal con misión, ayuda a dar diversidad, incluso tratándose de un programa con ADN de telerrealidad, el género que monopoliza la pantalla hoy.